Premio Logroño de Novela
Hoy traigo bajo el brazo una novela de ficción con su chispa de terror. Una mezcla entre el mito de Prometeo y Frankenstein de Mary Shelley. Un futuro inaccesible pero tan posiblemente cercano que asusta pensar que pudiera suceder.
El doctor Zibelius es hijo de otro médico, Geronimus Zibelius –quien trabajó en el campo de concentración de Auswich- y una madre depresiva. Con un carácter extremadamente excéntrico y egoísta, sin rasgos de humanidad, heredó la pasión por la medicina y un cuaderno de cubiertas negras que contiene descubrimientos científicos excepcionales. Obsesionado con el alma y su ubicación, su máxima ambición es lograr el trasplante de cerebro. Acompañado por dos amigos suyos, uno quien le suministra los cuerpos y otro médico a quien le hace partícipe de sus descubrimientos se adentrarán más allá de los límites convencionales de la curación médica para crear un nuevo ser, un nuevo Frankenstein.
La transmutación del cerebro no es lo capital en la novela pero sí el tratamiento que hace de la conciencia y la consciencia y aquí es donde anida la parte terrorífica de la novela: que un hombre tras un accidente se descubra en el cuerpo de otro que no es su cuerpo. Un cuerpo físico que además tiene la característica de sentir por sí mismo, reconocer olores, sufrir las mismas dependencias, necesitar los mismos vicios y en definitiva poner en jaque continuamente a ese cerebro trasplantado.
Ambientada entre París y Madrid, recorreremos escenarios tétricos en cementerios, morgues, salas de autopsias y un psiquiátrico donde la locura es un proceso absolutamente natural en comparación con el gran problema que sufre el protagonista de los hechos. Adaptarse al cambio es un proceso difícil y le llevará a librar una auténtica batalla interna pero Jesús Ferrero lo aborda con unos pasajes literarios casi líricos, mencionando por ejemplo a “El habitante de Carcosa” de Bierce, o escritos periodísticos de uno de los dos componentes del experimento. Todo ello aderezado con su consiguiente dosis de sexo que no es más que una apetencia más del cuerpo físico.
La originalidad de la novela no está en la parte de ficción, está en la forma de abordar esa conciencia que reside ¿dónde? ¿En el alma? ¿En el cuerpo? ¿En el cerebro? Terminará de rematar el problema con un nuevo accidente y el rizo del rizo, pero esa parte me la reservo para que los lectores puedan terminar de disfrutar de la lectura. La identidad de la persona es lo que realmente se plantea, un mensaje de fondo con una estupenda estructura de forma.
No busquemos un solo protagonista, aquí son varios y cada uno tiene sus características en el conjunto de la obra que hacen de ella un puzzle perfectamente encajado donde el mensaje coral llega a través de la fuerza de todos ellos.
Recomendada para los amantes de la ciencia-ficción y del terror pero especialmente para los que buscan profundizar en la compatibilidad y relación de la conciencia y la persona.