Autor: Colm Toíbín
Traducción: Enrique Juncosa
Editorial Lumen
Siempre me ha gustado que los libros que leo me asalten y me impresionen. Quizá por eso no accedo nunca a ningún tipo de reseñas –excepto la que suele venir en la contraportada de algunos- ni de introducciones, ni si me apuran, de entrevistas al escritor. Ellos, sus páginas, su historia y su estructura son los que han de conquistarme o perder la batalla. Sin prejuicios, sin conjeturas, sin avales.
Así que me enfrenté a “El testamento de María” sólo desde la sospecha de que no iba a seguir los cánones religiosos, pero desconocía absolutamente toda la revolución que trajo en algunos portales de internet religiosos o que Blanca Portillo representará este monólogo teatral –pues esa es la idea original- en el Grec2014 de Barcelona ahora a mediados de julio.
Rotundamente: sí. Un libro pequeño, de fácil lectura, con unas frases lapidarias para enmarcar, lleno de lirismo, que nos presenta a una Maria humana, despojada de toda connotación religiosa, que ve como su hijo se transforma y que lo recuerda en sus brazos. Una mujer que echa de menos a su marido, ahora en la viudedad como para que nadie ose sentarse en la silla que ocupó. Una madre que habla hasta con desprecio de los compañeros de Jesús, y sobre todo que observa cómo va cambiando la sociedad que le ha tocado vivir.
Dicho así, los más religiosos se rasgarán las vestiduras. Pero precisamente a ellos son a quienes más se lo recomiendo. Si su fe es fuerte encontrarán una forma de ver y asentar su fe en María desde otra perspectiva, si por el contrario, su fe tambalea, verán a una mujer que ha sufrido mucho y que se siente culpable.
María se nos presenta en la vejez, a punto de morir –o al menos es lo que siente ella- y bajo la presión que recibe de los apóstoles que la cuidan, sobre todo se sobreentiende de Juan, ha de recordar para dejarlo todo reflejado en los escritos. Pero ella se niega a darles lo que quieren oír y sí decir la verdad de lo que ocurrió.
Si en un principio puede ser chocante la actitud de nuestra protagonista, conforme el libro avanza pueden llegar a la conclusión de que María es una madre que ha sufrido tanto que lo que recuerda y lo que vivió se confunden en su mente, que el shock y el trauma fue de tan grandes dimensiones que su mente quedó dispersa, aunque se nos presente en el texto muy cuerda. O simplemente, que era absolutamente humana y tenía sus defectos como todos. Ustedes escogen. Ahí está la riqueza.
Lo que es bien cierto es la cantidad de preguntas de tipo filosófico que te abre la narración. Una de las más sorprendentes es quizá cuando aborda la figura de Lázaro. ¿Cómo fue Lázaro después de su resurrección? ¿Cómo afrontó su vida después? ¿Era el mismo después de la muerte? ¿Mereció la pena resucitar como cuestiona la propia María?.
En cuanto a la prosa con la que Colm Tóibín la humaniza sólo puedo decirles que es exquisita. Frases cortas, suficientemente amplias como para mostrar ideas profundas y poder ser asimiladas rápidamente. Con un justo lirismo, sin caer en el exceso y un marco poético que nos ofrece la intimidad de esta mujer. Que el texto esté construido a modo de monólogo no le hace mella porque no aburre, no cansa y no se hace pesado.
Recomendada especialmente para aquellos que quieran y sean capaces de afrontar sus creencias desde otra perspectiva, para los que busquen humanidad en María o para los que simplemente quiera reflexionar sobre el dolor, la confusión y los recuerdos dentro de una atmósfera llena de claroscuros.
me gustaria leerlo,lo comprare