Max Allan Collins
Editorial La factoría de ideas
Traducción de Rebeca Rueda Salaices
Título original: Quarry (1976)
Otros títulos de esta saga aún no publicados en castellano: Quarry (1976); Quarry’s List (1976); Quarry’s Deal (1976); Quarry’s Cut (1977); Quarry’s Vote (1987); Quarry’s Greatest Hits (2003); The Last Quarry (2006); The First Quarry (2008); Quarry In The Middle (2009); Quarry’s Ex (2010).
Llega a España por fin, Max Allan Collins, y digo por fin porque aunque algunos lo reconocen por sus incursiones en la novela gráfica de “Camino a la perdición” con su exitosa versión cinematográfica de Sam Mendes o por los cómics de Dick Tracy, lo cierto es que un escritor que ha cosechado numerosos premios en EE. UU. y que en nuestro país ni si quiera han visto la luz sus grandes sagas detectivescas entre las que se incluyen no sólo ésta de Quarry, sino de la Nolan, Mallory o Nathan Heller.
La saga que nos ocupa y que ha rescatado La factoría de ideas es la de Quarry, que comenzó allá por 1976 y nos presenta a un asesino a sueldo, un ex veterano del Vietnam, anteriormente mecánico, que zarandeado después de la guerra, abandonado por su mujer y su padre, decide trabajar en algo que le de dinero fácil y tenga que invertir poco tiempo en él.
Que nos quede claro que Quarry, quien en primero persona nos relatará toda la novela, es un tipo de pocos escrúpulos y muy frío: encargo, pasta y poco más. Encuentros sexuales asépticos y rápidos, como requiere un tipo duro. Nada de compasión ni condescendencia con el que tenga en frente, ya sea el futuro asesinado, ya sea su jefe, ya sea una chica.
Su jefe o intermediario entre los que hacen los ‘encargos’ y él, le juega una mala pasada en una de las acciones. Enfadado, acepta la siguiente misión con cierta cautela. En ella, volverá a encontrarse con su compañero de vigilancia, Boyd, otro matón a sueldo, homosexual y lo más parecido que tiene a un amigo. El caso, a simple vista muy fácil de ejecutar, se trastoca en cuestión de minutos y sale mal. Percibiendo que le han tendido una trampa, en vez de desaparecer –una de sus máximas- se queda a solucionarlo y se mete en la propia guarida del lobo. Durante estas pesquisas –que solamente ocurrirán en dos días- conoce a una ex conejita Playboy con la que además de sexo tendrá una visión más amplia del problema que le rodea y nos ayudará a conocer cierta ‘humanidad’ en un tipo tan descarnado como él.
La novela tiene unos diálogos al más puro estilo thriller, la agilidad que imprime Max recuerda perfectamente los guiones de una película de cine negro donde todo lo que sabes es lo que imprescindible y todo lo que sobra y recarga, no existe. Max es un especialista en literatura criminal y se nota a la hora de realizar su tarea mostrándonos una novela fuerte, vigorosa, con ritmo trepidante que nos interpreta un personaje con una fuerte personalidad, cínico, despiadado pero que a la vez comienza a cuestionarse su trabajo.
La trama, que parece simple en un principio llegará a complicarse bastante conduciéndonos a un desenlace muy rápido y un pequeño epílogo a modo de llamada telefónica. Una puerta entreabierta para la continuidad de esta saga que esperemos que asuma esta editorial.
Recomendada para los amantes del noir americano que busquen una visión diferente a la propia novela negra, más cercana a la novela gráfica o cómic que al género novelesco en sí. Algo rápido, fugaz, pero a la vez certero e intemporal como el disparo de una nueve milímetros.