Las manos de Kalman Teller

5 May
Las manos de Kalman Teller
Las manos de Kalman Teller

Gauke Andriesse

Alianza negra

Traducción del neerlandés: Julio Grande

Premio a la mejor novela negra del año de los Países Bajos

Aunque no la catalogaría como novela negra al uso, Las manos de Kalman Teller sí tienen mucho de novela policíaca y de intriga, por no decir todo.

Tras unos primeros capítulos que sólo sirven para introducir al protagonista y detective Jager Havix, y que a día de hoy aún no encuentro excesiva relación con el resto de la novela, comienza el relato que se irá complicando –sin excesivas parafernalias- hasta convertirse en un auténtico misterio. Havix ya lo hemos conocido anteriormente en otras novelas de este autor como en ‘Silencio’ o ‘Las pinturas desaparecidas’.

Havix, detective especializado y experto en arte, es contratado por un acaudalado judío, Kalman Teller, inversor de petróleo, para encontrar solución o pistas a un caso judicial estancado de la que fuera una contable suya, Mira Roes, que tras una intervención quirúrgica queda prácticamente postrada en la cama y a la que sistemáticamente los jueces, abogados y fiscales que han pasado por el caso, han denegado todo derecho de reconocimiento a su negligencia médica.

Si bien Havix no las tiene todas consigo para sentirse seguro en el terreno que pisa, accede. Comienza así una investigación médica y jurídica que le ocasionará más de un problema personal y donde conoceremos las grandes fortunas que se manejan en la industria farmacéutica, cuánto desconocemos de ella y lo desamparada que se encuentra la sociedad en casos específicos.

Pero si sólo esto fuera la trama de la novela nos sabría a poco. Havix tiene un amigo policía que sufre una enfermedad terminal y él mismo aún sufre sus consecuencias de su reciente viudedad. Algo que le llevará a profundos pensamientos internos mezclados con su infancia y su relación paternal. Y además tenemos al personaje de Kalman Teller, el señor de las finanzas que le ha contratado, un caballero con un halo de misterio que le llevará a indagar sobre su vida y sobre su pasado en Auschwitz. Una pista: no pierdan de vista en ningún momento las manos de este señor, porque en ellas reside la clave del desenlace del libro. Quizá es una recomendación absurda porque Andriesse, nos va envolviendo desde su narrador en primera persona, tanto, que la obsesión que demuestra el protagonista con esta imagen de las manos deformadas se convierte en el centro de atención cada vez que se encuentran los personajes cara a cara.

Industria farmacéutica, inversiones petrolíferas, enfermedades crónicas, depresiones, negligencias médicas, jueces corruptos, abogados matones, policías y detectives, mezclados con Auschwitz y el budismo son todos los ingredientes de esta novela de misterio.

¿El final? Sorprendente en todos los sentidos. Nada que esperas que acabe se termina y a cambio recibes información final de temas que casi han pasados desapercibidos. Y digo casi, porque aunque el final no sea el esperado, el autor te ha llevado desde el tema central de la novela, a fijar tu atención casi exclusivamente en los temas adyacentes que si en un principio eran secundarios, al final se convertirán en tus predilectos y en los que realmente quieres resolver.

Una prosa suave, con sus golpes de efecto, hilvanará todo el enredo, sin estridencias y sin paja innecesaria, los personajes quedarán perfectamente definidos por su propia vida y sus actitudes. Hay pasajes de la investigación en los que quizá el detalle hace ralentizar la historia, pero no por ello se pierde el interés.

Recomendada para todos los lectores que gusten de cierta dosis de misterio con sólida consistencia en la sociedad actual.

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