La señorita Mapp

3 Feb

La señorita Mapp
La señorita Mapp

La señorita Mapp

Impedimenta

Traduce: José C. Valés

Es como volver a casa, da la misma placidez. Impedimenta te pone fácil el hábito o deseo de la lectura y abrir cualquiera de sus libros es comodísimo. Si se le añade el plus de reencontrarte con personajes ya conocidos y entre los que has vivido peripecias del siglo pasado en un village inglés, pues es como irte de vacaciones… vacaciones mentales a Tilling.

Ya conocimos a Benson y a su protagonista Mapp en el cuarto tomo de la colección que sacó el escritor hace más de ochenta años y que la editorial Impedimenta rescató de los desmerecidos olvidos. Esta vez sólo estaremos con la señorita Elisabeth Mapp y por supuesto con todos sus vecinos (¡qué sería de ella sin sus vecinos!).

No por ello el libro deja de ser atractivo, ni pierde su sarcasmo, ni sus ironías, ni el humor british que destila. Se enriquece aún más, como en un pequeño cuadro de costumbres de esta ciudad costera, donde nadie parece ocupado, porque todos están ocupados en las vidas de los demás, en los campos de golf, y en la partida de bridge de la tarde… eso, si ella no está mirando a través del visillo quién sube o baja por la calle o qué luz se enciende y a qué horas.

Para los que habéis leído a Benson ya sabéis qué vais a encontraros, y para los nuevos lectores, qué deciros, ¡bienvenidos a las letras de este escritor victoriano!, un autor prolífico y precoz que refleja la élite de un pequeño pueblo, casi residencial, al lado del mar, inglés, donde la vida no tiene mayor complicación que la propia existencia. Aunque en este relato incluye de soslayo  la polémica del carbón tras la guerra así como la acumulación de reservas alimenticias; la filosofía eduardiana del buen vivir no se ve por ello truncada ni entorpece el encuadre del  el Beau Monde rural inglés.

No quiero dejar de reconocer el buen trabajo que ya realizó en el tomo anterior su traductor José C. Valés, que vuelve a retomar su trabajo para esta obra y que aporta una serie de notas aclaratorias muy eficaces. Pero el libro no acaba con la historia, tiene un pequeño regalo tras haber acabado la novela…algo así como guiño de Benson, un capítulo más que complementa al relato y que se llama “La vizcondesa del music hall”.

Por lo demás, es seguir la estela de las peripecias de Elisabeth con sus intrigas, hipocresías, sus celos y envidias, los amores, los líos, y las maquinaciones, pero todo visto desde una perspectiva amable, sin maldad, cordial como sólo puede serlo la auténtica flema inglesa.

Me voy a despedir a lo ‘Mapp’, porque ella es Tilling, y es el reflejo de una sociedad desaparecida que sólo podía ser vista desde una óptica tan especial como la de Benson, así que queridos lectores ‘Au reservoir!’.

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