Palabras rotas

7 Oct

Palabras rotas
Palabras rotas

Dislexia policíaca

Karin Slaughter

Traducción: Juan Castilla Plaza

Editorial Roca

Esto de las sagas de detectives siempre ha tenido tirón. ¿Se acuerdan de la reseña que les hice del ‘El número de la traición’? pues para los seguidores de Will Trent, Faith Mitchell, Sara Linton y Lena Adams, la autora, Karin Slaughter nos trae un nuevo caso. Aún así no se preocupen aquellos que no conozcan a estos personajes puesto que el relato es absolutamente independiente y siempre nos actualiza las posibles lagunas que tengamos.

Todo comienza por lo que parece el suicidio de una chica en un lago congelado -me recordó también al escenario del crimen de Atomka, de Frank Thilliez, aunque no tiene nada que ver- y el principal sospechoso pide ver a Sara Linton, médico, que sin quererlo vuelve a inmiscuirse en parte de la vida que decidió abandonar tras la muerte de su marido.

Y comienza el espectáculo de la forense, los policías, las pruebas y las suposiciones. Todo recortado y enmarcado dentro de un opresivo pueblo donde los cuchicheos y los cotilleos es lo más habitual. Muy acertada esa visión de la novela, por cierto.

La historia tiene ritmo desde el principio y la tensión se mantiene de forma constante sin que por ello decaiga el interés desde el instante en que empiezas a sospechar del asesino. Se aprecia también que los protagonistas han adquirido mayor profundidad psicológica que en la novela anterior, siendo los típicos personajes con una intrincada y compleja vida personal que van resolviéndose en algunos momentos a la par que la historia principal.

Siguiendo la tónica de la autora, absténganse los remilgados, pues si hay algo que describe con minuciosidad son todos los detalles de sangre y otros líquidos humanos. La brutalidad se hace quizá demasiado manifiesta cuando conocemos ya los motivos de los asesinatos y quizá esté magnificada con respecto a las pruebas, pero la mente humana es tremendamente retorcida y no me extrañaría que la realidad fuera al menos así… o peor.

Advierto también una dura crítica con métodos y cierto arquetipo de policía de la vieja escuela, fumador y alcohólico, con trapicheos que le sitúan al límite de lo legal.

Resumiendo, una buena novela negra, policiaca, con un alto tono sangriento, cruda y cruel, que no se ahorra ningún escrúpulo en mostrar las imágenes tal cual pueden llegar a ser, donde las últimas páginas son cruciales para reconocer que muchos lobos van disfrazados de corderos ¿Hay algo más real? Recomendada para los amantes del thriller rápido sin más complicaciones que las que te ofrece el autor y para todos los seguidores de esta saga.

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