Gabriel Rolón el autor de esta novela negra, nace en Buenos Aires en 1961. Es psicólogo como su protagonista, graduado en psicoanálisis. Trabaja también en programas de radio y televisión ofreciendo soluciones y orientación a los casos de la audiencia. Su primer libro fue Historias de diván (Planeta, 2007), sobre psicoanálisis, con gran éxito de ventas en su país al igual que con segundo libro: Palabras cruzadas (Planeta). Ambos dos empezaron como metódicos casos clínicos sucedidos en su trabajo y terminaron siendo historias de miles de lectores, apasionados por sus consultas. Pero Gabriel además es músico, conductor y columnista de radio, y su éxito es tal que se le ha llegado a llamar “El nuevo Bucay”.
Pablo Rouviot, el protagonista es un reconocido psicoanalista, con problemas desde que terminó una azarosa historia de amor. Pero he aquí que aparece una joven en su consultorio, estudiante también de psicología, y le formula un pedido: demostrar que su hermano es incapaz de comprender ante el juez el hecho de haber asesinado a su padre, un poderoso empresario. A partir de aquí, Pablo decide hacer averiguaciones de forma privada y su búsqueda hacia la verdad hará que se adentre en un mundo lleno de médicos, policías y abogados que alrededor de la estructura familiar conformarán la trama de la narración.
La novela, ha sido editada en España por Destino, mientras que en Argentina fue la editorial Emecé cuya portada aventuraba el desenlace (os lo digo por si no queréis tener ese desvelo antes de tiempo). Consta de cuatro partes diferenciadas: el llamado, la decisión, la búsqueda y la verdad, que dan título al propio mapa interno. Los capítulos dentro de estas cuatro partes se adaptan a las necesidades del relato oscilando entre muy cortos o medios, pero nunca extensos. En especial me llamó mucho la atención el capítulo 18 justo antes de acabar la primera parte donde hace un resumen de todos los personajes en párrafos pequeños a modo de recuento en la unidad de tiempo de la propia historia.
Los personajes son los típicos de una novela negra, con sus policías, sus matones de turno, la rubia que esconde un secreto, el pasado sucio del asesinado…pero la forma de conducirlos todo a través del psiconálisis es lo que aporta originalidad a la novela porque el autor a la par que va desentrañando el misterio nos va dando pequeñas lecciones y explicaciones de psicoanalista dibujadas, por ejemplo, en la forma postural de un individuo, o porqué un personaje reacciona de una manera ante un estímulo externo. De todos los personajes quizá los tres hermanos son los que más consiguen la perfección, pero no por su perfil si no porque llega un momento en la trama que convergen de tal manera en un punto que los tres son uno…o por lo menos no imaginas quién es quién en la situación.
El lenguaje tiene algunos argentinismos que no son difíciles de reconocer y que no pueblan el texto, lo que sí es verdad, es que llega un momento en que lees la novela con acento argentino, sobre todo en diálogos muy estrechos y cercanos.
El libro se termina entre psicoanálisis, obras de arte, música, y la trinidad que forman los hermanos. La perversión del asesinado afianza la empatía con el asesino y justo al final, cuando ya esta casi todo resuelto se asoma la sorpresa por partida doble en la relación filial. Quizá haya algunas zonas más oscuras como cuando Pablo intenta desenmascarar todo en su propio pensamiento pero es tan nimio el hecho y tan pequeño, un par de páginas quizás, que no enmaraña la resolución del enigma sino que incluso te acerca e identifica con el protagonista.
«Hay senderos a los que nuestros propios miedos vuelven intransitables. La inseguridad y la angustia pueden llenar de abismos hasta los actos más sencillos. Cada uno tiene su propio Everest»
Las relaciones humanas siempre son un Everest, y Gabriel Rolón, en su thriller psicológico ha intentado poner un poco de comprensión en ellas sin menoscabar al género negro pero con la perspectiva y originalidad de un diván de fondo.
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