Ya no puedo más. Y me consta que son bastantes los cofrades que están un pelín hartos de las elecciones a la Agrupación. Estos días, para el profano que desconoce el tema, twitter está que arde, sobre todo desde que el último candidato, D. Pablo Atencia, presentara públicamente su proyecto.
No soy delegada, gracias a Dios, (pero que vamos, muchas, muchas, muchas gracias Señor Dios mío), porque se de buena tinta que las presiones están llegando a límites insospechados y que en nada benefician a la Agrupación.
La reflexión a la que quiero llegar es que a estos dos Señores, sí, con mayúsculas, pues ambos dos son unos caballeros educados, se les ha escapado un poco el tema de las manos. Ellos directamente no son responsables de las personas y entidades que defienden su causa, ni cómo éstos las defienden, incluido las formas, pero sí es cierto que con un proceso electoral tan largo (desde que se levantó la perdiz allá por enero) el único que sufre es el ente al que aspiran presidir.
Hemos sufrido en el TL auténtico spam (y lo que te rondaré morena hasta el día 20, por cierto, ¿aquí no hay jornada de reflexión?) pero ya lo que asombra es ver como Hermandades con el twitter de la propia Hermandad defienden con uñas y dientes (y alguna que otra ‘colada’ descalificación) con más vehemencia que la propia Hermandad que preside el candidato.
Ninguno de los dos son así, creánme. Y lo único que se está dañando es la propia imagen del conjunto cofrade. Siempre han pagado justos por pecadores, de eso, nuestro líder, Jesús de Nazareth supo un rato.
Si los que nos van a representar (sea quien sea el que gane) no son capaces de llamar a sus hordas a la seriedad y a la tranquilidad, francamente, no me convencerán de que pueden cambiar todo lo que proponen, y mucho menos que sus apoyos vayan a ganar mi confianza. Es más, la imagen que dan es que realmente el ente agrupacional les importa poco ahora mismo y lo único que quieren es llegar a la meta el primero, cuando ellos probablemente lo único que tienen es una vocación de servicio y ganas de trabajar.
Suerte para el Sr. Pastor y el Sr. Atencia. Y que el Señor les bendiga porque sea como sea les va a hacer falta.