El número de la traición
Karin Slaughter
Nos enfrentamos no sólo a una cadena de secuestros y atrocidades sino a un thriller descarnado, sin eufemismos, directo, abordando problemas femeninos de carácter social y con unos personajes bien e incluso complejamente definidos.
El número de la traición, de Karin Slaugther, cuya autora ha sido comparada con Patricia Cornwell, es una novela de ritmo cinematográfico donde todos los elementos propios de un guión, personajes protagonistas, antagonistas, temática, conflictos, meta y ritmo están al servicio de la intriga.
La novela aborda los secuestros y torturas de cuatro mujeres que tienen en común su apariencia física, el éxito en su trabajo, y su soledad. Junto con los protagonistas directos del enigma, un detective disléxico, una policía embarazada y una médica forense, conforman un grupo que tienen que superar los propios traumas personales para la resolución y evolución de la investigación.
Aquí es donde adolece la novela de un enmarañamiento superfluo, y es que la resolución de los conflictos individuales enturbian la línea argumental principal quedando la investigación policíaca en un segundo plano varias veces.
A favor, sin embargo, diré que aborda temas realmente espinosos para la mujer como la anorexia o el embarazo adolescente sin ningún tipo de tapujos y de una forma cruda y real, llegando a veces a ser demasiado explícitos junto con la violencia que rezuma desde diversas perspectivas.
La historia que empieza con cierta lentitud, adquiere ritmo a borbotones, en algunos momentos parece que el tiempo se detiene mientras en otros intervalos acelera rápidamente, aunque bien es cierto que en el momento en que quedan totalmente definidos los personajes todo adquiere un ritmo más constante. También ofrece al lector una serie de términos de interés en el campo médico y policial, no en vano, la autora reconoce tener asesores en estos campos.
En resumen, la novela es ideal para todos aquellos que les gusta el thriller, ni más ni menos, que no pretenden otra cosa que puro entretenimiento, que no se asustan de un puntito gore, ni de las explicaciones tan explícitas de los momentos más macabros, sin remilgos y sin ñoñerías, de lectura rápida donde en los capítulos finales los giros de la historia te mantendrán en suspense por su intensidad. Y donde la moraleja te enseña que las mujeres duras aguantan hasta el final. Siempre.