Llegó doña Cuaresma con sus golpes de pecho y su lágrima fácil. Don Carnal, este año más popular que nunca en Málaga, busca sosiego, es lo que tiene la fama y la fiesta: que cuesta y además cansa, como todo. Ha llegado el tiempo de reflexión, arrepentimiento y preparación para las creencias de las que hacemos gala los cofrades.
Soy consciente de que este año tampoco salvaré mi alma según los cánones establecidos, pues no cumplo todos los requisitos pertinentes. Soy sincera. Y es que en este mundillo cofradiero cada vez hay menos que llevan el perdón por bandera o la verdad como tarjeta de visita pero sí se estila y mucho, la caridad en la solapa (cuanto más brille mejor), y la reconciliación con los hombres desde el iPhone o el android.
Tendremos cuarenta días donde por desgracia las lenguas hablarán más idiomas que nunca (¡Jurarán hasta en arameo!), las zancadillas serán parte de la gimnasia diaria y la penitencia se celebrará sentados alrededor de una buena mesa. ¿Bochornoso? Hombre, léalo con ironía, de todo hay en la viña del Señor, y ésta tampoco es perfecta… Sin embargo, si todos los cofrades fuésemos conscientes de la capacidad renovadora que se nos ofrece todos los años quizá, sólo quizá, seríamos una auténtica revolución, ni perroflautas ni indignados, oiga, la gran anunciada huelga general, una merendola de niños, y nuestro mensaje, aquel que se nos olvida muchísimas veces y nos enseñó el Nazareno al que rendimos pleitesía, sería noticia.
Incluso la crisis tendría un tono menos gris, no mucho, es cierto, pero dejaríamos de lado esas falsas donaciones en las que se vislumbra una telaraña, sonrojos electoralistas que avergüenzan a muchos menos al candidato y panegíricos a retablos dorados con el paso del tiempo de tantos años, por algo tan simple como hacer más amable la vida a los que nos rodean, querer al hermano, amar al prójimo. Dicen que este año todavía estamos a tiempo. Podríamos hacer un eslogan ahora que se lleva tanto la política dentro y fuera de las cofradías: Un cofrade, una sonrisa… a fin de cuentas…la Pasión acaba bien…