Caminos : manos, pinturas, geometrías

4 Feb

Ya en anterior ocasión me serví de esta imagen para hacer algunas reflexiones sobre las pinturas que actualmente se pueden observar en la llamada Sala del Águila, en la Cueva del Tesoro. Ahora vuelvo a algunas de esas «pinturas», en este caso otra vez los puntos rojos más visibles, pero no para tratar directamente de ellos, sino más bien con la idea de ver de dar un salto en el tiempo y conectar, – por lo que llamaría «vía intuitiva» -, con eso que tan significativamente caracteriza al hombre : el arte, los sistemas sígnicos, las posibles «geometrías» (en plural : hoy se sabe que hay más de una «Geometría») que son, al fin y al cabo, como representaciones de lo que anida en el cerebro humano. Y procuremos, tratemos de no olvidar esta frase : lo que anida en el cerebro humano. Quiero decir que intentemos «visualizar» a nuestro propio cerebro como una especie de nido.

Porque no tenemos en la actualidad duda de que tanto las ciencias como las artes y todos los sistemas de señalización, o esos otros mucho más complejos que sirven para designar, (o sea : «marcar con signos»), hasta desembocar en ese auténtico «planeta verbal» que es el lenguaje de los seres y de las culturas y de los tiempos donde «nos damos», (esto es, «ocurrimos») hombres y mujeres, niños y ancianos, artistas y desaforados conquistadores de espacios ajenos, etc., etc…, todas esas cosas que a simple vista pueden parecer diferentes, son en el fondo «Caminos» : caminos que trazamos con las manos al pintar o al trazar señales, caminos hacia el Arte, el Lenguaje, las abstracciones de las Geometrías. Caminos del Ser hacia sí mismo. Todas esas cosas desembocan en una sola y única cosa : lo que es la Vida en tanto un Algo Significante. Recuerdo ahora aquello que decía un alto filósofo : «La vida meramente vivida no tiene sentido». Y recuerdo que leí esta cita en un libro sabio : «Lenguaje, pensamiento y realidad», de Wilbur Marshall Urban.

Porque antes que otra cosa más, vaya lo que sigue : somos todos, – desde los primeros homínidos y hasta los más excelentes creadores de todo tipo -, todos en conjunto, somos un singularísimo fenómeno de la vida en nuestro mundo. Nuestro mundo : Gea, es decir, La Tierra. Y digo «fenómeno» en el sentido etimológico de la palabra, que es de origen griego y que significa exactamente «lo que se muestra o se manifiesta»; y, en cierto sentido también, «lo que se dice a sí mismo o por sí mismo brilla».

Lo sé : de ese modo trato de unir en solo haz el término griego «Fainoménos» ( esto es, «fenómeno») y el también griego «Femí» ( esto es, «decir»). En realidad las dos palabras griegas aún siendo muy parecidas no tienen una correlación directa. La primera, se escribe con la vocal «Epsilon», y la segunda con la «Heta» o «Eta», por mejor decir. Pero sus sentidos las unen sin lugar a dudas, ya que todo lo que «se dice», al mismo tiempo «se muestra».

Pero estas cosas también ahora deben quedar a un lado porque desde estas pinturas o puntos o signos, sean lo que fueren en su inicial sentido para los que los dejaron a la vista en ese Domo o gran Sala de la citada Cueva junto a una cabeza y cuello de équido (cabeza de caballo pintada en rojo, y escondida en un lateral de la Sala), esos puntos, digo, están casi debajo de una formación pétrea o espeleotema que hay en el techo mismo de la zona del Águila, cerca de unos rayados (que podrían ser chamánicos, esto es, tener una finalidad esotérica o mágica) realizados sobre la roca -aún roca viva…- de la cavidad que el mar formó hace unos cuantos millones de años, esos puntos y estas rayas y todas esas otras cosas que fueron dejando la propia historia natural de la Cueva como esa otra ya humanizada historia, en tiempos muchos más próximos, dejados atrás los millones de años del nacimiento en el mar y llegados a los milenios (¿unos 30.000 o tal vez unos 40.000 años?) donde ya están los seres humanos atareados con sus vidas y anhelos, y con sus ritos y creencias, llevando adelante sus caminos y poniendo sus manos a las tareas múltiples del ir viviendo, todas esas cosas nos traen a un hoy que en su esencia es siempre eterno : como todo lo fugaz sabe serlo.

Ahora adonde vamos a tratar de saltar es desde las pinturas de nuestros ancestros de la Prehistoria, desde esas manos y signos y demás de las cavernas, hasta una mano que se le ocurrió pintar a ese genio del Arte que es Pablo Picasso. La mano está en una obra suya que se conoce como «Las señoritas de la calle Avinyó», o más aún como «Las señoritas de Aviñón», obra esta que inaugura, allá por el año de 1907, el inicio del estilo que se conoce como Cubismo. Esa mano del cuadro de Picasso, que se ve como si dijéramos «exenta» de  brazo, aislada, como si su dueña (¿o tal vez «dueño»?) no pudiéramos ver, esa mano enigmática…, ¿es de hombre o es de mujer? Trataré de responder a ello, o al menos, de acercarme a una posible respuesta que sea aceptable, pero antes, quiero (¡y debo!) justificar esta pregunta con la que hoy vamos a poner fin a este texto. Leamos lo que sigue :

«Sexuar las manos.

¿A quién pertenecen esas manos que se pueden ver en las paredes de algunas cuevas prehistóricas? ¿Son de hombres? ¿De mujeres? ¿De niños? Unas veces se trata de manos en positivo, que se cubrían de colorante y se aplicaban sobre la pared; otras veces, se trata de manos en negativo, que se colocaban en la pared y se rodeaban de color. Naturalmente, la mano ya es un gran símbolo en sí misma… Y, por otra parte, en algunos yacimientos se multiplican de forma curiosa. /…/ En el año 2002, un investigador llamado J.T. Manning se dio cuenta de que el índice de longitud entre dos dedos, el dedo llamado índice y el anular, era sexuado, de manera que ganaba el índice en la mujer y el anular en el hombre. Esto puede parecer curioso, ¡pero es así! »

 

(Continuaremos con este tema, que aquí dejo en suspenso, y por ahora me limito aa ofrecer la bibliografía pertinente para esta cuestión).

El texto último que se titula «Sexuar las manos» pertenece a una obra de Yves Coppens, titulada «Últimas noticias de la Prehistoria. Del ADN de los dinosaurios a las pinturas de Lascaux.»  la traducción al español es de Odile Jacob, de mayo del 2010, y al primera edición en Tusquets es de junio del 2012, en traducción de Nuria Viver Barri.

El estudio de J.T. Manning, del año 2002, así como otro de Jean-Michel Chazine del 2006  y que se titula «Les empreintes de mains se donnent un genero.» Ahí, Jean-Michel demostró que las manos eran de hombres y de mujeres, pero que estaban agrupadas en función de su sexo.

Sobre esto volveremos en otro texto, y abordaremos la cuestión de la mano del cuadro de Picasso (como es natural, hasta donde mis posibilidades me permitan) y concluiremos otras cuestiones que se han ido dejando, acá y allá, en este mismo texto.

Gracias, lectores.

 

2 respuestas a «Caminos : manos, pinturas, geometrías»

  1. Detecto un error en el texto que acaban de leer : Cuando cito el libro «Lenguaje Pensamiento y Realidad» se lo atribuyo a Wilbur Marshall Urban, cuando en realidad su autor es Benjamín Lee Whorf. El libro de W. M. Urban, que es el que he usado en esta ocasión y del que extraigo la cita de Henry James ( : «La vida meramente vivida no tiene sentido»), se titula «Lenguaje y Realidad. La filosofía del lenguaje y los principios del simbolismo». Esta obra de gran interés tuvo su primera edición en inglés en 1939, y su traducción al español data de 1952, siendo los traductores a nuestra lengua Carlos Villegas y Jorge Portilla.
    Disculpen mi error, o «lapsus mentis» o como se le quiera llamar. Estaba en realidad pensando en la obra de B. L. Whorf (que es fascinante) cuando escribía lo que acabo de rectificar.

  2. Gracias Manuel, el hombre como tu que dona sus conocimientos gratis, y desarrolla
    y engrandece los valores de su tierra, merece decir que igual que esas pinturas de
    las cuevas tus letras quedan marcadas en los fines de la eternidad.

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