¿Diosas, humanas?

14 Nov

Ariadna, Circe, Siduri… : ¿Quiénes o qué eran? El papel, el rol de la mujer en su plenitud en la Historia de la Literatura (que en buena medida es un «trasunto» de la historia de los sueños de la humanidad) es una de las constantes de los grandes poemas épicos de todos los tiempos. Y hay una muy curiosa casualidad, -si es que admitimos la existencia de las casualidades para ciertas cosas de gran relevancia-, y casualidad con nombre propio : Lucy. Lucy, esa ancestral madre de la humanidad, es quien primero nos documenta en Arqueología ancestrales «humanos» que ya andaban erguidos y podían hablar. Lucy, que para nosotros hoy sería casi una adolescente, pero en su época era sin duda una mujer en su plenitud, tiene de unos 3,2 a 3,5 millones de años… Se le han supuesto unos veinte años, anatómicamente ya podía caminar erguida, y al tener el hueso hioides, podía ya articular palabras. Hablaba, pues : la naturaleza no ensaya innovaciones en vano. Con 20 años y en esos tiempos lejanos, Lucy debió tener descendencia. Debemos suponer que la tuvo : si no ella misma, alguna otra mujer de su tiempo, una contemporánea plena suya. Su descubridor, Donald Johanson, le puso ese nombre porque aquel día (el del descubrimiento, 1974) estaba escuchando con su equipo, en tanto trabajaban, la banda sonora de los Beatles titulada «Lucy in the Sky with Diamonds». Por la datación de los materiales volcánicos donde se encontraron los restos óseos de Lucy se le asignaron unos tres millones de años, con un margen de error no muy amplio. Junto a Lucy se encontraron restos de otros seis individuos, dos de ellos niños. Es de suponer que Lucy había sido su madre, y desde luego el grupo era de individuos familiares entre sí. Ariadna nos abre las puertas de los Laberintos, esas misteriosas construcciones que parecen tener un carácter universal, y que fueron incorporados como elementos característicos en las catedrales góticas, seguramente por su carga simbólica, pero con toda seguridad por sus connotaciones esotéricas, y desde luego como manifestación de un arcano que desde tiempos muy antiguos ha fascinado a la humanidad. El laberinto de la catedral de Chartres es el más famoso, según Jaime Buhigas ( : en un libro que se titula «Laberintos : Historia, Mito y Geometría»). Digamos de paso que los laberintos son mandalas, y que están de algún modo ligados a grandes personajes femeninos, diosas o humanas, reales o míticas, históricas o de naturaleza sólo onírica : mujeres nacidas de los sueños de la humanidad, ya como madres, ya como brujas, o ya como amantes. Circe es una magnífica, soberana maga y hechicera, que logró retener a Odiseo o Ulises en su viaje de vuelta a Ítaca, convirtió a parte de su tripulación en cerdos, a excepción de Euríloco, que escapó y advirtió a Odiseo, aún en su nave antes de pasar largo tiempo en el palacio de la Maga Circe, y luego le ayudó a retornar a su patria indicándole las posibles rutas. Hay un cuadro de W. Schubert Van Ehrenberg, del siglo XVII, donde se representa el Palacio de Circe. Y en el último decenio del siglo XIX otro pintor, Waterhouse, representó a Circe ofertando la copa con una pócima a Ulises, sin saber que el héroe homérico estaba protegido por Hermes. La historia de los laberintos y las magias de hechiceras que conocen todo tipo de hierbas y son poderosas tanto en sus arrebatos de ira como en sus benevolencias tiene un muy largo recorrido en el Arte y en la Literatura. Hay un libro al que acudiremos en su momento : el de Sig Lonegren, de 1991, (que se tradujo del inglés en Ediciones Martínez Roca en 1993) titulado «Labyrinths, Ancient Mysths & Modern Uses». Siduri vive en la Historia desde los tiempos en que se escribe el Poema de Gilgamesh y aparece en el libro X del poema, como una tabernera que vive allende el mar, y llega hasta nuestros días, donde se nos instala con insuperable maestría en un poema de Juan Eduardo Cirlot, quien en su «Susan Lenox», extraordinario poema escrito en 1946 y publicado en el año siguiente, 1947, nos abre su texto luego de habernos llevado, fugazmente, al Poema de Gilgamesh, del que cita : «Siduri, la del cabaret, habitaba cerca del mar inaccesible». Y luego, ya en sus estrofas, ya leemos : «Niebla, niebla. No sé qué me sucede; es un recuerdo. Recuerdo las palabras del poema : Siduri, la del cabaret, vivía Susana, no Siduri. Sí, Susana, cerca del mar inaccesible y puro. Da lo mismo Siduri que Susana, Caldea que Cartago o Barcelona, las islas del Pacífico o Long Island. que China; hay una sala abandonada.» Estas heroínas míticas de la historia de la humanidad, ya las veamos como deidades benéficas o no, o ya las veamos como vestigios que la suerte depara al que busca, e incluso al que busca sin saber que lo hace, como aquel que en vida encuentra compañera infinita. O se topa con una caverna como la que en 1940 encontraron unos muchachos cerca de Montignac, y conocemos por el nombre de Lascaux, nombre en realidad de una familia noble, dueña de un castillo. Estas mujeres heroínas, decía, ¿son sólo un tiempo vivo en carne, huesos, sangre, cerebro…, o trascienden el tiempo en palabras, poemas, mitos, cuadros de belleza inteligible? Cuando abordemos de nuevo esta cuestión, donde tendrán que unir sus caminos los sueños, los mandalas y laberintos, la mujer eterna y su símbolo que llamamos con sonidos griegos que dicen Sophia, entonces y no antes, veremos cuáles eran algunos de los sueños de René Descartes, y qué nos dicen o pueden decirnos en esta aventura que estamos iniciando a lo largo de las páginas de ese libro : La Mente en la Caverna, de David Lewis Williams. Gracias, lectores.

5 respuestas a «¿Diosas, humanas?»

  1. ¿Está definitivamente resuelto el tema de la cronología de los acontecimientos que nos llevan a la aparición del hombre actual en la Historia? Creo que no. NI las fechas están definitivamente fijadas, ni tenemos todos los datos precisos para dar respuesta a una gran cantidad de preguntas. Fíjense : sólo con el descubrimiento que están estudiando Arsuaga y su equipo en ese fantástico hallazgo de Burgos, ya se han removido bastante las aguas en muchos aspectos. ¿Cuántos hallazgos más esperan su turno? Esa es una de las cuestiones. Mientras, pensemos con los datos que tenemos.

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