Sueños mudos

21 Jun
Praga. Monumento (se moviente) en homenaje a Franz Kafka

Tal vez lo de “mudos” induzca a error, pues en realidad cualquier proceso que contenga significados, o sea susceptible de contenerlos, deja de ser “mudo”, pues en un sentido amplio “nos habla”. Así que con aclarar que ahora llamo “sueños mudos” a aquellos en los que ni el soñador dice palabras, ni tampoco las oye decir, queda la cosa aclarada. Son por lo tanto (como ya adelantaba en una nota del post anterior) “sueños sin palabras”.

No creo que haya muchas personas que nunca recuerden lo que sueñan. No digo que se acuerden siempre de sus sueños, sino que algunas veces se acuerden e, incluso, que tengan algunos sueños que les permanezcan durante largo tiempo en la memoria. Personas que no recuerden lo que sueñan, las hay, por lo que la experiencia me dice, pues en los años que vengo dedicando a interesarme por estas cuestiones oníricas, con algunas he coincidido que aseguran no soñar nunca.

Pero eso no significa que realmente no sueñen, lo cual es algo que, aunque posible, es muy difícil de darse. Más aún : yo diría que es una anomalía, y hasta puede que sea un tipo de trastorno. Con lo cual podemos establecer que la mayoría de las personas sueñan, y son muchas más las que suelen recordar sus sueños que no las que casi nunca los recuerdan.

Pues bien : de estas personas que normalmente sueñan y también por lo general recuerdan lo que sueñan, tengo por cosa segura que habrá bastantes que, a poco que se detengan un pequeño espacio de tiempo a considerar la cuestión que quiero plantear ahora,  (y que es la existencia de ese tipo de “sueño mudo o sin palabras”), estarán de acuerdo en esto : a veces tenemos sueños en los que oímos decir cosas, palabras o frases, a personas o entidades que aparecen en el sueño, o incluso hablamos nosotros mismos en dichos sueños, ya sea con gente por nosotros conocida en la vida de vigilia, ya sea con gente que no conocemos. La distinción entre sueños con palabras y estos otros “mudos” o sin palabras no creo que sea algo carente de su importancia, por lo que paso a razonar a continuación :

Si lo pensamos bien, al ser la función onírica un proceso que se da en los seres vivos durante el período de tiempo que pasamos durmiendo, un proceso que reside en nuestras funciones cerebrales, el hecho de que sea uno capaz de percibir sentidos o significados en aquellos sueños donde el lenguaje verbal está ausente, tiene un determinado valor a la hora de calibrar la naturaleza de los sueños, pues…, ¿entendemos lo que se nos dé a entender en esos sueños sin palabras de manera telepática, por así decirlo? ¿Existen en el soñar modos de entendimiento y de captación del sentido de las cosas semejantes a los que existen fuera del soñar, o algunos hay que sean específicos sólo de la función onírica?

Y más aún para dejar aquí por hoy esta cuestión : ¿conocemos al soñar más lenguajes de los que sabemos tener en nuestra vigilia? Y si no conocemos más, ¿por qué a veces tenemos la impresión de conocer lo que nos transmiten seres ajenos a nuestro vivir habitual, como puedan ser animales diversos o personas que identificamos con extraños a nuestra cultura y nuestro mundo? Volveré sobre estas cosas.

7 respuestas a «Sueños mudos»

  1. Esa enorme cabeza, en una plaza de Praga, se mueve como mirando de una lado a otro. Como puede observarse, hay un espejo en el suelo, en la base misma, casi, del singular monumento al genial escritor, y en dicho espejo se reflejan edificios, y como es lógico el propio contemplador del monumento.
    Praga, como saben, es una ciudad llena de arte.

  2. Acaso en algunos sueños tenemos la sensación de estar en un tiempo y en una “geografía” que no son nuestro tiempo ni nuestro habitual espacio, y sin embargo no por eso dejamos de entender lo que ocurre a nuestro alrededor. ¿Eso es algo que ha animado a diversos tipos de personas a practicar lo que se llaman “regresiones”? Es una cuestión también interesante.

  3. La plaza donde está la gran cabeza se llama Nove Mesto, es decir, “Ciudad nueva”.
    La escultura o estatua dedicada a Kafka es otra, pero este monumento, con sus múltiples reflejos y su enorme espejo en la base, me resultaron enormemente “kafkiano”, y plenos de ese especial sabor de los sueños “raros”.

  4. Muy interesante esta entrada Manolo.
    Creo que he tenido sueños “mudos”, pero no estoy segura, ya que como dices, aunque no escuchemos las palabras entendemos todo lo que ocurre y tal vez, al recordarlo lo haga pensando en palabras y no en otro tipo de expresión. Será cuestión de analizarlo más detenidamente a partir de ahora en mis experiencias oníricas.

  5. No en pocos sueños me he encontrado en épocas distintas, en lugares totalmente desconocidos pero a la vez familiares.
    Otros sin embargo, no han resultado tan familiares, pero muy reales y otros, tal vez, más fantásticos.
    Durante mi vida he tenido un sueño algo repetitivo, en el que sin embargo no me encontraba en una época distinta, sino que lo vivía en mi actual vida. Más tarde, en una regresión viví este sueño en su época real.

  6. Es conveniente anotar los sueños que se tienen, indicando día, fase lunar, y demás datos. A ser posible, si se despierta uno al poco de haber tenido el sueño, puede indicarse la hora.
    Todo esto sirve para clasificar los propios sueños, y eso, unido a la consideración de los estados de ánimos que se tienen, nos vale mucho para luego poder valorar con mayor certeza el sentido de nuestros sueños. Personas de la valía de Robert Graves, por ejemplo, han hecho esas cosas con gran aprovechamiento.

  7. En una próxima entrada, a no pasar muchos días este mismo fin de semana, abordaré el tema de los sueños eróticos, estudiados desde diversos puntos de vista. Ahí, espero la colaboración de los lectores, no importa que se presenten con nombres ficticios o seudónimos.
    Gracias.

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