Hacerse uno preguntas es un ejercicio de madurez y al mismo tiempo es algo que nos devuelve, en cierto modo, a la niñez. Sin preguntas no hay posibles respuestas, y las respuestas son para el ser humano, en gran medida, lo que acaba construyendo su mundo. La Ciencia nace de preguntas, del mismo modo que un determinado tipo de metafísica nace de respuestas. Pero (¡ojo!) de respuestas a preguntas que son un sinsentido, o falsas preguntas : ¿qué había antes de que hubiera «este» mundo, el Cosmos? Absurda pregunta, por más que en muchos manuales de Cosmología sea algo latente, cuando no directamente expreso. Y esto es una opinión que puede que sea muy discutible, pero es la que tengo, en este momento, sobre la cuestión del Origen de la Vida y del Universo.
Entrando ahora en lo que se ha formulado en el título de este escrito de hoy, el tema de los sueños y, dentro de ellos, qué puedan significar los sueños donde nos vemos en calles, o en callejones, o en lugares claramente urbanos, nos sean o no nos sean reconocibles en relación con los que conozcamos en la vida de la vigilia, ésa es la pregunta de hoy. ¿Qué puede significar soñar con calles, o con callejones? Veamos.
Calles, callejas, plazas, avenidas en ciudades…, etc., son frecuentes temas de cuadros, -temas del arte por lo tanto-, de poemas o de coplas ( : «Tu calle ya no es tu calle, que es una calle cualquiera, camino de cualquier parte»…). Y en los sueños, las calles y los callejones tienen también una presencia clara y nítida, por más que eso no signifique que esté claro lo que puedan significar esos sueños de calles o de callejones. Es cosa propia del ser humano pintar, describir y hablar de todo aquello que con-forma su entorno vital : animales con los que convive, seres que ve o que imagina, paisajes que son su entorno… ¿Cómo no iba a soñar con calles, con montañas, con ríos o con el mar?
Las calles, por lo general, simbolizan. En los sueños, digo. Y…, ¿ qué simbolizan? En principio, las calles simbolizan algo hecho por el propio ser humano, y también representan ese amplio mundo, fuera ya del hogar personal, de la vivienda o la casa donde «nos entrañamos», (esto es, nos metemos en nuestras propias entrañas), ese «mundo afuera del mundo adentro» al que tenemos que ir, necesariamente. Las calles significan nuestro destino, pues de un modo o de otro, las calles nos van a llevar, un día, a un lugar que es y no es el lugar donde «ahora y aquí» se encuentre uno. Eso, las calles. Pero, ¿y los callejones?
El sentido general del significado onírico de las calles (que suele ser positivo) es opuesto al de los callejones. Éstos suelen tener un sentido tendente a lo problemático, o de algo que tiende a ser cosa que debemos abordar y resolver. Estas cosas, como es obvio, tomadas siempre con mucho tiento y de una manera muy amplia. Nunca literalmente, sino de un modo metafórico. Quien sueñe que está caminando por una calle, sin más sentir ni con más elementos, sueña algo opuesto a lo que significaría soñar que se ve uno en un callejón, o entre callejones. Callejones (pongo por caso) que se suceden los unos a los otros en forma aproximadamente laberíntica.
Esto quiere decir que el sentido onírico de los sueños de calles es opuesto, ( : en tal valoración de «sueño positivo» frente a «sueño negativo»), al de los sueños de callejones. Un callejón representa en términos muy amplios algo que debemos abordar y dejar atrás en la vida, mientras que una calle nos pone ante algo que, sin más, vamos a hacer lo queramos o no : continuar nuestra vida como hasta antes, como la hemos ido llevando día a día. La expresión «un callejón sin salida» es bien expresiva, en este sentido : un callejón NO ES algo positivo en general, y si no tiene salida, ¿para qué les cuento? Todo esto, como es natural, tiene infinitos matices : los abordaremos. Pero ya, en entradas sucesivas. Por ahora, sólo nos resta añadir lo que sigue : hay que considerar siempre qué pasa, qué vemos , con quiénes estamos ( o no estamos : o sea, que su presencia nos falta ) en esas calles soñadas. O en esos callejones. Y hay que considerar si estamos solos (en el sueño) y tomamos ese estar solos como algo nada anormal, algo que no nos llama la atención, o si no lo estamos.
Lector : esto que acabas de leer, tómalo como la punta de un iceberg. El tema tiene infinitos matices, algunos de los cuales podremos tratar aquí, en este blog. Otros, imposible : no somos sabios.
En «El gran libro de los sueños» de Emilio Salas (Ediciones Martinez Roca, 1987) se puede leer esto :
Callejón.-
El significado de este sueño es el contrario al de calle. Soñar con un callejón es indicio de que estamos metidos en algo que no tiene solución.; puede tratarse de nuestra vida profesional, social o personal; de nuestros ideales o esperanzas, pero, se trate de lo que se trate, nonos queda más remedio que analizar cuidadosamente la situación, hacer marcha atrás, y tomar otra dirección.»
Está en Pág. 151 de la citada obra.
A lo ahí citado, creo que debo añadir algo :
He podido comprobar, personalmente, la realidad de este dictamen del señor E. Salas. En una etapa ya pasada de mi vida, y en circunstancias con las que tuve que lidiar de manera a veces muy penosas (pues, por así decirlo, yo estaba en clara desventaja) recuerdo haber soñado con callejones. Con estar yo como buscando la salida de unos callejones, en los que andaba algo perdido y rodeado de individuos de mala catadura y de muy innoble pinta. Tardaba en hallar un atisbo de salida, cuando despertaba del sueño, pero sin haber del todo dejado atrás los callejones. Algo aliviado, por ese atisbo de escape, pero no del todo. Este sueño se me estuvo repitiendo un tiempo : era un sueño recurrente. Hoy puedo decir que entiendo con nitidez el sentido de aquellas cosas que soñaba, pero en su momento, sólo tenía acceso a la penuria mental en me sumían estas pesadillas. Pues casi lo eran : pesadillas.
Otra cuestión referente a esto mismo que estamos tratando : los sueños que conoces porque otras personas te los relatan. Se trata de casos de gran interés, pues por regla general quien relata un sueño tiene una serie de elementos, por así llamarlos, a su favor : primero, resulta que de ese sueño, se acuerda. Le ha llamado la atención y no lo olvida antes de despertar; y segundo, lo refiere, lo relata : quiere que otra persona opine, al menos, sobre lo que ha soñado.
Los sueños que oye uno, bien porque se les refieran a uno directamente o bien porque esté uno presente cuando el soñador o soñadora los relate, tienen una gran importancia y su interpretación nos da pistas de un interés, para el estudio de estas materias, que están fuera de toda posible duda.
El sueño que tiene entre sus elementos el protagonismo de calles, avenidas, etc., o sea, un espacio urbano, y que voy a referir en un momento posterior (que ahora me urgen tareas que no admiten demora) y que oí referir a una persona de suma autoridad y, además, persona que era experta en estos temas.
Habrán notado el uso del tiempo pasado en el verbo : «persona que era…» : en efecto, dicha persona ya pasó a una superior vida (hablo desde mis creencias, como es obvio) y no puede ratificar esto que escribiré sobre el sueño que tuvo y que yo le escuché referir. Pero eso no resta validez a lo que escriba. Gracias.