Terapias de sueño

14 Ago
estatua de Asclepios, o Esculapio

En un texto anterior, del 28 de febrero del año en curso (2012), titulado “De los sueños : el Comienzo”, se trataba del curioso y, a mi entender, bien avanzado procedimiento de medicina natural que practicaron los griegos clásicos, desde el siglo VI a. de C. al menos, y que se realizaba en templos dedicados sobre todo a este menester : la curación de ciertos males por medio de tratamientos oníricos, donde el paciente acudía a esos templos, en los que dormía, y era asistido por unos sacerdotes expertos en el tema : onierólogos, posiblemente. Puede incluso que se cultivara, ya en un estado de tratamiento más intenso, las oneiromancias. Eso último, ahora, lo dejamos de lado : será abordado con mayor detalle en otro texto.

Dichos templos, como el de Epidauro, uno de los más famosos de su época y no mal conservado en la actualidad, solían estar bajo la protección de Asclepios, nombre griego que se latiniza en Esculapio, dios de la medicina, o simple hombre sabio luego deificado. Las prácticas terápicas por sueño de aquellos tiempos deben considerarse antecesoras de otras, ya muy actuales, y también de planteamientos de nuestra misma época, como los que en su día hiciera el doctor don Luis Cencillo, cuyos libros y teorías están al alcance de cualquier lector que desee conocerlos.

En este texto sólo decimos, de momento, estas cosas, y reproducimos una imagen, conservada en forma de estatua, de notable perfección, de ese griego, real o mítico, como se le quiera considerar, pero de indudable presencia en todo el mundo clásico antiguo del que nosotros, los occidentales europeos, venimos.

(Continuará)

5 respuestas a «Terapias de sueño»

  1. No está de más saber que entre los griegos clásicos el sueño era algo a la vez considerado como vía de conexión entre el hombre y los dioses, y también era algo “racionalizable” : de ahí su inclusión en las terapias médicas.
    Muy otra es la postura al respecto de la cultura hebrea : el sueño, en los textos bíblicos, está más en el ámbito de la conexión con lo divino, o con lo sobrenatural, que no en la de lo racional. Por otra parta, hay estudios de los sueños en el Antiguo Testamento ( en la Colección Austral existe un libro sobre el tema ) así como estudios concretos de libros específicos, como el Libro de Daniel, donde más que de sueños se habla de visiones.
    Distingamos, pues, entre “sueño” y “visión”.

  2. Lo divino y lo sobrenatural no existe; eso es evidente, señor Laza. Lo desconocido o ignorado sí -existe-; eso también es evidente.

    Un saludo.

    • Muchas gracias, señor Holden, por su comentario. Por lo que a mí respecta, trato de poner ante los lectores cosas que un día fueron creídas, o que se creían saber, y no tomo partido por ninguna creencia ni tampoco por ningún descreimiento. ¡Ya quisiera yo tener certezas como las que usted muestra!

  3. Gracias por su respuesta, señor Laza.
    Yo sólo tengo algunas pocas certezas (y no veo por qué usted no puede tenerlas también). Casi tan pocas como evidencias: Tengo un coche, algunos amig@s, un gato, 17 macetas, vivo en una democracia amañada y en un país muy injusto, suelo escribir en blogs, como todos los días (de momento), respiro con normalidad (de momento), los burros no vuelan, dios no existe,y pocas más. Sin duda me gustaría disfrutar de muchas más certezas, pues desafiantes ignorancias y desconocimientos nunca me faltarán, eso es evidente.

    Un saludo, señor Laza; y tome usted partido, ¿Por qué no hacerlo?

  4. Muchas gracias, señor Holden, por su respuesta de nuevo. Le diría que hay algo que detecto tiene usted, aunque no lo nombre : excelente sentido del humor. Me encanta lo que dice de sus macetas : que son 17. Decía Juan Eduardo Cirlot en un poema, sobre los números, que “el 17, busca”. Es un número buscador, pues. Al igual que lo somos todos de algún modo : buscamos certezas. A veces, desde incertidumbres. Y buscamos respuestas o incluso nuevas preguntas, casi siempre. Es ese “venenillo” de la ciencia, inserto en los seres humanos, ¿por ese dios que no existe pero que sí que es? Porque existente o no, dios es un motor o lo ha sido, para bien o para mal de muchas culturas y civilizaciones. Yo no soy creyente nada más que al modo machadiano, cuando puedo serlo. Nunca pierda ese sentido del humor, y participe usted mucho en estos blogs : su presencia anima, señor Holden. Desde luego, yo le agradezco sus comentarios, y ¡cómo los he echado de menos en anteriores publicaciones! Salutem plurimam, domine Holden!

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