La Luz como Enigma.

5 Abr


Muchachas en la ventana

“ … Ah! Otra cosa…

¿Otra cosa? Sí, díganos.

¿Les miran muchos?

¡Oh, sí, muchísimos! Pero…

¿Sí…? Pero…, ¿qué?

Que nos ven muy pocos… ¡Poquísimos!”

Esto que antecede es la prolongación -fingida- de un diálogo que se puede leer en las páginas 11, 12 y 13 de “Conversación en un futuro cualquiera”, que es el

Texto para el catálogo de la obra de Max Neumann,

y que es el inicio del libro de Cees Nooteboom (que en otras ocasiones hemos citado en este mismo foro) titulado “El enigma de la luz”.

Ahora será el lector quien elija y decida, si se conforma con lo que aquí pueda leer, o si acude al libro que citamos. Y, una vez que haya decidido cuál será su opción, tendrá ante sí otra singular y yo diría que también apasionante tarea : ¿quiénes son los que mantienen esa “conversación en un futuro cualquiera”, los astros en el espacio, los actores de una obra dramática o una comedia, los lienzos, las obras de pintura en un museo, cuando se hace la noche, o las cosas que están pintadas en los cuadros, por ejemplo, en los cuadros de Max Neumann? Las cosas y los seres que vemos pintados o insinuados en las obras de arte, estimamos, nunca son “inocentes” : nos tratan de involucrar en algo, además de decirnos algo. Por lo pronto, nos reclaman atención, esto es, atenta mirada, reflexiva mirada. Y luego, en no pocas ocasiones, nos regalan luz…

Elijamos ahora nosotros aquella opción última : las cosas, las que están representadas por Max Neumann en sus cuadros, ésas son las que hablan. Pero no sólo entre sí, sino  sobre todo con un supuesto visitante del lugar donde se hayan, ya sea museo, ya sea galería de arte.

Y el tema del que hablan es la luz, aun cuando en apariencia sean ellas, esas “cosas”, los “objetos de atención” de un artista. Igual ahora dará que se trate de los corderos de Max N. en uno de sus cuadros, que del cordero de Zurbarán, que M. Neumann conoce y re-conoce, y que nos llega como por arte de magia desde el Siglo de Oro del Barroco Español, en realidad todas las palabras (como todas las miradas, casi) es a la luz a lo que atienden. A la luz, además, como enigma.

Y ahora : ¿por qué ? Quede ahí la pregunta, y sigamos.

La luz de que hablan los físicos no es la luz que vemos al amanecer, ni tampoco es la luz de la que los pintores. La luz que hay en las cosas es, – y a la vez, no es -, la luz que vemos en el espacio y la luz de la que hablan los pintores, pero nunca es la luz de que hablamos cuando se dice eso de “siglo de las luces” o “a la luz de la razón”.

Y tampoco se habla ahora de la luz de los poetas, por ejemplo de Pedro Salinas cuando dice aquello de “la luz lo malo que tiene es que no viene de ti /…/ quiero más tu oscuridad.” EnLa voz a ti debida” lo escribió. Aunque estas observaciones puedan parecer enojosas a algunos, no lo son. En nuestro modo de ver, no lo son.

Y a lo largo de este texto seguramente quedará claro por qué. Desde luego, entre otras, eso intentaremos. Remito de momento al lector a un texto anterior a éste, porque en él ya se abordaba algo que ahora no está de más tener presente. El “puente” o enlace es éste:

Comunidades – La Voz al Vuelo – El CUARTO ELEMENTO

Cuando se dijo en el ámbito de la pintura que a partir de Velázquez la Pintura habría de tomar otros derroteros porque el gran maestro sevillano, pintor de cámara de  Felipe IV, ya había logrado “pintar el aire” esto es, hacernos ver el espacio mismo que hay entre los objetos en sus cuadros, se estaba hablando de la luz. Pero de un tipo de luz que no era ni la del “Fiat Lux, et lux facta fuit” del Origen, ni la que se contempla en la famosa fórmula E=mc2. Ese c2, como sabemos, representa el cuadrado de la velocidad de la luz, y no es (a la  vez que no tiene más remedio que ser) la luz que se pinta (en un lienzo). Y hay más :

El día 19 de marzo, sábado, este mismo diario, La Opinión de Málaga, publicaba una información interesante acerca de los estudios que sobre el organismo humano, en especial el cerebro, ejerce el aumento progresivo del adelanto de la salida del sol.

(Para aquellos que estén interesados damos también el correspondiente enlace, eso que en inglés se dice link :

Mal humor y cansancio con la luz del sol – La Opinión de Málaga).

Estos datos y estos “puentes” hacia otros textos, amigo lector, no sean cosa caída en saco roto. Acuda usted a ellos cuando tenga ganas y ocasión, y será entonces más hacedera la crítica a lo que ahora está leyendo, que no es más que una mínima parte de lo que, andando el tiempo, quisiéramos poder poner en estos foros, que ahora, y para no alargar en demasía este texto, nos limitamos a dejar escrito lo que sigue:

El enigma de la luz está tanto en las cosas que vemos representadas como en la mirada con que las enfocamos y vemos. No hay enigma posible sin una mente que lo conciba, como no hay ni luz ni oscuridad posibles sin unos ojos que pueden captarlas a esa luz, a esa oscuridad. Y la luz de los pintores, es y no es la luz de la intuición, la luz de la inteligencia, y también la luz de los que estudian las aparentes contradicciones del mundo de los quanta. En este último sentido, en relación con las cosas de la mecánica cuántica, con el doble funcionamiento de la luz, por ejemplo, como onda y como partícula, sírvanos de ejemplo el que sigue:

En la lengua pasan cosas por el estilo, hechas las salvedades oportunas. Así, el signo /a/ puede presentarse como elemento de una palabra sin significado propio alguno, como sería el caso de la /a/ de “a-lbo”, o con valor semántico-morfológico propio, como en la /a/ de “niñ-a”, y hasta como palabra independiente con opciones a entrar en frases y sintagmas más complejos, como la /a/ de “os veo a vosotros”.

Seguiremos con el tema. Gracias.

La imagen que ven arriba es un cuadro de Murillo, “Muchachas en la ventana”, que se encuentra en la National Gallery of Art, en Washington.

Una respuesta a «La Luz como Enigma.»

  1. Sobre la imagen del cuadro de Murillo que se ve en la parte superior de este texto, yo diría que no cabe titularlo ni como “Muchachas en la ventana”, ni como “Mujeres en la ventana”, pues uno ahí lo que ve es más bien una mujer, ( que pudiera ser la sirvienta de la muchacha), y un a jovencita. Esa primera impresión me viene a la luz de la mente. Cada cual opine.
    Gracias, de nuevo.

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