Hay científicos y estudiosos que a veces escriben al margen de su ciencia y nos ponen ante realidades de todos conocidas pero por pocos denunciadas
La relectura de libros como el que reúne una serie de trabajos, artículos bien documentados todos ellos, del ilustre lingüista Noam Chomsky, – innovador, por cierto, en el terreno de su especialidad -, que denuncia con brillantez las prácticas intimidatorias e ilegales de los grandes poderes del planeta, del Imperio USA sobre todo, aunque no sólo de esa gran potencia mundial sino de otros poderes fácticos que igualmente se sitúan por encima de la Ley según les interese, es siempre una re-lectura útil y de varia enseñanza.
Enseña al lector antes o, mejor dicho, a la vez que otras cosas, que denunciar a veces se queda en sólo eso: el puro dedo acusador, el simple gesto. Y poco más. ¿Recuerdan aquello del que que señalaba con un dedo a la Luna y veía cómo los bobos miraban su dedo y nunca veían la Luna? Pues en eso quedan muchas denuncias de atropellos y tropelías diversas.
En la anécdota que refiere Chomsky, y que está tomada de San Agustín, de la breve charla entre un miserable ladrón de los mares y Alejandro Magno, y donde el pirata le dice a Alejandro, (más o menos, pues que cito de memoria): “tú, tienes una gran flota, y eres Emperador. Yo, un único barco : por eso sólo soy pirata”. Ahí, en esas palabras, queda relativizado el grave problema de una “civilización” edificada sobre pilares de poder y más poder, dominios y más dominios, y de enfrentamientos crueles. Y crueles hasta límites sin término, indecibles. ¿Sigue de actualidad el libro de Noam Chomsky? ¿Están vigentes hoy, mutatis mutandis, sus aceradas denuncias? Creemos que sí. Y peor aún : nos crecen los enanos, o sea, los piratas.
Creador de una crucial teoría lingüística que desarrolla a partir de su tesis doctoral y que se conoce como Gramática Generativa, Chomsky postula la existencia de un “órgano innato del lenguaje”, responsable, en el propio cerebro humano, de una Gramática Universal (GU) de las que las diferentes gramáticas particulares no son sino con-formaciones derivadas de esa base única. Pese a su aportación a la Ciencia del Lenguaje, a Noam Chomsky, que en la actualidad va camino de los 83 años, se le conoce hoy más por su activismo en el pensamiento crítico del poder que obra contra todo derecho humano, que no por sus aportaciones, originales y decisivas, para con la Ciencia del Lenguaje. El futuro cambiará eso, creemos. O si no lo cambia, lo pondrá en equilibrio. Sería deseable.
La obra científica del filósofo del lenguaje y psicólogo, historiador de su disciplina y crítico lúcido de las teorías de su época, profesor del prestigioso MIT estadounidense, sus críticas a los abusos de los poderosos, en especial centrándose en su propio país, los EE.UU., (e Israel), se entrecruzan y no entran en contradicción. Todo lo contrario: su capacidad de análisis avala sus críticas. Por ese motivo, entre otros que no podemos abordar, leer hoy “Emperadores y Piratas”, (recomendanos la edición en Bolsillo del 2002, aumentada con un par de escritos más, y actualizados), es un ejercicio de reflexión que creo útil y preciso en un mundo tan convulso como el que nos ha tocado vivir, en especial a partir de esa “globalización del terror” a partir del 11-S. Si no antes, incluso. Personalmente me quedo con la Introducción del 2002, y con el texto 6, añadido en la edición que manejamos: “El mundo después del 11 de septiembre” (2001), de página 237 a página 260. Pero todo el libro es paradigmático, y aplicable a otras grandes potencias, no sólo USA, no sólo el estado de Israel: ¡qué pocos poderes se salvan de las denuncias chomskianas!
Emperadores, Piratas
20
Mar