Escrache a Halloween

31 Oct

LVMM
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Acaba el mes de Octubre y desde hace tiempo lo finaliza uno con miedo en el cuerpo. Con malestar. Aguantando la presión del timbre que cuando suena significa que va a aparecer un chiquillo de Mangas Verdes, Cerrado de Calderón o el Nuevo San Andrés vestido de Drácula y gritando: Truco o trato.

Hemos tenido la suerte de que, por mano del destino, esta frase para pedir chucherías con amenaza se pronuncia bien y fácil, siendo asequible para el total de los mortales. Menos mal que el que decidió traducir la frase impidió que al abrir el portón de su hogar no asomara la cabeza una gentil criatura de Segalerva exclamando: “ehtrataéma o pahto”.

Ante esta maravillosa festividad -¿?-, son muchos los malagueños que debaten al respecto de si asumir o no este evento y de lo positivo o no para sus churumbeles el adquirir experimentos de fuera sin tener claro los propios.

Es evidente que los muy tontos defienden a capa y espada el sí o el no de la cuestión sin dejar margen a la normalidad. Al equilibrio. Así, nos encontramos en nuestra ciudad con colegios públicos, asociaciones de vecinos públicas, juntas de distrito públicas, peñas y demás lugares de disparo con pólvora ajena en los que sacan el mayor jugo posible a Halloween pero después no montan un nacimiento en Navidad por aquello de no mancillar los sentimientos personales del individuo en su parcela de búsqueda interna de la sabiduría. Estupideces.

En cualquier caso, sería atractivo comenzar a investigar sobre el interés de lo público por celebrar algo que ni nos va ni nos viene. Entiendo que no gasten en nada. Se comprende pues estamos con elevados niveles de mojamismo. Y es por eso mismo, que resulta extraño observar cómo se reproducen de forma pasmosa celebraciones de Halloween en todos los distritos. Sería bueno conocer con qué criterios se decide celebrar esta fiesta y no otra. Sería positivo saber quién se encarga de organizarlas. Quisiéramos conocer si son los propios vecinos los que ponen algodón pegado a las paredes o si es una empresa privada la que está organizando en toda la ciudad la fiestecilla de los sustos con el dinero de todos.

Esto es Corea. Y aquí hay poco. Y lo poco que hay sería bueno saber en qué se gasta y con qué motivo. Es evidente que el ente municipal no puede dar servicio a todas aquellas fiestas que se celebran en la ciudad aún siendo minoritarias. Queda por tanto pre claro que la de Halloween tiene pinta de ser pedida por millones y millones de niños en Málaga. ¿O no?

Sería raro pensar que nuestro Ayuntamiento se convierta en una gran superficie promoviendo fiestas con el único propósito de vender. O sí. Lo malo es que solamente se enriquezcan uno o dos y nosotros nos quedemos con la boca abierta, vacía y soportando esta mierda de fiesta. Uy no. Perdón. No quería decir eso. Quería decir esta fiesta de fantasía y terror que hace las delicias de niños y adultos. Sí. Eso.

Como no queda más remedio que soportar esta deposición, animo a todos los ciudadanos de esta bendita ciudad a salir a la calle y disfrazarse en condiciones. A crear un ambiente terrorífico. De miedo del bueno. Aunque pensándolo bien, en Málaga, siempre es Halloween. Esta ciudad siempre te está dando sustos y provocando tensiones.

Algo hay que hacer y qué mejor manera de luchar contra lo que no nos gusta que haciendo un buen Escrache. De esos que le hicieron el otro día a la Presidenta de la Junta de Andalucía –me gustaría saber si se lo habrían hecho a un hombre-. De esos que nos dejan en evidencia por culpa de unos cuantos. De esos que manchan una fecha especial en el calendario y emborronan un aniversario como el del Museo Picasso pero a que a algunos se la trae al fresco por no ser ellos los protagonistas.

Está claro. En Málaga vamos a hacerle un escrache al Halloween eterno. Vamos a acosar a aquellos que nos asustan con sus máscaras. No queremos más disfraces de político estirado que pierde la calma cuando la foto no es a él. No queremos más disfraces de dirigente con la cara desencajada por participar, obligada por su partido, en algo que avergüenza a todos. No queremos más disfraces de edificio en ruinas. Ni queremos disfraz de Moneo ni regalado. No queremos vestimenta de lazo rosa por el Cáncer de mama con megáfono y silencio al hablar de los recortes en salud preventiva para la mujer. No queremos disfraz de grúa que pone multas sin policía. No queremos disfraz de coche con cámaras cuyo único objetivo es multar y recaudar. No queremos disfraz de cultura de saldo y exposiciones del amigo del vecino de la prima del que manda. No queremos felicitaciones al CAC por su aniversario y silencio al Picasso por ser gestionado por otra institución.

Tampoco queremos más disfraces de gestores que usan las instituciones como cortijos sin diferenciar el plano público del personal.

No sé si se podrá conseguir. Porque Málaga en ocasiones se vuelve muy oscura. Y llena de brujas y fantasmas. Sobre todo fantasmas. De esos hay la tira. El problema es que no se van ni con ajo, ni cruz de madera ni con agua caliente.

Por cierto, gracias Sr. Luna por sus dos cajas repletas de libros. Son preciosos y me hacen valorar mucho más el trabajo que desde la Fundación Casa Natal de Picasso se realiza en pos de la cultura malagueña. Muy agradecido.

Viva Málaga.

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