Gaudeamus iFitur

31 Ene
Foto: D.V.R.

Ya ha llegado la fecha. La gran semana. Todos nos volcamos. Se vuelcan. Málaga vive de los pieles rojas con calcetas blancas y una de las grandes lonjas donde se mercadea con ellos es Fitur. La española. La gran feria del turismo para profesionales. Repito. Profesionales.

Andalucía, por sus características grandiosas, copa gran parte de la feria. Los más. Los mejores. Los potentes. Y con razón. Nuestra comunidad ejerce de anfitrión de la fiesta y Málaga de cabeza de este grupo. Somos los full equipe. ¡A pulso!

Durante estos días se enseña la ciudad. Se vende lo que tenemos y lo que no un poquito también… Ahí está lo más divertido. Se enseñan Málagas que no existen del todo. Con proyectos firmados con su roll-up y su foto pero sin ejecutarse. Todo revestido de fantasía. No pasa nada. No tienen por qué enterarse.

Entre tanto jaleo te encuentras las broncas internas. El Alcalde de Torremolinos con sus repúblicas independientes y su noche del pescaíto. ¿Ein? ¿Noche del pescaíto? Pero si eso es lo de la feria de Sev….-me están apuntando con un arma. Era broma. Eso es de aquí-. A la vez que se comen boquerones fritos y caramalito, en otro lugar de Madrid se sucede  la presentación de Málaga, la capital, que enseñaba la nueva imagen. Un ojo preciosísimo con la Catedral. Así tipo gran hermano… Gran Germano podrían poner para atraer a los pálidos esos. Menos mal que no salen las humedades de la SICB… ¡Otro pulso!

“Mira Málaga”. Así se presenta el nuevo eslogan para atraer al personal. Yo creo que estaría más rematado si fuese “Mira Málaga pero no la toques que está que se cae”. Claramente no lo han puesto porque es muy largo y no cabía en el tríptico.

La estructura fundamental de esta campaña reside en que cale el mensaje de lo profundo e interesante que tenemos que enseñar pensando en el turista nacional. Y es cierto. Málaga es mágica. Hay que rascar pero tiene categoría de la buena. De la que se enseña y gusta. Pero hay que saber enseñarla. Y ahí creo que es donde patinamos. Patinan.

El turista nacional sabe lo mismo que nosotros. Se puede decir que nos conoce prácticamente pues estamos al lado. Y nos mostramos –nos muestran- rodeados de políticos de todas las gamas y colores. Todos ahí con el cartelito colgado. Tela. A día de hoy creo que la efectividad de un servidor público, por desgracia, en cuanto a publicidad se refiere es de las menos eficaces del mundo.

Hay de todo, como en botica, pero por cuestiones del destino y de más de un pillo, esa imagen de personajes que disparan con pólvora ajena no es de lo más efectivista. Y si se pretende captar al público nacional ni hablamos.

¿Y por qué no se apartan? No lo sé. Es complejo. Raro. Pero es cierto que en actos como estos se observan recubiertos por un halo de bondad. La bondad que te otorga ver tras ellos una túnica de un nazareno, tu Alcazaba o la plaza de la Merced. ¡Ay! Saben conquistarnos como nadie…

El problema es que son los mismos de los ERES y los despistes. Son los mismos de los despachos de miles de euros en mobiliario. Los de los museos inexistentes y los patinazos del “y tú más”. Mejor no pensar. Que no piensen.

El stand de Málaga tiene algo curioso que llama la atención. Bueno. Igual solamente me ha llamado la atención a mí que soy un poco avinagrado pero me produce cierto sonrojo. En uno de los grandes paneles han colocado una preciosa foto de Málaga desde Gibralfaro. ¡Inédito! Justo debajo una biznaga y a la derecha una nube de conceptos e ideas que reflejan nuestra ciudad. Ciudad cuyo nombre se sitúa en el centro del panel. Yo solamente los voy a transcribir. De izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. Ahí va: -ciudad hospitalaria-ciudad accesible-ciudad de museos-ciudad tecnológica-ciudad de culturas-ciudad accesible-ciudad milenaria-ciudad tecnológica-ciudad de museos-ciudad de culturas-ciudad hospitalaria-ciudad milenaria-ciudad innovadora-ciudad de español para extranjeros-ciudad de culturas-ciudad de museos-ciudad de culturas-ciudad accesible-ciudad milenaria-ciudad tecnológica-ciudad hospitalaria. ¡Otro pulso!

Y no. No me he confundido. No lo he copiado dos veces. Ni tres. Ni cuatro. No. Esa es la Málaga que han plasmado en la pegatina. Qué raro. Cuatro veces ciudad de la cultura. ¿Eso es por los museos que no se hacen o por los edificios en abandono? Que no. Que no es por ser quisquillosos. Pero una cosa es decir que tu niña es mona pero muy simpática y otra que asuste a las cobayas. Un término medio.

No vamos a vender Málaga enseñando el cine Astoria. Ni la vamos a vender derribando los acuartelamientos de la Trinidad. De ninguna de las maneras. Pero al menos se podrían trabajar un poco mejor esto. Porque Málaga merece mucho la pena. La capital. Y sale barato arreglarla. Casi tan barato como los desplazamientos de tanta gente a Fitur. O más. Y de camino vender lo que la gente quiere. Aunque dé pena. Porque a mí me no me gusta ver túnicas de nazareno en un stand. Y no me gusta ver incienso ni enseres. Pero es un buen producto, original y de calidad. Lean en negrita lo de original. No es copia.

Me quedo con la guasa de Salvador Pendón cuando habla de su frustración por no haber podido disfrutar nunca de la cena del pescaíto con Parada, Marujita y Encarnita Polo que prestaban su inimaginable glamour al evento torremolinense de cara al público.

Por favor. Vendan bien esta tierra. Que vale mucho más que todos nosotros. Piensen que lo están pagando ustedes de su bolsillo. Igual así se preparan las cosas mejor.

Viva Málaga.

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