La cocina moderna merma: Willie Orellana

22 Nov

Málaga es, en cierto modo, un poco pilingui. -¿Cómo dice caballero?-. Sí. La pobre no tiene dinero suficiente como para mantener su personalidad propia y en muchas ocasiones tiende a mutar en una explanada de atractivos turísticos prefabricados.

Prueba evidente de esta situación es el desaguisado del puerto con sus tenderetes cutres para que el señor turista compre a su mujer unas elegantes chanclas o un típico plato de cerámica con El Cautivo, El Cenachero y unas castañuelas.

El ingreso de dinerillos hace que Málaga no pueda permitirse tanto como debiera, el disfrutar de espacios de categoría suprema que sean territorio exclusivo del ciudadano local.

En el aspecto gastronómico, la situación se hace aún más compleja y se cuentan con una mano los sitios donde no sentirse extranjero en tu ciudad. Encontrar un lugar que represente a la ciudadanía de Málaga es muy difícil. Por lo general pasas de franquicia en franquicia. Aquí el local donde te sientes en flamenco… Allí el local donde te sientes en una taberna de hace 100 años pero se abrió ayer…Más alejado está el de las paellas. De día paella. De noche paella. Por la tarde paella. Y después están los últimos. Los más peligrosos. Los que ponen a un caballero pícaro en la puerta del bar a pescar. A pescar clientes. Si tienes cara de tonto o de extranjero eres su presa.

Es el tipo que te ofrece “pescaíto frito de Málaga” los Lunes. Ese… el de la camisa llamativa y el diente de oro. Huya de ellos amigo… Corra si es preciso.

Gracias a la Virgen del Carmen, hay grandes lugares. Reductos de la malagueñismo bueno. Moderno. Sano y con futuro.

Lo descubrí hace tiempo. Se llama uvedoble y lo dirige y trabaja un grande de Málaga: Willie Orellana.

El apellido lo dice todo. Orellana es Málaga. Es apellido de calado. Sin boato pero con categoría. Castizo y con raíces. Orellana huele a Maristas, a calle Císter y a tabernita frente al Chinitas. Pero también huele a futuro que ya es presente.

Willie se forma hace casi dos décadas en la escuela de La Cónsula y comparte cucharas con grandes chefs de renombre. Como en la mayoría de los casos, los inicios transcurren entre cocinas ajenas en las que va cogiendo horas de vuelo hasta que en el año 2010 abre su propio establecimiento.

Primera pista: Lo llama taberna. Sí, taberna. En una ciudad en la que se han utilizado conceptos tan grotesctos como “tapería” por miedo a llamarlo bar, Willie pone sobre la mesa un buen nombre. Sencillo y honesto de lo que representa su casa, una taberna.

Cumple los requisitos. Es pequeño. De apreturas cuando se llena. Con aceitunas y buen vino. Pero es nuevo. Limpio y fresco.

Se sitúa en todo el meollo de la ciudad. Pero apartado del tumulto de Stevens y Margarets que recorren las calles en busca de paela. Y la gente de Málaga lo ha localizado. Y acude en masa. Hay que ir con tranquilidad pues un par de vueltas al centro podrás dar perfectamente hasta que encuentres sitio.

Y cuando entras te sientes bien. Porque estás en Málaga y encuentras sitios buenos que no venden lo añejo en su decoración sino en los platos. Porque no es necesario probar nada para saber que es un cocinero honrado. Porque una carta que nombra a Antequera, a Málaga, al morrillo, a la manteca colorá o a los calamaritos no puede ser mala en la vida.

Willie lo ha clavado. Ha sabido traducir Andalucía a los sabores y ponerlos sobre una mesa del sigo veintiuno. Y la gente, que no es tonta, ha respondido. Porque no hay nada mejor que una taberna. Un sitio cálido donde comer y hablar. Y que haya vino. Y que sea de tu tierra. De Málaga. Y que sea bueno. ¡ole!

Andalucía imparable. Así rezaba un eslogan publicitario que promocionaba nuestra tierra. Con gente así lo es y lo será siempre.

Willie es joven. Simpático y buena gente. En la cuarta de terreno que es su taberna es fácil verlo. Al fondo, desde el cristal por el que se asoma la cocina. O por las mesas agradeciendo lo que no es necesario.

En uvedoble te encuentras la otra Málaga. La verdadera. La de la gente de aquí.

Caballero haga el favor de ir. Y si tiene la suerte de encontrar sitio entre. Y salude a Willie de mi parte. Y tómese un vino de Ronda. Y pruebe. Invierta en su tierra. En la exclusividad de lo sencillo cuando está bien hecho.

…la de las mil tabernas y una librería.

Viva Málaga.

10 respuestas a «La cocina moderna merma: Willie Orellana»

  1. Enhorabuena a willy por ese sitio tan fatastico. Desconocido para muchos pero imprescindible para otros. Y enhorabuena al amigo León que consigue sacar a la luz los malagueños que verdaderamente hacen ciudad y lo merecen. Gracias a los dos.
    Miguel S.

  2. Enhorabuena a Willie. Es un sitio más que recomendable. Qué pena que esté uno tan lejos y sólo pueda disfrutar de la cocina de Willie un par de veces al año….

  3. Ciertamente es uno de los sitios de referencia en el centro. Una gozada. Da gusto ir, aunque siempre es dificil porque suele estar hasta la bandera! No fallas nunca, y la carta de vinos es verdaderamente estupenda, moderna, con referencias muy interesantes. De los 3 sitios más recomendables del centro

  4. Y podra ser , que Malaga la tomemos lo malagueños de nuevo, como los años que no existian tanta gente de fuera, de forma que esa gente entienda lo que era esta ciudad,con nuestro roberto y su ctb, con sus cadillos en casa Romero y su bacalao en Pozos dulces, su semana santa de las esquinas, cuanta nostagia, coño.

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