Amanece que no es poco

7 Feb
Un hombre sembrado en Albacete

Albacete es, sin duda, un lugar fascinante y lleno de prodigios. No hay más que ver la célebre película “Amanece que no es poco” de José Luis Cuerda que ha vuelto a ser proyectada en “La Térmica” con ocasión del ciclo “Palabras mayores”, donde ha acudido el mismo director para abrir un coloquio con los espectadores sobre el contenido de este film, que, después de veintiséis años de su estreno, es considerado por aclamación la mejor película española de los últimos sesenta años.
Afirma el director que su creación no es surrealista como se ha venido diciendo, dadas las situaciones disparatadas y alucinantes, que la hacen singular, y tendrá razón. La Mancha ya era en sí misma surrealista antes de que existiese el surrealismo, cosa que demuestra “El Quijote”, un personaje que es sólo concebible en esta tierra a cuyo nombre se asocia. Qué tendrán esas llanuras pobladas de ovejas que hacen aflorar tan delirantes fantasías e inspiran la creación de criaturas de ficción tan divinamente absurdas.
Mucho le deben la literatura y el cine español a las tierras manchegas, pues manchego es también otro cineasta, cuyo nombre ha trascendido a título universal, pese a las reticencias de los académicos compatriotas, aunque la fórmula de su éxito es, en esencia, similar. También el oscarizado Pedro Almodóvar mueve sus tramas sobre los andamios del más tremendo disparate.
Algo hay en la Mancha que despierta la imaginación de sus criaturas a niveles delirantes. Esa chispa que también alimenta la magia onírica de los pinceles de Antonio López y sirve de escenario a las parodias de José Mota. La Castilla, pobre y rural, que tanto celebró la Generación del 98 como alma Mater de España en sus pateados ensayos de viajes, les conquistó el corazón y les gastó las alpargatas. Esas monótonas y áridas llanuras que son el corazón de nuestra intrahistoria y la llave de nuestro genio.
La Mancha, de sol a sol, basta eso para hacer arte, pero también la mirada de un Cervantes, de un Antonio López o de un José Luis Cuerda que ha hecho de un pueblo de Albacete, el lugar de los prodigios. No hay tierra pobre si la imaginación es rica. Y ahí está el problema; lo que explica que se lleve y se traiga la maravillosa película del manchego de ronda por toda España como garantía de calidad del actual cine español, principalmente, porque en el cine actual español haya tan poco que llevarse a la boca en cuestión de calidad y gracia.
He sido, como saben mis pacientes lectores, una acérrima defensora del cine español, pero tengo que reconocer que últimamente anda en picado. Tanto que cada vez me da más pereza ir a un estreno, incluso anunciado con bombo y platillo, por la muy fundada sospecha de que la cosa será un auténtico boniato. Y lo peor es que a la sospecha sucede la certeza; lo dicho un boniato; si son comedias no tienen gracia y si son tragedias un tremendo tostón de aburrir hasta a las ovejas. Por alguna razón, se ha perdido ese género intermedio tragicómico que era el orgullo de nuestras pantallas patrias y no por falta de medios económicos, pues nuestra comedia negra de tiempos de Rafael Azcona, se rodaba en condiciones de mucha más gravosa penuria, aunque con ese talento preciso y precioso de hacer crítica social con el humor como herramienta clave, que era el único modo de burlar a la censura. El bendito humor absurdo que tiene sus antecedentes en Miguel Mihura, Jardiel Poncela y Wenceslao Fernández Flórez, de quien, por cierto, José Luis Cuerda tomó una novela para elaborar el guión de una de sus mejores películas, “El bosque animado”. O sea, lo que ha hecho José Luis Cuerda, muy inteligentemente, es retomar una fórmula tradicional española que da resultado en lugar de intentar hacer desgraciadas emulaciones del cine independiente americano, asunto en el que se empeñan jóvenes cineastas españoles con soporíferos resultados. Que es como si un escritor español en lugar de tomar el ejemplo de Cervantes, se obstinase en copiar a J.D. Salinger, lo que también sucede por desgracia.
Y digo seguir lo mejor de la tradición española, pues de recuperar lo peor sí que se encargan quienes estrenan comedias con un tufillo a Pedro Lazaga y Mariano Ozores que echa para atrás.
Pero, en fin, que pronto se celebrará la gala de los Goya y, como en las últimas ediciones, no ganará la mejor película sino la menos mala. Y los actores hablarán del ministro Wert y del 21% de IVA, que se lo está poniendo imposible y tendrán razón, porque al público nos pone remolón pagar siete euros por ver una película y encima llevarse un disgusto. Sea la película española o no, ya que los boniatos a nivel internacional se están convirtiendo en una tendencia generalizada y ni dan ganas de descargárselos gratis. Así que lo que queda es consolarse en casa con Lubitsch, Fellini, Fassbinder, David Lynch, Coppola, Billy Wilder, Jean-Pierre Jeunet, Nanni Moretti, Berlanga, José Luis Cuerda y compañía y esperar a que pase esta mala racha.

3 respuestas a «Amanece que no es poco»

  1. Produce una cierta angustia pensar que, frecuentemente, estos fenómenos, plenos de creatividad y fuera de toda lógica, se suelen dar con ocasión de fracturas o de crisis históricas y siempre remiten el sentimiento al ayer. Los noventayochistas pusieron su mirada en la Edad Media y la sencillez en el lenguaje, reivindicando el alma castellana ante lo irreversible de la pérdida colonial, catalogada como desastre. Salvando las distancias, Amanece que nos es poco ha tenido que esperar más de veinte años (también con una crisis por medio) para ser reconocida por unanimidad. No diré el hambre, pero las recurrentes crisis cumplen la misma función: aguzar el ingenio de la gente, sea para advertir la imaginación y la inventiva gloriosa de la citada generación o del mismo JL Cuerda, sea en novela ambientada en la posguerra, pongamos “El Embrujo de Shanghai” o ficción con que se ilusiona y se engaña a una pobre chica para hacerle más llevadera la realidad cotidiana…
    Al cabo, lo que cuenta es la intención, algo que no fue captado en su día por la mayoría de habitantes de esas poblaciones manchegas donde se rodó Amanece…y de ello dejaron testimonio. A fuer de sinceros, no entendieron nada, esperaban otra cosa. Igual que en otros asuntos de la vida, los más afectados siempre son los últimos en enterarse.

    Un saludo para ti y para tod@s.

  2. Me dicen que la hambruna mata el ingenio y que la actualidad en el país no da risas ni para el cine y ¿por qué? El humor es un arma de destrucción masiva y también de construcción crítica. El cine de hoy sólo reivindica la llanura plomiza castellana sin sacarle la chispa. Falta el apoyo económico de los unos y la chispa de los otros. El público se aburre de los sablazos del gobierno y las películas plomizas. Está claro que el gobierno tiene que cambiar de política y los cineastas de estilo o echaremos raíces como el señor de Albacete Dadnos buenos precios y buenas películas y llenaremos los cines. En nombre, digo, de todos los desesperados cinéfilos!!!

  3. Buscar efectos y causas,
    a lo real del momento
    de lo que pasa en España
    viene ya de antiguo, creo.
    Hoy por mí, por ti mañana
    cuando venga un zapatero
    que aflojará pasta gansa
    y los cordones del talego;
    el betún se hará pomada
    para untar en el “concierto
    por la paz” y sin retranca,
    que todos nos conocemos.
    Pedid, pedid y se os dará,
    -oh, cinéfilos descontentos-
    buenas pelis, buenos precios
    y presto habréis de escuchar
    “puedo prometer y prometo…”
    que no huelga el recordar
    al buen señor de Cebreros;
    estos le van muy a la zaga
    con su mal comportamiento
    sean consejeros o infanta…

    “¡Nuestra clase tiene que cambiar!”
    -cantaba Jarcha – ¿será verdad?
    A cuarenta años vista…
    ¡y seguimos igual!

    http://www.goear.com/listen/be795d7/andalucia-y-ole-jarcha

    Buenos días a tod@s

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