Un viaje de cuento (II)

13 Sep
Caperucita roja
Al llegar al pueblo alemán de Alsfeld, la carretera comarcal bordea bosques cada vez más verdes, tupidos, frondosos e inquietantes, tales como podíamos imaginar que fueron los que albergaban al lobo que acechaba el paseo de Caperucita Roja a casa de su abuela, según recoge la leyenda que convirtieron en cuento los hermanos Grimm y que empiezo a sospechar más cerca de la realidad que de la imaginación. Tan reales son estos bosques como pudo serlo esa niña confiada y pizpireta e incluso el lobo, aún si hablaba con voz humana. Tal vez porque se tratase de una de esas criaturas a caballo entre el hombre y el animal, que aún siguen viéndose por estos parajes. Las milenarias historias sobre hombres-lobo, con nombre propio en griego “licántropo” y en latín “versipellis” debieron ser concebidas por alguien que pasaba por aquí. Existen. Como existen los duendes, los gnomos y los ogros con las misma extraordinaria corpulencia y fisonomía que nos presentaban las ilustraciones de nuestros viejos cuentos. La explicación es, no obstante, bien sencilla, si se considera que en estos pueblos y aldeas mal comunicados por las nieves invernales y los accidentes geográficos, se da bastante la endogamia, cuyos efectos se traducen en la existencia de criaturas lejos de la perfección de la raza aria a la que aspiraba Hitler, pero, francamente, adorables.
Como no creo que exista la fealdad, sino la originalidad de los rasgos, diré que estas personas son originalísimas.
De los puntos de interés de la ruta, sobresale el mencionado Alsfeld, tal vez el pueblo más bonito que haya visto en mi viaje, por la armonía exquisita de su arquitectura de entramado que no delata el paso del tiempo y la paz de sus calles empedradas donde sólo se oye el tañer de la campana de la iglesia. A 20 kilómetros de allí, se encuentra Schwalmstadt, considerado propiamente el pueblo de Caperucita y donde se halla su casa-museo, no es tan bonito como el anterior pero destacable por el carácter afable y acogedor de sus habitantes.
De Marburgo, ciudad universitaria donde fueron profesores los hermanos Grimm, destacaría poca cosa, pues pierde el encanto con el asalto de los numerosos centros comerciales y el tráfico excesivo, pero, saliendo de ella es conveniente acercarse a Lanthal donde, en plena naturaleza, se encuentra la casita de Otto Ubbelohde, ilustrador de los cuentos de los hermanos Grimm, cuyo entorno de ensueño, explica la calidad de su inspiración. El interior de la casa no es posible visitarlo, lo que resulta un hecho curioso pero no aislado, ya que, durante nuestro recorrido, encontraremos pocos museos y los que hubiere con un horario inusual y muy limitado; de las 14 h a las 17h, normalmente. El turismo no es una prioridad para los alemanes, deduzco, si bien se agradece que la falta de explotación turística permita que estos lugares no se hayan convertido en una plastificada y horrenda Disneylandia. Precisamente, la falta de artificio los hacen más encantadores. No nos hace falta sino la imaginación para saber, por ejemplo, que el castillo de Blancanieves en Bad Wildungen es el castillo de Blancanieves, pues no viene indicado como tal, pero lo reconoceremos porque es igual que en nuestros sueños. Por lo demás, hay que bajar luego de allí a alguna cafetería del pueblo para entender por qué Blancanieves se envenenó al morder una manzana. Las manzanas de Bad Wildungen son tan deliciosas de lograr un “Apfelstrudel” de muerte –sobre todo, con helado de vainilla-.
Para dormir no está mal quedarse allí, tiene su ambientillo, pero yo recomiendo acercarse a Waldeck y disfrutar de un alojamiento con vistas al lago, pero procurar hacerlo antes de que caiga la noche, pues es fácil perderse y tener incluso algún accidente por sus tortuosas carreteras de montaña, donde resulta bastante plausible encontrar al paso un zorro, un ciervo o hasta algún jabalí. Si bien, puedes tener la suerte de encontrar también a algún alma caritativa que te guíe a tu destino por simple amabilidad incluso durante muchos kilómetros. De esto, que digo por experiencia, son capaces algunos alemanes como otros de las mayores bajezas. Por lo que he podido comprobar durante este viaje, aquí no hay medias tintas. Cuando encuentras un alemán bueno, es un santo, cuando es malo; el propio diablo. Razón de más para creer en la veracidad de los cuentos de los hermanos Grimm, cuyo continuo combate entre malvados y bondadosos yo atribuía a un simplismo maniqueo e infantil, siendo que transmitía la verdadera naturaleza del pueblo alemán. En este país hay cosas deplorables y cosas excelentes. Como este licor de yerbas de monte con el que brindo a vuestra salud hasta la próxima y última entrega de esta crónica de viaje.

4 respuestas a «Un viaje de cuento (II)»

  1. sigo estos artículos¿reportaje? dedicados a los hermanos grimm que resultan deliciosos y útiles,interesante y atinada la comparación con disneylandia.apetece mucho hacer este viaje a alemania al quesaca tanto provecho

  2. Buena entrada Lola, no era de esperar menos de ti. Muy acertada la comparación con Disneyland.
    Ahora con tu permiso, volveré a utilizar tu blog para promocionarme.

    Mañana se estrena ‘El córner de Fran’ con una crónica del Málaga – Rayo. Intentaré ser lo más imparcial que pueda, aunque me será difícil. El partido será a las 19:00 Hrs. Canal + y Gol Tv se encargarán de retransmitirlo.
    Mañana antes de las 22:00 Hrs. tendréis una crónica calentita en ‘El córner de Fran’.

    Gracias a todos por vuestra atención.

    Link del blog: http://comunidades.laopiniondemalaga.es/blogs/franrodriguez_r

    Sígueme en Twitter: @FranRodriguez_R

    PD:Gracias por dejarme utilizar tu blog para promocionarme.

    PD2:A la gente que no pueda comentar en mi blog, porque no están registrados en la ‘Opinión de Málaga’, pedirle por favor que si le gusto la entrada, que al menos comparta el link del blog.

  3. Gracias a todos. Todavía no hay escrita una guía al respecto de este viaje y, por ello, me he propuesto con estas crónicas que el viajero pueda hacer esta ruta con comodidad, seleccionando lo más hermoso y grato y evitando sorpresas desagradables. Me encantará que mi experiencia sea de utilidad a mis lectores!!!

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