Llegas demasiado tarde, Princesa

10 May
La Princesa Letizia
Las niñas ya no quieren ser princesas; no me extraña. A estas alturas, ser princesa se ha convertido en un oficio de alto riesgo, tanto que, para salir de palacio, mas va valiendo llevar un casco que una diadema. Por el momento, doña Letizia, como todo el mundo sabe, se puso un singular casquete para la ceremonia de investidura de los reyes de Holanda, que le ha valido ser una vez más diana de los dardos envenenados del marujeo internacional y los mariquitas de la prensa del corazón; una legión terriblemente nociva cuando se lanza a disparar, todos a una y que, desde el principio, se la tenía jurada a la señora de don Felipe por ser la chica tan mona y llevarse al mozo real, alto, guapo y rubio, que es que no hay derecho a que unas tengan tanta suerte y otras tan poca, qué caray, sobre todo, habida cuenta de que la muchacha era plebeya y no estaba preparada para ser consorte real. En lo cual no les faltaba su parte de razón. Hay que estar muy preparada, desde la infancia, para soportar el tremendo latazo que ha de suponer vivir como una Reina, que tiene que ser, imagino, tan cansino como ir de bautizo todos los días sin poder, cual hace el populacho, quedarse luego con los tacones en la mano, emborracharse y bailar la Raspa para relajarse. Un día se me ocurrió recrear la jornada cotidiana de una Reina entre rígidos protocolos y aburridísimos actos oficiales y me salió el relato más trágico de mi libro “Sola en el Mundo”; creo que casi lloré al escribir las últimas líneas.
Es cierto que Doña Letizia no estaba preparada para ser como la Reina Sofía, cuyo ejemplo se le ocurrió invocar en mala hora a punto de fichar por la Casa Real e ignorando, me temo, en el fregado que se estaba metiendo, la pobre. Se dejaba adivinar que la chica era plebeya por su discurso atolondrado, tal vez inspirado por la ilógica irracionalidad del amor, que, en materia monárquica, es una auténtica locura. Una reina tuvo España a quien se le ocurrió enamorarse de su marido y pasó a la historia como “Juana la Loca”. A diferencia de sus concuñados, más taimados en sus intereses, se ve que Letizia se casó por amor y ahí empezó su calvario. Por dar la talla se subió a tacones de altura imposible y por dar el peso casi se queda en los huesos lirondos. Luego vinieron los Bracket y las operaciones de cirugía estética, archicomentadas en las tertulias chismográficas de sobremesa con sañudo encono, donde no han dejado de caerle toda clase de chuzos de punta. Que era cosa de ponerse el casco o, en su defecto, el casquete, por el cual ha vuelto a abrir hacia sí la caja de los truenos. No voy a decir yo que el dichoso tocado disco con pétalos de organza y plumas fuese un prodigio de la estética, pero tampoco hay para tanto. En materia de sombrerazos y pamelas horrendas la corona inglesa ha puesto el listón tan alto que el personal ya debería estar curado de espanto, si bien la advenediza Camilla Parker-Bowles, con sus recurrentes coronas de espigas ha moderado el habitual estilo agresivo de la casa real británica. Normal y sensato es que la mujer del eterno heredero repita una fórmula que le funciona, pues, en su caso, sería asunto de alto riesgo aventurarse con mayores experimentos.
Y así, poco a poco, va saliendo airosa del agravio comparativo con la fallecida Diana, sobre todo a nivel moral, porque a cualquier cabeza le sientan mejor las espigas que los cuernos.
Lo de Letizia es peor pues haga lo que haga, la grima mediática siempre soplándole en contra, no está dispuesta a pasarle una, lo que se deja entrever por la suerte de comentarios viperinos que suelen ir asociados a su imagen. A propósito, por ejemplo, del polémico casquete, pude leer; «a la princesa no le queda bien tener nada en la cabeza». Escrito en una cursiva cargada de dobles intenciones y sentidos. Intentarlo, que no se diga, lo intenta desde el punto y hora que cambió su destino de periodista liberal por el de muñeca repollo, bien corregida en actitudes temerarias como quitarle al Príncipe la palabra. Quien te ha visto y quien te ve, silenciosa y sumisa, ni sombra de lo que eras, que sin sombra se diría que te quedas, cuando te pones de perfil en el desamparo de esa foto de familia donde van desapareciendo los miembros como en la novela “Diez negritos” ¿cuál será la próxima cabeza que se lleve al cesto la guillotina?
Con la peor de las fortunas, doña Letizia ha llegado a la Casa Real, justo en la agonía del juancarlismo para hacer el papel de María Antonieta, ahora que piden transparencia y ese tipo de requisitos contra natura a la condición congénita de la rancia monarquía, que cuestionan privilegios que se daban por supuestos hasta hace muy poco ¿desde cuándo una infanta es puesta en tela de juicio? ¿Desde cuándo es un delito que los reyes españoles tengan queridas y vayan de cacería?
No será lo peor que Letizia tenga que renunciar al trono, sino que realmente llegue a convertirse en Reina, a esas alturas su alteza habrá perdido ya tantos quilos que, en vez de cantarle el Dios salve a la Reina, habrá que cantarle una saeta. Ay, ay, ay.

P.D: Voy a colocar aquí una canción de Sabina que ,se entienda, viene al pelo -sólo- por el estribillo, ahí va Llegas demasiado tarde, Princesa

14 respuestas a «Llegas demasiado tarde, Princesa»

  1. El relato sobre la reina muy divertido, me hace recordar a mi madre, siempre comentaba que pobre mujer, tener que andar de pie tanto rato con esos tacones, por mucho que sean de estupenda calidad o incluso fabricados a medida. Y hoy ya se sabe, delito no será tener queridas pero las profesionales plebeyas independientes no andan por la labor, los cuernos que se los pongan a otro que ellas no los aguantan.
    El vídeo, entre tantos de ellos del tema, parece escogido a propósito. Tema gestado en Málaga, por un malagueño, Muriel. A los de mi edad nos lleva al tiempo de nuestra juventud, a lugares que ya no existen más que en el recuerdo. Está Antonio en el vídeo, el guitarra al que ya no podremos disfrutar debido a su muerte prematura, nuestro malagueño, hay muy pocas imágenes suya por los escenarios, a pesar de que después se integró en aquel grupo cómico, con canciones tan divertidas.

  2. Exacto, Carmen, la sangre azul era más consistente. Implicaba aguante para los tacones, los cuernos y lo que hiciera falta. Quejarse de los tacones y de los cuernos en una reina era sacar la cosa de quicio. Lo hizo Juana y la llamaron loca, arrebatándole la corona de Castilla. Luego llegó Diana de Gales y el asunto empezó a cuestionarse, porque la chica era muy guapa y sensible y daba mucha pena y porque eran otros tiempos. Si Carlos hubiese sido Enrique VIII la confina a una torre o le corta la cabeza.
    ¿Modernizar la Corona? ¿Tendrá eso sentido? Para mí, es una cosa tan antigua de condición que modernizarla significa convertirla en otra cosa. Y si va a ser otra cosa, habrá que cambiarle el nombre por lo menos, que nos estamos haciendo un lío.
    No conocía la historia del vídeo, qué gran fortuna que nos la puedas aportar ¿Muriel, Antonio y el grupo cómico? ¿Sería un abuso pedirte más datos?…
    Un abrazo.
    Lola.

  3. Los encerramientos de Estados ya sabemos a lo que conducen: a pobreza. En principio, sin entrar en particularidades, creo que los Estados se han de relacionar para intercambiar tecnologías, recursos, modas, medicamentos, arte, etc. Y quiénes mejor para hacerlo que alguien carismático para la mayoría, y según dicen las estadísticas nuestro rey lo es.

    Pero mis gustos van más por esos reyes de antaño que espada en ristre y subido a su caballo encabezaba las columnas de sus tropas, en meses e inclusos años de campaña, haciéndose pis encima sin quitarse el armazón de hierro que protegía su cuerpo, y que se lavaba dos veces al año. Y que le esperaba su reina o princesa, allá en el Castillo, y con un poco de suerte a la vuelta del salido –con motivo- soberano, se encontraba lavada a la soberana.

    Por entonces la sorpresa de “está lavada”, era una esperanza positiva y tan positiva entonces, pero que el transcurrir de los tiempos ha eliminado para fortuna de todos. Hoy, se le presume lavada; y tan lavada, y tan acicalada, en el superlativo más perfecto que pueda atribuírsele. A tal extremo, que como dice Carmen, tal vez el gesto serio ante tanta pompa más que nada debe ser por la sobadura del zapato.

  4. Como iba diciendo no estoy tan en contra de la monarquía, pues no soy quién para quitar la mayoría de los gustos a mis conciudadanos. Hace unos días nuestros príncipes fueron a Holanda, ella a ponerse un casquete en la cabeza, y es de suponer que ambos a hacer uso de este término derivado, paliativo y placentero de la palabra casco, esta vez en el plano horizontal. Pero, venga no seamos simples, también fueron a llevar la firma España, que bien falta nos hace, buen mercado el Norte de Europa, donde abundan las monarquías, para nuestros pepinos y melones ecológicos, porque mira que producimos aquí buenos pepinos y melones. Lo que pasa es que aquí somos unos perros que para qué, y no somos capaces de producir las cantidades que estos mercados nos demandan. Si los israelitas pillaran estas tierras seguro que abarrotaban de nuestros excelentes productos –ya lo hacen con su desierto- todas estas monarquías, que no producen más que nabos y poco más.

    Pasa, que somos tan simples que asociamos campo a atraso, a garrulismo, a muertos de hambre. ¿Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino?. Pues anda que no tenemos biólogos, químicos, ingenieros agrícolas, etc. Pasa que el biólogo parado quiere que le monten su empresa. Pasa que prefiere irse a Alemania, o a Cataluña, a trabajar para otro que tiene menos oportunidad que él, pero más iniciativa. Y luego, se las habilita que no veas para reclamar sus derechos de asalariado….así nos va.

  5. Hay una diferencia clara entre Juana y Diana, la primera cegada por el amor no supo poner a su servicio el marketing de su época.

    En Pedregalejo había un pub, estaba situado en una casa de una planta, hoy hay una guardería, que ofrecía actuaciones en directo. Joaquín Sabina estuvo durante unos meses tocando los fines de semana en el local, antes de su salto a la fama. Tocaba solo, con su guitarra y una armónica. También acudían otros cantautores, entre ellos, José Umbral y José Antonio Muriel. Al ser una casa, presentaba espacios bien diferentes, las actuaciones eran arriba, si no se quería asistir, el bar seguía con su marcha cotidiana. Quienes lo frecuentábamos solíamos quedar en él con los amigos (no había móviles), allá siempre conocías a alguien. Antonio trabajaba en el pub, era un hombre amable, muy educado, más allá de que si se trata con público hay que procurar ser agradable. Le gustaba la música y aquella época le debió servir para decidirse a dedicarse a ella. Muchos, aunque solo lo conociéramos de forma superficial nos alegramos al ver a un paisano conseguir sus objetivo. Estuvo en el grupo de Joaquín, fue su guitarra durante un tiempo, unos años, incluso algún tema fue compuesto por él. Princesa, la letra al menos, es de Muriel.
    Antonio al tiempo formó Académica Palanca, un grupo cómico, las presentaciones de sus primeras actuaciones fueron muy divertidas. Y cosa curiosa, no recordaba bien el nombre del grupo, al buscarlo encontré la noticia de su muerte, hace por ahora diez años, en un diario cordobés; en esta tierra, Málaga, parece que la música no tiene importancia, parece que no es cultura, siempre olvidada, aunque es algo que en los últimos tiempos se va tratando de solucionar.
    http://www.youtube.com/watch?v=UDDp3rRdQwM
    Pongamos que hablo de Madrid, en la ciudad las niñas ya no quieren ser princesas

  6. Qué maravilloso debió de ser aquel Pedregalejo de Joaquín Sabina incipiente y Bobby Logan en activo ¿de qué murió Muriel? ¿Se sabe? Para mí, que ahí hay una novela, otra más además de la de M.A. Oeste. ¿La habéis leído?
    Espero que esa otra novela la escribas tú ¿o la tienes ya escrita?
    Menudo argumento, Quintiliano, el villano de vida apacible y sobria con su rey de toda la vida. Eso me está recordando al mismo Lope de Vega. Tú eres Peribáñez ¿Quién es el comendador de Ocaña?

  7. Parecía imposible, pero la auténtica princesa de este pueblo, Belén Esteban, es la que, sin tantos quebraderos de cabeza ni obligados silencios, se está llevando el gato al agua y la pasta gansa y facilona al bolsillo. Además, en su salsa, que es como mejor la consume el personal. Esto no era lo pactado, creo. Mucho hablar del opio del pueblo y otras zarandajas cuando, a la que cambias de canal, a una la zurran y a la otra la elevan, no digo a los altares, que sería el colmo del cinismo, pero que la ponen bien alto, sí. Y claro. Para que nos enteremos quién manda aquí. Casi me da grima la pobre Letí; dejarse la piel para esto….

    Caro Quintiliano, lo que no se hizo en su siglo correspondiente, no queramos llevarlo a cabo ahora en un pispás; que mientras en el norte de Europa, pongamos Inglaterra, hacían la Revolución Agrícola y los piratas ponían el fruto de su rapiña a disposición de su graciosa majestad, que siempre vio con muy buenos ojos tanto a corsarios como a filibusteros, aquí íbamos a lo esencialmente nuestro y los conquistadores pensaban más en el virreinato, los palacios con escudo y las encomiendas sin propósito de enmienda que en su pueblo, el cual lampaba de hambre y miseria viendo pasar los galeones llenos de oro río arriba, hasta perderse tras los Pirineos. Y qué decir de las relaciones de toda índole a través del tiempo entre ambos (diré ex) imperios y sus respectivas (¿ex?) colonias. No comment. Estoy contigo en que los israelitas son capaces de sacar agua debajo de las rocas, aunque dejaron de mantener casas reales hace mucho tiempo y eso debe influir en la inteligencia. Creo yo.
    Por otro lado, dices en la anterior entrada, casi haciéndote la víctima, que en tu campo, si bien invita a soñar y es rico en productos hortofrutícolas, abundan igualmente el barro, los insectos etc, Ya eres afortunado, pues, según dicen, los insectos son un valor muy al alza, riquísimos en proteinas y otros componentes, que darán trabajo a dos mil millones de personas y acabarán con el hambre en el mundo. Conociéndonos, pronto serán plato de reyes, como el caviar del Volga.

    Un saludo para tod@s.

    Otra de Sabina. Va por esas princesas que nos dejan un día y hala….

  8. Para una vez que participo la lío. Juan Antonio Muriel es un cantautor que aún vive y dedicado a la música además. Le he cambiado hasta el nombre, me he liado con tanto Antonio. Autor de Princesa

    Juan Antonio Muriel.
    http://www.youtube.com/watch?v=Bqqs6hrkFyQ&list=PL90E30AC2B9FA470E
    Lo vi por última vez en el homenaje a Marisol, participó.

    Antonio Sánchez murió joven, hace unos diez años, de un cáncer creo.
    Antonio Sánchez (Académica Palanca)
    http://www.youtube.com/watch?v=KvwVYKBfpYA El alto de las gafas.
    Trabajaba en el pub de camarero en aquella época.
    Autor de la música: Pongamos que vengo de Madrid

    Tampoco debemos olvidar que los nórdicos no tienen ningún interés en que desarrollemos cualquier cultivo que pueda hacerle sombra a los suyas, no olvidemos la política de quitar olivos de hace años y dedicarnos al girasol, vayan a a caer en la cuenta, el resto de europeos, que nuestro aceite virgen es mucho mejor y más sano que sus margarinas.

  9. Lola, te duduzco envidiosilla de mis ínfulas de gobierno o desgobierno. No hagas pena, recuerda que hago políticas compartidas con mi perro. Afectísimo.

    Winspector, animado ando, no veas los parásitos chupasangre que están apareciendo gracias a Alaya, Ruz, Castro, etc.; pero los de esta especie creo que dan ardores de estómago.

    En otro orden de cosas….

    De todas las cacerías y asuntos de cuernos soberanos, todo me importa una higa más carnosa que la más de mi soñado higueral. Sí un poco de rabia me da que la presidenta Argentina haga burla de ello. Qué sabrá ella de la realidad de la realeza de aquí, se ve que sabe y ve bien a larga distancia, y sin embargo se ve que no veía ni sabía nada de los levantamientos fraudulentos de ingentes cantidades de dinero que ella y su cónyuge amasaban, y esto al parecer sí que está constatado.

    Que sabrá ella si nuestro rey fue o no fue de elefantes, o fue o no fue de tigresas o de leonas. Y que aquello del accidente no fue persiguiendo al elefante vestido el soberano con taparrabos, con el machete en la boca y el fusil en la mano. Que aquello más pinta tiene que fue algo de salto de tigre, con tigresa inclusive, y que no fue a campo abierto de sabana, sino entre cuatro paredes de salvaje aposento. Y de la foto con el elefante, a saber cuántos retratos con el mismo elefante hay por ahí repartidos, y que hay que justificar la ausencia pues el salto de tigre fue de estraperlo. Y por qué tan lejos, en Botswana –o como se diga, que no tengo ganas de buscarlo ahora- , hombre, es que un conciudadano de La Alameda de Colón de Málaga se va a la Calle la Victoria de Málaga y ya está en otro mundo, pero nuestro monarca ha de irse muy lejos, por lo de ser tan conocido, para que no se le cace en tan pecaminosa faena.

    Pero, aún lo dicho, no pongamos a la Presidenta Argentina de mema, pues anda que no han llovido letras de afilados periodistas contando la historia del cruel rey Mataelefantes. Hay que ser inocente o buscar candela debajo del agua. Otro cantar, qué sabrán de las técnicas cinegéticas, para caso de que aquello fuese verdad.

    Saludos a todas/os.

    Jau, me voy a regar.

  10. Hola Carmen, gran grupo Académica Palanca; grandísimo actores y grandísimos cómicos. Pero creo que José Antonio Muriel no era del grupo y que además vive. Quien pertenecía a la Académica era Antonio Sánchez, a su vez guitarrista ocasional con Joaquín Sabina. Además coincide el hecho de que Antonio Sánchez falleció en 2003.

  11. Efectivamente, Juan Antonio Muriel siempre ha sido cantautor y sigue por los escenarios, era Antonio Sánchez el que perteneció a Académica Palanca. En realidad, me fijé en que los temas de Sabina en que habla de princesas, tienen autoría, o parte de ella, malagueña. Muriel autor de Princesa, y Antonio Sánchez con Pongamos que hablo de Madrid, donde las niñas ya no quieren ser princesas.

  12. La Revolución Agrícola nos hubiera ahorrado tantos mítines en la puerta de Carabanchel, tanta chaqueta pana, camisa cuadros….La tierra para el que la trabaja y rebuscando por ahí no veo más que predios en franca decadencia. Es usted un gran romántico, Quintiliano. Una suerte de último patriota, capaz de autoabastecerse y comerciar. Pero trabajando. Ahí está la clave. Un saludo.

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