Comuniones

31 May


La última vez que fui a una primera comunión, el cura nos echó una bronca de campeonato, lo cual me pareció sinceramente estupendo. La iglesia era un hervidero de familias; padres, madres, abuelos y así, que no paraban de hablar entre sí, reírse e ir trotando de un lado para otro, haciendo caso omiso a la ceremonia. De modo que el clérigo, bien abusado de su santa paciencia, montó en la cólera propia de Jesucristo cuando arrojó a los mercaderes de su sagrado templo y dijo verdades como puños. Que la iglesia no debe servir de excusa para abrigar festejos profanos, que los niños, allí presentes, además de posar para la foto y recibir regalos, debían de hacer la segunda y sucesivas comuniones, después de la primera, y que aquello era un acto religioso y no un puro cachondeo; un respeto, qué caray.
De acuerdo en todo con el susodicho clérigo y su susodicha bronca; por un cura así, me hago yo monaguillo; una de las vocaciones frustradas de mi infancia.
Los que no se cortan poniendo verde a la institución romana, tendrían que considerar la opción de no usarla sólo para dar pie a sus fiestas barrocas. No se puede ser católico en virtud a las parafernalias de bodorrios, bautizos y comuniones y agnóstico, ateo y hasta irreverente para todo lo demás. Si exigimos respeto de la iglesia, debería ser recíproco, considerando, de paso, que el boato y las posibles intrigas del Vaticano, no afectan a toda la comunidad católica ni que cada cual de las monjas es una traficante de bebés. Soldados rasos hay en la iglesia, que viven con casi menos de lo puesto y que no tienen IBI ni casi camisa que declarar. Y, sin embargo, padecen contra su honestidad impecable, el oprobio de una sociedad que, en ciertos sectores, se dedica a denigrarlos por cerril ignorancia y puro y sádico placer.
Hablo, con conocimiento de causa, de curas de parroquia, monjas que atienden a inmigrantes y, en general a indigentes extremos y de profesores de religión, mal pagados, mal vistos y peor tratados, acosados a cuenta de delitos, incluso históricos, que, en nada, les corresponden. Y, en estas, recuerdo a una de las mejores personas que he conocido; mi compañera Pilar, que saldaba sus clases, repartiendo bombones entre sus alumnos; de los cuales, según pude comprobar, sólo recibía sinsabores, por no hablar de la afrenta a la que la sometían ciertos compañeros, ateos legítimos y tozudos en tener la verdad absoluta de su parte, empeñados en hacerla responsable hasta de los crímenes de la Inquisición.
Como atea, francamente, no entiendo que este concepto pueda ser sinónimo de intolerancia o de mala persona. Un ateo debería saber mejor que nadie, que las creencias o la falta de ellas no pueden imponerse como dogma. No obstante, mi falta de fe no me ha impedido tener amigos profundamente cristianos o incluso católicos, basando nuestra relación en el mutuo respeto.
Se puede entender, creo yo, que uno no participe de los ritos religiosos, si no cree en ellos, pero, en ningún caso, servirse de estos, sin fe, para dar lugar a tan patéticas mascaradas.
Veo pasar el cortejo de una comunión, desde la céntrica terraza de un bar al mediodía. El niño recién comulgante, a pleno sol de justicia, lleva una condecorada y calurosa chaqueta de almirante, bajo la que suda su obesa corpulencia infantil, bien trabajada a base de bollería industrial, pizzas congeladas y hamburguesas. Para ser el día más feliz de su vida, lleva una cara de cabreo impresionante. No obstante, bajo su uniforme de marina, se le están friendo las mantecas del modo más insano. Sin embargo, no le es lícito quitarse la susodicha chaqueta, por la cual su madre ha debido pagar un pastón, si bien pasemos de los treinta grados. Un mínimo de sacrificio ha de padecer, quien va a recibir los cuantiosos regalos de una lista de comunión que, como en las bodas, ya se hace en el Corte Inglés. De modo que el infante sepa que, para tener todo aquello que desea, sólo le hace falta, vestirse de mamarracho y pisar una iglesia que luego va a traerle al fresco, ya que no la volverá a frecuentar. Lo importante es, en este caso, recibir honores, que, a lo peor, no se merece, desenvolver paquetes y dar pie a un banquete pantagruélico, donde madre y tías luzcan sus mejores galas, cojeando sobre altísimos tacones que no saben manejar. Llevan meses planeando su belleza con “el ahora me pongo”; por ejemplo, la pamela, el tocado o la toquilla. Verdaderas e inútiles inversiones de esfuerzo y dinero, pues lo peor para mejorar la imagen de cualquiera es intentarlo tan tozudamente. Y así lucen con sus maquillajes espesos, derretidos por el calor, y sus artificiosas vestimentas, incómodas y espantosas. El niño, la madre y alguna tía se suben a una limusina, permitiéndose un lujo que casi no pueden pagar, tomando como pretexto a Jesús de Nazaret, a quien, en su idiosincrasia austera, le hubiese estado tal ceremonia del todo farisea.
A fuerza de incoherencia y de calor, me apuro la cerveza y pido otra…

P.D: El sábado, 2 de junio, a las 20 h en la Feria del libro de Málaga, firmaré ejemplares de mi libro «Sola en el Mundo» en la caseta nº 25 (Asociación de editores de Andalucía) frente al palacio de la Aduana. Os espero.

11 respuestas a «Comuniones»

  1. Se io fossi curiosa dalle zampe d’il ragno, figurati dei piedi del fidanzato. Cosa vuol dire, uscire della casa con i quattro piedi? Grazie ai tuoi indovini, posso diventare pazza da legare. Per tutta la giornata, sono stata a pensare delle zampette d´il ragno e adesso non me la cavo a riuscire con questa questione del fidanzato. Furbo come un lupo sei tu, Winspector, Come mai fai a sapere delle mie debolezze?

  2. Allora posso constatare che non ti hanno rapito mai,Lola, perchè non è mica facile di dimenticare, penso io. Quindi, si esce a quattro piedi quando il fidanzato «rapisce» la sua ragazza e poi la porta lontano fino qualche posto nascosto del mondo…

    Guai a te se non riesci a capire!

    Buen finde para ti y para tod@s. ¿Yo..?, de comunión. Certo!

  3. Ah, me ne sono resa conto. Questa è una vecchia abitudine di Alfarnate. Cioe, quando i fidanzati non avevano dei soldi per fare la cerimonia. Il fidanzato rapiva la fidanzata e tutti e due pasavano almeno un giorno fuori. Così, quando ritornavano, facevano il matrimonio di nascosto e a tutta fretta e non dovevano spendere.
    Non mi hanno rapito, vero, io non mi lascerei mai rapire e guai a quello che cerchi di farlo. E comunche, lui avrà per pentirsene tutta una vita, dunque io faccio la stessa figura di mia nonna Elvira.
    Poveretto diavolo!!
    Grazie mille, Winspector.

  4. Invece io penso che quel tale sarebbe fortunato. La tua nonna Elvira, quando saliva a passeggiare con tutta la sua famiglia, in quella macchina fabulosa cosidetta Land Rover, aveva un bel trucco contro i vertigini, mal d’auto insomma…Ci vuole indovinare al più presto possibile e senza barare. Questo mancherebbe!

  5. Dovresti farmelo sapere quello trucco di mia nonna, poiche condivido con lei questo male d´auto. Deve essere una malattia di famiglia. Ti prego di chiarirmi questo indovino, dunque, adesso non ho la testa per queste indagini. Stammi buono!!!

  6. Cuanto tiempo Lola!
    No me suelo enterar de nada y si encima hablais en italiano…
    Os voy a contar un secreto… Solo he ido a mi bautizo y a mi comunion! A ningun otro y a ninguna boda! Me creeis?

  7. Desde luego, existe gran diferencia entre aquellas primeras comuniones de hace cincuenta años, con su recogimiento, el sobrio latín de la misa y la sobriedad de la mesa, y los fastos que se celebran ahora (Moisés debe estar ya a punto de bajar del Sinaí para liarse a peñonazos con los adoradores del becerro de oro). Según mi particular parecer, lucían mucho más, tratándose de mayo, el entorno de la iglesia y aquellas desconchadas paredes, enjabelgadas con cal para la ocasión, o las empedradas calles, salpicadas de hierba y florecillas de jaramago, que solían crecer al pie de las blancas fachadas de las casas Al menos su brillo era fiel, natural, auténtico, dentro de la sencillez obligada, y perdura a lo largo del tiempo, tanto como el cariño y dedicación que madres y catequistas – algunas viven todavía – nos dedicaron, supliendo con creces la ausencia de muchos padres emigrados…Me quedo con ellas, que al cabo es lo que queda, más el añadido del chocolate y la torta de azúcar.

    Hoy, cualquier regalo, – un disco, un juego…- dura poco y dentro de un año, tal vez menos, ya nadie los recuerda, en esta sociedad, heredada, del usar y tirar. ¿Por qué no pararía Mister Marshall en España, aunque fuera para echarse un cigarro…? Esto, que puede parecer una tontería, me lo he preguntado muchas veces, a lo largo de mi vida. Al menos ya tendríamos asumido el capitalismo como tal, no que todavía y a la vista del panorama, hay “hambre”, no saciada, para rato. Aquí, el querer y no poder lleva rumbo de convertirse en una constante histórica, gracias, entre otras cosas, a series como Dallas o Falcon Crest, donde las mansiones y las limousines eran tan corrientes como aquí los Renault, los Fiesta o los pisos de setenta metros. Lo peor viene cuando se quieren trasponer los términos. Matemático, oye.

    Un saludo Lola, Paula. Buenos días a tod@s.

    PD.: Va bene. Per questa volta farò un’ecczecione. Vediamo, ti ricordi di quella famosa canzone de Modugno “Nel blu dipinto di blu”? Bè, dopo dire: “Volare, wo, wo,,.. come continua? Ecco là, cosi facevano in viaggio per eludere i vertigini! Originali, vero?

  8. Supongo, Paula, que, después de esas ceremonias, habrás ido alguna vez a misa ¿o?
    Felice di stare là sù…
    Desde luego, aquellas comuniones tenían su sabor. Y algunos nos las creímos. Yo le pedí a todo el mundo una biblia y me regalaron cuatro y algunas otras lecturas religiosas. Hubo una modesta merienda en mi casa, pero, lo mejor, mucha alegría. Lo malo fue que manché el vestido de monja, que heredé de mi hermana, al estrenar un juego de pinturas que también me regalaron. Menos mal, que mi hermano menor fue varón y no tuvo que heredarlo. Mi madre no me hubiese perdonado.
    Bonito relato, Winspector, ¿Cómo dices que no eres escritor?

  9. Felice di stare lassù…? Certo, ho detto che la macchina era fabulosa, ma ora non ricordo più si forse volaba solcando l’aria. In conclusione, dopo “Volare, wo, wo,” viene “CANTARE, wo, wo, wo, nel blu dipinto di blu…” Ecco cosa faceva quella famiglia sull’auto per evitare i vertigini. Puoi provare anche tù, Lola, e se ne andrà quella maledetta malattia; non è che sia tanto difficile!

    Pues no, no soy escritor, aunque me guste rellenar, de cuando en cuando, alguna hoja volandera, tal que este blog u otro foro. Y debería planteármelo, más que nada para que se cumpla y cierre la antigua trilogía vital del hombre, a saber: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Las dos primeras ya están realizadas. Bien. Serían, digamos, el preludio, la víspera de la fiesta, que es cuando, definitivamente, se cerraría el círculo. Pero ocurre que a mí siempre me “cargaron” los días de fiesta – ¡si seré aburrido!- y prefiero la víspera porque entonces es “mañana” el día de fiesta, ese expectante, latente duermevela…Es, así me lo parece, como tener una visión constante del horizonte. En fin…

    Saludos para ti y para todos.

  10. Senza dubbio che tuo -oppure tuoi figli- saranno fieri di avere un babbo scrittore. Devi farlo per loro e anche per noi. Speriamo che sia al più presto.
    ¿Recuerdas esa canción de Serrat «El horizonte»?
    «Puse rumbo al horizonte y por nada me detuve, ansioso por llegar donde las olas salpican las nubes.
    Y, cuanto más voy pallá, más lejos queda. Cuanto más deprisa voy, más lejos está…»¿Pero quién quiere llegar?, lo importante es intentarlo.
    Un abrazo.
    Lola.

  11. En definitiva, lo importante es andar, sin que necesariamente exista o esa meta, de la que tanto recelamos. Inevitable Machado: “¡Ay del noble peregrino / que se para a meditar / después de largo camino / en el horror de llegar…!” Al menos y pese a los tiempos, siempre nos quedarán el pensamiento y la reflexión, sin los cuales este mundo, en su actual estado agónico, sería algo más difícil de llevar. Muchas gracias a ti, Lola, siempre tan amable y solidaria.

    Porque alguna vez sea la libertad, buenos días

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