Estamos iluminados. Desde el 26 de noviembre, lucimos en Málaga el alumbrado navideño más caro de Anda-lucía y hasta de España entera, con tropescientas mil bombillas rutilantes. Tenemos la mar de luces, aunque, como ya es sabido, las luces no siempre son sinónimo de inteligencia. Una bombilla en la cabeza no es metáfora de buena idea, necesariamente. Incluso podría parecer cosa de mala idea si dicha fanfarria lumínica felicita dudosas fiestas en una ciudad que padece una tasa de paro del 18´7 % y asoma a no pocos habitantes al umbral de la pobreza. De tal modo se multiplican los mendigos que, si el niño Dios quisiera nacer ahora en alguno de nuestros portales, carecería de lugar por encontrarse en pleno over-booking.
No obstante, nuestro aún regidor, don Francisco de la Torre, considera que este gasto desmesurado en luminotecnia es “una inversión con retorno, ya que los adornos navideños atraen cada año visitantes a Málaga y compradores a los comercios”. Por la cuenta que nos trae -840.000 euros en bombillas- más valdrá que sea así, pues tal dispendio corre, precisamente, de nuestra cuenta, ya que la financiación del jolgorio luminoso irá en un 100% a cargo del ayuntamiento, es decir, de los impuestos que pagamos estos sufridos ciudadanos, por no hablar de las multas de tráfico que nos llegan a cada rato en el caso de contravenir la improbable norma de aparcar el coche en el lugar adecuado. Una plaza legal para aparcar el coche en la calle se está poniendo tan difícil como un premio en la lotería de Navidad, por lo que nunca nos faltan papeletas para que nos toque una multa en el sorteo –dado el capital que el ayuntamiento prevé recaudar en multas durante el próximo año 2012, volveremos a costear otra de estas luminarias de aupa-. En cualquier caso, si, hoy por hoy, no nos salen las cuentas en esta desorbitada factura de la luz, no tendremos a quién reclamar por los platos rotos, pues el alcalde ya está por decir, “apaga y vámonos”, con un pie en Madrid y otro en Bruselas, mientras nos deja con el temor de quedarnos a dos velas, después de tan lumínico despiporre. Como dice muy sabiamente mi colega de diario, Rosa Navarro, cada vez que conformamos un político local, se sube al AVE, rumbo a la capital del Reino. Y nos deja a oscuras. Celia Villalobos ya va por convertirse en vicepresidenta del Congreso- dejemos, por el momento, el comentario en un “pues vaya”-.
Nuestra familia política progresa adecuadamente y nos desea feliz navidad a la espera de que esos numerosos visitantes, ávidos de consumo, a todas luces, vengan a hacernos próspero el año nuevo, mientras los comercios nos hacen seductores guiños de neón, invitándonos a entrar y gastar por anticipado la última paga extraordinaria que sobreviva a los recortes venideros.
Esta sociedad, escéptica de Dios, excepto cuando incluya cachondeo y vacaciones, que ya no cree en los Reyes Magos ni casi en los reyes a secas desde que a Don Juan Carlos le salieron los yernos como al Cid Campeador los infantes de Carrión, necesita consolarse de tanto flagrante desengaño; la Corona degradada, los políticos corruptos, la Justicia ciega, sorda y muda y la sola impotencia frente a cada ideal, cada mayúscula que se desmorona. Pero nos queda entregarnos a esa borrachera del consumo, consumir por olvidar, consumir por consumir, por evadirse de esta cruda realidad. No todo está perdido; aún podemos perder mucho más; nunca faltan ocasiones para caer del todo en la ruina. Si no compras en los comercios reales, puedes hacerlo en los virtuales; adquirir esos chollos que se ofrecen por Internet; regalos, comidas, viajes, al precio de la estafa (“cuponing”) o de ese dinero falso de la tarjeta de crédito, que es, en realidad, un dinero que no tienes y por el que acabas pagando el doble de lo que vale y te cuesta algo más que la cuesta de enero. “Mi vida por una tarjeta, mi vida por una hipoteca”; no estamos en el siglo de las luces. Sobre todo, en mi barrio, lejos de la calle Larios y a oscuras, donde, si un desconocido te aborda por la calle no es para regalarte flores, sino para darte un susto. Da miedo ese modo de mendigar violento de pobres de nueva creación, nada habituados a la humildad pacífica de la limosna. Tal vez tengan hambre de verdad, tal vez necesiten un empleo y votaron creyendo que les iban a dar trabajo, sin saber que el trabajo habrían de creárselo ellos mismos. Como dijo Durán i Lleida y refrendó Cayetano Martínez de Irujo, no son emprendedores y, de momento, sólo la emprenden con el cubo de basura y el desprevenido viandante. Esto es Málaga, 840.000 euros en bombillas, y, aún así, nos cuesta ver la luz al final del túnel.
P.D: Estoy recogiendo apoyos para una profesora agredida en el IES «Sierra de Mijas», por lo cual me gustaría que visitaseis mi anterior entrada, «Más muertos que vivos», donde podréis ver el enlace del reportaje. Os necesito.
Sin conocer detalles, apoyaremos a la profesora agredida: la violencia nunca se puede justificar y es siempre rechazable. Por lo demás, 840.000 euros en bombillas o libertad total de horarios comerciales (Madrid), en aras del consumo y la mejor economía, son la manifestación más clara y rotunda de la insensatez, y del desprecio más absoluto hacia las personas y sus necesidades humanas. Espero que personas como el señor Francisco de la Torre y Esperanza Aguirre reciban la mejor de las bienvenidas en el infierno.
Buenas noches, y muchas gracias.
No hace falta conocer «detalles». Se trata de un hecho abominable, se mire como se mire y lo peor; ese silencio cobarde en el que se desarrolla, porque hay muchos de estos delitos -son claramente delitos- que se han dado desde hace dos décadas en centros educativos de Andalucía y se han silenciado desde arriba, impidiendo que lleguen a los medios. Las víctimas docentes de tales agresiones, pues, se han encontrado del todo desamparadas, sin el apoyo de los compañeros que callan y miran hacia otro lado, de las directivas que niegan los hechos y de la sociedad que está siempre dispuesta a condenarles pero casi nunca a alentarles, incluso cuando de su rendimiento depende el futuro del país y me dirán, ¿qué rendimiento puede dar de sí una profesora, obligada a convivir con su propio agresor?
Pero ya veo cuál es la respuesta; callar y otorgar.
«La educación a examen», de acuerdo, pues yo digo que se merece un zero (pelotero.)A la cobardía, en cambio, le pongo
matrícula de honor.
Lo dicho; mucha iluminación y muy pocas luces.
Luciérnaga de luz, la madrugada
se destapa hacia el día,
ese invasor.
En la ciudad, luces artificiales
niegan la noche.
La navidad,
ese derroche
de falsas ilusiones desde el neón
Andalucía, después de 30 años gobernada por gente (en su mayoría) indecente, ¿Qué resultado se podía esperar? Profesoras maltratadas y agredidas, directores sinvergüenzas de centros educativos, más del 30% Tasa de desempleo, más del 30% de fracaso o abandono escolar, televisión pública (y privada) basura, los mejores jóvenes buscando un mejor futuro, o simplemente un futuro, fuera de Andalucía, etc. Una pena, aunque ilusionada, eso sí.
¿Me podrías decir quién es el autor de esos versos? Si eres tú mismo, Pancho, es cosa de hasta fundirnos los plomillos. Me sonaban a Dámaso Alonso de aquel Madrid de más de un millón de cadáveres…cuánta elegancia en el desencanto. Verdaderamente, me encantan.
Gracias, Holden, pero no te ofendas si me decepciona recibir tu sólo pseudónimo como apoyo a víctima tan flagrante. Si nadie va a decir nada más, empezaré a pensar que no estamos tan lejos de aquella España de Dámaso; dictadura, miedo y millones de muertos…también de puro miedo.
Por supuesto que la apoyamos. Estamos en el tiempo de la permisividad absoluta. A los adolescentes, la sociedad en general no les pone ningún límite, hagan lo que hagan no pasa nada, parece que todo está permitido. En esas circunstancias las familias, los padres y los educadores lo tienen muy difícil, no reciben el apoyo de las administraciones. Solo con muchas dificultades se les puede inculcar el respeto por los demás, así como el debido a los años y al conocimiento.
Cierto es, Lola, consumir hasta consumirnos, consumar hasta consumarnos, todo un ejercicio de fagocitación finalista. Es más fácil perderse que encontrarse, es casi como el destino de la célula. Por eso, a lo mejor, no hay muchos emprendedores por aquí abajo. El emprendedor, para triunfar, tiene que tener suerte con el depredador, que anda por ahí a ver a quién se come. Negocio post prandial de pez grande en pez chico. Por eso no me parece bien el horario libérrimo del comercio.
Se trata de consumir, aunque sea electricidad en bombillas. La fotografía de la calle Larios, de noche, en Navidad y lo que cuesta, me dio la idea para esos versos de cosecha propia. No creo que sean para fundirse los plomillos, y si se funden, mira, a falta de luz, algo habrá de ahorro. Un saludo.
Hola buenos días,
Oh, variedad,
Los iluminados Lola y Pancho.
Algo cabreado y con razón, Holden.
Claro que me solidarizo, Lola. Me da rabia. En este país, parece que vamos para detrás. Los ancianos solos o abandonados. Los maestros, vapuleados por padres y alumnos. Hala, nos hacemos amiguitos de los niños, tú háblame de tú, que estamos entre colegas; y claro el niño de 12 ó 14 años, y con 90 kilos, con clara anuencia de sus padres, se toma la manga por hombro y se sube a la misma chepa del maestro. Esto es solo un reflejo más desde hace muchos años, cuando se nos dio libertad y la adoptamos como libertinaje. Hasta para ser libres hay que estar preparado; y no hablo de conocimientos metafísicos, sino de unos valores mínimos de convivencia.
En U.K (Londres) hace unos meses, los vándalos menores de edad salían en masa a arrasar las calles; los mayores se estarían acordando de la vara de suplicios, mano de santo. Yo de la vara no me acuerdo, pero al menos un Usted obligatorio, hombre, que a mí no se me ocurre llamarle de tú a un señor que me lleva 20 o 30 años, con quién mantengo una relación de trabajo u obligación. Por algo se empieza.
El respeto a los mayores y a los maestros, es la base del sentido común de una sociedad. Si no hacemos nada para recuperarlo, ya me dirán. Sembremos para mañana, que siempre estamos a tiempo. Al menos para el respeto de los mayores, sabemos que aún pervive en la sociedad gitana no esquilmada por la droga, aprendamos de ellos. ¿Y para los maestros?….Un código deóntológico, por ley, de comportamiento cívico entre alumnos y profesores, ya. Incurso en él un código disciplinario con sanciones pecuniarias, ya; porque aquí solo aprendemos cuando nos tocan el bolsillo. Ya verás que manso se pone el papito cuando le llegue la multa que ha originado su ultraprotegido heredero.
Saludos.
Lola, ¿Hay abierta alguna colecta, manifiesto, o convocada alguna manifestación, encierro, huelga, etc. en apoyo a la profesora agredida?
Lola, ¿Hay abierta alguna colecta, manifiesto, o convocada alguna manifestación, encierro, huelga, etc. en apoyo a la profesora agredida?
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Carmen Donate, muchas gracias. Valoro tu apoyo, derivado de ese buen juicio por el que se caracterizan los artículos de tu blog en este diario. Un abrazo.
No hay un acto destinado al apoyo de la profesora. De hecho, no sé, pues ha caído un gran silencio sobre el asunto, ni cómo se llama o qué asignatura imparte. Hubiese esperado que alguien, desde aquí, me pudiese facilitar algún dato, aunque fuese bajo pseudónimo. Por favor!!!
¿Sabéis lo que he escuchado últimamente? Que el respeto se tiene cuando se gana y, por lo visto, de entrada, los profesores no tienen por qué merecerlo. O sea, que lo mismo se merecen que les peguen, «pues no se saben imponer». Es como ocurría antes con las mujeres maltratadas o violadas; lo mismo pensaban que eran respondonas o que iban en minifalda provocando. Qué decir, los agresores tienen siempre un montón de derechos e incluso de motivos, las víctimas ninguno. El MIR para los profesores, de acuerdo, y la protección y el apoyo ¿para cuándo? Incluye un salario de 2.000 euros, la obligación de soportar una continua falta de respeto, insultos, desautorización y parte de lesiones ¿Se estudian unas oposiciones para ello? ¿No sería mejor hacer cursillos de defensa propia? ¿O defenderse sería acabar en Chirona?
Sería imprescindible que los padres enseñasen a sus hijos a respetar a los profesores. A nosotros nos enseñaban así, pero es que los nuestros estaban en casa. En tanto, podrían revisar la ley de protección al menor y los regímenes disciplinarios en los centros escolares. O, al menos, respetarlos.Una profesora pone un parte disciplinario a un alumno, expulsándolo de clase y dicho alumno vuelve con su propio parte en la mano, diciendo, «el director ha dicho que se suena los mocos con tu parte». Y lo había dicho. Lo peor es que no es un chiste sino un caso verídico ¿Multas monetarias? Excelente idea. También por daños y perjuicios, aunque, a veces, estos son irreparables.
Estáis iluminados, amigos, Holden, Quintiliano, Carmen, Pancho -el dardo en la palabra-, de hecho sois vosotros la única luz que veo al final del túnel. Os quiero.
No me digas que va a venir a pegarnos «El tío de la vara», Ay que sustoooooooooooo
Conviene tener algo muy claro: salvo excepción, los niños y jóvenes (y después los mayores) hacen lo que ven, lo que se les enseña, y lo que se les permite. Por tanto, es el comportamiento de la tribu (andaluza, y española), que es suma de comportamientos individuales con sus distintos grados de responsabilidad (los políticos son los más responsables), el culpable de todas las calamidades que padecemos, y que nos empobrecen en todos los sentidos. Por eso conviene predicar con el (buen) ejemplo, cueste más o cueste menos, y hasta el final. Por demás, en mi opinión, el director de ese centro educativo, y los compañer@s de esa profesora, si han mirado y siguen mirando para otro lado, son ciudadanos basura. Y así nos va.
Seguro que esos compañeros son insolidarios y cobardes, como se acostumbra en cada centro educativo. Nadie da la cara, no vayan a darle en el pompis y si hay que hacer leña del árbol caído mejor. Les encanta pagar sus frustraciones con otros o solo uno. Todos contra uno, esa es su valentía…como cuervos carroñeros
Con respecto a tu posdata, Lola: he visitado tu anterior entrada, pero no sé cómo debo mostrar mi apoyo.
¿Y qué se podía esperar, de una Junta de Andalucía que se dedica a seleccionar, durante décadas, a los peores docentes mediante concursos-oposición a la carta de la mediocridad?. Los pocos buenos docentes que hay, están a los pies de los caballos.
Un honor como siempre, Javier. Basta con que demuestres tu apoyo en este blog que, para bien y también, por desgracia, para mal,es muy visitado. Aunque tampoco estaría nada mal recoger firmas en un documento que podamos dirigir a los periódicos locales y nacionales e incluso a la Delegación de Educación y Ciencia. Lo malo es que casi nadie se atreve a firmar con algo más que un pseudónimo, como tú. El miedo alcanza niveles de dictadura. Gracias, amigo, en cualquier caso. No sólo eres un gran escritor sino un valiente, con lo difícil que la valentía se está poniendo en estos tiempos que corren.
O sea, Holden, vuelta la burra al trigo, usted cree que la culpa la tienen los malos docentes. Bravo por su solidaridad, lo mismo, hasta se merecen que les peguen, según su opinión. Dígalo, no se corte, que, para eso, tiene nombre apócrifo que le avale…Díganos qué tipo de oposiciones son las válidas para aguantar tanta humillación. Que lo diga, precisamente, usted que, por lo que sospecho, sabe lo que significa sufrir agresiones y no recibir apoyo alguno ¿En qué parte del temario estudió que había de ser cornudo y vapuleado? ¿Y qué metodología desarrolló para comulgar con ruedas de molino?
Yo no he dicho que la profesora agredida sea uno de los muchos malos docentes.
Ummm, creo que yerras Lola, no puede ser que D. Fernando Lázaro Carreter ande por aquí -)-)-).
Los malos docentes (escaso conocimiento de la materia [asignatura], insolidarios con los compañeros, los que miran para otro lado ante las agresiones a compañeros, los conformistas, los vagos, los indolentes, los que no se cuidan, se alimentan mal y no hacen deporte dando con ello un pésimo ejemplo a los alumnos [y si además están gordos, peor], etc.) son grandes culpables del lamentable estado que presenta la educación en Andalucía. Eso parece claro.
Jo-lines, Luis, no me digas que los gordos son los culpables del fracaso del sistema educativo. Y, dime, a partir de cuántos quilos ¿80 o 90? Ésta si que es gorda!!!
¿Lázaro Carreter anda por aquí? y ¿Por qué no? Por aquí tengo comentaristas exquisitos de los que me vanaglorio, hasta un Quintiliano redivivo; un lujo, vaya.
Malos docentes, vale, haberlos haylos, pero los más, los que yo conozco, son maravillosos. Cuanto mejores, peor tratados. Créame es que el sistema se lo está poniendo francamente difícil. Póngase, por un momento, digo sólo un momento, en su lugar…
Hablando de gordos, parece que si antes había 3 niños obesos por instituto (IES), ahora hay 5 por aula; además de poco instruidos, ¿Gordos?. Pues, ¡lo que nos faltaba!
Lola, ¿El sistema se lo está poniendo francamente difícil? O, ¿Son políticos (personas) como Griñán los que francamente lo ponen muy difícil?
Señor Luis, no estoy de acuerdo con sus argumentos, al menos parcialmente. Verá, que hay malos docentes, no cabe duda. Que los hay conformistas, indolentes, insolidarios, etc., pues también. No es esto un léxico negativo exclusivo del profesarado. Hay de todo en todo colectivo. Ahora bien, déjeme que le diga que el monopolio de la enseñanza ya no está en manos del profesorado. Hay medios de comunicación, familias socialmente activas e interactividades varias. De forma que la escuela no es responsable de lo que ocurre en la sociedad, sino parte de la sociedad, no es un ente separado de la sociedad, y tiene de sus defectos y grandezas. Lo que no me parece lógico es exigir que el profesorado se alimente de determinada forma y además haga deporte. Además de docente( que yo no soy), debe ser una mezcla de Grande Covián y de Filípides. Me parece exagerado. Dicho de otra forma, pienso que la escuela tiene los mismos defectos que el cuerpo social al que pertenece.
Al amigo Quintiliano, decirlen clave de vate que…
¿Qué le ocurre a Quintiliano,
jurisconsulto romano
del sito de Calahorra,
gran maestro de retórica y amigo
de Plinio el Viejo,
que en llegado de las Romas
va y confunde diana y dardo?
Sepa su excelso orador,
que por mor de atribuciones
sin causas que las sustenten,
los mapas se descomponen
cual quebradas disensiones
de falanges y escuadrones
en perfidias y batallas.
Ya pretéritos los tiempos
que de flechas y pelayos
camparon por los respetos
de los campos malheridos,
sin sentirme compugido
debo ponerle un mentis.
No es que errara la Clavero,
como Nerón en el fuego,
con Lázaro Carreter.
Usó el título in extenso,
excediéndose en el mérito
de este humilde servidor.
Usted que de la elocuencia
hizo oficio en el Imperio,
permítame que le diga
que a veces frente a los textos
me adjetivo funcional;
sustantivo, analfabeto,
y más me veo en lazareto
que en Lázaro Carreter.
No es errata; es una hipérbole.
Hola, buenos días:
Lola, Pancho, mi anterior comentario es solo mi forma tosca y enrevesada de preguntarme una vez más, ¿Quién es Pancho Panchito?.
¿Quién es Pancho?, ¿Tiene blog propio?, ¿En qué periódicos escribe?, ¿Escritor, poeta, ha publicado libros, cuáles?, ¿Es profesor universitario, de literatura, de filología?.
Alguien que ante un mensaje dudoso en intención, siempre lo ve en positivo. Su actitud en este blog, sin duda, una buena pedagogía de comportamiento, una buena retórica de saber estar. En la estructura piramidal de este blog, anda por allá arriba, muy arriba, casi ni le veo.
Si a mí me conmueve el alma, ¿qué no será de las mujeres que lean sus palabras?, ¿se derretirán?.
Saludos
Señor Pancho Panchito, “…se alimente de determinada forma…”, no, sino que se alimente bien, adecuada y correctamente. Los niños van a la escuela (rectifíqueme si no es así) a recibir una instrucción, y educación, que les facilite una mejor vida presente y futura que sin ella. Y, como todo el mundo sabe (sin contar excepciones), la salud es la primero, sin ella la calidad de vida brilla por su ausencia. Así pues, lo primero que tienen que aprender los niños es comer bien, hacer deporte bien, y a dormir con la conciencia tranquila: los tres pilares sobre los que se asienta (básicos) de la buena salud y la calidad de vida. Y los docentes tienen que dar buen ejemplo, pues su ámbito de actuación (escuela) marca vidas, y es importantísimo para el presente y el futuro de los jóvenes y niños (nuestro futuro). ¿Cómo es posible que no haya una asignatura que trate sobre la alimentación y salud? ¿La hay? ¿Quién la imparte y con qué resultados? ¿Niños cada vez más gordos, y mayores cada vez con peor salud?
PD
Creo que el monopolio de la enseñanza nunca ha estado en manos del profesorado. Toda la sociedad enseña. Y en esta época no enseña bien, parece.
Pancho-panchito, menudo poema!!! Eres un pez gordo de la poesía- con perdón por lo de gordo, que ya veo que sienta mal-. Pues, ya veis; hay profesores gordos y hasta feos, ¿Cómo se lo permiten? Estas oposiciones además de concurso de méritos, deberían aparejar concurso de belleza, que aquí entra todo el mundo como en la casa de tócame Roque a que le peguen por esa fortuna de los 2.000 euros. Hala, sin preparación ni nada, a darse la gran vida con semejante bicoca!!!
Educa la tribu, no sólo los profesores, vale, pero como, de momento y, a largo plazo no los veo por la labor, que, al menos, modifiquen las leyes y se aplique una disciplina seria y eficaz. Hay que devolver, sin remedio, la autoridad y la dignidad al profesor.
La malas (quizá ‘mala’ no sea la palabra) leyes necesitan de un caldo de cultivo suficiente: La mala ciudadanía. Lo mismo ocurre con la falta de autoridad del profesor: necesita de buena ciudadanía.
La malas (quizá ‘mala’ no sea la palabra) leyes necesitan de un caldo de cultivo suficiente: La mala ciudadanía. Lo mismo ocurre con la autoridad del profesor: necesita de buena ciudadanía.