Por pantalones

6 Oct
La Duquesa de Alba
En el principio de los tiempos, nadie llevaba los pantalones. Fueron unos franceses muy antiguos, llamados galos, quienes los diseñaron para que los hombres guerreros pudiesen presentar batalla, más cómodos y calentitos. Aquella prenda remota, denominada “braccae”-que, a la postre, dio nombre a las actuales bragas femeninas- tenía además la inestimable propiedad de preservar las partes pudendas del soldado de la puñalada trapera del arma enemiga. Poca gracia tenía que, tras batalla campal, el guerrero, triunfante o no, volviese a casa, desarmado de su hombría. Así se puede decir que las mujeres agradecieron el invento de los pantalones, mucho antes incluso de vestirlos por la sugerencia de otro francés, Yves Saint-Laurent.
Como al brillante modisto, se le ocurrió ponérselos a Catherine Deneuve, el público femenino decidió que quedaban divinos, si bien a la susodicha actriz le quedaba de miedo hasta un saco de patatas por toda prenda sobre su impecable porte, como pudimos comprobar en “Belle de jour”.
Desde Laurent a nuestros días, la elegancia en la moda francesa ha decaído como la bolsa; señal de esta decadencia fue la presencia de John Galliano al frente de la firma Dior, cuya vulgaridad fue puesta de manifiesto tanto en aptitudes como en actitudes, habida cuenta del escándalo bochornoso y tabernario que propició su expulsión de la emblemática empresa de alta costura. La falta de talento y creatividad galas no sólo se ha percibido sobre las pasarelas en la reciente semana de la moda francesa, sino también en la convocatoria dedicada al cine francés, con sede en nuestra ciudad malagueña. La mejor de las películas presentadas, de argumentos tan manidos como previsibles, resulta, en lo menos grave, aburrida. Parece que la Francia de Sarkozy se suma a la globalización en mediocridad cultural, en lo cual no tiene poco que ver la imposición de un sistema educativo deficitario. No se pueden esperar grandes hallazgos artísticos de generaciones que, por recortes chapuceros, se instruyen en el semianalfabetismo. En estas reivindicaciones andan también los docentes del país vecino que, a lo que se ve, la están liando parda.
Francia, que, en su día, dejó que las mujeres llevaran los pantalones, ha dado a su vez pasos atrás en aquel viejo principio de la égalité, dado el amplio porcentaje de su población que considera que un flagrante machista violador como Strauss-Kahn pueda continuar con su carrera de ascenso hacia el gobierno. Por estos lares, no obstante, ni para atrás ni para delante, seguimos en las mismas, a juzgar por el revuelo que ha levantado la boda de la Duquesa de Alba, siempre presentada con grandes titulares que destacan la abismal diferencia de edad entre los cónyuges- “Cayetana de Alba, de 85 años, contrae matrimonio con Alfonso Díez, de 61”- y/o la desigualdad de sus patrimonios- “La Duquesa de Alba, poseedora de una de las más grandes fortunas del país, se casa con un exfuncionario”. Por lo general, la noticia se recibe con simpatía, pero rayana en el humor propio de la astracanada. Es difícil sustraerse a relacionar a la gran dama con esa anciana medio loca, que la también Alba, Bernarda, su hija, tenía encerrada en una habitación de la que solía escaparse, vestida de novia, buscando un hombre.
A todas y todos los comprendidos en el mundo mundial nos resulta de lo más natural que un millonario hollywoodiense –o no- se case con una joven camarera, veinte, treinta y cuarenta años menor y que dicha mujer esté perdidamente enamorada, pero, de ser, al revés, no nos cuadra si no entran en juego otros afanes materiales y de notoriedad, lejos del cariño sincero.
Las canas en la sien del caballero se valoran como reclamo de seducción para las muchachas, pero la melena blanca de la señora longeva parece ser que sólo reclama un tinte urgente. Ya podremos llevar los pantalones, pero se trata de una igualdad meramente indumentaria. En tanto que las empresas despidan o acosen a sus empleadas por quedarse embarazadas, en tanto que un insulto tal que “zorra” hayamos de acogerlo casi como un piropo y las violaciones se juzguen como “sexo consentido” o incluso provocado, en tanto que etcétera, etc…
Bien está que hay excepciones; que, en Europa, vivimos bajo el matriarcado de Angela Merkel y, en España, vamos por acatar el de Esperanza Aguirre. Pero estas señoras que tienen el poder, los pantalones, adoptan lo peor del peor talante masculino: el autoritarismo y la intolerancia.
Aguirre impone unas medidas perjudiciales para los profesores de la pública y, por extensión, dañinas para todo el sistema educativo, que afectan más aún a padres y alumnos –a todos- y niega a los profesionales, su derecho democrático a la huelga. Lo democrático, según ella, es que sus órdenes se acaten sin rechistar, sí o sí. Por pantalones.

P.D: Acabo de ver en la Semana de Cine Francés, «Quiero ser italiano». Hay que reconocer que sin ser un peliculón, hace reflexionar sobre la discriminación racial en los países del primer mundo con un humor inteligente. La recomiendo.

23 respuestas a «Por pantalones»

  1. Es de suponer que la enseñanza francesa está como está (de mal), porque el señor Sarkozy no viene contratando a miles de interinos a los que pasados unos años convertir en titulares de sus puestos pasando por encima de las personas candidatas que realmente se los merecen por esfuerzo, merito y capacidad. Eso que tan bien se nos da hacer aquí en Andalucía, y por lo que somos los números uno (number one) en enseñanza, instrucción y educación. ¿No es así, Lola?

  2. Bien sabido es, que Esperanza Aguirre no es santo de mi devoción, como no lo es ningún político basura. Ahora bien, ¿Cómo puede Esperanza Aguirre negar el derecho a la huelga de los profesores? ¿Está ella por encima de la Ley? ¿No es éste un Estado de Derecho (bueno, semiestado de semiderecho, diría yo)? Digo esto porque no he entendido tu expresión (“…y niega a los profesionales, su derecho democrático a la huelga…”), Lola; pues Esperanza Aguirre puede decir misa, pero los profesores son libres de hacer lo que les venga en gana, o sea, huelga. Por cierto, ¿No llevan demasiado tiempo callados mientras nos pisotean? Por demás, ante el mal talante de los matriarcados (autoritarismo e intolerancia), como ocurre con los patriarcados, no parece difícil la respuesta: (no hacer) Ni puñetero caso; y, en eso, las mujeres, por lo general, sois unas maestras, ¿No?

  3. Hola,

    Golazo es un gol exquisito.

    Tortazo es un polpe tremendo.

    Calzonazos es un hombre exquisito. Ummmm creo que no.

    Me voy a regar, que no llueve.

    Saludos.

  4. Oh, veo que el asunto va de pantolanes y sus políticas. Guerreros franceses, adaptación al corpus femenino, duquesa casada, educación y despidos y…. la ideología que da el pantalón con independencia de que quien lo vista. Complejo itinerario el del artículo: del pantalón al pantalón, eso sí, en el cronos vestal va la diferencia, el prurito ideológico de la prenda.
    La diferencia de edad sólo es importante, creo yo,para un combate de boxeo y para constituir las mesas de edad en un proceso institucional democrático; pero más allá de eso, que los contendientes actúen en su vida privada como les venga en ganas, qué nos ha de importar a los demás. A mi me preocupan más las duquelas del alba, tras una noche insomne por razones de salud o cuitas mentales, que los bodorrios en los que no soy parte. Si los franceses, Lola, inventaron los patalones, según dices, para que en mitad del fragor guerrero no les salieran los pollitos tras una fractura oval, hoy lo pantalones son una prenda aséptica, con excepción de la cremallera, que para unos es puerta de jaula y para otras ajuste entallado. Llegada la hora de dormir suelen reposar sobre una silla, en ese momento nocturno su estatuto es asexuado, creo. Un saludo.

  5. Casi todas las películas francesas que he ido a ver en estos últimos años me han decepcionado. La última fue Pequeñas Mentiras sin Importancia de Guillaume Canet. Menudo bodrio, y encima con pretensiones. Pero tomo nota de ésta que recomiendas. Con respecto a la mujer y el poder político, creo que el género importa poco, por mucho que digan que la mujer tiene otro estilo de gobernar. Un abrazo.

  6. Las mejores películas francesas que he visto en estos tres últimos años han sido «Un instante en el aire» y «Toi et moi», pero no se han estrenado en salas comerciales. Una pena, eran maravillosas. El estilo de las mujeres que consiguen mandar es conservador y masculino.
    Lo que dijo Esperanza Aguirre es que las huelgas de los profesores atentaban contra la democracia, porque lo democrático para ella es que acaten sus órdenes sin rechistar. Ella lleva faldas pero los pantalones son su modo de discurso, «Por pantalones». Contra éste, no nos queda sino el atavío de la pancarta y la camiseta verde esperanza,

  7. Desconozco, María, que advocativo se adjunta a su nombre, o, mejor, de cuál nombre es María sustitutorio:si de Ana, de…, no sé. En todo caso, gracias.
    Ah, no creo que sea un lujo, más soy un producto a granel.
    Si es posible, acláreseme más.

  8. Lola, he leído en el País Semanal del domingo, tu carta dirigida a Almudena Grandes, «Profesores y troyanos». Me encantó. Yo soy tu lobo.

  9. Jeje, lo pensé, lo pensé. Pues son figuras tan cercanas. Pero claro en mí hubiese sonado algo machista y guarro, con perdón. En ti, una dama, suena hasta elegante.

    Creo que no hablé de ella, de la palabra, porque también creo que no viene a ser en esta historia. Para mí hay braguetazo cuando el teórico beneficiado sale indemne en su psiquis. Cosa que dudo en ésta. Imagina, imagina, al Sr. dale que te pego amorrado al porrón en tarea cunnilinguis, con perdón. Crees que realmente, por mucha nobleza que medie, ¿hay braquetazo?.

    Saludos a todos.

  10. Nota: ¡¡¡Feliz 12 de octubre!!!…según la Wikipedia:

    * 1492: en la isla Guanahaní (Bahamas), desembarcan los tres navíos de Cristóbal Colón. El hecho será conocido como «Descubrimiento de América».

    ¿Día de la raza o día de la Hispanidad?…

    Indios…Españoles…Españoles…Indios…

    ¿un partido de futbol?…

  11. Curioso es que servidor es evocado bajo identidades que no son la propia. Primero Lola me pintiparaba con Winspector y ahora se me atribuye la identidad del Sr. Horacio. ¿Y esto a qué se debe?, me pregunto. ¿Seré un proyecto infaciente?, ¿soy una larva en busca de desarrollo corporal? ¿O quizá sea «el otro generalizado» del que hablaba cierto autor? Debe de ser que tengo unas señas de identidad emergentes, como algunos paises en el mapa político de nuestro tiempo. Con esta vengo a afirmar que la reciente elucubración no es cierta, no soy el Sr. Horacio del que hablan. Soy un sujeto vulgar (léase, vulgo), que no es poco. Saludos

  12. Ende luego, aquí no estaría de más la presencia de un experto para dilucidar esta cuestión.Visto lo visto, (y oído) debo decir, como en el mejor cine futurista: Soy leyenda, jeje. Saludos para ti, Lola, y para tod@s.

  13. Horacio Eichelbaum no creo que me haga el honor de escribir textos tan elaborados y amplios en este blog, pues ya tiene el suyo y con sus labores de escritor anda siempre liadísimo. Pero está claro que Pancho es escritor también por el oficio que demuestra y que despierta pasiones. María está encandilada, no es para menos. Y Wins, me preguntas mientras clavo mi mirada en tu mirada azul ¿Quién es Pancho? PANCHO ERES TÚ.
    Quintiliano, de cunnilingüis no hace labores el fulano, que según dicen sus trabajos van por el lado del ano. Qué pasón, un braguetazo sin derecho a revolcón. Con tu ingenio, rima en ón. A deshora, mal negocio ha hecho esta señora.

  14. Mon Dieu, Lola, eso es poesía en movimiento, plus bleu que tes yeux, erba di casa mia… Mas, “sempre più sempre, io non sono io (anche davvero che mi piacerebbe) A estas horas de la noche y viendo la foto de nuestra duquesa, en pleno zapateado, me asalta la pregunta: “Les chaussettes de l’archiduchesse sont-elles sèches…? La respuesta tradicional es: “archisèches!” Pues, como cantaría(n) (Los) Pancho(s) yo, “lo dudo, lo dudoooo…”

    Buenas noches para tod@s y sogni d’oro.

  15. Por la lira de Apolo, que yo no trabajo y me desvelo por conseguir de poeta, la gracia que no quiso darme el cielo.´
    Válgame el vate soberano, que no pretendo la gloria del Parnaso por estas rudas rimas con el ano. A ese Dios pongo por testigo, que la flor natural me importa un higo. Como tú para anónimo, yo de poeta salí rana, pues lo mismo te llamas Holden, María o te dicen Ana.
    Porque le da la gana soberana, zapatea la duquesa por sevillanas. Winspector ve que esa gracia descalza, también tiene algo de marrana…Vive Dios, qué gran sagacidad, la de Winspector.

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