Las apariencias cuentan; ya lo creo. Contra los indignados del 15-M, han primado criterios estéticos; sus buenas ideas perdían credibilidad por sus malas pintas. He oído criticar con encono sus raftas, sus harapos alternativos, su tendencia al desaliño y el desaseo personal.
La indignación es un sentimiento atolondrado; uno, en un barrunto de cabreo, puede tirarse a la calle a protestar, sin antes cuidar de afeitarse en casa. Algunos, precisamente, por falta de casa, otros por falta de ganas, han pintado muy mala cara bajo la pancarta y, además de desesperados, parecían indigentes. Será la última moda, comentaban los perplejos estetas, pero es que algunos se dirían que son pobres. La pobreza es un asunto feo, da muy mala impresión arracimada en campamento por las primorosas plazas que por todo el país han adecentado los ayuntamientos. Justo ahora que cualquier ciudad del primer mundo aboga por eliminar a los mendigos de sus calles por no dar mala imagen, viene la iconografía revolucionaria a dar la misma harapienta impresión. Y, aunque uno lo haya perdido todo, incluso la esperanza, no es cuestión de perder también las formas. Sobre todo, cuando hay en internet boutiques online que venden el glamour a precios democráticos, si querían “democracia real”, ahí la tienen. Veva Longoria ha puesto una de esas tiendas exclusivas que, según ella misma asegura, oferta artículos de lujo al alcance de todos los bolsillos. Incluso hay elegantísimas carteras,-ideales para salir de día- en su escaparate virtual por menos de cien euros; o sea, nada más que una sexta parte de lo que muchos indignados ganan al mes –menuda bicoca, Veva, eres divina-.
La elegancia puede ser una cuestión de cuna, pero, ante todo de educación y saber estar; en definitiva, de actitud. Es decir que, si los indignados, antes de convocar movilizaciones por internet, se pasasen por la página de Veva para asesorarse en cuestión de indumentaria, quedarían divinos hasta a las puertas del Congreso de Diputados. Más que la lucha de clases, habría que reivindicar la lucha con clase y, en eso, la Longoria resulta una perfecta lideresa. Leo las ofertas de su web y no salgo de mi asombro; resulta que una caja de seis botellas de un Burdeos extraordinario pueden adquirirse por el precio irrisorio de 200 euros, toda una ganga. Estoy por bajar ahora mismo a decírselo a esa pandilla de homeless que se pasan el día en la plaza dándole al cartón de Don Simón sin ningún glamour, aunque antes, por si acaso, voy a ponerme el casco, porque hay veces que les da por ponerse de lo más susceptible. Lo que pasa es que, en esta sociedad actual, sobra crispación y faltan modales. Menos mal que el Gobierno ha decidido eximir a los ricos del pretendido impuesto para que, desde su apacible flema millonaria, nos sigan orientando en las pautas del buen gusto. La ética no está reñida con la estética. Tampoco con la política, qué caray. Por ello, a la vista de estos secuaces de la elegancia, la figura de Rubalcaba, actual alfiletero de sus cóleras, tiene mayor delito, pues se le acusa no sólo de no ser una bella persona, sino tampoco una persona bella. O sea, no es únicamente que ,pintado con el perfil de perfecto Tartufo ateo, se le ponga como hoja de perejil en todas las salsas de la perversidad; se le atribuye la instigación del movimiento 15-M al desorden en las calles nacionales y la destrucción del sistema democrático, la legalización de Bildu y el compadreo paralelo con el terrorismo etarra y el plagio de las mejoras educativas ideadas por el PP, todo ello y mucho más tejido en la urdimbre siniestra de la intriga como exige su naturaleza de duendecillo malévolo que actúa en la sombra, que es el espacio que, según comentan, le conviene, ya que, como insisten, a la luz, pierde mucho por no dar la talla de la imagen: “Por lo menos –oigo comentar- Zapatero tenía mejor pinta y nos hacía reír con sus chiquilladas”. En conclusión, a la acusación por la fealdad de sus actos, a Rubalcaba se le suma el argumento de la fealdad por la cara. Un argumento frívolo, pero eficaz en las urnas. Defendí, en su momento, que Zapatero ganó muchos votos por la cara, por su bella cara, y el tiempo, creo, que ha venido a darme la razón. Las caras bellas son, a veces, espejo de almas bellas. Tampoco en esto hubo excepción, si a Zapatero le faltó cabeza, le sobraban buenas intenciones. De esta lección, tendríamos que haber aprendido que las personas bellas, aún siendo bellas personas, no son siempre la mejor opción política, pero nos volveremos a guiar por el argumento estético. Como nuestros mentores, por ahora, los americanos, nos dejamos llevar por las apariencias.
Obama ganó un poco por ser demócrata, otro poco por ser negro y un mucho por tener buena planta. De ser del tipo King África, no se hubiese comido una rosca.
Nos hemos quedado a solas con la fea realidad. A ver quién es el guapo que nos saca de este atolladero.
Argumentos estéticos
23
Jun
es difícil entender eso de las buenas intenciones del señor zapatero después de una campaña electoral y unos actos en la jornada de reflexión que si hubieran sido realizados por otros…en fin.si las buenas intenciones pasaban por aislar a los representantes de diez millones de ciudadanos…si las buenas intenciones han puesto a bildu como piedra en el zapato…si las buenas intenciones se confunden con demagogia,manipulación y búsqueda de permanecer en el poder al precio que periféricas y minoritarias agrupaciones políticas quieran cobrar…si se vota por la guapa cara se acaba echando uno en brazos del primer caradura bien asesorado que quieras que te engañe.
en el plano de los ropajes:y a la viceversa.o va a ser que estos pollos que le van a indigestar el relevo al pp no son de los que te marginandesprecianignoran por ir “delcortinglés”.
llama poderosamente la atención que ahora que parece que el psoe dejará de controlar algunas instituciones se tenga desde algunos ministerios simpatía y proximidad al “movimiento”(susto,qué recuerdos;los padres de algunos)que quita legitimidad a esas instituciones.Lo democrático como coartada.en fin…veremos.
Ha sido demasiado difundido que el 15-M fue una estrategia del PSOE para paliar o frenar la victoria del PP, pero lo cierto es que los indignados lo están, sobre todo, contra el gobierno y se niegan a ser utilizados, ni siquiera por IU; los abucheos a Cayo Lara nos indican que es así. Más aún con el PSOE,véase el conflicto de Amaral y Rubalcaba.
También se puede hablar de manipulación de opinionistas de derecha, cuando afirman que los indignados son un as que se saca Zapatero de la manga. He leído mucho al respecto y eso es lo que venden a la credulidad del que quiera creerlos.
A todo habrá que acostumbrarse, que el proceso curativo de la estética, llamada por alguien “enfermedad del hombre”, va para muy largo. La superficialidad no deja demasiado margen a la razón y, ante nuevas e inesperadas situaciones, caso de los acampados, el esteta muestra su perplejidad. Le suele ocurrir como a cierto mandatario occidental – ahora no lo recuerdo, ¿americano, religioso tal vez? – durante una visita a la India, a finales del siglo pasado. Cuando preguntó, curioso, a qué animales iban destinados los miles de tabucos que se extendían ante él, en la periferia de Bombay, uno de los acompañantes le respondió con presteza, “señor, ahí viven personas”. De piedra. Evidentemente, son, ¿somos? otro mundo. Pero no seré yo quien contraríe a los estetas, que ahí estamos y nunca se vieron cadáveres tan hermosos, exquisitos y dermoestéticos, sin una arruga.
Indignados con su patria los hubo también en el pasado reciente, como aquellas personas que lograron escapar del “Telón de Acero” para recalar en Occidente. Su perplejidad era muy diferente a la de cualquier esteta. Me explico: No daban crédito cuando tú les decías que habías enviado, por ejemplo, mil francos a España y, una vez en el banco, seguían siendo mil y que, con el tiempo, producían un cierto interés. Mai visto. Y ¿a qué negarlo? mandaba Franco.
Rompo una lanza por jose antonio y solo diré que el Ayuntamiento de San Sebastián y su alcalde de Bildu dispondrán, según las malas lenguas y en tiempos tan austeros, de la friolera de cuatro mil millones de euros para gastárselos, supongo que en brindis. Inextricables senderos de esteta y largo, muy largo, el camino que lleva a la ética.
Un saludo, Lola, jose antonio. Buen finde.
no me convence el simplista esquema de derechistas malos per se e izquierdistas buenos de suyo.los hunos y los potros.eso de que como son los nuestros(progreso y solidaridad)no deben dolernos las patadas al fiero capitalista con el que tan bien se llevan en nuestro culo…que no,vaya.los valores democraticos suelen ser una coartada para los demagogos profesionales de la politica.con el psoe llevo dos y las dos con el inclito alfredo antes rubalcaba(si te vuelves te la clava segun sus propios compañeros;tb ex de esto de la educacion).valoremos las conductas reales y no caigamos en el embeleso de las predicas/no consigo que este teclado me ponga los acentos/
eso de mejor como vives que lo que dices.y me repito:si sobrevive a esta direccion es que va a ser la iglesia verdadera.gracias por el lanzazo y salud,amigos.¡ay,epicuro!
Si los del 15-M, indignados con el sistema que imponen los que disponen, principalmente, el gobierno hasta ahora del PSOE, resulta que, a la postre, le está haciendo un servicio y van en su mismo barco, es que les ha salido el tiro por la culata. No pienso que esa fuese su intención en absoluto ni creo que, por lógica, se puedan admitir esas filiaciones, sino es porque ambos representan una amenaza para la oposición que teme ver malograda su victoria y ve conjuras por todas partes.
El debate que se abre ahora no es entre izquierda y derecha, sino entre políticos y ciudadanos.
Un debate entre ciudadanos (todos son [somos] políticos) que empiezan a entender, y ejercer. ¡Ya era hora!
mis intentos de respuesta de anoche quedaron en intento.
resumiendo.el mundo no se deja quitar el polvo y jugar con él a las casitas es paná.los políticos¿de verdad se puede decir que son todos iguales?¿si no son ciudadanos serán marcianos?
Un debate entre ciudadanos (todos son [somos] políticos) que empiezan a entender, y ejercer. ¡Ya era hora! A ver si el debate (y los buenos hechos) continúa, por siempre.
Saludos
Me gustaría pensar que todos los políticos no son iguales, en especial, porque son necesarios; alguien tiene que haber que gobierne, pero los escándalos de corrupción y los abusos de poder salpican por todas partes y nos desarman la fe. La historia demuestra que el poder corrompe y estimula la amoralidad, la falta de escrúpulos, y eso, por ahora, parece no tener remedio. Elegimos sólo a quienes nos parece mejor que nos roben. En esto, a día de hoy, parece consistir la democracia.
claro.y caín mató a abel(si no lo mata nos deja sin cuentecillo).quiero decirte,lola,que si rastreas casos de corrupción resulta estremecedor distinguir entre los que llevan pena de banquillo(triturar al contrario con el altavoz mediático de cara a elecciones y la mayoría ni sustancian causa)y los que acaban mereciendo no un fiscal(obedecen)sino un juez instructor.cuando el juez dice que no hay nada la opinión ya lo lleva a cuestas.usar la admón de justicia y a la policía en beneficio de los propios intereses es un modo totalitario que no nos lleva sino al fascismo.¿hay una corrupción que nos resulta simpática y otra que consideramos abominable? a veces jugar a pensar que las acusaciones al contrario sólo son manifestaciones de lo propio clarifica a esos ministros que acusan con mucho bombo y platillo a los demás de cosas mucho menores que las perpetradas por ellos.el espejo:lo que dices habla de tus delitos,más o menos.
Ninguna corrupción es menos grave ni, del todo, prescindible. No creo que tenga que ser aceptada ni la de unos ni la de otros.
Genial!