Velada xenofobia

29 Abr

Con velo o sin él, la cabeza es un conflicto. Que nos corten la cabeza.
Nos quitamos el sombrero. Y la gorra y el birrete y la toca y el hiyab y nanai del peluquín. A la escuela hay que ir sin nada en la cabeza. También sin ideas, que las ideas las dan allí, qué caramba. Hablamos de interculturalidad, de integración de las civilizaciones, de tolerancia pacífica y otras yerbas de relleno y condimento democrático, pero, que no vengan a meternos otras especias en la salsa nacional. Bien está que más allá de las fronteras haya otras ideas, eso queda pintoresco en los documentales, allá cada cual cómo aliñe en patrias remotas los hábitos de su tribu, pero del lado de acá que no nos toquen la idiosincrasia. Hay otros modos de ver el mundo, de creer en lo humano y en lo divino; otros pareceres, aunque, al parecer, sin duda, los nuestros son los mejores. Que se conviertan o que se vayan, dice, a todo pulmón, la voz del pueblo, con el lema sospechoso del “yo no soy racista, vaya por delante” y la estrategia de la militancia liberadora. Haces un sondeo por los aledaños sobre la polémica del velo en las escuelas y la argumentación mayoritaria se suele repetir por las mismas fases. La primera es afirmar, con paternalismo condescendiente, que hay que liberar a la mujer islámica de la opresión machista a cabeza descubierta, la segunda se vuelve ruda, perdiendo ya los modales por el abierto y bronco desafío, “si no quieren aceptar nuestras costumbres, que se vayan a su país de… origen”, la tercera, fuera de todo disimulo, pone directo el dedo en la llaga, “y que no nos quiten el trabajo”, ahí duele. Para las afectadas, sin embargo, vivir sin velo no les libera demasiado de la carga, mientras, vivan, a su vez, sin papeles, por más que trabajo es precisamente lo que les sobra. Me cuentan de las limpiadoras fantasma, mujeres que, bajo la amenaza de ser denunciadas por su condición ilegal, cargan en domicilios particulares, democráticos y occidentales, con las tareas de limpieza, cuidado de niños y ancianos a jornada completa por el módico pago de cuatrocientos euros. La mayoría no llevan velo, pero no sé si, a la larga –o a la corta- cambiarían el peso de opresión tan esclavizante por la carga más liviana de un burka. Musulmanas, colombianas, ucranianas, polacas, cuántos de estos que reclaman su liberación del yugo opresor, no tienen alguna de ellas limpiando en casa, tal vez sin velo, pero de tapadillo, al pago de dinero negro y poco. Da gusto verlas calladas por no perder los papeles, afanadas en labores de tercera, limpiando la doble moral de esta sociedad liberadora, tolerante y democrática, pero ofenden cuando vienen a contaminar con sus hábitos bárbaros y ancestrales la identidad de nuestros lares. Ofenden sus ropas, su credo, sus dioses, sus mezquitas; ofende lo ajeno, sigue ofendiendo y, a esa altura de orgullo patrio, ya no se habla de interculturalidad sino de invasión de todos y contra todos. Nos invaden los chinos, los latinos y los rusos y cunde la aversión primaria hacia todo forastero. “No queremos rumanos”, decía la propaganda del PP en Badalona y así sucesivamente, de modo más o menos explícito. No nos gustan los otros porque nos quitan el trabajo o porque, cuando no trabajan, roban o porque, sencillamente, son otros y, a veces, se les nota demasiado. Por su parte, el astrofísico, Stephen Hawking, asegura que existen los extraterrestres y van a venir a visitarnos. Éramos pocos y parió la abuela. Por supuesto, el rumor popular ya habla de invasión y de que nos van a quitar el trabajo. Tranquilidad, amigos, si, como dice el experto tales seres vivos tienen una inteligencia superior, ya habrán encontrado el modo de vivir sin trabajar y, sin duda, de no hacerlo hasta los 67 años. Lo más seguro es que tengan unas pensiones vitalicias de órdago y vengan de turismo a disfrutar de los bajos precios de nuestra oferta hostelera y, de paso, a reírse un poco de nuestras cuchufletas. Lo malo de las inteligencias superiores es lo mucho que se aburren. A la larga, la cabeza, cuando no da dolores, da problemas. Tal vez tengan razón; a la escuela y a la vida, habría que ir sin nada en la cabeza. O sin cabeza. Marilyn se hizo célebre por decir en las películas que no tenía cabeza y, cuando descubrió que la tenía, se suicidó. Con velo o sin él, la cabeza es un conflicto. Que nos corten la cabeza.

P.D: En la entrada “Inventario de cine (español)” seguimos a la espera de tus recomendaciones; la mejor y peor película española que jamás viste. Por favor, sed pesados y entrad en detalles. Nos interesa mucho tu consejo. Lo estamos pasando de cine.

15 respuestas a «Velada xenofobia»

  1. Tampoco nos pongamos así, Lola. Podrían existir opciones más tentadoras, y, mejor que nos corten la cabeza, podría ser mantenerla fría y sensata; reto difícil e interesante dados los tiempos que corren ¿No te parece?

    Un saludo y gracias.
    Te quiero.

  2. Por eso, nuestro sistema educativo y la programación televisiva hacen lo posible para que se use la cabeza lo menos posible. Todos los tontos son felices, dicen.

  3. vale empezar en serio y con un quiebro marciano bromear.humores.intentaré tocar el tema sin necesidad de comparar con católicos,francos ni pps.tengo visto que los musulmanes juegan a pedir/exigir tolerancia cuando están en minoría.la situación se vuelve distinta cuando los responsables/controladores son ellos.han empezado a utilizar todas las armas que las sociedades abiertas les permiten.y las que no,también.la demagógica situación de la chiquilla que se ve privada del sacrosanto,uy,derecho a la educación por no querer cumplir la misma norma que todos los demás me da miedo.cómo no estar con el débil.me temo que el ruido del tambor no permite ver la procesión,uy otra vez.el conflicto no es cole sí o no.el tema es que allí donde se imponga esa visión del mundo que tapa cabezas con velo algunos tenemos que escondernos,desaparecer.y no sé si nos equivocamos aceptando que las costumbres deben ser aceptadas por serlo.aplicar la declaración de derechos del hombre y no perdernos en detalles coyunturales ayudaría.

  4. Don José Antonio:
    Sin embargo, yo, como dice Lola, no me considero con esa gallardía occidental, como para decirle a nadie en lo que tiene que creer, tener encima o dentro de la cabeza. Y eso que soy ateo, antiterrorista como el que más. Pero también tolerante y anti-imperialista. A propósito, ¿sabía usted que el hiyab es, precisamente un signo de liberación femenina entre los musulmanes?
    Saludos.

  5. Yo quiero contar una historia real. Se trata de Z., una mujer musulmana, que trabaja en la marisquería de al lado de casa. La tiene explotada su marido, español y democrático, que, por supuesto, le quitó el velo y la metió en la cocina del bar para no salir nunca más de allí. Todos los clientes podemos ver como, además, la trata a patadas ¿Hay menos machismo sin velo? ¿Son menos machistas los nuestros? ¿O sólo más hipócritas? ¿Por que nadie denuncia este caso? Todos somos cómplices y testigos, vaya por Dios, cualquier dios…

  6. Pues a mí nadie me ha obligado a llevar velo en ninguna parte ni a quitarme prenda alguna y me lo pongo, cuando quiero, por gusto.¿Le quitan a usted la gorra cuando va a nuestros centros? ¿O cuándo?

  7. a mí no hay signo de justicia y liberación musulmán que me ponga más que los latigazos,cortes de mano y lapidaciones.la liberación femenina en el islam va a ser que es un chiste.de llorar.el antiimperialismo desde aquí es fácil:en irán,arabia o indonesia le quiero ver luchando contra el imperio musulmán.¿o es de los eeuu cuando hablamos de imperio?los derechos humanos no deberían ser sujeto de cesión ni en nombre de los derechos de los pueblos(suponiendo que eso exista.puestos al sueño que sea la humanidad:no sometida,dueña de su conducta,no sujeta a redenciones ni alienaciones). palabra que creo que no se piensa en que lo de la tolerancia inicial deriva pronto en quítate que tu religión no es la verdadera.no quiero ni pensar lo que cualquier buen ¿? musulmán haría con usted,don rafael,por ser ateo.palabra que discutir aquí es una broma cuando allí el tema no es ni planteable.y no es sólo a los cristianos a los que se persigue:el maligno es occidental.no sé si lo de cubrirse el pelo tiene que ver con la menstruación y las impurezas de la condición femenina.

  8. Y parece que fuera como por ayer mismo cuando el simpático Mamadou, senegalés, nos desperezaba en la playa con el sonsonete de sus abalorios y su pregón “sottovoce”, barato, barato…. Las bondades místicas de la criada filipina llegarían poco tiempo después, una vez socios de pleno derecho de la CE, en que se nos ayudaría a emerger como país rico y próspero… Del “Vente a Alemania, Pepe” al “Antonio, vente pa España”. Pude vivir un par de votaciones, propugnadas por la clase media suiza, para contener la emigración. Bastaba no renovar los contratos de trabajo y así no tener que apelar a la fría “expulsión”. En ambas ocasiones, la patronal pedía el sí a la continuidad de los trabajadores extranjeros, argumentando que quiénes iban a realizar si no todos aquellos trabajos que – tal como en España hoy día – no deseaban para sí l@s suiz@s. El pueblo se ponía a cavilar, a sopesar para, finalmente, dar la razón a la patronal. Claro que a ellos, a los suizos, se la traía al pairo el embargo petrolero y la crisis provocada por la guerra del Yom Kippur, como se la puede traer ésta. Pero en España, donde aún no somos “ricos” – nos falta un hervor – le podemos ver las orejas al lobo en cuanto alcancemos (¡eironeia!) el laurel europeo y tengamos que abrir mucho más la mano – y el bolsillo – al exterior.

    ¿Qué pensarían hoy aquellos hippies, provenientes de los paraísos higiénicos y democráticos europeos en los sesenta – setenta, que huían de la patética esclavitud de sus conciudadanos y de la producción a ultranza como sistema de vida…? Recuerdo a Ezra Pound: “ni la sensualidad del fauno ni la visión del santo son para nosotros…” Pues entonces, ¿en qué hemos fallado…? O, finalmente, ¿ era esto…?. Será, probablemente, que somos muy cabezones y ya se sabe, “cuanto más grande es la cabeza, más fuerte la jaqueca”, dicen al pie del Durmitor, la montaña balcánica que inspiró a Petar Njegos. Que nos la corten, eso. ¿Racismo o miedo? Tal vez ambas cosas pero intuyo que lo que inquieta al civilizado europeo (con sus lógicos matices) no es el color de la piel. Asusta la pobreza en su mismidad y su cantidad. Hace tiempo que dejaron de ser simpáticos y bienvenidos l@s otr@s. Cuando veo salir de los portales malagueños miles de escolares, de entre ellos muchos hijos de inmigrantes, dirigiéndose a sus colegios, observo en estos últimos unas ganas y una determinación por aprender que no se ven en los “nuestros”. Van aseados, pulcros y bien, o, simplemente, vestidos. Pero van a lo suyo. Les gusta España con toda su crisis – más ironía – para vivir y no desearían regresar al país de sus padres. En un mañana próximo serán también jefes de empresas, bilingües, trilingües…Ahí, de nuevo, nos puede doler.

    La cabeza, claro está.

    Saludos.

  9. Muchas gracias, Winspector, por añadir este tan inteligente y necesario epílogo a mi artículo. Veo que ha comprendido a la perfección lo que yo quería decir y, más aún, aportar nuevos argumentos a la tesis primera. Bravísimo.

    P.D: Por lo demás, los demas, al igual que el velo, aceptamos todo tipo de opiniones. No os mordáis la lengua.

  10. que no es la pobreza,ni los colores.ya ve.españa.mezcla y rompeolas.que no es por buenismo.ni por xenofobia.que no es ven/vete.que la criatura es puritita demagogia.que no por gusto ni voluntad estamos donde estamos.que más al norte entre fatwuas y no integración van teniendo claro que esto no es broma.

  11. “Precisamente, en estos días, las cabezas más atribuladas son las sensatas”. No veo dónde he dicho, o dado a entender, lo contrario, Lola. De cualquier manera pido disculpas por no hacerme entender. Por lo demás, creo que a esta polémica del velo, como a tantas otras, la crea y alimenta el miedo, la incultura y su consecuente radicalismo ideológico. Sólo la cultura, con mayúsculas, puede romper las barreras ideológicas y encerar la convivencia; sin embargo, parece, aún queda mucha camino hasta que generaciones futuras puedan disfrutarla (acaso). De momento, así es la vida, y habrá que aceptarla sin resignación. Besos.

  12. Sí, José Antonio, más al norte, pongamos en Alemania, unos tres millones de turcos rechazan la lengua y cultura germanas y no la desean para sus hijos. Huelga decir que el explosivo está servido. La pasada crisis yugoslava de los noventa – es mi opinión – tiene mucho que ver en todo este asunto. No se atizaron allí los nacionalismos etno-religiosos desde Europa Occidental para no sacar nada; dejaron que el fuego, durante varios años, se fuera extinguiendo por sí solo y, cuando se intervenía, se hacía únicamente contra una de las tres facciones en liza (precisamente contra Serbia, capital Belgrado donde, cosas de la vida, no se llevó a cabo limpieza étnica alguna, aunque sí apoyo a los suyos en Croacia y Bosnia. Estas últimas sí se emplearon a fondo purificando creencias y razas). Por otro lado, el subsuelo serbio es rico en BOR, mineral indispensable, según los entendidos, para el buen funcionamiento de la NASA e igualmente había que asegurar los oleoductos al tiempo que, desde ahí mismo, ya se otean los riquísimos Campos Hiperbóreos. Al fondo, el árbol de la rosa y el viento del Himalaya… La intervención en el ajedrez balcánico radicalizó la postura islamista, que fue apoyada por la OTAN…En Bosnia combatían Bin Laden y wahabbistas afganos… Entonces nadie esperaba el 11/S. No estamos libres de pecado, pues. Y todo porque USA (que no Europa, tan madurita ella) tiene una pasión, similar a la que envuelve y descoloca a Desideria Olivan, protagonista de la novela de A. Gala, y la quiere dotar de gran influencia en el Mediterráneo, lo que produce pavor en la CE. Es como estar en misa y repicando, en el caldo y las tajadas o, al más puro estilo bíblico – yankee, a Dios rogando y con el mazo dando.

    Saludos

  13. no sé si la geopolítica justifica o denigra que mi deseo sea que ningún clérigo rijoso me marque la linde.veo que nos perdemos mucho y eso del tambor que impide ver la procesión…hace tiempo que este personal manda por delante a los niños(intifada cobarde)y recolecta adhesiones¿cómo no estar con el débil?en fin,frontera sur.al norte esos turcos
    y aquí estos norteafricanos.y su religión es la verdadera.

  14. Bien por Lola, al traer hasta aquí a Stephen Hawking. En verdad, ya se echaba de menos un buen – o tal vez falso – profeta, pero de buena fe. El hoy es malo, “tout va mal, je ne vois que fous et folles, la fin s’approche…”, pero el mañana es nuestro. Es cuestión de organizarse y de tener buena voluntad. Los extraterrestres serán nuestra tabla, o mejor, arca salvadora, que nos librará del diluvio provocado por nosotros mismos. Ellos, a buen seguro, traerán consigo la vacuna contra la muerte, antes de que nos llegue la hora… o de que acaben las presentes guerras y la injusticia prevalezca…Hay motivos, ahora sí, para seguir pidiendo lo imposible. Será la entrega definitiva a la ilusión moral, la intrínsecamente nuestra, esa que con tanto orgullo lleva a gala el Alcoyano…A ver si es verdad.

    Saludos

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