Salió ayer el avance de resultados del barómetro del CIS de octubre y le eché un vistazo. Qué entretenido. Me gustó tanto que me lo descargué de internet y he dejado una copia en el cuarto de baño, junto a los champús, para repasarlo en mis ratos necesarios entre etiqueta y etiqueta. Desde luego, no hay color, prefiero los secretos de alcoba de los españoles, desvelados por el Centro de Investigaciones Sociológicas, como lectura de bolsillo, antes que los aromas de coco o el ph neutro que hasta ayer acompañaban mis soledades mayores y que, sin esfuerzo, podría recitar de carrerilla en caso de apuro, como ya me ocurrió en alguna de las extrañas fiestas intelectualoides que se celebran en casa de mis amigos artistas cuando se inaugura exposición en el CAC. Si culto resultó en aquella ocasión declamar “hidratante piel seca/ con extractos de oliva y leche/ dermatológicamente testado”, mejor aún, supongo, quedaré narrando lo de “polietápico, estratificado por conglomerados, con selección de las unidades primarias de muestreo”, que ya me he aprendido en el primer asalto de sosiego. Con parecida cara de chinos constructivistas me mirarán los pintores de las performance de realidad virtual, llegado el turno de mirar al techo.
Pero más que para demostrarme perdido en la luna de Valencia, atender al CIS me ha servido para darme cuenta de que somos muy diferentes a como las noticias nos cuentan. Mucho más interesantes. De hecho creo que hablaré con mi hermana para que se dé de baja de las suscripciones de prensa rosa en su peluquería y le voy a llevar varias copias de estas para hacer feliz a su clientela.
Por ejemplo, ¿sabían que el 67,6% de los encuestados se declara católico y solo el 27% no creyente o ateo? Yo no lo sabía. Somos como Junqueras cuando se abría el corazón en la Sexta: buenas personas y católicos, por más laicos de pacotilla que nos consideremos. Mirándome al ombligo del CIS, se me esfuma, agradable, un buen porcentaje de miedo a nosotros mismos. A la extrema derecha, a que el rayo del nacionalismo nos parta, a que superemos todos los umbrales de la pauperrimidad, a que el centro democrático nos confunda… Léanselo. Lo de las noticias de la tele son apreciaciones. A pocos iracundos del patrioterismo hispánico les preocupa que se vea azul o morada la camiseta. Hasta ahí no hemos llegado. Lo susurra mi CIS sagrado mientras lo beso constitucionalmente. La realidad tiene curvas y colesterol, y estadísticas que nos demuestran científicamente más listos y mejores de lo que nos creíamos. Datos: El 91,5% de los españoles investigados consideran la situación económica actual como regular, mala o muy mala. El 74,3%, cree que igual o peor que el año pasado y el 59,6%, que el año próximo continuará, asimismo, igual o peor. ¿Y la situación política? Mala o muy mala para el 76,9%, qué desastre. Claro, por lo de Cataluña, pensarán. ¡Pues no! Cuándo se pregunta por la situación política del año pasado, el 91,8% considera que estábamos igual o peor. ¿Confiamos en Rajoy? No (78,6%). Y en Pedro Sánchez? No (83%). ¿Es el PP un partido de centro? No, es de extrema derecha (8,22 sobre 10). ¿Y el PSOE, de izquierdas? No, es de Centro, (4,55 sobre 10). ¿Se creían que nos engañaban? Yo sí. Pero no, qué audaces somos, no se nos escapa una…
Nos preocupa la situación en Cataluña, claro. Lo mencionan un 29% de encuestados como uno de sus principales problemas. Aunque al paro, el 66%. Ahora bien, cuando se pregunta sobre problemas que realmente afecten personalmente a cada uno, el paro lo señalan el 35% y la “independencia” de Cataluña, el 8,8%. ¿Lo sabrán en los programas de debate político, los tertulianos o los directores de informativos? En fin, el mal ambiente de mi telediario me hacía pensar que la mayoría de los españoles prefería un nuevo Estado más centralizado, sobre todo ahora. Pues fíjense en la realidad: los que apuestan por una menor autonomía de las Comunidades Autónomas o un Estado directamente sin ellas son sólo el 28,2% y los que apoyan nuestro actual modelo, o incluso dotarlo de mayor autonomía suponen el 62,8% de los entrevistados. ¿Cuántos se sienten más españoles que de su comunidad autónoma?, el 23,6%; ¿Cuántos tan españoles como de su Comunidad, o incluso más de su Autonomía que españoles?, el 70,1%. Dulce CIS, dame otro poco, que te lea.