Alguien le dijo anteayer a Juan Cornejo, el número 2 del Partido Susanista Obrero Español, que saliera a dar la cara y a marcar el paso, y tuvo que ponerla a marchas forzadas y hasta el cuello. La primera piedra que mostró a la prensa antes de hablar no le iba a servir esta vez para inaugurar una autopista ni las obras de un futuro edificio de carácter social, sino que la blandía por si se veía obligado a defenderse ante un posible ataque por la izquierda. La pedrada podía caerle a quien no estuviese dispuesto a respetar la disciplina de bote en su partido, advirtió a la asistencia con la mirada escrutante y el espíritu arrojadizo.
Por lo visto, el gentío soberano no vota directamente a sus representantes, sino a quien los organiza en corrillos, según Cornejo, y cuando un número indisciplinado, afiliado y con carguito no esté de acuerdo con la opinión dominante de lo que quede del comité federal de su partido debería devolver su acta, como lo cogió, o sea con un lacito y, por supuesto sin levantar la polvareda que hubiese podido descubrir bajo la alfombra. Roja.
Por si quedaran dudas, Cornejo proclamó que a él la posible abstención del PSOE que pudiera propiciar un gobierno del PP no le produciría orticaria. Que podía ser horticaria de la huerta y lo entendí mal. U ¿ORTICARIA?, quizá una empresa de nuevo cuño para repartir fondos europeos, postales, o del campo entre la militancia sin derecho a decidir, sobre todo cuando se hayan producido recientemente golpes de partido. Pero la prensa nacional interpretó urticaria. Como si fuese un malhablado o un ignorante. Porque no entienden nuestro acento. No les hagan caso. Que no le produjera una urticaria, sería poca cosa.
Si un socialista verdadero del PSOE felipista de toda la vida tuviese que apoyar a Rajoy por sentido de Estado, o por salvar al partido del trompazo tercero a la vencida, el dolor de entrañas que sentiría al encogérsele el alma en el hemiciclo no sería doloroso como lo del golpe en la cabeza de Aznar, que le produjo hablar catalán en la intimidad, sino mucho peor… para maldecir cuatro años en arameo recortado.
Realmente la estrategia del PSOE no ha sido la mejor. Creo que sería difícil imaginarse otra más enrevesada. ¿Improvisación? Qué miedo. No sé si esta susananza blanca entre Caperucita Roja y Pigmalion, hijastra de González, estará bien acompañada de arriolas o elorriagas que sepan tomarle el pulso a los acontecimientos. Desde luego, el pelo se lo dejan muy bien. Mucho más clarito. Sería de esperar que no se lo tomasen y, si fuera posible, que no la quemasen -se quemase- antes de empezar.
Definitivamente, lo de llamarse partido cobra sentido con este PSOE desestructurado que se desgobierna como lo está haciendo, él solito. Pero si partidísimo está el PSOE, más entero que nunca parece el PP. Tendría que cambiarse el nombre por Entero Popular. De una pieza. Fuerte. Renovado sin renovarse. Con la Gurtel sin afecciones. Y con jugada maestra pendiente. Uf, si el tablero fuese de ajedrez. Jaque mate al PSOE si deciden abstenerse el domingo, que no apoyar, con la que les está cayendo y el Partido Popular encuentra después una excusa para no llegar a un acuerdo: nos plantamos ante las terceras con el PSOE desaparecido y el PP con absoluta ilusión. Me dan sudores. Urticarias.
Que se retraten primero en el PSOE. A ver el color de las gafas de Hernando cuando cambie el no es no por el abstenerse no es apoyar. Y a ver cómo responde el PP. ¿Qué le convendría más, eliminar del juego al PSOE y gobernar en mayoría, o permitirle subsistir en la opocición, gobernando en minoría, sin capacidad de aprobar presupuestos o leyes por sí mismos?