Limasa Private

14 Oct

Ayer recibí con alegría dos noticias estupendas que leí en La Opinión de Málaga y que en principio no supe cómo relacionar. Ahora que me he sentado a escribir sobre ellas, lo veo todo más clarito y sí le encuentro cierto paralelismo. Aunque repasando el renglón retorcido que estoy a punto de compartir con su ratito de aire libre, deduzco que tal vez no sea de claridad de lo que vaya a hablarles, sino de limpieza, aunque pueda ser que en sus términos más oscuros. En fin, parece ser que se ha encontrado la solución al despropósito aromático de 15 años de LIMASA y tengo aquí una botellita de moscatel espumoso para celebrarlo. ¿Lo han oído?, eso era el tapón. La otra buena nueva es que Playboy ha anunciado que dejará de publicar fotos de mujeres desnudas. No sé si descorchar otra botella o quedarme con esta y dos copas, para hacerme un chinchín íntimo doble.

La asociación perversa entre los socios privados que componen LIMASA y el Ayuntamiento de Málaga, según la noticia leída en este mismo diario desde el que saludo, llegará a su fin, por fin, serafín y chinchín. “El futuro de Limasa a partir de 2017 estaría prácticamente decidido”, leo con curiosidad. Como el de Playboy, que dejará de ser indecente, o machista, o ecologista, o lo que sea, a partir de marzo de 2016. Aunque aquí más que un encuentro entre las dos noticias, hay un desencuentro. El Ayuntamiento de Málaga seguirá dejando a todos los contribuyentes en pelota picada para pagar la asistencia técnica de los hombres de blanco de la troica que se forra malbarriendo nuestras calles, y Playboy vestirá a sus conejitas. Con posturas indecentes, pero con ropa. Hablaba del Ayuntamiento, no se confundan.

La postura indecente municipal, digna de la foto de peor gusto que se vaya a publicar en Playboy a partir de marzo de este año, es la de un conejito vestido con acta de concejal que anunciará que LIMASA seguirá con sus tres amiguetes al frente, pillando cacho, cachete y cachito y quien se borrará de su demostrada ineficacia en la gestión será su actual socio mayoritario (49%), o sea la parte pública, o sea el Ayuntamiento, o sea los paganinis, o sea los señores y sus señoras desnudos que ni pinchamos ni cortamos, por más mayoría absoluta que no haya, ni ciudadanos valientes que se vistan -o al menos nos vistan- por los pies.

El viaje pagado por la parte privada de LIMASA al concejal responsable de responsabilizar de su incompetencia a los árboles, por ser unos guarros, y a los malagueños, por ser unos árboles desnudos con posturas indecentes, para copiar el modelo de limpieza de otras ciudades de España ha resultado así: se apuesta por la privatización total del servicio. Y las tres mismas empresas que conformaban la parte privada, se seguirán repartiendo el pastel y nuestras hojas de parra. Huele igual de mal que hasta ahora, ¿no? ¿Que por qué estoy contento, entonces?. Porque no tengo ni idea ni explicación. Es tan extravagante y aparentemente absurdo que mejor verlas venir y apostar a caballo empatador. Viva la vieja nueva empresa de limpieza. PRIVATE S.A. Peor que ahora no creo que sea posible, y lo digo persignándome y con la esperanza de que, por las razones de humanidad delatorrerianas, no se blinden contratos de la parte privada a la pública.

Si por alguien lo siento, eso sí, es por el viejecito de la mansión. Los cambios, a cierta edad, son complicados. También me produce lástima Hugh Hefner, ¿eh?, no se crean…

¡Uy, otro taponazo! Qué alegría que ya no salgan desnudos en la revista, oye. Nos conformaremos con las transparencias de las cosas de Paco, aunque escasitas y poco sexys, qué remedio. Un brindis por el viejo playboy.

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