Los octavos

7 Oct

Málaga está entre las diez primeras ciudades de España.

Esta afirmación que parece sacada de la nota de prensa del Área Municipal de Nuevas Tecnologías cuando quiere y no sabe informarnos de que nos han concedido un premio ultramoderno, porque se les olvida indicar el organismo amable que nos lo ha concedido, nuestros méritos para ser tan justamente distinguidos o, incluso el nombre del galardón para que lo busquemos en internet los más curiosos, en esta ocasión no ha salido de ahí, sino de un titular de prensa de comienzos de esta semana.

Podría prefectamente referirse a que estamos entre las diez primeras ciudades en cuanto a la simpatía juvenil y la rebosante gallardía de sus gentes, pero no es el caso que nos ocupa, ni responde a la opinión personal de un periodista agasajado por la ciudad para que cuente lo bien que se lo pasa uno en Málaga de vacaciones, almorzando pescaíto en un chiringuito en la playa y tomándose cañitas, tras la siesta, en bares estupendos, con terrazas perseguidas, en el Centro. Málaga está entre las diez primeras ciudades de España a tenor de los datos objetivos de un estudio científico.

Pues si no se trata de sonrisas al turismo, ni de aplicaciones vanguardistas para saber cuánto va a tardar el autobús de la EMT en pasar a recogernos, va a ser que estamos a la cabeza en número de museos delatorrerianos. Aunque entre los diez primeros, no sería. Seríamos los terceros, por lo menos. Dice D. Francisco que aspiramos a ser los terceros de España en materia cultural franquiciada. Yo creo que se queda corto. Los primerísimos, digo de refilón y con la boca chica, esperando que alguien me apoye. No creo que haya ninguna ciudad en el mundo que se gaste más dinero en cánones museísticos y compra de entradas que la nuestra. Dividiéndolo entre el PIB, ganamos de calle, o empatamos con alguna ciudad en pleno desierto del Gobi.

Ni Museos, ni smart city, ni panderetas… ¿En qué estaremos entonces entre los diez primeros de España? Va a ser en espacios gourmet. Tras los éxitos de la extensa oferta y la gran acogida de público con los bolsillos llenos, va a ser eso. Desde el Balneario, a la Plaza de Toros, pasando por el Corte Inglés, hasta el Mercado de la Merced, uno tras otro van cayendo o caerán en el éxito de tan buena idea anticuada de corta y pega. Hemos llegado los últimos, pero con suficiente carrerilla para situarnos en ese lugar de privilegio a la cabeza de la clasificación, en esos raros lugares donde se trajina con una bandeja antes de comer ya que comparte con las gasolineras el extraño privilegio del autoservicio. Sin camareros en una ciudad de camareros, qué originalidad más extravagante. Pero no, tampoco estamos los primeros del ranking gourmet de España, no… aún, no.

Esta maravillosa ciudad que ha mejorado tantísimo en los últimos años, con su metro y con su noria, está entre las diez primeras ciudades de España en cuanto a su tasa de pobreza. Objetivamente. Sin opiniones que valgan. Málaga ocupa el octavo puesto entre las tasas de pobreza más importantes de las capitales de provincia de España, al afectar la precariedad (ingresos menores a 663 euros mensuales por persona) a un 29,3% de su población, según un estudio de AIS Group recientemente publicado.

Maldito cartón piedra…

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