Pocos amigos que son de verdad, cuánto te halagan si triunfando estás y si fracasas, bien comprenderás, los buenos quedan, los demás se van. Ya están todos investidos, con algunos de sus más fieles ex colaboradores convertidos en cadáveres políticos, abandonados en la cuneta, pero investidos de nuevo. Primero, Susana Díaz, desde su lejanía; después, Francisco de la Torre; y ahora, Elías Bendodo, han reagarrado fuertemente el bastón de remandar que le ha servido Ciudadanos en bandeja, y llegan dispuestos a regenerarse de su propia política. Como cantaba Julio Iglesias, la vida sigue igual.
En lo que, por cercanía, más nos concierne, ayer se cumplió un mes del regreso de Don Francisco a su querida Casona. Siempre hay por quién vivir y a quién amar. A nuestro alcalde ya le ha dado tiempo en este mes y un día de incansable trabajo municipal, a darle la mano a muchísima gente, a asisitir a cientos de actos e inauguraciones y a reaclararnos a quién, de verdad de la buena, él más quiere. Se desvive por recolocar a los que eligió a movimiento de índice. A sus técnicos asesoradores. A sus cargos de confianza ciega. Recurre a la razón de la irretroactividad de las leyes, a que pronto se jubilarán, o a que tienen contratos blindados, ¡dios mío!, para marearle la perdiz a su socio confuso de gobierno naranjita cachorreño. De aquí a diciembre con su pachorra diplomática habitual, De la Torre se manejará con soltura por el filo de la navaja del acuerdo de la parte contratante de la primera parte. Y después, por razones de humanidad consigo mismo, permitirá que rueden cabezas de regeneración democrática navideña, por la cuenta que le trae. En cuanto a su forma de gestionar, la misma, la delos pajarillos… Le revolotean las ideas… Se atisba otro fracaso urgente. ¿Nadie quiere un Polo Digital corriendo? Baratito, en 10 días. Financiado, con cánones de andar por casa. Europeo, con un apretón de manos y listo. Precioso del todo. ¿Y la capital verde europea? Hoy mismo se resuspende el intento. Por segunda vez, desde el funicular al Astoria, pasando por el Hotel de Moneo, todos los jardincitos que nos iban a convertir en capital europea de las flores, se dejan de imaginar. Al final, las obras quedan, las gentes se van, otros que vienen las continuarán, la vida sigue igual.
Frente el gobierno de los pajarillos revoloteantes, está su antagónico, el de los pies en el suelo, que ha protagonizado, cercanamente, Elías Bendodo desde la Diputación Provincial y que se revalidó ayer, completando el círculo de los tres iguales para hoy. Crear empleo es el gran objetivo que se plantea para estos cuatro nuevos años de mandato, anunciando la puesta en marcha de Planes de Empleo Anuales centrados en el turismo, el sector agroalimentario y el de los servicios, con especial atención al sector de las Nuevas Tecnologías.
¿Se imaginan a Francisco de la Torre hablando del Guadalmedina? Ni caso, ¿verdad?. Pero y si el que dice que se pondrá manos a la obra con ese asunto es el Presidente de Diputación, ¿a que sí? Sabor a Málaga, el Caminito del Rey y La Gran Senda, por ejemplo, dan testimonio de que amenazar con la marca cultural “Made in Málaga”, concluir La Senda Litoral, o crear una gran Escuela de Hostelería en La Térmica serán una realidad en los próximos 4 años. Lo creo absolutamente. Estaría contento y dando saltos de alegría pero me contengo. ¿Qué es lo que falta? Lo de siempre. No será un objetivo prioritario de la Diputación Provincial la política social, ni siquiera en sus discursos (sí lo es para Francisco de la Torre, pero perdonen que no me levante).
En fin, cómo se parece esta regeneración política de nuestros gobiernos a los que ya teníamos. Lo llevo cantando desde el principio, para hacerlo más llevadero.
La vida sigue igual.