Hoy se dará un pequeño paso para nuestra ciudad pero un gran salto para la humanidad malagueña, como cuando Armstrong ganaba los tours de Francia sin que lo pillasen haciendo trampas o tocaba la trompeta como los ángeles y dejaba una frase despeinada cuidadosamente al aire para que la recogiera la posteridad en wikipedia. Se acabó la cuenta atrás. Esta mañana despegó como un cohete nuestro viajecito hacia la modernura, que es como la vanguardia pero con inocencia enternecedora, y, ya, por fin somos grandes. Pero no grandes en tamaño ni en número, que lo puede ser cualquiera y pobre, no. Grandes de importantes. De ser tenidos en cuenta. Incluso envidiados… Creo que medido desde algún cañaveral, pero de eso no me enterado bien porque estaba en la luna, inventándome desproporciones.
El recorrido del éxito de Málaga se ha iniciado hoy con nuestro flamante metro aparcado en la puerta de casa. «Es el fin de un anhelo», dice Javier González de Lara, presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, que se muestra además convencido de que «pronto se convertirá en una alternativa de transporte muy importante para los ciudadanos» y transformará Málaga en «una gran ciudad». ¿Ven? Si un metro más o menos, estamos todos de acuerdo. Por ello, el presidente de los empresarios andaluces ha felicitado tanto a la Consejería de Fomento como al Consistorio, en tanto que han alcanzado el punto de encuentro necesario para culminar la primera fase de esta infraestructura a pesar de ser de distinto signo político. Y ahí entran las flores que cada institución se echa a sí misma y no comparte con el resto, en buen mérito democrático.
Es verdad que la Consejería de Fomento de la que presume Izquierda Unida ha conseguido ejecutar el proyecto del Metro con elocuencia frugal, cuando éramos más los ateos acostumbrados a ver Tecnocasas, Astorias, parques de cuentos, corridas joyescas y otros teleféricos, desdibujados al solar de su abandono, que a creernos un milagro de un político con un casco y un plano. De nunca a 2020 era un plazo en el que nos manejábamos acordes a la idiosincrasia del lugar. Pues a pesar de tanto tira y afloja con que si por arriba o si por abajo, aquí está el coloso, como un mantecado de Antequera, callando bocas. Dicen desde IU que ellos han traído la solución mientras PP y PSOE «hacían el avestruz», porque los populares siempre han estado «cómodamente en contra» del proyecto y los socialistas «quizás pensaban que iban a dejar el pufo a Javier Arenas tras las autonómicas de 2012».
Para Don Francisco de la Torre estos argumentos son una frivolidad pues considera que el Ayuntamiento de Málaga, ha tenido en todo momento «una colaboración leal y absoluta, facilitando la información máxima y la disponibilidad de los espacios». Sí ha admitido el alcalde, sin embargo, que ha habido un cambio al respecto desde que Izquierda Unida se hizo cargo de la Consejería de Fomento y Vivienda, traducido en «más participación y más transparencia» que en la época socialista anterior.
¿Parece que se tienden la mano? ¿Será posible? Hoy que se inaugura el Metro del antes y el después, todos brindarán sonrientes por el logro pero el viernes han quedado Consejería de Fomento y Consistorio en verse. Para hacer cuentas. Dos mil millones de euros tienen la culpa. Dos mil millones que (nos) quedan por pagar… Hipotecados durante los próximos 28 años.
Lealtad institucional la que haga falta pero, ay, amigo, las cuentas…