Hollande nos vigila

14 May

La oposición municipal al gobierno de Francisco De la Torre es marrullera. Eso piensa mi alcalde de los ediles socialistas y de Izquierda Unida que nos representan, porque no se fían de sus colosales castillos en el aire. Más que castillos, yo diría que torres de babel incomprensibles en sí mismas, sin necesidad de que nadie saque su lengua a relucir. Son ininteligibles para los profanos de izquierdas a los que la cultura no ha hecho libres ni releyendo en las paredes del recuerdo aquellas pintadas que gritaban sus padres durante la transición, pero no para él, nuestro alcalde, tan sabio que ya ha dado reiteradas muestras de entender de los asuntos artísticos con el desparpajo de un especialista en la materia. Claro que supongo que muy bien aconsejado por el otro lumbrera de la cultura en el consistorio y, por ende, máximo responsable, el Señor Caneda. Juntos, te montan un cuadro y con la ayuda del más pillo asesor sin sueldo pero con canon-ese sí que sabe-, un Museo de Museos en el Astoria, para ahorrarse una parte de lo que le costaría traer obras de arte a Málaga y pasearlas después por toda España sin tener que rendirle cuentas a nadie. Maldita crisis que nos impidió disfrutar de tanto artista.

La oposición es marrullera porque olvida muy pronto. A duras penas, la ciudad soporta el peso de no tener ese imprescindible museo de las gemas que iba a hacernos el centro mundial de la gemología cultural –si es que eso existe-. Iba a ser el Museo más importante de Málaga, o el más grande, no recuerdo bien cómo era el eslogan que embaucó a nuestro regidor, de tal manera que corrió a darles el apretón de manos antes de que se escaparan con sus joyas a otro centro del mundo. En ello estamos, aún recuperándonos de aquel vacío que nos dejó tan magnífica idea frustrada y viene el alcalde con un Pompidoucito en brazos, para hacernos olvidar tanta desazón y se lo pagan así, con esa desconfianza tan injusta. Pero si está Hollande en ello, hombre. Dice el alcalde que el mismísimo socialista Hollande, presidente de la república francesa, el señor gordito que manda en el país vecino, sí, está pendiente de que el negocio salga redondito. ¿Qué más aval se necesita? El embajador de la France también. Todo el mundo allí está entregado y porfiará para que tengamos el mejor museo del mundo en la esquina del puerto que va a pagar Unicaja algún día, cuando se le olvide lo que le hizo el Ayuntamiento en materia cultural cuando el Soho aún se llamaba el Ensanche. Dudar de que el Cubo acogerá el Pompidou «es como pegar una bofetada al Gobierno francés», afirma don Francisco. Estos ediles de izquierdas no tienen respeto por nada, concluyo yo mismo, casi convencido. Porque los de las gemas eran borbones sin corona pero estos guillotinaron a algunos, y son palabras mayores…

En fin, estoy de acuerdo con mi alcalde. Es una «irresponsabilidad política total y absoluta» que el PSOE e IU le planteen al Ayuntamiento pedir garantías al museo parisino. ¿Y si se enfadan? ¿Y si se van a otro sitio? Han elegido Málaga por ser la mejor ciudad del mundo, no porque sea la primera dispuesta a pagar por presumir de ese nombre. No vamos a perder el tiempo ni dejar que se lo piensen dos veces, lo que hay que hacer es correr con las obras, gastarnos los cinco millones en seis meses y ofrecerles el espacio rapidito para que lo llenen de pinturas raras. De gente famosa rara. Con mucho renombre. Nos sale baratito. La mitad al año de lo que nos cuesta el Museo de Bandoleros y Gitanillas. Una tercera parte de lo que nos cuesta el canon del CAC para que se metan 15.000 personas en La Noche en Blanco sin ahogarse ni tener que llamara a los bomberos para desatorarlas. El Pompidou será un lujo. Y nuestros políticos, unos marrulleros.

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