Se volatilizó el cine Andalucía, afortunadamente sin que tuviésemos que lamentar desgracias personales, pero parece que al menos ha servido para que los tramoyistas de la “ciudad infinita” de las heridas del 2016, esos mismos que aún nos gobiernan sacando pecho cultural, se hayan puesto manos a la obra con el censo de esos solares e inmuebles abandonados a su desgracia, que ya reconocían entonces horadando el Centro de la ciudad, pero que destapaban orgullosamente como una metáfora lírica de nuestra Historia. Eso ya ha pasado. Menos mal. Alguien de su confianza debió de advertirles de que el traje no existía y se vistieron. Pero algún mecanismo de defensa, el del olvido de los momentos más ridículos de la vida, produjo, supongo, que se enterraran otro poquito de nada los no tan fantásticos solares, sí tan característicos de Málaga.
Ahora, mientras los técnicos municipales desarrollan el parte de guerra ruinoso del Centro Histórico, impregnados del olor a chamusquina del Cine Andalucía, podremos creernos que las autoridades tienen voluntad de arreglar el desaguisado de la inamovible dejación de los males inmuebles de nuestra ciudad y construir huertecitos ecológicos en su lugar cuando lo acaben, o equipamiento social o cultural financiado con fondos europeos para posteriormente no disponer de dotación económica municipal que soporte mantenerlo abierto, o construir viviendas sociales, perdonen si me río… Porque no sé si para otra cosa podrá servirnos tener un listado de propietarios en déficit con la seguridad de sus inmuebles o con el cartonpiedrismo turístico mínimo exigible, que don Francisco ya ha resumido en poner una lona que tape las vergüenzas de la pobreza con un bosquejo artístico de lo que algún día podrá hacerse llevando el cántaro alguna vez a la fuente. No. No sé para qué se hace el listado de los propietarios que no tienen dinero para invertir en sus agujeros ruinosos en la ciudad del Paraíso. Lo entendería si fuese para sancionar y recaudar, que mucha falta nos hace. Y que así, pagaran, al fin, pecadores por justos… Yo no me quejaría. Pero, para embargar más ruinas, llegado el caso de insolvencia, no sé yo. Fíjense lo que hacen con el Astoria sus propietarios. Más abandonado y peor imagen turística, que esa, difícilmente. Y no será por falta de voluntad. ¿Será porque sus propietarios deben 700 millones de euros?
Pero el problema de los solares heridos no es exclusivo del Ayuntamiento. Los que posee la Junta, más que heridos están muertos. Por inanición. Se liaron a expropiar por doquier sin saber quién era ese señor de apellido francés, para hacer su gran proyecto, y promesa de campaña, de las “tecnocasas”, que consistían en viviendas de promoción pública y régimen de alquiler, dotadas de servicios para el “teletrabajo” y destinadas a jóvenes emprendedores. Pero el proyecto se convirtió en un descampado desierto en el Oeste, sin el bueno, el malo, el feo, ni ningún otro empresario fotografiado tras ninguna salicornia rodadora. Otro proyecto al traste y, tras comparecencia pública de tapadillo, abandonado definitivamente el año pasado. Y ahí, anda la Junta, a ver qué hace con el regalito. Y ahí anda el Ayuntamiento, viendo si puede sacarle algún provecho sin coste alguno. Y ahí que se reúnen para aparentar que tienen un plan, que no tienen, para deshacerse de la deuda que nadie está en disposición de pagar.
Cuando la Junta y el Ayuntamiento terminen de reunirse para no encontrarse, sobre todo por temor a unas municipales inciertas a la vuelta de la esquina, recién pasen la rotonda de las europeas, los solares seguirán como estaban, abandonados, pero ya sin compromiso de ejecución por parte de nadie. Eso sí, muy bien censados.