Más chimeneas

29 Ene

Hoy he leído una noticia en La Opinión de Málaga de esas de “y si somos los mejores, bueno, ¿y qué?” que casi me ha alegrado el día. El protagonista ha vuelto a ser el que era, el mejor Caneda, al que ya se le echaba de menos en las portadas de la prensa local con sus planteamientos sui generis en grandísimos titulares. No sé si la culpa de que el viejo super concejal se haya convertido en un actor secundario en el peliculón del consistorio la ha tenido el duro invierno, o tal vez haya sido la designación de Mario Cortés como portavoz del gobierno de la ciudad. Mario tiene un grave defecto en política: que es muy listo. Pero creo que además posee una gran virtud que le licencia de ese y otros veniales deméritos: que es un buen tipo. Por eso sabe contradecir sin aspavientos, manteniendo la calma, con la naturalidad del que niega la mayor sin ofender, haciendo casi amigos cuando quita la razón, y minando la moral del díscolo con palmaditas comprensivas en el hombro. Mario Cortés diluye. Puede que hasta a Damián Caneda. No sé.

Pero hoy, con los rayitos de sol, Caneda ha vuelto. No a meter follón, sino a sacar pecho de lo bien que lleva el turismo ciudadano. Aunque con datos de la SOPDE, eso sí. Y no es desconfianza lo que me produce el estudio por ser de la SOPDE, sino por ser halago de casa, que debilita, en lugar de venir del vecino, que motivaría como agua de mayo en ducha triste de 11 litros en un orfanato de Dickens. Espero que pronto salgan esos datos berlanguianos que contrasten desde una institución nacional, las buenas noticias que ha pregonado el concejal de cultura, turismo y deporte y que me han servido para reconfortarme en la hamaca de la mejor dicha turística: “Málaga dispara su crecimiento turístico con una subida del 100% en 8 años”.

Porque parece ser que ese es el camino, ¿no? Será el turismo el único sendero tortuoso que nos permita salir de la crisis. Y una vez fuera, superadas las murallas de ese edén capitalista contaminado, encontraremos el trabajo deseado en la nueva tierra prometida. O eso, o nada. Porque industria, lo que se dice industria, no hemos creado mucha en Málaga en estos siete años de penuria plebeya.

Si el turismo nos va a salvar, ole. Porque no nos puede ir mejor -¿o sí?-. El año pasado se alojaron en los hoteles de Málaga 961.981 viajeros, casi un 0,8 por ciento más que en 2012. En cuanto a las pernoctaciones, se contabilizan 1.965.422 estancias, lo que supone un 8,18 por ciento más que el año pasado, siendo Málaga, por tanto, el destino nacional que más ha crecido. En definitiva, dice Caneda que el número de viajeros creció un 109 por ciento desde 2005. Fantástico. Estamos a la cabeza del turismo nacional. Qué alegría… ¿Qué alegría?

Hemos doblado el turismo en ocho años y somos los primeros, pero en 2005, había 83.051 desempleados en Málaga y ahora 291.400. Lo del turismo lo tenemos claro, ¿no? Nos salvará, ¿verdad, señor SOPDE? Si hemos doblado las visitas, la ocupación hotelera y todos esos maravillosos datos que refleja la SOPDE y que alza el señor Caneda en su mano, ¿cuánto más tendrá que mejorar para dar empleo a los 200.000 malagueños que lo han perdido durante esta crisis? ¿Cuánto tienen que aumentar las visitas para que le veamos color? ¿Un 5.000 por ciento está bien? ¿Cabremos apretujaditos? ¿Habrá suficientes aviones en el mundo? Más bares ya. Más discotecas. Más playas. Más sol. Más terrazas. Más… ¿a qué esperamos? Ay. Dejad que trague y me quite este sudor frío… Persignándome y sólo por si acaso: amigos políticos y representantes míos, ¿tenemos un plan b?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.