El pasado viernes se destapó de cara a la opinión pública que una empresa municipal, Parcemasa, paga “sobresueldos” de hasta 15.000 euros anuales a cuatro de sus altos cargos. De hecho, uno de ellos iguala el salario del Alcalde y, por supuesto, gana bastante más dinero que el propio gerente de dicha empresa. Se trata del Jefe de Servicios, que en virtud de un supuesto acuerdo con el anterior gerente de la entidad -Rafael Toval- lleva al menos cuatro años cobrando más de 76.000 euros anuales, según han denunciado los delegados de personal de la empresa en el último consejo de administración. Los otros tres privilegiados de la Corte de don Francisco que también superan de largo lo que les correspondería cobrar según la tabla del convenio vigente son el Jefe de Calidad y Personal –cuyo sueldo se ve incrementado en otros 15.000 euros anuales y supera también al del gerente de Parcemasa-, la Coordinadora de Contabilidad e Informática –con 8.550 euros de más- y la secretaria –con un complemento de 4.059 euros anuales-.
El compromiso de austeridad en las cuentas municipales ha obligado a la congelación salarial de la plantilla de Parcemasa durante los tres últimos años así como a la amortización de los puestos que han quedado vacantes por jubilación o fallecimiento. En ese mismo periodo de tres años, sólo contando con lo que se ha pagado de más a estos cuatro magníficos, se han derrochado 127.827 euros en Parcemasa. Ni tabla salarial, ni convenio que valga. A este, este y este se le paga de más por la gracia de mi dedo. Y viva el ahorro solidario…
Lo peor del caso es que de estas cosas nos estamos enterando los ciudadanos por el descontento entre los empleados municipales. Son los comités de empresa o los delegados de personal los que están destapando este entramado de privilegiados que copan los despachos en las empresas municipales. ¿Y la oposición qué hace? ¿Es qué no se enteran? ¿No era este un gobierno transparente? ¿Existe algún organismo de control eficiente y democrático en las administraciones locales? En la pestaña “transparencia” de la página web del Ayuntamiento en la que se supone que figuran “todos” los asesores, jefazos y demás cargos de confianza que mantiene contratados el Consistorio sólo figura de Parcemasa su gerente. Y los otros dos que cobran más que él, ¿dónde están? ¿Cuántos opacos más, de cuántas empresas, organismos o entidades a sueldo municipal ganan tanto dinero como el alcalde o casi y no figuran en esta pestañita de manos limpias? Yo no lo sé. Lo que da muy mala espina es que ante este caso, destapado en los últimos días, la concejala responsable, Ana Navarro, declare que “todo es normal y legal”.
Vamos a ver, señora concejala, que a una persona se le pague más de lo que figura en su convenio podrá ser legal o incluso justo, si su trabajo es estupendo. Ahora bien, con tantos aprietos y austeridades como los que estamos pasando, las justicias y legalidades debiera usted dejárselas a los leguleyos, y preocuparse más por la pertinencia de sus medidas de gobierno o la ética de sus decisiones que son, en definitiva, como representante de los ciudadanos, por lo que se la valora. Pagar de más podría ser legal. O no. Lo que con toda seguridad se puede afirmar es que pagar más de lo estrictamente estipulado en una tabla salarial, en una Administración Pública, hoy por hoy, es inmoral. Pero lo más preocupante del asunto tiene que ver con la segunda parte de su reflexión: “son complementos normales que se pagan por realizar funciones superiores”. ¿Son complementos normales? ¿Cuánto de normales? ¿A cuánta más gente con complemento normal conoce usted trabajando para el Ayuntamiento? ¿Son muchos?
Rezo ante una Imagen Titular para que así no sea. Por la cuenta que nos trae.