Ni tocarlo

30 Ene

Hoy se ha inaugurado en Madrid la Feria Internacional de Turismo en España (FITUR) y allá que se han ido los responsables malagueños del ramo con sus folletines y pogüerpoints. Hay que venderse como sea. De hecho, el sector turístico supone para la economía malagueña el 14 por ciento del PIB y no parece que vaya mal encaminado. A tenor de los datos científicos, el turismo dejó en nuestra provincia durante el año pasado más de 6.500 incontestables millones de euros, a pesar de cómo está “la cosa”. Incluso, hay un estudio privado “la radiografía del mercado hotelero español” realizado por la firma de asesoría financiera Irea, que señala que Málaga acapara el 16% de la inversión hotelera nacional y que fue la provincia andaluza que la concentró en mayor medida durante el pasado ejercicio, para un total de casi 66 millones de euros invertidos. No es de extrañar, por tanto, que cada vez que un responsable político local se enfrenta a los datos del turismo, lo haga con el sosiego que no le está permitido en otros ámbitos debido a la coyuntura económica. O sea, guapos y felices. Como antes.

Afinando, según los números que maneja el Presidente de Diputación Provincial, Don Elías Bendodo, a la provincia llegaron en 2012, 9.150.000 turistas, un 0,1% más que el año anterior y aumentaron las pernoctaciones en hoteles un 0,7%, hasta alcanzar los 16 millones. Con amplia sonrisa y los deberes hechos lo asume.

Pero para el Concejal pertinente del, entre otros muchos méritos, Turismo del Ayuntamiento de Málaga, esas cifras estupendas aún pueden mejorarse en comparecencia pública. En Málaga capital, según Caneda, se ha incrementado en un 8 por ciento el número de viajeros extranjeros hospedados en hoteles. Y no sólo eso, sino que, para empezar a aplaudir y no cesar hasta que acabe, se siente o haga una seña, a diferencia de lo que ha ocurrido en Andalucía o a nivel nacional, también ha aumentado la llegada de turistas del mercado nacional en otro 3 por ciento.

El turismo va bien, que diría Aznar.

Pero entonces, si el viento está en la popa y parece que donde comen 14 del PIB podremos comer 100 de aquí a dos o tres Fitures más -ay, que empiezo a dudar-, ¿a qué se debe que, en cuanto a lo laboral, la Costa del Sol esté en los niveles de empleo de 1996? ¿Qué es lo que no cuadra?

A mí, que esto del Sector Servicios que estudié en primaria tiene más recovecos de los que quisiera imaginar fomentando por parte de las autoridades malagueñas en cualquier feria turística. Qué miedo. Lo que está bien, que no se toque, como dijo el arquitecto de la Torre de Pisa. Cuidadito con los publireportajes. Si lo que les gustó de Málaga a los turistas en los sesenta era su retraso, continuemos con el remake que tan bien nos ha ido durante los últimos cincuenta años, ¿no?

Aunque, me quedo tranquilo porque creo que el señor Caneda lo ha entendido. 1,89 noches de media en pernoctaciones son suficientes para empacharse de Sol, playa y retraso cultural. En Fitur, lo que pretende mostrar es la “nueva configuración” de la Costa del Sol, como una ciudad «muy completa y en la que se pueden atender las diferentes demandas», entre las que citó el Carnaval, la Semana Santa –la Feria ya ni la tienta, supongo que por considerarla merdellona e incapaz de cambiarla-, el Festival de Málaga Cine Español, el Festival de Teatro, el de Jazz –¡Toma ya! Málaga cultureta donde las haya- o las diferentes exposiciones de los Museos –para ver bandoleros y gitanas en el Carmen Thyssen-.

Así sí. Menos mal. De tesis de Nancy. Bota de vino, faralaes, sol, sombrero cordobés y Museo. Caneda sí que sabe de experimentos y de gaseosas.

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