Ayer se falló el concurso de ideas para integrar el río Guadalmedina a la vida de la ciudad. Una vieja aspiración que ha ido atrapando a cada uno de los alcaldes que en esta ciudad han sido, desde tiempo inmemorial. El acertado fallo se dio a conocer ayer y servirá de excusa para que en las próximas semanas se realicen diversas actividades culturales en el cauce abandonado del río. El programa de actuaciones se llama Guadalmedina 10 y se tocarán todos los palos artísticos, incluso los más extravagantes. Entre estos destaca el simulacro de accidente de tráfico que llevará a cabo el Real Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Málaga el próximo 23 de julio entre el Puente de la Esperanza y el Puente de la Aurora y que debe de tratarse de una “performance” rompedora. Supongo que por ello, no tienen cabida en tan excelso programa, las compañías de teatro malagueñas con sus propuestas, para no repetirse. Pero no se quedan ahí las rarezas, no. También incluye Guadalmedina 10 una serie de “Paseos por el Río”, del lunes, 16 de julio, al jueves, 18, que comienzan en el Puente de Tetuán y que organiza una asociación y un gimnasio, patrocinados por Coca-Cola. ¿Paseos por el río? Sí, paseos por el río. No sé qué decir. También me he quedado anonadado. Flora, fauna y senderismo cultural. Arte multidisciplinar para los amantes de la aventura y los deportes de riesgo… Pero además de los paseos contaminados y del simulacro de emergencia –emergente-, el programa incluye otras actuaciones igual de asombrosas y que, sigo suponiendo, también irán encaminadas a que el río Guadalmedina forme parte de la vida de la ciudad y se integre en ella. Por ejemplo, se dan clases de bicicleta. Del martes, 24 de julio, al jueves, 26, si no sabes, te enseñan a darle a los pedales con maestría. Pero si lo tuyo no son los accidentes de tráfico simulados, ni los paseos por la cuenca abandonada de un río a nariz tapada, y ya sabes montar en bici, no debes preocuparte porque los de la Fundación Ciedes también han pensado en los malagueños complicados. Para ellos, digo yo, Guadalmedina 10 incluye una exposición canina, y una exhibición de aeromodelismo. En este punto, yo propondría que, en algún hueco, integrasen a los adictos a los juegos de rol, que son abundantes y se podían montar un encuentro medieval muy vistoso. Sólo es una sugerencia afín.
A todos estos actos le añades un mercadillo solidario, un concurso de fotografía, otro de pintura y algún concierto de una joven orquesta por afinar y ya hay excusa para pagar un dineral a algún ponente en una mesa redonda. Guadalmedina 10, un programa cultural “made in Málaga profunda”, para recordar la injusticia que cometieron con nosotros los miembros del jurado de 2016.
La Fundación Ciedes, la organizadora del Concurso de Ideas y de este desvarío de Guadalmedina 10, está integrada por el Ayuntamiento, la Diputación, la Junta de Andalucía, la Subdelegación del Gobierno, la Universidad de Málaga, el Puerto, Unicaja, la Cámara de Comercio, la Confederación de Empresarios, Sindicatos, Asociaciones Vecinales… Y este es su programa. De verdad, ¿somos tan palurdos? ¿Será la austeridad?
En el concurso de ideas que se falló ayer, la Fundación Ciedes se gastó casi 40 millones de pesetas austeras -220.000 euros- en premiar las ideas –hoy por hoy irrealizables- de 10 estudios de arquitectura. Entonces, ¿por qué no hay teatro, música, cine, gastronomía, intervenciones artísticas de profesionales malagueños en Guadalmedina 10? Ni idea. Habría que preguntárselo a los de las varas de medir de las diversas austeridades competentes.