Decreto Nota de Prensa

11 Abr

Qué difícil debe de ser gobernar. Tantas ganas que parecía tener Rajoy de hacerlo y, desde que lo consiguió –abrumadoramente-, si lo he visto no me acuerdo. Tiene que ser una persona muy humilde –o quizá no se le presumió nada en la mili-. Llegado al poder, se quitó del medio. Y no lo parecía cuando estaba en la oposición, no. Mira que hablaba. Y que prometía. Y que aseguraba. A mí, otra cosa no pero confianza me daba. Y eso era muy importante para los mercados, decía. Si tuviera que destacar algo de su discurso en su anterior etapa, la de la oposición, me quedaría con aquello de que el gobierno de Zapatero “improvisaba” los paquetes de medidas contra la crisis y que así no producirían el efecto deseado. Ahora, al menos en ese aspecto, tras cuatro meses en su nueva posición de gobierno, me da mucho miedo pensar que pudiese llevar razón. Tampoco pánico –todavía- pues, de lo que afirmaba entonces, le queda el IVA por contradecirse. Poco más y hasta cuándo. Sería mala suerte. Las dos únicas cosas constatables desde que llegó al gobierno son que una a una van cayendo sus predicciones sobre lo que no haría –subir impuestos, abaratar el despido, recortar en sanidad o educación…- y que sólo nos quedan imágenes de archivo para recordarle en discursos de cierta enjundia, incluso desplegando su carisma. Los que le tenían ojeriza se atrevían a pronosticar que su gobierno en mayoría absoluta sería lo más parecido a un rodillo. Los más osados auguraban incluso que podría asemejarse más a una apisonadora, o sea, que decretara más que legislara por aquello de las prisas en curarnos del espanto al que nos habría conducido el ejecutivo anterior. No sé. En lo que sí coincidíamos la mayoría era en sospecharlo frente a frente ante las cámaras, anunciando medidas drásticas de austeridad y pidiéndonos un esfuerzo común, pero en plan dignatario, con banda sonora de llorar, como en las imágenes a blanco y negro de los políticos que han pasado a la historia gesticulando entre fricativas, ensalivando a los prevenidos para aplaudirle de la primera fila, en loor de multitudes tristes, con dos arbolitos al fondo y otro, sin hojas, a la derecha. Y todo eso, ante un montón micrófonos gordotes, al estilo de la radio de los años 50. Y, por supuesto, sin que le temblara el pulso social. Convencido. Convincente. Pues no. No está. O si está, pero en la oficina y trabajando tanto que no le queda tiempo de asomarse ni para exponernos alguno de los decretos que firma como churros para cambiarnos la vida o, siquiera, saludar. Tanto es así que, lo nuevo, lo que nadie podía esperarse, ni el más imaginativo de los analistas políticos, es que, por esta absoluta ausencia, se pasara a la nota informativa como manera, aún más apresurada que el decreto, de gobernar. Pues he aquí. Tan urgente necesidad debe de haber que ni decreto ley ni decreto legislativo son suficientes y se acaban de inventar el “decreto nota de prensa”, una nueva figura perentoria por la que el Gobierno nos informa de su próxima ejecución y santas pascuas. O justamente tras las santas pascuas. Se trata de una especie de aviso escueto que el Ejecutivo envía a los medios de comunicación para que informen, como buenamente puedan, de lo que buenamente no saben porque no hay nadie a quien preguntar. Quizá sí en Alemania. Lo más triste es que lo de saltarse el debate parlamentario, las votaciones en el congreso y todo aquello que del espectacular rifirrafe político ocupaba un minuto del telediario, pudiera convertirse en lo habitual. Por marketing.  Por lo que le pasó al anterior presidente que tuvo, tiene y tendrá la culpa de todo lo malo que le pase al nuevo gobierno de aquí al más allá.

Por todo ello pudiera ser que nuestro Gobierno actual hubiese decidido no personalizar su responsabilidad en la figura del presidente. Dar la cara, a veces, ahora, puede ser ponerla. Una imprudencia. Que se lo digan si no a De Guindos o a Montoro.

2 respuestas a «Decreto Nota de Prensa»

  1. Wellintaun, según la RAE la expresión de la primera línea es perfectamente correcta. Debe ser = obligación moral. Debe DE ser = posibilidad. 😉

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