Azul marino, casi negro

8 Jun

No me salen las cuentas e intento consolarme con el refranero y la compañía, agarrándome, en lo que puedo, a lo del mal de muchos. Atontado llevo más de dos años, haciendo el máster práctico de cómo sobrevivir con menos de la mitad de lo necesario y esperando a que amaine la crisis y sepa reconducirme. Como tantos. Pobre se vive bien cuando te cuidan y yo me cuido. Muy pobre, debe de ser más complicado. Los 80.000 malagueños que vivían con 4€ diarios hace seis meses deben de ser algunos más a día de hoy, prefiero no saberlo, pero ayuda a esforzarse en los mejores pensamientos el averiguar que a algunos afortunados, dependientes del sector público en su mayoría, les ha ido mejor interinamente o a dedo.

El sector audiovisual, que es el que mejor conozco, anda de capa caída desde que el balance de resultados obligó a las grandes compañías a rebajar sus inversiones en publicidad. En Málaga, un buen número de profesionales se dedicaba a cubrir las “service” de las constantes campañas publicitarias, sobre todo anglosajonas, que elegían nuestra provincia como mejor localización. Lo que quedó de ese mercado se fue con los precios a otro sitio, hacia Sudamérica o el Norte de África hace más tiempo del deseado y aquel sector especializado tuvo que despecializarse y agarrar una bandeja o adherirse solidariamente a las largas colas del paro.

Pero no todo está tan negro. Ayer descubrí la otra cara de la moneda. Se trata de la generosísima inversión municipal en materia audiovisual: Onda Azul TV.

Ni idea tenía de que el presupuesto de la cadena era de dos millones de euros para este año ni que fuera de dos millones y medio el pasado ejercicio. Ya me extrañaba a mí que fuese tan excelsa en sus contenidos. ¡Menuda programación! Sólo por buscarle una pequeña crítica, se me ocurre mencionar que emitían en formato de cuatro tercios, ese que vuelve loco a los televisores de nueva generación, tan planos y altamente definidos, y que no logran entender una señal con tanto vestigio arqueológico por desentrañar. Pero aparte de eso, todo fabuloso.

Lo que más me gusta son los sueldos de los trabajadores. A mí, me tenían engañado. Los siete que conozco, me aseguraban que no llegaban a los mil euros mensuales, qué bromistas. Acaban de salir las cuentas fresquitas y los datos ofrecidos señalan que se dedica 1.133.000€ a pagar el sueldo de los 34 trabajadores en plantilla. Casi 2.800€ al mes por cabeza. A no ser que siete o veintisiete cobren esos mil euros –si llega- y los otros se repartan el pastel. Que no creo. Eso sería nuevo en la forma de gestionar las cosas públicas por parte de nuestro Ayuntamiento. Imposible.

Luego están los quejicas y protestones de siempre, que ven mal que el déficit generado por Onda Azul TV en los dos últimos años sea de 4 millones de euros. Vamos a ver, listillos, si a una empresa que va a generar 279.000€ de ingresos, se le asigna un presupuesto de dos millones de euros, se sabe que va a perder un pastón impresionante. ¿Qué más dará, si en vez de perder un millón ochocientos mil euros, que está asumido, se gastan cuatro, si para eso está el contribuyente, que por más pobre que sea, lo terminará pagando tarde o temprano?

Además, ya lo ha explicado la gerente de la empresa, la señora Ana Benavides: es que ha tenido que pagar el alquiler de las oficinas. A todas luces, injusto, como si se tratase de un vulgar ciudadano. Y no sólo eso, también, se tuvo que incorporar a varios trabajadores autónomos como fijos, por sentencia judicial y readmitir a varios despedidos de forma improcedente, por causa de esa misma justicia tan poco ahorrativa. Así, ¿cómo van a cuadrar las cuentas?

Mañana me llevo el currículum, qué chollo.

Una respuesta a «Azul marino, casi negro»

  1. A los grandiosos creadores de opinión o periodistas, del periódico de málaga «la opinión», quiero decirles que la próxima vez que hagan artículos en este medio, por favor apunten bien y no lo hagan sobre los trabajadores de base que no tienen la culpa, del presupuesto, programación, etc. de la cadena. No se si saben que hay un consejo de administración y una dirección de la misma en la que pueden dirigir sus críticas, eso si pueden correr otro tipo de riesgo, que incidiendo contra unos cuantos trabajadores que no tienen ningún medio para replicar lo que publica este periódico. Periodismo de investigación rosita me parecen los artículos del señor Recio y del señor Beneroso

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