Pre-austeros

30 Mar

Qué buen día hizo ayer. Tanto, que a medio día, me decidí a dar un paseo hasta el centro. Me di cuenta de que buscaba famosos tomando el fresco por los alrededores de calle Alcazabilla, en cuanto me sentí decepcionado por no encontrarme con ninguno al que mirar de soslayo, sin darle importancia. Yo soy de los que se quejan de los adolescentes festivaleros que amilanan con su incontinencia emotiva a sus ídolos televisivos porque uso de la hipocresía propia de mi edad, pero debo de reconocer que en cuanto me cruzo con algún artista, me siento enfrente y uso el móvil para contar que no me importa estar sentado frente a Maribel Verdú y que da los tragos cortitos a un vaso de agua mineral con dos hielos que deja sobre un posavasos verde, probablemente propaganda de una marca de cervezas del norte de malta, pegando 4 grados sur a Dinamarca. Mi supuesta desidia me acelera el corazón cuando paga y se va, abortando el sentido de mi presencia curiosa. Luego los sumo y revelo mi cuenta del vistazo a famosos a mi hermana cuando me pregunta qué tal va el festival. Bien, bien… Santiago Segura, Luis Tosar, Juan Diego…

Sin embargo ayer, de regreso a casa, el vacío que me llevaba me resultó más incómodo de lo que me cabía esperar. Notaba que me faltaba algo, un no se qué, bien explicado. Hasta la hora del telediario no descubrí qué era. Era Moreno Brenes.

Sí, la reforma de la ley orgánica -5/1985 del Régimen Electoral General- que ha conseguido que Rita Barberá inaugurara el pasado lunes una estación ferroviaria por la que no pasarán trenes hasta dentro de dos meses o, en Castellón, un aeropuerto de muy bajos vuelos hasta dentro de cuatro o, en Barcelona, un Museo de Ciencias Naturales que no abrirá hasta dentro de seis o, en las Canarias, hayan colocado la primera piedra de un Palacio Multiusos donde no se sabe si se pondrá algún día la segunda, también se llevó el cartel del señor Moreno Brenes que me saludaba cada día en la misma esquina de la plaza de la Merced. A mis amigos Francisco y María también se los han llevado. Y yo, lo noté en mi desazón, solitario, sin saber qué me pasaba, culpando de su no presencia a Candela Peña, Marta Etura, o Antonio Dechent.

La reforma mencionada de la ley orgánica establece la prohibición de realizar publicidad o propaganda electoral mediante carteles, soportes comerciales o inserciones en prensa, radio u otros medios digitales hasta las cero horas del 6 de mayo, cuando comience oficialmente la campaña de los próximos comicios municipales. Los echaré de menos… ¿De qué voy a escribir si como ha anunciado Xosé López Orozco, alcalde de Lugo, deciden recluirse en un convento para no contravenir las normas electorales?

Aunque la nueva reforma de la vieja ley les impida inaugurar -¿y visitar?- nuestras obras, les deja una puerta abierta, camino a mi esperanza: coger su coche particular -¿tendrán?- y dar a conocer por «cualquier medio de difusión» los actos para presentar a los miembros de sus listas o sus programas electorales. Eso sí, estos eventos podrán convocarse utilizando “coches particulares”, siempre que no se haga un contrato ‘ex profeso’ por ello. Supongo yo, qué pena, que Don Francisco no será el que use su coche para anunciar estos actos, sino algún mandado del partido que lo quiera tanto que no le cobre. También se permite a los candidatos utilizar páginas web o redes sociales, siempre que no implique la contratación de un tercero. María Gámez web master, también me causa curiosidad, sinceramente.

Y todo esto para ahorrar. Yo me apunto. Sin ir más lejos, acabo de ver pasar a Fernando Tejero, mira tú. Un festival por dos millones, mejor que por cinco si sigue viniendo Mario Casas. Y una precampaña ya, ni te cuento.

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