Casi es lunes. El 1 de septiembre se parece al lunes más largo del mundo. Los que pueden, vuelven al trabajo con el compromiso de disimular su desazón, que sería pecado con tanto paro en las playas. Este año el síndrome de Mallorca que se inventaron los alemanes se agrava pero en secreto. Un trabajador con contrato tiene derecho a estar preocupado pero no a deprimirse, faltaría más.
Hoy casi es año nuevo. El gregoriano lo mantenemos para poder celebrar la Nochevieja cantando villancicos pero el calendario que manejamos es este, el del cursus latino. La carrera del curso escolar, político y cotidiano empieza ahora. Se adelanta el otoño a estos días, a imagen y semejanza de nuestras sensaciones. Y la salsa la ponen los políticos en la tele, que vuelven muy morenos, desentonando con el tono gris de nuestros días. A mí este viejo nuevo ciclo me sigue oliendo a libro nuevo de texto y a carrusel deportivo.
Yo me agarro al fútbol. Tengo esa suerte. Lo de que te guste ver a veintidós millonarios corriendo en pantalones cortos detrás de la pelotita, tiene sus ventajas. Este año con Mourinho haciendo de malo, se auguran acaloradas discusiones futbolísticas en el bar de abajo. A ver si el talante del filósofo lo resiste. En cuanto a este personaje inventado por Ibrahimovic, yo al principio tuve mis dudas. Cuando decía que sólo una persona había tenido la culpa de su marcha a otras ligas y hablaba de un filósofo, me imaginaba a Zapatero. Pero no, el Presidente tiene en común con Guardiola el talante, el amor por unos colores y el tono filosófico de sus titulares, pero mientras uno consigue títulos de carrerilla, el otro maneja el desastre a tumba abierta. Los diferencia el tiki taka. El sueco se refería a Guardiola y el otro le reza a Thor, a ver si, haciéndose el sueco, le sale algún regate antes de las municipales. Una vez identificado el filósofo de Ibrahimovic y acercándome a mi Málaga, lo que no consigo discernir es qué ha podido hacerle Guardiola a nuestra fugaz Yasmín Al Shoud para que se haya ido tan enfadada del equipo de nuestros amores. Yo no entendí nada hasta que dijo que “todas las personas que ha conocido en el club malaguista merecen la pena, a excepción de una”, como el sueco. Está claro; se ha ido también por Guardiola.
Y menos mal que ha sido por Guardiola, que ya estaba yo uniendo a mi preocupación mallorquina de vuelta al trabajo eventual del 1 de septiembre, esta nueva de mal pensar que el Málaga Club de Fútbol podía pasar a convertirse en el Malagón club de Fútbol a raíz los últimos cambios en su organigrama. Qué susto. Me acordé del marbella y el tío de la gorra y los yates. Pero no, no hay que preocuparse, por ahora. A la exdirectora ha debido de ocurrirle algún percance con Guardiola. Pienso yo que entraría en alguna habitación cuando ella salía, o al revés, o que no debió de hablarla mucho en los últimos seis meses. El señor Abbdullah Ghubn me ha tranquilizado mucho al asegurar que ya se han gastado 7,3 millones de euros desde el pasado día 3 –y me quejaba yo de los sueldos de los asesores del alcalde-. Esto es gloria y dispendio. Viva la crisis, viva el Málaga, viva septiembre, viva la vuelta al curro –mientras lo haya-. Y, por supuesto, viva el filósofo –Guardiola-.