La terrible DANA que ha asolando el país valenciano y cuyas consecuencias durarán mucho tiempo exige una reflexión serena y una respuesta inteligente, rápida y solidaria que aminore al máximo los efectos dañinos, tanto en el número de víctimas mortales como en la pérdida de casas y enseres así como las secuelas psicológicas para quienes han estado inmersos en el núcleo de la tragedia.
Voy a sintetizar mi opinión en estos diez mandamientos que comento con la brevedad que exige el pequeño espacio del que dispongo:
1. Planificación científica: no se puede construir en cualquier sitio. Las investigaciones y no los intereses económicos o la estupidez inconsciente han de guiar los planes urbanísticos. No se puede construir en lugares que, de manera inexorable, van a ser barridos por un temporal de esta naturaleza. Es como levantar un parque de viviendas en el cráter de un volcán. Se desoye muchas veces de forma inconsciente la voz de la ciencia pensando que nunca pasará nada. Y una vez que pasa ya es tarde para evitar el desastre. Es un calamitoso error que se paga caro acordarse de Santa Bárbara solo cuando llueve.
2. Prevención rigurosa: los organismos pertinentes tienen que prevenir de forma rápida y eficaz los fenómenos que se nos vienen encima. Para eso están los avisos y las alarmas. Esa prevención puede paliar en buena medida la magnitud de la catástrofe. Puede salvar vidas, evitar daños y aliviar psicológicamente el impacto. De hecho, en este caso, la Asociación Estatal de Meteorología, AEMET, institución pública que se encarga de estudiar y predecir el tiempo en España, mandó avisos claros y reiterados sobre las lluvias torrenciales que se avecinaban. La AEMET es la autoridad meteorológica del Estado.
Prevenir es más importante que curar, dice de forma contundente y acertada el refranero, en esta ocasión de forma certera. No lo tenemos en cuenta con lo claro y lo decisivo que es en la vida de cada persona y en el devenir de la sociedad.
La prevención tiene que tener en cuenta no solo a las personas, también ha de tratar de salvar la vida y de evitar el sufrimiento de los animales que no van a saber ni poder protegerse a sí mismos. ¡Qué pocos piensan en ellos!
3. Información rápida: los medios de comunicación, las redes sociales, las autoridades pertinentes tienen que convertir los avisos en alarmas: alarma amarilla, alarma roja. La información puede desempeñar un papel fundamental para afrontar catástrofes provenientes de la desnaturalizada madre naturaleza. Hay que saber qué viene y cuándo va a llegar. Los ciudadanos y ciudadanas tienen la obligación de informarse, la responsabilidad de saber qué es lo que se avecina, sobre todo cuando de esa información dependen consecuencias tan graves como la vida propia y la vida de los demás.
4. Obediencia ciega: los ciudadanos y ciudadanas tienen que ser sabios, responsables y humildes y dejarse guiar y aconsejar por quienes saben lo que va a pasar y lo que hay que hacer. En ello va que se aminoren los males y que se eviten muertes y pérdidas. No son advertencias que se puedan pasar por alto. No son consejos de poca monta. Está en juego la vida. Está en juego el porvenir de una población.
Ser ciudadanos significa desarrollar la capacidad crítica para discernir lo que es importante y lo que es bueno para la sociedad, Y, además, ejercitar la actitud ética que nos moviliza en la dirección adecuada en relación con el bien propio y el bien común.
5. Coordinación extrema: el Estado autonómico exige que la coordinación entre el nivel municipal, regional y nacional sean eficaces. No se puede, unos por otros, dejar la casa sin proteger. Como es lógico, es la comunidad autónoma, que está en el epicentro de la catástrofe, la que tiene que dirigir las operaciones. Debe diagnosticar con rapidez y solicitar la ayuda necesaria. Por otra parte, el gobierno de la nación tiene que responder de forma diligente y generosa a las demandas. Es admirable y ejemplar ver a todos volcados en la solución de los problemas. Tiene que primar la eficacia. Por eso las críticas en pleno proceso de ayuda son estériles, tristes y mezquinas. Vayamos todos a una al corazón de la catástrofe. Los afectados tienen que sentir esa ayuda de forma inmediata. No solo porque va a remediar sus males sino porque, además, van a sentirse atendidos y no abandonados.
La ayuda tiene dos vertientes. Una material: salvar vidas, evitar pérdidas, garantizar servicios de luz, agua, alimentos, medicinas, prevención de enfermedades… Y otra psicológica: los daños de este tipo tienen también importancia: personas que han perdido de forma dramática seres queridos, que lo han perdido todo, niños y niñas que están asustados…
6. Rapidez máxima: el retraso en minutos puede costar vidas, puede aumentar el desastre, puede provocar el pánico. La rapidez es fundamental. Los trámites tienen que reducirse al mínimo. Hay que operar con celeridad porque la vida se puede perder en unos segundos. La actuación inmediata de los bomberos evita males que, solo unos minutos más tarde, ya no tienen solución.
La rapidez no tiene que ver solamente con la acción inmediata ante la catástrofe, tiene que ver con los laboriosos y engorrosos trámites que hacen que las ayudas tarden a veces años en llegar. Cuando el desastre tiene presencia en los medios parece que hay una urgencia extrema pero, cuando la actualidad va siendo ocupada por otros asuntos, se pierde esa prisa. Por eso cuesta creer que. después de varios años, los damnificados por tal catástrofe todavía no han recibido las ayudas prometidas. ¿Por qué esa exasperante dilación?
7. Solidaridad canalizada. Hay que canalizar la solidaridad del pueblo, de los pueblos vecinos, del país y del mundo. Hay que hacer llegar a las víctimas ese admirable sentimiento de cercanía emocional y de ayuda efectiva. Para que llegue a las víctimas tiene que ser dirigida y aprovechada de manera ordenada y rápida. Ha sido asombroso el sentimiento de solidaridad de muchas personas que han dado su tiempo, su ayuda, sus recursos para paliar la tragedia.
8. Vigilancia estricta: hay quien aprovecha la confusión y el caos para enriquecerse. Es lo que ha sucedido en este caso con el pillaje, con los desaprensivos que han asaltado tiendas y comercios, que sean llevado coches, aumentando la desesperación y el dolor de las víctimas que se han visto obligadas a estableces una vigilancia casi imposible. Me refiero también con las agresiones a los Reyes y al Presidente del Gobierno. No se puede tolerar que grupos de ultraderecha, descarguen su odio con una violencia inadmisible. Vivimos en una democracia. No se debe permitir que estos energúmenos aprovechen la confusión para desestabilizar las instituciones del Estado. Sentí vergüenza y rabia ante esos comportamientos violentos.
9. Castigos severos: ha de existir un castigo rápido y severo para quienes aprovechan la confusión, el desastre, el dolor de la población para cometer actos delictivos. Existe un claro agravante. No pueden quedar impunes quienes, en plena crisis, se dedican a robar a quienes tienen tan poco y quienes vuelcan su violencia en quienes representan a toda la nación. Podían quedarse en Madrid y entonces serían acusados de despreocupación y de lejanía. Decir que van para hacerse la foto, es una simplificación ridícula.
10. Crítica exigente: hay que hacer autocrítica desde las instituciones municipales, autonómicas y estatales. Se pueden cometer errores, pero se puede aprender. Se puede pedir disculpas cuando los errores han tenido consecuencias graves o leves. También se debe hacer critica desde los medios, desde las asociaciones, desde la ciudadanía en general
Este ejercicio humilde y riguroso permite aprender y exige tomar decisiones para el futuro. Se puede caer en la tentación de pensar que ya pasó todo, pero no. Aun quedan muchas cuestiones por resolver. Porque la próxima catástrofe ya esta en marcha y no se pueden repetir los mismos errores.
La autocrítica y la crítica pueden, en algunos casos, provocar la consecuencias duras para los responsables políticos. Puede exigir dimisiones, puede exigir responsabilidades penales. Hay en juego vidas, pérdidas materiales y daños psicológicos. No es igual actuar de una manera que de otra. Y las decisiones y los actos tienen consecuencias. A veces no basta con pedir perdón y con decir lo siento.
Querido Maestro;
Desde que pasó la tragedia en Valencia, mi corazón está con ellos.
A veces la vida nos quita lo que tenemos en un solo segundo. Nos amedrenta, nos asusta, nos aturde, nos llena de inseguridades y de miedos.
!Quien se crea que nunca el desastre les llegará a ellos, se equivocan!
!La realidad muchas veces sucumbe a la ficción!
!Ha sido horroroso ver las imágenes de la Dana, la destrucción de los pueblos, la muerte de gente mayor, jovenes y niños.
Pero lo que más me ha impactado ha sido, el relato de una abuela contando, cómo se le llevaron por las fuerzas del agua,de las manos de su hijo, a sus dos nietos pequeños de 3 y 5 años.
Cómo se puede vivir con eso?
El impacto emocional tiene que ser tan grande y esa abuela demostró una fuerza anímica tremenda, para salir en televisión y pedir ayuda para buscar a sus pequeños.
La vida, para bien y para mal nos cambia en un solo momento.
Doy mi felicitación a todos los voluntarios, de toda España, que se han volcado en esta gran ayuda humanitaria.
Los afectados han manifestado la cercanía humana de estas personas que les han salvado la vida.
También decir la importancia del trabajo de bomberos, policías, guardias civiles y personal sanitario que han cumplido con esfuerzo y valor las labores encomendadas.
Hay una frase, el pueblo salva al pueblo, que define la labor altruista y solidaria de toda la gente de a pie.
Los sentimientos que ha provocado este desastre natural, cambia muchas percepciones.
Hay gente mala,seguro; pero hay que engrandecer y felicitar las acciones de la gente buena, que con su cercanía, con sus afectos, con sus abrazos, han dado la energía para sobrevivir.
Bendiciones a las manos que nos ayudan a salir del duro bache y caminar hacia delante.
Y ya sin más me despido con un fuerte abrazo para todos.
! Qué vivan una semana lo más leve y feliz posible!
Muchos besos.
Querida Loly:
Hoy te escribo desde Santiago de Chile. Acabo de regresar de Arica donde he trabajado estos dos días en un colegio y en una Universidad.
Sigo desde aquí el curso de la tragedia.
Cuando el desastre salga de los focos de la actualidad correremos el peligro de la lentitud. Todavía no han llegado las ayudas pa los damnificados por la erupción del volcán de La Palma. ¿Por qué esa lentitud?
Sí, el caso de esa pobre abuela es horrible. Quedará marcada, como los padres, para toda la vida.
Las escenas han sido sobrecogedoras y la realidad pavorosa.
he visto a una persona caminar sola en la noche repitiendo el nombre de un ser querido en voz alta: Alonso, Alonso, Alonso… Y la respuesta fue el silencio. Qué desesperación.
Bendita solidaridad.
Besos y gracias.
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Querido Miguel Ángel:
Todos los puntos tratados me parecen muy dignos de consideración. Personalmente me fijaré en alguno porque les doy una gran importancia, sin despreciar ningún otro.
Pienso que debiéramos aprender de los romanos que hacían las ciudades que fundaban en lugares elevados a las que llevaban el agua con grandes recorridos. Hoy, teniendo el poder de la electricidad resulta que no llevamos el agua a la ciudad, sino la ciudad al agua y ocurre lo que vemos. Todo el peso de la ley debiera caer sobre los políticos que permiten hacer edificios en el cauce natural de las aguas.
Hoy en día tenemos medios para avisar a la población con tiempo de salvarse ellos y muchos de sus bienes dándoles a conocer con tiempo lo que les viene encima. El Sr. Mazón falló estrepitosamente.
En las calamidades siempre se ve la cara y la cruz de la raza humana: los de buen corazón que lo dan todo por aliviar el dolor ajeno y los sinvergüenzas que buscan sacar provecho en el dolor ajeno. Como dice el refrán: a río revuelto ganancia de pescadores, añadiría, de sinvergüenzas.
Yo, de esta gran desgracia, me quedo con tanta gente buena que de una forma u otra se ha volcado para ayudar. Es reconfortante y da esperanza en este mundo que nos da sensación de caótico.
Un gran abrazo, Miguel Ángel, que parece que ya vuelves a saltar el Atlántico,(feliz viaje y estancia) y saludos a todos.
Querido Joaquín:
Mañana, domingo, regreso a Madrid. después de unos días agotadores. Todo sea por la causa. Los profesores son en extremo generosos.
Tienes razón con lo que dices del trazado de las ciudades. ES QUE SE SABE POR DÓNDE VA A DISCURRIR EL AGUA TORRENCIAL. ES INEXORABLE. Resulta casi inexplicable por qué se cometen esas autorizaciones IRRESPONSABLES.
Hay que destacar la solidaridad de tanta gente, si. También existen, como dices, quienes se dedican al pillaje, agravando el dolor de quienes han tenido la desgracia de perder bienes y familiares.
Bendita y emocionante solidaridad humana.
Un abrazo y muchas gracias.
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Buenas Queridísimo Miguel Ángel!
Unidos hoy desde dos continentes, tú regresando de Chile y nosotras (Gema y er menda) en Ceuta regresando de las jornadas educativas. Ayer tuvimos un día potente sin posibilidad de comentar tu artículo-Mandamientos tal Moisés pedagógico.
Ha sido brutal la tragedia como brutal las muertes diarias de niñas y niños en Palestina.
«Creo» que sigue la guerra en Ucrania, Palestina…etc aunque los medios no lo saquen.
La manifestación ciudadana de ayer en contra de Mazon ha sido una respuesta valiente que echábamos en falta..Hay Esperanza!!
Seremos capaces de hacer autocrítica o seguiremos la comedia de insultos al otro..
No sé puñetero de donde sacas tanto sentido no común (extraordinario en este caso) para el análisis que concretas en estos mandamientos pero te agradecemos tu esfuerzo de síntesis. Mil Gracias!!
Con muchas ganas de verte y que nos cuentes tu actual experiencia Chilena te mandamos desde la cola del barco fortísimos abrazos.
Te Queremos!!!
Dale un abrazote fuerte a Carla de sus Tites Almerienses.
Queridos amigos almerienses y ciudadanos del mundo a quienes llega el dolor de tantos seres humanos que sufren, que mueren:
Hacéis bien en no dejar en el silencio los focos de la guerra. Parece imposible que sigan activos, dada su irracionalidad y su crueldad.
La DANA sigue sembrando dolor en los corazones.
Ya estoy en casa. Ha sido un maratón de kilómetros y de experiencias.
Siempre vuelvo con la sensación de que me han regalado más de lo que yo he dado.
A ver si organizamos un encuentro. En tiempos de tanta zozobra, hay que fortalecer la amistad.
UN enorme abrazo lleno de gratitud y afecto.
Gracias por estar SIEMPRE ahí.
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Querido Miguel Ángel:
Todas las imágenes que se ven en los informativos son sobrecogedoras, como también lo son las declaraciones y descripciones que hacen las personas que están buscando a su ser querido: la hija que habló por última vez con su padre hace 24 horas, que le dijo que estaba bien agarrado a un árbol ( es tremendo) y que no había vuelto a saber nada más de él.
Ciertamente llevas mucha razón cuando señalas que no se deben permitir los permisos para construir en lugares inundables porque el agua siempre busca su sitio.
Pero lo que más me indigna (aparte de la actitud de algunos políticos que se emplean en echarle la culpa al otro etc.) es que este tipo de catástrofes no son tan infrecuentes (quizás está vez la dimensión de la DANA ha sido especialmente tremebunda) y no aprendemos, se nos olvida con demasiada rapidez y se siguen permitiendo construcciones en lugares visiblemente cercanos a ríos e incluso en cauces de arroyos.
La vida de tantas personas, o aunque fuese una sola, debería ser suficiente para no olvidar el drama ocurrido en nuestro país, porque todos estamos sobrecogidos. El hombre es el animal que tropieza dos veces con la misma piedra dice el refrán… espero y deseo que no vengan más tropiezos.
Muchas gracias y un abrazo
María Ángeles Peláez
Querida María Ángeles:
Espero que tu comentario sea una nueva señal de que estás mejorando.
Cuántas cosas para sentir y cuántas para pensar.
El problema sigue después de los medios se vayan los medios y desaparezcan los focos. Al parecer, todavía no han llegado algunas ayudas a los damnificados por la erupción del volcán de la Palma. ¿A qué están esperando?
Las dimensiones psicológicas del drama quedan en segundo plano ante el quebranto que produce la pérdida de la vida y de los bienes. Los niños y las niñas son especialmente vulnerables. Algunos quedarán marcados durante toda la vida.
Importante análisis merece la actitud de los políticos ante la crisis. Es necesaria una autocrática exigente y humilde. La ciudadanía también está hablando y lo seguirá haciendo. Afortunadamente.
Cuídate.
Muchos besos.
Gracias por tu comentario.
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El artículo tiene muchas ideas importantes.
Estamos viendo en estos días todos los problemas que ha suscitado la gestión de la dana.
Me duele ver al señor Feijóo poniendo verde a Sánchez y exculpando al señor Mazón de los errores clamorosos que ha cometido y que él mismo reconoce.
No sé si es torpe o es malo. Lo que resulta es que es increíble. No se puede pretender sacar partido hasta de los muertos.
Querida Marta:
Yo tampoco entiendo al señor Feijóo. Le vo muy torpe. Se está ensañando contra Teresa Ribera y contra Sanchez y está exculpando al señor Mazón, que estuvo comiendo hasta las 6 de la tarde mientras se ahogaban los valencianos.
El intento de evitar la elección de Teresa Ribera como vicepresidenta primera es de una mezquindaz insuperable. Estos patriotas de pacotilla son unos miserables.
Estoy muy indignado contra el señor Feijóo.
Es tonto o es malo. O las dos cosas a la vez.
Gracias por escribir.
Besos.
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Querida Marta:
Estoy viendo la televisión. Estoy indignado con el señor Feijóo. No puede hacer más críticas contra el gobierno. Dice que fallaron TODOS LOS MINISTERIOS. Pero ni una palabra contra el señor Mazón, que estuvo comiendo hasta las seis de la tarde. Este señor descarga toda la culpa en una ministra que está siendo examinada para ser Vicepresidenta primera de la Unión. ¿Qué valores morales tiene este señor?
Gracias por tu tiempo dedicado a la lectura y al comentario.
Besos.
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Estamos metidos en el décimo mandamiento. Deberíamos esperar a salir a flote para exigir responsabilidades, Ahora es el momento de la acción.
Me sorprende que echen la culpa a la Ministra. Teresa Ribera y exculpen al señor Mazón.
Lo he oido esta tarde en el Parlamento Europeo. La señora Dolores Monserrat (vaya patriota, tratando de poner una zancadilla a una candidata española a la Vicepresidencia Europea) diciendo que ha suspendido el examen en Valencia. El señor Mazón, a su juicio, ha sacado sobresaliente. Qué vergüenza.
Querida María:
No puedo estar más de acuerdo. La señora Dolores Monserrat es una hoolligan del PP. Vuelca toda la responsabilidad de la dana en Valencia en una Ministra y no dice ni una palabra del señor Mazón, primer responsable de la gestión del desastre. ¿Cómo se puede tener la cara tan dura?
Estoy muy indignado con la dirección nacional del PP.
Un abrazo.
Gracias por participar.
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Me ha parecido un resumen magnífico de los problemas que hemos tenido con la dana.
Cualquiera de ellos daría para largas discusiones y para importantes reflexiones.
Quiero elegir el de la solidaridad. Pienso que hay mucha más solidaridad que indiferencia y muchísima más solidaridad que pillaje.
Es muy importante canalizar es solidaridad, hacerla eficaz.
Querido Mario:
Sí, la dana es un problema de miles de flancos para la reflexión.
Los diez puntos no son los únicos, claro está.
Ahora estoy en Málaga en medio de unas lluvias torrenciales.
Hablas de la solidaridad. Es fundamental para salir adelante. Todos dependemos de todos.
Gracias. Un abrazo.
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El artículo me ha parecido estupendo: ambicioso, actual y riguroso.
Es difícil comentarlo todo porque es inabarcable. Solamente voy a referirme al punto relacionado con la crítica y la autocrítica. El peligro que corren los políticos es echar todas las culpas al adversario. Es lo que está pasando. El colmo es lo que está pasando con Feijóo.
La culpa es de todos menos del señor Mazón. Hasta pretende acusar a Teresa Ribera olvidando que el presidente de la comunidad estuvo comiendo hasta las seis de la tarde.Qué caramás dura.
Querido Carlos:
Estoy indignado con lo que está pasando. El señor Feijóo me tiene desesperado por la cara dura que le está echando. Reparte responsabilidades por todos los sitios y no destituye al principal causante del desastre. Este señor no apareció hasta las seis de la tarde porque estaba comiendo con una periodista. Y no acepta la petición de una multitud que se manifiesta pidiendo su dimisión.
Al parecer tiene la intención de cesar a algunos de sus consejeros. Sería el colmo de la desfachatez.
Gracias por tu tiempo y por tu interés.
Un abrazo.
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Estamos viendo cómo estas nuevas danas están siendo afrontadas de manera eficaz. Hacerlo bien salva vidas. Los daños materiales son inevitables, pero la vida de la gente depende de tener una información buena y de seguirla con rigor.
La gestión de la dana de Valencia fue desastrosa. A la gente le pilló la inundación en lugares peligrosos.
Querida Raquel:
Completamente de acuerdo.
Javier Perez Royo, catedrático sevillano, decía esto mismo hace unos días en televisión. Los coches hubieran sido arrastrados, los enseres se hubiesen destruido pero si los esos niños que fueron arrastrados 11 kilómetros hubieran estado bien protegidos en su casa (en la parte más alta) se hubieran salvado.
Lo que ha pasado es terrible. Más de 200 muertos. Qué terrible.
Besos y gracias.
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Si se cumplieran los diez mandamientos se salvarían muchas vidas.
Han hecho falta más de doscientos muertos para que aprendamos.
El agua se lleva las casas y los coches, pero otra cosa son las personas.
No se puede salir a la calle, no se puede conducir el coche, no se puede bajar el garaje a sacar el coche, no se puede estar en el campo…
Gracias por el artículo.
Estimado Raúl:
Si estos mandamientos se hubiesen cumplido fielmente no hubiéramos perdido tantas vidas, dices. Y estoy de acuerdo.
Parece que algo hemos aprendido en Valencia. En Málaga no ha habido ni una sola víctima mortal. La mañana del miércoles la ciudad estaba desierta. La alaerta había funcionado. Es mejor perder el coche que perder la vida por salvarlo.
Un abrazo, Raúl.
Gracias por escribir.
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