La pantera y el perrito faldero

3 Ago

Acabo de leer la última (y excelente, a mi juicio) novela de Joël Dicker titulada “Un animal salvaje”. Su  primera edición en Suiza es del año 2022. En España ha visto la luz  en el mes de mayo de este año. No voy a hablar de ella en este artículo, aunque  sí quiero aconsejar su lectura.

En la página 333 de la edición española, el escritor suizo cuenta la historia de una pantera.  Y es en esa historia, que tiene mucho que ver con la esencia de la novela y con la descripción de la personalidad de dos de sus protagonistas (y especialmente la de Sophie) donde voy  a poner el foco de estas líneas. Los hechos se sitúan geográficamente en La Toscana e históricamente en el año 1912.

Nos habla la historia de Luchino Alani di Madura, un personaje singular, viajero empedernido, propietario de una enorme hacienda, sita en un pueblo llamado Brachetto, soltero de cincuenta años sin descendencia, lo que augura la desaparición  de la saga  Di Madura.

Al regreso de uno de sus larguísimos viajes (esta vez en África había ido desde Libia a Etiopía y luego había descendido hacia la colonia inglesa de Kenia) llega al pueblo donde reside y, seguidamente, a su enorme vivienda en la que le espera Giovanna, una mujer de sesenta y cinco años, que desde hace cincuenta es su  ama de llaves. La comida estaba lista, la mesa estaba puesta,  la casa engalanada, los árboles del jardín podados y los surtidores de la fuente grande en acción.

Como siempre, la llegada de Luchino está llena  de sorpresas, cargada de objetos sorprendentes y animales exóticos que el viajero ha ido comprando a lo largo del ancho mundo. En esta ocasión, los criados sacaron de la camioneta un cesto grande. Luchino lo abrió y metió en él las manos. Sacó un animal encantador que parecía un gatito moteado. Se lo presentó al ama de llaves:

  • Giovanna,  este es Gattino.

Ella se quedó consternada, al pensar que se trataba de un gato. Tenían muchísimos en la casa. ¿Uno más? Dos días antes había descubierto una camada de nueve gatitos.

  •  Vamos. Giovanna, ¿no ve que  Gattino no es un gato?, preguntó Luchino.
  • Pero, si no es un gato, ¿qué es?, dijo  Giovanna, avergonzándose de su ignorancia.
  • Un pantera, Giovanna. Es un cachorro de pantera.

Durante los meses siguientes, Gattino se convirtió en el ojito derecho no solo de la mansión sino del pueblo  de Brachetto entero. Pasado el tiempo, la pantera estaba totalmente domesticada. En la mansión no se separaba de los perros de Luchino, cuyo comportamiento imitaba. Bajo la batuta de Mama, una vieja perra pastora que dirigía la cuadrilla, la pantera jugaba a la pelota en el parque, dormía siestas en la alfombra del despacho, pedía caricias a los servidores, se acomodaba en los remolques de los tractores para recorrer el olivar y por la noche dormía con los demás perros en la habitación del amo.

En cuanto dejó de alimentarse de leche, compartió  la dieta de sus amigos los perros. Un rancho que les servían en unas escudillas de metal. Y,  a diario, cuando Luchino tomaba el té en la galería, la pantera, igual que un perro faldero, alargaba la pata para pedir una galleta.

Luchino le pedía al veterinario del zoo de Roma que fuese a visitar a Gattino para ver si estaba creciendo  sano y fuerte.

  • Crece perfectamente, decía el veterinario, a pesar de que come un menú para perros. Tiene una salud  de hierro.

– De hecho se porta como un perro, dijo muy orgulloso Luchino.

  • Es que se cree que es un perro, replicó el veterinario. Gattino no es consciente de que es una pantera. En África no sobreviviría ni un día en la sabana. Ha perdido los reflejos de depredador y sería incapaz de cazar. Vive integrado en ese grupo de perros ya que se cree uno de ellos.

Un año después de su llegada a la mansión de Luchino, la pantera había alcanzado su tamaño adulto. Era más dulce y sumisa que los otros perros. Pero, a diferencia de estos, que habían sido adiestrados según normas estrictas, los privilegios de Gattino eran ilimitados: compartía la cama con Luchino, chapoteaba con él en la gran piscina, tomaba las comidas sobre la alfombra del comedor en un plato de porcelana y lo acompañaba siempre que iba Brachetto para mayor dicha de los niños  que se le subían al lomo.

La reputación de Gattino se extendió por toda la comarca. Se la mencionó en los periódicos. Llegaron a la vivienda curiosos para ver a la fiera mansa. Algunos directores de circo le ofrecieron a Luchino cantidades astronómicas para adquirir aquella fiera de salón.

Durante los tres años siguientes en los que Luchino renunció a sus viajes  para no separarse de su animal preferido, la pantera le hizo dichoso. Hasta una desventurada noche. Era ya tarde. La mansión estaba a oscuras, salvo el despacho de Luchino. Sentado a la mesa de trabajo, estaba despachando la correspondencia. A su alrededor, echados sobre la alfombra, sus perros y la pantera dormían apelotonados un sueño apacible. Reinaba la mayor calma. Solo se oía el aliento de los animales y la pluma de Luchino al correr sobre el papel.

El drama ocurrió cuando Luchino quiso abrir un sobre que había recibido ese mismo día. Un amigo de Milán  que le escribía y de quien  le urgía tener noticias. El ademán con el cuchillo fue demasiado brusco: la hoja atravesó la parte trasera del sobre y le hizo un profundo corte en la mano. El hilo de sangre comenzó a correr por la mano. En lo que cogía un pañuelo notó de repente en la mano  algo  cálido y áspero: la lengua de Gattino. La pantera empezó a lamer la sangre, primero despacio y luego de forma cada vez más frenética.

Luchino cayó en la cuenta de que su pantera amaestrada, al encontrarse con el sabor de la sangre, había vuelto a convertirse en el depredador que siempre había sido. Sabía que, si retiraba la mano, la pantera lo mataría. Entonces, despacio, con la mano libre, abrió el cajón del escritorio y sacó el revólver. Acercó el cañón  a la cabeza de la pantera, que seguía lamiendo con avidez la herida, y apretó el gatillo.

Giovanna, al escuchar el disparo, acudió a la habitación de su amo. Encontró a Luchino tirado en el suelo todavía sollozante. Abrazaba el cadáver de su pantera adorada. Los perros, nerviosos iban de acá para allá. Luchino  le dijo:

  • convertir una pantera en un perrito faldero. Ahora bien, los animales salvajes son como las personas. Los podemos engatusar, maquillar, disfrazar. Podemos alimentarlos de amor y de esperanza, pero no podemos cambiar su índole.

 Hasta aquí la historia de la pantera. La cuestión clave de la historia, a mi juicio, es la confesión de Luchino: Quise convertir una pantera en un perrito faldero. Esa es la cuestión. Ese es el error. El mismo error que algunas veces cometemos en la educación. Pretendemos domesticar a nuestros educandos, hijos o alumnos. Queremos que piensen como nosotros, que actúen como nosotros, que sean como nosotros. En definitiva, que no aceptamos que sean ellos mismos.

 La domesticación trata de reducir, de. acostumbrar a la vista y a la compañía a la persona. Podríamos utilizar estos verbos para describir el proceso: amansar, desbravar, domar, amaestrar, someter, dominar, acondicionar

El problema se agrava porque la primera etapa en la vida de los seres humanos es una etapa en la que las personas son totalmente dependientes. El adulto tiene en sus manos todas las decisiones. Lo decide todo por el bien de los hijos o de los alumnos; ellos ni siquiera pueden opinar sobre lo que es su bien.

En el caso del ser humano, la domesticación  incorpora elementos psicológicos, morales y conceptuales. En ese proceso se puede producir lo que se llama un lavado de cerebro. Este fenómeno es también conocido como adoctrinamiento, control mental, persuasión coercitiva, o  reforma del pensamiento.

El trágico desenlace de la historia ocurre algunas veces en la vida de las personas. No de forma física, aunque sí de forma psicológica. Cuando ese educando llega a la madurez y descubre el proceso al que ha sido sometido, se rebela contra quien le quiso domesticar. Es en ese momento cuando el domesticador  se ve amenazado  y “mata” a quien se ha convertido en una terrible amenaza.  El perrito faldero era una pantera feroz.

La índole del ser humano es su condición natural de ser persona pensante y sintiente, una persona autónoma e independiente. Y cuando descubre que ha sido domesticado, manipulado y sometido es lógico que arremeta contra su domador. Pocas veces se somete a una crítica exigente el proceso que llamamos educación.

23 respuestas a «La pantera y el perrito faldero»

  1. Ha tardado, pero ya está visible tu entrada de la semana pasada. Casi se junta con la de la próxima…

    Educar debe ir ligado a explorar, indagar, criticar, poner en tela de juicio,… Pero cuando se imparte un currículum oficial, éste viene condicionado por diferentes fuentes que en cierta medida trata de modelar un futuro ciudadano determinado…

    Un abrazo.

  2. Estimado y Querido Miguel Ángel!
    Hay anécdotas que configuran nuestro ser y nuestro hacer…Gattino se queda con nosotros desde hoy. Gracias!!
    No conocíamos esta historia que nos refuerza en educar en la responsabilidad y la autonomía y no en la obediencia…joer qué fácil se dice y lo que cuesta en la práctica desde estructuras educativas nada
    democráticas.. tú sabes de esto bastante y te escucho decir “Elemental, mi querido Watson” al ser nuestro Sherlock pedagógico que descubre las tramas y lo que hay aunque no se vea a primera vista.
    Este relato tiene mil conclusiones prácticas desde como educamos, Para qué? Que hacemos para que no haya víctimas?, que hacemos con las víctimas del sistema?…
    Más madera para las Tertulias!!
    Mil Gracias
    Ya sabes que aunque con Corazón… somos seres racionales…de los que comen raciones en los bares! Y el universo nos grita Que la fuerza…..no mejor: Que el espeto Nos acompañe!! Esperamos verte junto a unas brasas en una hermosa tertulia.
    Mil besos para Carla y otro para el corazón y el alma de Carla …su puñetero Padre!

    • Querido Miguel, querida Gema:
      Pensé que nos quedábamos sin blog. Pensé que el lunes estaría solucionado pero vi que pasaba el lunes, el martes, el miércoles, el jueves sin buenas noticias… Ni siquiera decían que estaban tratando de solucionarlo… Para mi sorpresa y alegría pude entrar y colgar el artículo de la semana pasada y el de esta semana. Cuando se lo comuniqué al Director de La Opinión, solo me dijo: Enhorabuena. Un milagro.
      La historia de Gattino, como dices, da para mucho. Tú y yo sabemos cómo funciona el lavado de cerebro en algunos contextos… La cuestión es peliaguda.
      ¿Queremos que sean como nosotros, como quieren ser, como deben ser…?
      Para pensar y, consecuentemente, para actuar.
      El lunes viajaré a República Dominicana. Se suele ir a ese país para hacer negocios o para entregarse al ocio. Yo daré algunas conferencias… Eso es ir contracorriente.
      ¡¡¡A ver ese espeto!!!
      Un gran abrazo para los cuatro.
      MÁS

  3. Querido Maestro:
    Entrar en el blog para leer y comentar es de lo más gratificante para mí.
    La historia que hoy cuenta es de lo más ejemplarizante.
    A veces nos sentimos sometidas a una dominación injusta y lamentable.
    Cuándo te das cuenta, que eres un perrito faldero, en manos de un indeseable, de un destructor de sueños, quizás es demasiado tarde.
    Nunca nadie puede dominar tus sentimientos, por muchas reglas que impongan, por mucho poder material que tenga,por muchas injusticias que cometa.
    Pero te sientes cobarde y te limitan los hechos tan horribles.
    Cuándo te das cuenta y sales de ese infierno y ves que tú no tienes la culpa de las acciones ajenas, te vuelves la persona más fuerte y empática que he conocido.
    Aceptas y sacas las alas al viento y resurges de las cenizas, cómo el ave fénix.
    !Feliz semana para todos!
    Muchos besos

    • Querida Loly:
      El tema de hoy se las trae: EDUCACIÓN Y LIBERTAD.
      CUÁNTAS VECES, EN NOMBRE DE LA EDUCACIÓN, SOMETEMOS A LOS EDUCANDOS A LA DOMINACIÓN.
      El poder que confiere la educación se usa.muchas veces, para el sometimiento.
      Hasta el juez Calatayud dice que un cachete dado a tiempo es positivo. ¿Si? Y ¿cuál es el grado de la fuerza del cachete?
      ¡Qué decir de la violencia psicológica, el chantaje afectivo, el egoísmo descarado…!
      Hay que diferenciar domesticación y adoctrinamiento de educación.
      Besos y gracias por estar siempre ahí.
      Feliz semana y feliz verano.
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  4. Estimado Miguel Ángel:

    Muy buenas tardes desde acá Chile.
    En primer lugar quiero dar gracias porque “Blog Habemus”, en segundo lugar pedir disculpas por tal vez apartarme de la línea “editorial”, pero quisiera reflexionar contando un cuento.
    “Había una vez un padre al que llamaremos Felipe, el cual tenía una visión muy personal de la vida, a sus 8 hijos los crío con frases como, “haga patria mate un cura y un comunista”, la ley con sangre entra, el cáncer se elimina con veneno, el que no sabe matemáticas en imbécil. Tal vez Felipe,fue criado en circunstancias que obviamente producto de sus carencias, se construyó en una mundo violento, se declaraba nazi, y la mejor manera de acallar las opiniones disidentes, era eliminando.
    Por otro lado estaba Ernestina, que era pura dulzura, cero violencia, maestra normalista de profesión y madre de todos esos hijos.
    2 de los hermanos fueron militares, uno de ellos con gran protagonismo en los aparataje de seguridad del dictador Pinochet, los otros 5 seguían al pie de la letra la disciplina del padre, pero sin embargo hubo uno que se rebeló y trabajó en forma silenciosa su ser diferente, era más cercano a los genes de su madre, por lo mismo cuando ya tuvo más edad, desarrolló su propia opinión,
    Intentó seguir la línea del sacerdocio, fue cercano a la corriente jesuita, decidió estudiar medicina muy en contra de su padre, quien manifestaría después que tenía 7 hijos y un médico. Este hijo en contra de todas las predicciones de su enseñanza, se dedicó al servicio de los perseguidos en la época de la dictadura, siempre preocupado por sus hermanos, madre y padre, ,a pesar de la escasa o nula sintonía con su padre.
    Finalmente este hijo se dedicó a la educación, porque lo que traía heredado de su madre triunfó y al final el río volvió a su cauce, aquel que pudo ser una fiera, terminó siendo una oveja que era su esencia.
    Tal vez lo que he contado es antagónico a la línea de este titular, pero lo que quiero rescatar es que, no se puede callar, ocultar, domesticar, ni menos someter aquello para lo que se está predestinado.
    Ese hijo que no siguió la domesticación, soy yo, quien tal vez pude haber sido uno más de los sometidos, pero doy gracias por haber sacado la naturaleza con la que traía impregnado mi ser.
    Servir a los demás desde la educación, pero no imponiendo si no que creando conciencias, generando que se desarrolle pensamiento crítico, capacidad de análisis y por último ser capaz de tener opinión propia.
    Finalmente agradezco a “Felipe” y a Lydia por haberme dado la vida y a esta misma, por haberme generado la oportunidad de contribuir a formar personas sin intentar anularlas en su esencia y naturaleza.
    Somos seres únicos e irrepetibles y esa es la riqueza incalculable de cada uno de las personas.

    Disculpa una vez más si me escape de la línea, pero tu relato me llevó a esta reflexión.

    Un abrazo gigante.

    Enrique Pérez H.

    • Querido Enrique:
      En primer lugar quiero pedirte disculpas por el problema surgido con el blog. Imagino que intentarías entrar una y otra vez sin éxito. Fueron demasiados días esperando una solución, que no llegabas. Es más, llegué a pensar que no existía solución, Pero no podía comunicarme con todos los posibles lectores y lectoras.Nunca me había sucedido.
      En segundo lugar, quiero decirte (a ti y a todos los lectores y lectoras) que en este blog no hay una línea editorial. Cada uno comenta lo que le parece oportuno, aunque se suele centrar el comentario en algunos de los aspectos del artículo.
      En tercer lugar, quiero decirte que el cuento autobiográfico es magnifico y está muy bien contado.
      Creo que se comete un error cuando no se deja que la persona sea ella misma. Por eso me gusta la metáfora de Holderlin: los educadores forman a sus educandos como los océanos forman a los continentes, retirándose. Lo que nos dicen los hijos y los alumnos es: ayúdame a hacerlo solo.
      Con un abrazo y mi gratitud por el estupendo comentario.
      MÁS

  5. Estimado Miguel ängel:

    Solo agregar que somos unos fanáticos seguidores de esta tertulia que se genera a partir de tu artículo, que como tu muy bien dices, no tiene editorial, pero si marca la pauta por donde va la conversación.
    Por lo tanto no tener blog, es como que nos falte la medicina de la semana.
    Yo debo reconocer que me entusiasmo y quisiera en unas pocas líneas, relatar todo lo que se agolpa en mi cabeza.,
    Pero siguiendo en la línea de la medicina, hay que dosificar el “fármaco”, semana a semana, por eso que la ansiedad de tener habilitado este espacio de conversación, se hacía vital.

    Me alegro mucho que ya estemos conectados semana a semana.

    Esperaremos el próximo sábado para seguir esta alegre, saludable, necesaria y amigable conversación.

    Te saluda.

    Enrique Pérez.

  6. Querido Amigo MIGUEL ÁNGEL:
    Un saludo muy cordial. Me alegro que tus lectores y lectoras asiduos, entre los que me encuentro, podamos acceder con normalidad al artículo de hoy.
    1°) Como buen educador y egregio pedagogo, nos invitas a la lectura del último libro (novela) de este joven escritor suizo francófono (escribe en lengua francesa): Joël Dicker, gran promesa del panorama literario europeo. Conocedor del mundo animal y amante de la naturaleza, si nos retrotraemos a su etapa de preadolescente: con 10 años, dirigió una revista cuyo título (traducido): “La revista de los animales”. Y sus inicios en el mundo de la narrativa: el relato “El tigre”. De modo que podemos considerar la intertextualidad o conexión entre la publicación (de la que te sirves para el artículo) y esos textos cuyo eco y reminiscencias parecen y aparecen en esta novela.
    2°) La moraleja o reflexión final, que, textualmente, viene a ser el cierre y conclusión de todo lo que ilustras y argumentas en el cuerpo del artículo, también me lleva a detectar una intertextualidad con libros, artículos y planteamientos innovadores que definen tu Magisterio: recuerdo “El águila y las gallinas”, “La gallina no es un águila defectuosa”… La idea es que los educadores especial y prioritariamente debemos dejar ser, debemos despertar las potencialidades innatas de nuestros alumnos y alumnas. No se trata de homogeneizar, meter a todos en determinadas categorías preestablecidas por inercias, prejuicios, etc. Recuerdo también tu artículo del lecho de Procusto. Cada persona es única, singular…no podemos por esa manía nominalista occidental encasillar para bien o para mal. Detrás de una apariencia, puede desplegarse una genialidad. Dejemos fluir, dejar ser, despertemos ese ser verdadero e inherente de nuestros alumnos, personas…y, como los océanos, retirémonos como el oleaje.
    Feliz fin de semana a todos y a todas.
    Desde Valladolid, donde aprieta un sol de justicia…

    • Querido Carlos:
      Estupendas tus dos referencias a la intertextualidad. Tanto la del autor suizo como la que haces referida a otros artículos míos. Se agradecen esas
      consideraciones enriquecedoras.
      Respecto al segundo punto de tu comentario hay un poema de Neruda en el que dice que el amor hace con las personas lo que la primavera hace con los cerezos. Yo aplico la idea a la educación. Hace con las personas lo que la primavera hace con los cerezos. Les da las condiciones para crecer, para desarrollarse, par florecer y dar frutos. Digamos que les ayuda a crecer siendo cerezos. No les cambia, no les obliga a ser otra cosa distinta a la que son.Les facilita las condiciones para que sean ellos mismos.
      Un gran abrazo, querido amigo.
      Y gracias por tu aportación.
      MÁS

      • Gracias, querido MIGUEL ÁNGEL. Enriquecedora y motivadora respuesta: una vez más, literatura-lenguaje (poesía) y pedagogía en perfecta armonía, como una simbiosis. La metáfora de los cerezos verdaderamente es de gran expresividad y hermosura, pero, sobre todo, por el fondo o la idea tan profunda que describes con tu estilo habitual.
        2°) Mañana encargaré a la persona con la que ya traté (librerías Proteo y Prometeo) varios ejemplares de tu último libro; también del libro que acaba de publicar nuestra querida Ana Cobos Cedillo, puntal y referente de la Pedagogía y la Orientación. Excepcional Amiga y mejor persona. ¡Cuántas vivencias compartidas! ¡Cuántas cosas buenas me enseñó desde su ejemplaridad en todos los órdenes!
        –Coincidís en dos dimensiones que, a mi modesto entender, son muy necesarias y relevantes: vuestras propuestas y planteamientos no solo radican en la necesaria reflexión, investigación y conocimiento de aspectos abordados por otras figuras (“AUCTORITAS DIXIT”); convergen en vosotros lo especulativo, por decirlo de alguna manera, con la praxis, el ejercicio de la práctica docente y orientadora (en todas las etapas educativas). No sois profesionales de despacho, desde vuestros inicios, el contacto con el alumnado, las familias,
        etc. ha supuesto un elemento definidor. A veces, nos encontramos muchas teorías y planteamientos elaborados desde la torre de marfil de muchos despachos. Pareciera que sus autores traslucen una sutil incoherencia, es decir, que predican ideas, propuestas…¿Acaso creen y se creen esos contenidos que divulgan? La experiencia, la teoría y la práctica son el haz y el envés que deben fundamentar cualquier planteamiento. Aprendemos de la experiencia, como decía el Estagirita, de la autocrítica, del deseo de ser mejores…por ejemplo, el ejercicio docente (a veces: “ensayo-error”) permite la innovación, nuevas fórmulas, nuevos retos y oportunidades. Quizá se detecte que soy hombre que disfruta más de la interacción con el alumnado, con los compañeros y compañeras, con las demás personas de la comunidad educativa…la soledad del estudio y la lectura, escribir e investigar también son motivo de satisfacción para mí. Porque todo ello me permite (junto a la formación permanente) ser mejor, más competente a fin de ponerlo al servicio de la comunidad y de los otros.
        Gracias, Miguel Ángel. Que tengas una feliz semana. Pronto inaguráis el alumbrado ferial…Bendita “Ciudad del Paraíso”.

        • Querido Carlos:
          Con lectores como tú merece la pena escribir. Gracias.
          En octubre pressntaremos Ana y yo nuestros libros, que serán los dos primeros de una colección de Pedagogía.
          A ti te ha ayudado Ana porque eres uno de esos profesores sensibles a la reflexión pedagógica. Otros piensan: ¿qué me va a enseñar a mí esta orientadora que no sabe nada de mi asignatura? Es desde la humildad desde donde se hace posible el aprendizaje.
          Sí. Ana y yo escribimos desde la práctica y para nos ayuda a la práctica.
          El estar metidos en cuerpo y alma en las tareas nos ayuda a comprender algunas cosas y nos baja al barro de la práctica, que está lejos de lo que llamas la torre de marfil de la investigación que está alejada de los verdaderos problemas de la educación y de las personas que trabajan cada día en ella.
          Sé que tú eres de esos profesores que disfruta del contacto con sus alumnos y alumnas. Eso es bueno para ti y mejor para ellos y para ellas.
          Da gusto encontrarse con docentes como tú
          Un abrazo desde el aeropuerto de Málaga,vía Santo Domingo.
          MÁS.

  7. Querido Miguel Ángel:
    Cuando uno busca con ahínco una solución siempre llega, al menos eso creo yo.
    La historia que nos traes hoy tiene un profundo componente psicológico: se nos puede domesticar durante un tiempo, pero más tarde o más temprano saldrá la verdad, lo que realmente llevamos dentro. Parece que eso puede llevarnos a un determinismo, como si todo estuviera escrito sobre nuestras vidas. No, la educación de verdad es liberar lo que llevamos dentro puliendo lo extraño y fortaleciendo lo bueno de nuestra personalidad.
    Cuando un ser ha sido engañado, se le ha educado en la mentira, o es un irreflexivo contumaz o llegará el día que rechazara la mentira que ha envuelto su vida. Es decir saldrá su verdadera esencia, lo que es de verdad.
    Otra vez por América? Está vez por República Dominicana? Eres incansable y rara vez nos dices: me voy de vacaciones a… La vida llena, ya lo dice la palabra, nos llena.
    Un gran abrazo y saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      Ya estoy en el aeropuerto de Málaga, camino de Santo Domingo.
      No voy de negocios ni de ocio. A trabajar con docentes.
      ¿Qué podemos decir nosotros de lo que es un lavado de cerebro?
      Lo hemos vivido en nuestras carnes.
      Repasa un día cualquiera de nuestros 15, 16, 17 años…
      Ahora pienso que cómo no nos dimos cuenta en su momento.
      Qué cuestiones tan tremendas encierra el problema que plantean estas cuestiones.
      Un abrazo, querido amigo.
      Y gracias por estar ahí, incluido el verano.
      MÁS

  8. La confusión entre adoctrinamiento y educación es más frecuente de lo que pensamos.
    Hay muchas maneras de actuar que pretenden imponer formas de pensar, formas de hablar y formas de actuar. No se hace una propuesta, se hace una obligación.Tanta es la obligatoriedad que, cuando el educando no acepta la imposición, se produce un castigo o un repudio

    • Querida María:
      Después del susto que nos llevamos con el blog, te veo otra vez por aquí. Gracias por tu aportación.
      Tu preocupación es tan fundada como importante.
      Queremos que sean como nosotros deseamos que sean. Y si no son como deseamos, dejamos de quererlos, los rechazamos. Es muy preocupante esa actitud.
      Lo he visto muchas veces, especialmente en la etapa de la adolescencia, cuando empiezan a pensar de forma autónoma.
      El peligro es muy grande porque todo lo hacemos POR SU BIEN, sin consultar nunca si ellos creen que eso es su bien.
      Besos.
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  9. La historia de la pantera no puede ser más clara y contundente. Tratar de convertir a una pantera en un perro faldero merece la reacción de la pantera. Lo que pasa es que los seres humanos no reaccionamos con la misma fiereza.

    • Querida Marta:
      Estas cuestiones son de gran calado en educación.
      Creo que el poder que tenemos los adultos, maestros y padres, es enorme, sobre todo cuando somos niños o niñas.
      Algunos casos son de juzgado de guardia. Habría que pensar si algunos padres o madres tiene derecho a. manipular de una manera tan tremenda la mente de sus hijos y alumnos.
      Besos.
      Gracias.
      MÁS

  10. Qué historia más sugerente para reflexionar sobre educación.
    ¿Es educación o es domesticación lo que se hace en las escuelas y en las familias?
    Cuando veo a esos jóvenes terroristas que están dispuestos a sacrificar su vida por una causa y se convierten en bombas que matan a sabiendo de que les va a costar la vida, me pregunto cómo han podido lavarles así el cerebro. Debería ser denunciable ese proceso . Los líderes no se van a sacrificar, pero esos jóvenes perderán la vida… Qué injusticia.
    UN saludo.

    • Querido Mario:
      Es cierto. Es adoctrinadores no se van a inmolar. Ellos no van a sacrificar su vida por la causa.Ellos consiguen que unos pobres incautos lo hagan.
      Deberíamos denunciar esos hechos de flagrante injusticia. Ese es un buen ejemplo.
      No es menos claro el proceso que se hace en los seminarios y en los noviciados. SE trata de rigurosos lavados de cerebro. No hay una invitación a la crítica, a la duda, a la interrogación.
      Sin embargo, nadie denuncia esos procesos.
      Creo que hay que poner esos fenómenos sobre el tapete.
      Gracias.
      Un abrazo.
      MÁS

  11. Cordial saludo, señor Miguel Ángel,
    Lo saludo desde Bogotá, Colombia, muchas gracias por su blog y agradecería me indicara como se llama el libro donde está la historia a la cual se hace referencia en el libro “Un animal salvaje”.
    Muchas gracias

    • Querido Orlando:
      La historia del artículo la he tomado del libro Un animal salvaje. Ese es el título del libro. Una excelente novela, a mi juicio,.Creo que en el artículo menciono la página. Voy a comprobarlo.
      Un abrazo.
      MÁS

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