Las relaciones entre hombres y mujeres están cargadas de trampas. La cultura nos ha obligado a desempeñar papeles que casi siempre han sido discriminatorios para la mujer. Así, el soltero ha sido el símbolo de la astucia inteligente. (¿Por qué Dios es soltero?, se pregunta Barreca en un libro al que luego haré referencia). Todos hemos oído hablar de los solteros de oro. Y todos conocemos el refrán “solterón y cuarentón, qué suerte tienes, cabrón”. Sin embargo, de la solterona (he aquí otro agravio manifestado en el lenguaje) se hacen bromas sarcásticas. “ Esa se queda para vestir santos”. O, como se decía de la novicia que iba a profesar: “Se casa con Dios porque no hay Dios que se case con ella”.
Las bromas nos desvelan el machismo subyacente en la cultura. Cómo pesan los prejuicios: si el varón ha tenido muchas relaciones antes de casarse es considerado un don juan, si las ha tenido ella, es una casquivana. Si él tiene una infidelidad ya casado es que ha echado una cana al aire, si la infiel es ella es una ramera. Y ya se observa aquí una visión de las relaciones contempladas desde el patriarcado.
Se cuenta que en tiempos en que las solteras vivían con sonrojo el hecho de que ningún varón hubiera puesto sus ojos en ellas, una novia llegó al altar con todo el boato de la ceremonia nupcial. El sacerdote le preguntó al contrayente si quería a su novia. Contestó con entusiasmo y convencimiento que sí. Luego le preguntó a ella y, para, asombro de todos, respondió que no. Se volvió a los asistentes y explicó el por qué de esa negativa contundente: “Todos habéis sido testigos. Que nadie diga luego que no me he casado porque nadie me ha pretendido”. Es la historia inversa a aquel anuncio por palabras de una novia despechada: “Cambio traje de novia sin estrenar por pistola en buen uso”.
Hay en el imaginario conservador un patrón único y cerrado, como si solo hubiera relaciones heterosexuales. Y no es así. Hay múltiples formas de relaciones, de parejas y de familias.
Hace años leí un libro de Regina Barreca al que he hecho referencia más arriba. Se titula “Maridos perfectos…y otros cuentos”. En él analiza las relaciones entre hombres y mujeres. Unas relaciones que frecuentemente están presididas por estereotipos, dominio, celos, engaños, intereses, control, posesión… Unas relaciones que demasiadas veces están alejadas de la igualdad, el respeto, lo lógica y la justicia… El problema es que se atribuye muchas veces a la naturaleza lo que es fruto exclusivo de la cultura. La raíz de muchas desigualdades procede de la confusión de lo que es sexo (características biológicas) con lo que es género (características culturales). Qué interesante libro “No está en los genes”, de Lewontin, Rose y Kamin. Las mujeres no son de un planeta distinto, son, eso sí, de los barrios más pobres de nuestro planeta.
En una viñeta de Forges se ve a una mujer abrumada por las tareas domésticas que se dirige a su niña diciendo: “Hija, no te cases nunca con un marido”. Y es que a la mujer le ha correspondido realizar muchas tareas ingratas en ese reparto poco equitativo que ha venido marcado por los estereotipos sociales, por los intereses sexistas y por los privilegios del patriarcado.
La diferencia de edad, las tareas domésticas, los estereotipos sobre la sexualidad, el cuidado de los hijos, la conciliación laboral… condicionan las relaciones. Hay quien piensa que existe una media naranja que hay que buscar desesperadamente para estar entero o entera, hay quien no sabe que el príncipe azul destiñe, hay quien piensa que solo mejorará su autoestima si tiene muchos pretendientes, hay quien cree que todas las soluciones están en otra persona, incluso las minúsculas. Shely Winters cuenta que en cierta ocasión se alojó en una habitación de un hotel de Filadelfia “tan fría, que estuve a punto de casarme”.
La mujer ha de ser elegida (en realidad, la mujer elige al hombre que la elige a ella), no debe tomar la iniciativa en las relaciones, renuncia al trabajo para atender al hogar y a los hijos, atiende la casa además de acudir al trabajo, se deja guiar por el amor romántico que favorece la violencia de género, se angustia por el envejecimiento, debe mostrarse siempre atractiva, acepta la masculinidad hegemónica, se dedica al cuidado de sus mayores, practica la “ley del agrado “, de la que habla Amelia Valcárcel.
Las relaciones interpersonales son muy complejas. El matrimonio consiste en hacer de dos personalidades una sola. El problema es que no se dice la de quién. Esa relación complicada conduce a comentarios como el de una mujer que, al ser preguntada si su marido era religioso contentó: “Sí, sí, muchísimo. Se cree que es Dios”.
Muchas parejas se rompen (el divorcio es una de las mejores formas de reciclar a los maridos) porque la vida en pareja es difícil (jamás me siento más casado que los domingos, decía un marido hastiado de la convivencia), pero, sobre todo, porque afortunadamente la mujer tiene hoy posibilidades de defenderse por sí misma, de tener independencia económica, de romper las etiquetas que la sociedad había fabricado para ella. La directora francesa J. Bellon filmó hace años una película titulada “La mujer de Juan”. Es la historia de una mujer casada que cuando deja de serlo, ya no es lo único que era: la mujer de Juan., El trabajo era el de Juan, los amigos eran los de Juan, las vacaciones eran las de Juan, los viajes eran los de Juan… Ahora, como no está Juan, ya no es nada.
El humor sarcástico se ceba en las relaciones con la pareja. Existe una forma de tratar las relaciones que se basa en el desprecio y en la descalificación. Basta repasar el catálogo de chistes para detectar el más burdo sexismo. Decía Hanry Youngman: “¿Sabes lo que significa llegar a casa por la noche y encontrar una mujer que te da un poco de amor, un poco de afecto y un poco de ternura? Significa que te has equivocado de casa”. Por cierto, todos esos chistes pueden cambiar de protagonista sin que se modifique el significado.
Voy a hacer referencia a un hermoso e importante libro sobre estas cuestiones. Me refiero a la obra “Amarte. Pensar el amor en el siglo XXI”, escrito por mis queridas Chis Oliveira y Amada Traba.
“El amor está considerado como esencial en las mujeres precisamente porque pueden ser madres, como si fueran seres amorosos por naturaleza. Amor y sexualidad están ligados, tanto en la dimensión erótica como en la procreadora materna, porque la sexualidad es una vía para el amor y el cuidado es una ética ligada a su carácter femenino esencial como madres. Así la maternidad se constituye como una consecuencia del cautiverio, se vive como un mandato”.
Y poco más adelante: “Para la antropología feminista actual, en el modelo amoroso construido por el patriarcado las mujeres necesitan amar y ser amadas para dar sentido a sus vidas, para sentirse completas”.
La pareja es uno e los frentes en los que la justicia tiene cuestiones pendientes de gran importancia. Esta es una gran revolución ética pendiente. Está en todos los rincones del planeta y llega a los rincones más recónditos de cada corazón. En muchos hogares existen malos tratos, abusos sexuales, tiranía del afecto, trampas sórdidas, chantajes afectivos, hijos indeseados o hijos deseados por motivos espurios, hijos como campo de batalla…
La iglesia católica sigue diciendo que la grandeza de la mujeres es la maternidad cuando no dice algo parecido del hombre, sigue situando en la ámbito familiar su principal aportación a la sociedad, sigue exigiendo a la mujer unas virtudes que en el hombre apenas si tienen importancia, sigue condenando el aborto, sigue defendiendo una sola forma de matrimonio y el amor para toda la vida, sigue uniendo sexualidad y maternidad, sigue condenando la homosexualidad como enfermedad y pecado… Y ahí siguen los señores obispos, gobernando la vida amorosa y sexual de las mujeres. Hace unos años escribí en esta sección un artículo dirigido a la jerarquía eclesiástica. Se titulaba así: “Salgan de la cama de la gente”.
Los dos últimos capítulos de “Amarte” están dedicados a un tema crucial. Me refiero a la educación. El penúltimo se titula “Educamos para mal amar” y el último “Claves para bien amar”. No puedo elegir un mejor punto final que esta frase de Chis y Amada:
“Educar en el amor hoy pasa por hacer una reflexión crítica constante con el fin de comprender las relaciones amorosas y sus implicaciones para que se impregnen de dignidad y de justicia”.
Interesante, gracias.
Para Abogados Divorcio:
Gracias por valorar positivamente este artículo.
Cuando, después del divorcio, se pregunta a quienes se han separado si han rehecho su vida, se pregunta si han vuelto a emparejarse. Pero lo cierto es que la han rehecho cuando se separaron.
Un cordial saludo.
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Muy buenas Miguel Ángel!
Después de la lectura, el cafelillo y la tertulia sabatina con tu artículo nos quedamos agusticos para continuar con la tareas diarias.
Se agradece en momentos de confusión Queer algo de claridad. Las relaciones como dices están cargadas de trampas, desigualdad e injusticia; coexistimos con demasiados elementos tóxicos que deberíamos sanar con una buena educación feminista es decir igualitaria del cuidado y buen trato.
En esta semana de auténtica invasión en nuestras calles de religiosidad popular, tronos y maderas (menos mal que no somos un país confesional….) no nos esperamos un artículo tan valiente sobre las relaciones mujer/ hombre. Felicidades y Gracias.
En espera de recibir pronto tu nuevo libro ( lo gestionamos con Pablo) recibe un súper abrazote para ti y la familia.
Querida familia almeriense:
Tenía preparado un artículo sobre la gestación subrogada, otro sobre la Semana Santa (temas de actualidad).Y me decidí por estas reflexiones sobre las relaciones entre hombres y mujeres.
Pienso que es una cuestión de todas las épocas y de todos los días. Nos afecta a todos como individuos y como sociedad.
La presencia de Carla en nuestra vida nos hace estar preocupados por esta cuestión porque cada día tenemos testimonios más que inquietantes.
Os pongo dos ejemplos. Dos frases que le he oído a Carla
– Si la vida te da hombres, juega con ellos.
– Algunas, cuando salen y no se enrollan, creen que han perdido la noche.
¿Cómo no inquietarse? Eso de los jóvenes. Y de los veteranos, ¿qué os voy a decir? Creo que nos hace falta mucha reflexión y mucho esfuerzo.
Un gran abrazo para estos días. De familia a familia.
El lunes me llegará un ejemplar de mi libro desde Rosario. Todavía no lo he visto. Al principio no me gustó la portada, pero parece ser que la gente la ve bien.
Gracias, amigos, por estar siempre AHÌ.
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Hola Miguel Ángel:
Interesante, realista y excelente artículo sobre las relaciones hombre- mujer.
Yo creo que no hay duda sobre el salto gigante que la mujer ha dado sobre su papel en la sociedad y como persona en todo tipo de relaciones humanas.
No creo que las mujeres de hoy se sometan a ser las amas de hogar y las sirvientas de su marido.
También entiendo que los roles de siglos pesen sobre ellas y ellos, lo que supone un proceso lento y largo para ser eliminado en su mayoría, cosa que dudo que llegue a ocurrir socialmente de modo global.
Todos tenemos que cuestionarnos nuestras relaciones de pareja sea cual sea el tipo de pareja. No es sencillo mantener un justo equilibrio dentro de una pareja.
Como siempre nos has lanzado un maravilloso artículo para pensar en nuestras relaciones de pareja. Gracias por ello.
Nuestros hijos dicen cosas que a los padres, que deseamos lo mejor para ellos, nos preocupan. El ejemplo y la paciencia se irán imponiendo.
Un gran abrazo. Saludos a todos.
Querido Joaquín:
Nosotros hemos sido testigos de un cambio enorme en la posición de la mujer en la sociedad, en la familia y en las relaciones en general.
Mi suegro le daba a su mujer una cantidad de dinero a la semana y con eso se las tenía que arreglar.
En su libro Rebeldes, Amelia Valcárcel, cuenta cosas que ella vivió (como todos los demás) que ahora resultan casi inimaginables: no poder abrir una cuenta corriente, no poder hacer operaciones bancarias, no poder estudiar en la Universidad… Esos hechos se tocan con la mano.
También en las relaciones de pareja han cambiado mucho las concepciones, las actitudes y los comportamientos.
Por eso me preocupa tanto lo que está pasando con una parte de la juventud.
Lo estoy viendo en mi hija a la pregunto qué es lo que piensa de las letras de las canciones que cosifican a la mujer. Ella me dice que no comparte esas ideas, pero veo que las canta y las baila. Creo que yo condeno esas letras con más fuerza que ella. Creo que hay un retroceso preocupante.
Un gran abrazo, querido amigo.
Y gracias por tus palabras.
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Querido Maestro:
Hoy leo su comentario a más de mil kilómetros de mi tierra natal.
En un paraíso de color en Cataluña. Un pueblecito de mar en la costa mediterránea.
Un lugar donde el cielo se junta con el mar en una sincronía eterna.
Aquí donde la tranquilidad, el sonido de los pájaros y la brisa del mar, te marcan un nuevo devenir de tu vida.
Transportarse a este paraíso aunque sea para unos días, te aporta energía suficiente para sobreponerse a los males pasados y afrontar el futuro con otras miras.
Siempre entretenido su escrito, con alusiones a anécdotas divertidas, incluso tan lejos ahora y en la distancia, me da alas para seguir caminando por el mejor sendero posible, el de la paz y el amor.
Espero hayan tenido una dulce semana santa y los afectos lleguen hasta el infinito y más.
Ya me despido con un cordial abrazo para todos y les deseo un feliz regreso, a los que disfruten de unas merecidas vacaciones.
! Qué la semana os sea fructífera y leve!
!Muchos besos!
Querida Loly:
Me alegra saber que estás disfrutando de un hermoso paisaje y de La Paz y la tranquilidad del ambiente.
Es muy importante tener esos espacios excepcionales que permiten coger fuerzas para afrontar la rutina de los días.
Gracias por leer el artículo estés donde estés.
Yo también deseo que hayas pasado una Semana Santa feliz.
Y ahora, a por la semana de Pascua.
Buena estancia y feliz regreso.
Espero que tu vista vaya recuperando la plena normalidad.
Besos.
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Menudo tema.
El título ya me enganchó.
Me han gustado mucho las anécdotas y, sobre todo, el fondo del articulo: descubrir las trampas de las relaciones y luchar por unas relaciones presididas por el respeto, la igualdad y la justicia.
No conozco el libro Amarte pero, por las citas de hoy y otras que ya nos has ofrecido, me parece muy interesante.
Gracias por ayudarnos a pensar.
Querida Marta:
Pus si, es un tema que afecta a toda la humanidad. Todos los seres humanos nos relacionamos en nuestra condición masculina o femenina.
Durante siglos las relaciones entre hombres y mujeres han estado adulteradas por el patriarcado. Es necesario reflexionar críticamente sobre estos mecanismo perversos que hemos pensado durante mucho tiempo que son naturales. Las trampas existen todavía. Y las más sutiles son más difíciles de detectar.
Altamente aconsejable el libro Chis y Amada. En Galicia tuvo cinco ediciones antes de ser traducido al castellano.
Besos y gracias.
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Desde luego que esta cuestión condiciona la vida de todas las personas.
Es cierto lo que dicen los títulos de los últimos capítulos el libro Amarte: nos enseñan a mal amar. La cultura nos mete en la cabeza estereotipos discriminatorios. Es necesario el otro título: aprender a amar bien. No es nada fácil porque vivimos en una cultura patriarcal.
Gracias por el artículo. Me ha hecho pensar.
Querida Marta:
Es necesario desmontar las ideas irracionales, que están en la raíz de muchos comportamientos insanos psicológicamente. No todo es bueno en la cultura.
Es necesario ese proceso educativo del que hablas que desmonta las concepciones discriminatorias en la relación de pareja y en la edu ación de los hijos y de las hijas.
Hay infelicidad en muchos matrimonios porque las relaciones no están cimentadas en la igualdad, en la generosidad y en el respeto. Me preocupan mucho esos brotes sexistas que estoy viendo en los jóvenes. SE trata de un claro retroceso: control de los móviles, celos posesivos, recorte de la libertad…
Besos y gracias por la lectura del artículo. Sé que no sobra el tiempo para ese menester.
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Buena noche mi estimado Dr.
En la actualidad muchos critican los matrimonios desechables, que no duran más que unos meses o pocos años. Es el común denominador de una sociedad que no quiere compromisos a largo plazo. De echo en México ahora prefiero primero irse a vivir juntos sin casarse, porque así sienten que no hay un compromiso mayor y que cuando se cansen se va cada quien por su lado, sin luchar por encontrar y restaurar lo que esté roto. Dice Fernando Zavala en su libro, «A pesar de nuestras diferencias me casaría de nuevo contigo» que cada persona llega con un equipaje ideológico, emocional, familiar, cultura y familiar muy distinto al matrimonio y que no se trata de ver cuál es mejor que otro, sino más bien es un proceso que en el que ambos tienen que elegir que dejar, que preservar y que necesitan construir juntos. Lamentablemente muy amenudo en la actualidad ya no ocurre eso. Cada quien quiere preservar sus propio equipaje, aún sabiendo que no cabe todo en el armario, porque ahora lo tiene que compartir con otra persona. Cuando veo los matrimonios que ya tienen muchos años, he observado que muchos han durado por tradición, más que por amor. El machismo doblegaba a la mujer y la hacía incapaz de salirse del círculo vicioso del maltrato físico y psicológico. Ahora hay más garantías para las mujeres y la cultura sobre el matrimonio va cambiando poco a poco. No hay una clave para que un matrimonio dure muchos años, pero considero que el respeto mutuo, así como sabes escuchar y atender las necesidades de la pareja brindan seguridad para que el matrimonio dure.
Saludos mi estimado Dr. Un abrazo.
Estimado Misael:
Tis comentarios siempre son interesantes. Lees con atención y luego reflexionas y expones tus ideas con claridad.
Han cambiado muchas cosas respecto a las concepciones y actitudes respecto a las relaciones interpersonales. El matrimonio solo se concebía entre hombre y mujer. Hoy la diversidad de uniones es mucho mayor.
También ha cambiado la concepción sobre el amor para toda la vida.
Es muy importante que la educación se plantee alejada de estereotipos, de discriminaciones, desigualdades.
Gracias por tu participación en el blog.
Un abrazo, querido amigo mexicano.
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Muchas gracias por sus aportes mi estimado Dr. Santos Guerra y un profundo y sentido agradecimiento por considerarme su amigo.
Un abrazo.
Querido Misael:
Ya van muchas semanas y, a través de tus comentarios, veo que compartimos muchas ideas sobre la profesión, sobre la sociedad y sobre la vida.
Esa afinidad establece las bases de la amistad.
Agradezco tu fidelidad a la lectura y a la participación.
Un abrazo.
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Espinoso tema el de las relaciones entre hombres y mujeres, que hoy se ha complicado con otras variantes de establecerse las parejas: dos hombres, dos mujeres, un hombre y una mujer trans o una mujer y un hombre trans…
Lo importante es que en todas ellas presida la relación el respeto y la igualdad, que no hay opresión o dominación.
Querida María:
Claro que hoy existe una mayor complejidad y una mayor diversidad de relaciones de pareja.
Pienso que la diversidad siempre es enriquecedora.
Hay que plantear la educación desde otros códigos.
Todavía está en vigor el patriarcado, que propicia relaciones de poder, discriminatorias e injustas.
Y nadie nos garantiza que los li¡ogros alcanzados puedan desaparecer. De hecho, hay algunos indicadores que nos llevan a pensar que existe una involución.
Sobre todo, en los jóvenes.
Besos y gracias por leer por escribir.
Interesantes reflexiones sobre una cuestión que nos afecta a todos. De la calidad de esas relaciones depende una buena parte de felicidad de los seres humanos. La felicidad y la dignidad de cada persona.
Si no se parte de la igualdad de derechos y de oportunidades, la relación de pareja se pervierte.
Estoy de acuerdo con las autoras de Amarte. Creo que se educa a mal amar. Y hay que pasar a educar en el bien amar.
Gracias.
Saludos.
Estimado Mario:
Si no lo has leído, te aconsejo que lo hagas.Amarte es un magnífico libro que te ayudará a afrontar las relaciones con inteligencia y cordura. No es fácil porque estamos inmersos en plena cultura del patriarcado.
La cuestión tiene una dimensión personal que nos interpela a cada uno y otra dimensión social y política que exige a los profesionales de la política promulgar leyes que protejan los derechos.
Muchas gracias.
Un abrazo.
MÁS
Importante cuestión la de las relaciones.
Y urgentísima. En los casos extremos llega a provocar la muerte de la mujer a manos de su pareja.
Cuando llega un caso de muerte nos echamos las manos a la cabeza, hacemos minutos de silencio, nos indignamos y sufrimos. Condenamos al agresor.
Pero el problema es que no ponemos remedio a las causas que generan estas actitudes machistas..
Querida Sandra:
Los lamentos y las condenas no sirven para nada. Es lógico que se produzcan pero si las causas siguen, los efectos también van a seguir..
Hay que educar para que se produzcan dos consecuencias:
Evitar el maltrato, evitar la violencia, evitar la falta de respeto.
Favorecer la buena relación, la felicidad de los dos, la convivencia asentada en el respeto y en la igualdad.
Me ha gustado verte de nuevo por aquí.
Besos.
MAS
Querido maestro ,ya te había conocido por tus logros profesionales pero jamás pensé lo grande que eres a nivel personal y todo eso hace que no quiera perderme nada de lo que construyes.
Para mí has sido un gran descubrimiento.
Querida Maite:
¿Estuviste en la conferencia de La Línea?
Fue emocionante para mí el encuentro con profesionales tan comprometidos y entusiastas.
Mil gracias por tus palabras.
Todo lo aprendemos entre todos. Por eso me alegro de que hayas escrito este comentario y de que hayas leído el artículo No existe un texto si no hay unos ojos que quieran leerlo.
Besos.
MÁS