Todavía estoy conmovido. Acabo de escuchar en la parte final de una sesión del Máster en Educación Emocional que organiza la Fundación Liderazgo Chile, el relato de una de las asistentes, que solicitó la palabra durante el desarrollo de la clase.
Había dedicado unos minutos de mi intervención a hablar de las profecías de autocumplimiento. Y dije que era un fenómeno más frecuente de lo que nos imaginábamos. A veces se extiende a toda la clase (“qué grupo más malo me ha tocado este año”). A veces se centra la profecía en un pequeño grupo (“estos cinco son los perores de la clase y hay muy poco que hacer con ellos”). Y, a veces, se destina a una sola persona (“esta chica no llegará a ninguna parte”). Dije también que era un fenómeno pernicioso porque las profecías tendían a cumplirse. Lo expresa en pocas y contundentes palabras, dije, Paul Watzlawick: “la profecía de un suceso se suele convertir en el suceso de la profecía”.
Siempre me ha preocupado esa perniciosa tendencia a colocar una etiqueta sobre los alumnos y las alumnas que no responden a nuestras expectativas. ¡Con la de veces que nos hemos equivocado en los pronósticos!
Precisamente esa mañana había leído un interesante párrafo en el ingenioso libro “El bazar de la cebra con lunares”, de Raphaëlle Giordano (escritora, pintora y coach de nacionalidad francesa): “Pienso de nuevo en Arthur y me sublevo contra esa manera que tiene el sistema escolar de rechazar y dejar de lado… Y eso me ha recordado una vieja película de Pagnol, Le Schpountz, cuando a uno de los personajes, interpretado por Fernandel, le dicen: “No es que no seas bueno para nada, es que eres malo para todo”.
En el chat de la sesión que estábamos realizando a través de la plataforma Zoom, apareció una demanda de Erika Pineda pidiendo compartir conmigo y con los asistentes una experiencia.
Esta es una de las razones por las que me opongo a la idea de que se les diga a los asistentes a una conferencia que, al final, tendrán un turno de preguntas. ¿Por qué preguntas? No existiría este artículo si no hubiese dicho que era el momento de hacer alguna aportación: manifestar un sentimiento, exponer una discrepancia, contar una experiencia o hacer una consulta… También una pregunta, pero no solo. Ese planteamiento parece indicar que los que han asistido a la sesión solo tienen preguntas, fruto de su ignorancia, y el que imparte la conferencia solo tiene respuestas, fruto de su inmensa sabiduría, respuestas que pueden satisfacer la curiosidad de los presentes. Es una visión jerárquica y equivocada del saber. Me gusta más una visión más democrática. No hay nadie tan pobre que no tenga nada que dar y nadie tan rico que no tenga nada que recibir.
Cuando llegó el tiempo de las intervenciones, el coordinador le dio la palabra a Erika Pineda. Su rostro ocupó toda la pantalla. (Qué interesante cuestión lingüística: “levanten la manito”, así, en masculino, dijo el moderador, quienes deseen intervenir. Pero ese es otro cantar. La primera vez que lo oí, hace ya algunos años, creí que se habían equivocado. La palabra “mano”, que es femenino, se convierte en masculino al formar el diminutivo).
Contó Erika, entusiasta educadora de párvulos, la historia de una niña llamada Javiera. Una niña a la que su profesora comenzó a llamar La Tortuguita porque hacía las tareas lentamente. Todos los niños y las niñas llamaban a la niña con ese sobrenombre.
Su madre, como es lógico, quería que a su hija la llamasen por su nombre. Preocupada por la influencia que ese apodo pudiera tener en su hija, pidió una entrevista con la maestra. Escuchó los motivos que habían llevado a sustituirle el nombre de pila por el apodo. Su hija lo hacía todo lentamente, no solo las tareas del aula.
No es importante que una niña aprenda lentamente, o que haga las tareas despacio, lo importante es que quiera aprender. Lo negativo del apodo es que se centraba en un aspecto que se consideraba negativo y que se convertía en una etiqueta que la podía marcar para siempre. El diminutivo hacía más sofisticada la trampa. Bajo la capa de la ternura era más difícil detectar la profecía.
Siguió contando Erika, con evidente emoción, que la madre de Javiera solicitó una entrevista de la maestra. Y en ella le pidió que llamara a su hija por su propio nombre. Le hizo ver que llamarle Tortuguita, aunque fuese en diminutivo, podía acarrearle consecuencias negativas. Le parecía más respetuoso. más lógico y más sano psicológicamente utilizar su propio nombre.
La niña sabía que su madre había mantenido una entrevista con la maestra y le preguntó a la mamá qué le había dicho la profesora. Y la madre le explicó a Javiera que le había dicho cosas muy bonitas y positivas: que era muy inteligente, que hacía siempre bien las tareas, que era una niña muy simpática y sociable, aunque eran palabras que no habían salido de la boca de la maestra.
Recordé en ese momento (aunque nada dije sobre ello) la hermosa historia de Thomas Edison, que he contado en esta misma columna. Le enviaron de la escuela a la madre una carta diciendo que su hijo tenía tan limitadas capacidades que no podía seguir en la escuela y que, a partir del día siguiente, tendrían que hacerse cargo en la familia de su enseñanza. La madre transformó ese mensaje demoledor en otro cargado de motivación y optimismo. Le dijo a su hijo que habían enviado de la escuela una carta en la que decían que Thomas era tan inteligente y tan superdotado, que no podía seguir en la escuela ya que los profesores no estaban suficientemente preparados para enseñarle y que, desde entonces, tendría que estudiar en la casa. La madre, que era maestra, se hizo cargo de su educación en la casa. Sabemos que Edison llegó a ser uno de los prodigios intelectuales del siglo XX.
Vuelvo a las palabras de Erika. Desde entonces Javiera fue Javiera, una niña inteligente y despierta. La entrevista de Erika con la maestra hizo añicos la profecía. Se rompió aquella etiqueta negativa y se colocó sobre la mente de Javiera otra de signo contrario.
Pasaron los años. Muchos años. La pequeña Javiera se había convertido ya en una profesional cualificada en el ámbito de la salud. Aquella niña lenta había llegado a ser una hematóloga de prestigio, Y un buen día se encontraron la madre de Javiera y la maestra, ya jubilada. Después de los saludos de rigor le confesó la docente a la madre de Javiera que su madre había llegado al Hospital con un gravísimo problema sanguíneo y que la intervención rápida y eficaz de Javiera, le había salvado la vida. Le dio las gracias de forma sentida porque sin el diagnóstico de su hija y sin su intervención rápida y rigurosa no hubiera podido salir adelante. Le pidió también disculpas por aquel bautizo lingüístico que rompió la madre de Javiera con su enérgica y respetuosa intervención. Qué lejos había llegado aquella tortuguita.
Cuenta Erika que Javiera es hoy una prestigiosa hematóloga, “una mujer maravillosa” que goza de prestigio, consideración y respeto por su competencia profesional y por su valía personal.
Erika nos dejó a todos sorprendidos y emocionados cuando acabó su relato con estas inesperadas palabras: “yo soy la madre de Javiera, la madre de esta hematóloga que hoy trabaja con una gran profesionalidad y una enorme empatía con sus pacientes”.
A pesar de estar detrás de una pantalla, sentí la emoción de todos los que seguían la clase. Erika había contado la historia sin advertirnos desde el comienzo que se trataba de su propia hija.
La Tortuguita ha llegado muy lejos, muy lejos. Porque gracias a la intervención inteligente y valiente de su madre, nunca creyó que lo era.
Las lágrimas de Erika revelaban un sentimiento de profunda emoción, Aquella historia que ella guardaba en su corazón, había roto el silencio de la privacidad y estaba siendo conocida y compartida por muchas otras personas gracias a la magia de sus palabras. En ese momento me comprometí a ser un altavoz de esa emotiva y aleccionadora historia. Al poner punto final a este artículo quiero rendir un tributo de gratitud a quien rompió una profecía inquietante y un homenaje a quien salvó con eficacia y rapidez la vida de la madre de su maestra.
Muy buenas Miguel Ángel!
Emocionante, emotivo y precioso artículo.
Que Maravilla empezar el día con este chute de edorfinas…La Madre que te Parió.
Gracias por ser el Altavoz de Erika y contarnos esta historia que nos sirve para romper las
profecías de la vergüenza y autocumpliymiento. No conocía la aterradora frase «nos que no seas bueno para nada, es que eres malo para todo» es tristemente demoledora.
Me encanta la sutileza de los regalos que vas poniendo en el camino de tus artículos, frases, enseñanzas,libros, sutilezas, ingenios..etc uno de ellos lo he cogido hoy..el libro “El bazar de la cebra con lunares” que aunque lleve sobrepeso nuestra biblioteca le daremos esta semana más postre.
Otra cosa… Sin llegar al nivel de » No te lo perdonaré Carmena» me ha tocado los ovarios no saber que dabas una charla Ted x Málaga.(Eso lleva una penalización de palmar un café..que lo sepas…)
Avisa a los que estamos cerca, porfi oones!
Te veremos en video….aunque No es lo mismo. Quién dice Charla Ted o cualquier otra intervención..no siempre podremos ir pero por lo menos saberlo. Gracias 😊
Aunque hoy Gema ha salido temprano para una intervención en un congreso TEA y no ha habido tertulia S Guerrera, el café sabe mejor contigo. Me da que se lo voy a comentar a los de Saimaza por si te fichan y te graban por los cafetales…
Gracias por tu pasión contagiosa.
Un fuerte abrazo
Querido Miguel, querida Gema, querida familia:
Uno de los alicientes para seguir escribiendo es saber que los sábados hay en tu familia tertulia sabatina y otro poder leer el ingenioso comentario del sábado cuando me levanto y me siento ante el ordenador. Una gozada.
No avisé a nadie de la charla TEDxMálaga. Una estupidez por mi parte porque invitar no significa obligar. Ha sido una experiencia estupenda, aunque tuve momentos de duda. Es la intervención más breve que he hecho y la que ha conllevado más larga preparación: reuniones on line de todo el grupo (unos 10, 12…), reuniones presenciales, ensayos sin público y con público, ajuste del tiempo… El tope es de 18 minutos. Mi intervención duró 14. Sí me dicen que arranco el aplauso más largo e intenso de la jornada. Dentro de un par de semanas habrán editado las charlas. Dicen que tienen una difusión enorme. Yo la titulé EDUCACIÓN O CATÁSTROFE. Nada que no sepas.
En cuanto al artículo, fue emocionante escuchar esa última frase. Yo soy la mamá de Javiera. Por cierto, hoy a las tres tengo la segunda parte de las tres que tienen conmigo los alumnos del Máster de Educación Emocional.
Un gran abrazo tertuliano.
Y gracias por la sal con la que condimentas los comentarios.
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Estimado y apreciado Maestro Miguel Angel,soy Erika,y quería agradecer infinitamente que haya compartido mi experiencia,tan sentida y valorada por esta madre y educadora . En mi vida profesional me he encontrado con muchas tortuguitas con las que he compartido mi historia, de la cual rescato la tremenda importancia que tiene el adulto significativo que acompaña con amor al niño o niña, que no ve sus desafíos sino sus infinitas cualidades,son esas las que debemos resaltar y hacer brillar para que este niño o niña,hijo o hija,alumno o alumna,pueda descubrir y desarrollar para ser la mejor y más feliz versión de sí mismo.
Desde lo profundo de mi corazón muchas gracias por su relato el que compartí con mi hija Javiera y ambas sellamos con un abrazo lleno de amor y emoción.
Siempre diré que a los niños y niñas no les pongamos techo,ni les cortemos las alas, al contrario dejemos que vuelen tan alto hasta que no los podamos ver…porque han emprendido su propia ruta de vuelo.
Agradezco que existan tanta personas con infinito amor por la infancia y que iluminan las aulas con alegría,fe y compromiso,agradezco a todas y todos mis compañeros y compañeras del Máster, a quienes dedico estas líneas y a los docentes por ser tan increíbles cono personas,y a usted Maestro,que me ha hecho sentir la dicha y el agradecimiento humilde de cumplir la más hermosa de las tareas , EDUCAR.
Erika
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Querido Miguel Ángel:
Artículo interesante y emocionante. Cuántas anécdotas, cuántas frases contundentes negativas y positivas, cuántos hermosos ejemplos salvadores de personas amorosas e inteligentes!!
Bien sabido es que las apreciaciones negativas nos hunden y que el aplauso, la aceptación, el aprecio nos da alas.
A este efecto que se le conoce como el efecto Pigmalió de hace tiempo ya es bien conocido: las perspectivas tanto positivas como negativas que proyectamos sobre los demás tienden a cumplirse, más bien diría que influyen. La historia està llena de ejemplos de personas que se consideraron poco menos que inútiles y fueron unos genios, como botón de muestra el mismo Einstein. Lo malo, que es lo más frecuente, es cuando esas apreciaciones negativas son aceptadas en el fuero interno.
Hermoso ejemplo el de la Tortuguita, hasta parece cariñoso. Si hubieran dicho la Alocada, parecería peyorativo.
Yo me quedo, y estoy convencido de ello, que hacer de profetas sobre el futuro de las personas es muy arriesgado. Cada ser humano es un mundo de posibilidades. Sí es un niño, nuestra obligación es estimular lo mucho bueno que hay dentro de él. Esa es la gran y estimulante tarea de los padres, educadores y en general de la sociedad.
Miguel Ángel, sé que eres una persona feliz. No conozco a ninguno que se dedica a hacer el bien que se sienta infeliz. Gracias por lo que nos ofreces graciosamente cada fin de semana.
Un gran abrazo y saludos a todos.
Querido Joaquín:
Muchas gracias por la lectura de esta historia y por tus reflexiones sobre ella.
Acabo de tener una nueva clase con Erika Pineda. Todavía no había leído el artículo. Tengo interés en saber si ha quedado bien reflejado el relato que ella nos hizo en muy pocos minutos. También me interesa conocer cómo se ha visto reflejada la historia desde la perspectiva de Javiera.
Sabemos cómo funciona el efecto Pigmalión pero, a pesar de ello, seguimos haciendo este tipo anuncios. Hoy mismo, en la clase, otra profesora decía en el chat que un profesor le había dicho a su hijo que nunca llegaría a conseguir nada.
Un gran abrazo y gracias por tus palabras de ánimo.
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Buenas, Miguel Ángel. Me encanta siempre leerte. Me acuerdo muchas veces de ti cuando estoy en el cole. ¡Cuántas tortuguitas hay en la escuela con su etiqueta puesta! Yo les digo que no hay ningún estudio que demuestre que sacar más menos nota en Primaria, sea determinante para lo que tú quieras ser en tu vida. La educación emocional debería ser una asignatura obligatoria en el cole. La salud mental es tan importante como la física. Mens sane incorpore sano… Un abrazo.
Querido Rafael:
Muchas gracias por tus palabras, tan generosas.
La escuela ha sido siempre el reino de lo cognitivo, no el reino de lo afectivo. Sin embargo, es imprescindible que se atienda a la esfera de los sentimientos porque sin una disposición emocional positiva no se puede dar un buen aprendizaje.
De acuerdo con el aforismo latino «mens sana in corpore sano». Se olvida la importancia que tienen la salud mental y la salud emocional.
Un fuerte abrazo.
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Hola Miguel Ángel.
Profecías, predicciones, vaticios, pronósticos, etiquetas, sambenitos, efectos halos… Todos son juicios a priori realizados a la ligera sin tener en cuenta el contexto y sin realizar un análisis riguroso de las situaciones… Iba a decir que los españoles somos así, pero ya veo que eso sucede igualmente en cualquier parte del mundo… Nos encanta emitir juicios, sea de lo que sea, parece que nuestra opinión es la más justa y real de todo lo que nos acontece a nuestro alrededor… Aunque estemos equivocados…
En alguna red social hay un grupo que se denomina «un español con un cubata en la mano, siempre tiene razón y punto»… Trasladado al ámbito educativo, «un maestro/a con una tiza en la mano, siempre tiene razón y punto».
Tengo que reconocer que en muchas ocasiones me he equivocado realizando juicios a priori de algunos de mis alumnos y alumnas, aunque nunca he tratado de hundir a nadie. El juicio se ha quedado en mi mente y no lo he trasladado a la persona.
Mucho Nostradamus anda suelto…
Un abrazo.
Querido Juan Carlos:
Todos tenemos opinión. Todos hacemos juicios. El problema es cómo lo9s utilizamos. Sabiendo lo que sabemos, lo que resulta más respetuoso y educativo es no manejar esos juicios contra las personas, sobre todo si se trata de niños y de niñas.
Hay que buscar la dimensión positiva de la realidad.
La actuación de Erika Pineda me ha parecido inteligente y hermosa. Ayudó a su hija con su entrevista y con sus»manejo educativo» de la información.
Sé que tú eres un Nostradamus.
Un abrazo.
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Buena tarde desde México, mi estimado Dr. Santos Guerra.
Que emotiva historia. Como dijo Guimar Namo de Melo, en su texto universalizar la educación, «Al docente no le toca adivinar lo que sus alumnos serán de grandes… lo que nos toca es enseñarles con pasión cada contenido, de cada asignatura, para que cuando les toque elegir, tengan todas las competencias para lograrlo» .
En un libro que se llama Caldo de pollo para el alma, vienen muchas historias de la vida real, y siempre me gusta contar una que tiene relación con las profesías del autocumplimiento: Llega una maestra nueva a un instituto de mucho prestigio académico. La directora recibe a la maestra y le da una lista con los nombres de los niños y al costado derecho un número, que todos oscilaban entre el 120 y el 160. La maestra dedujo por el tipo de escuela que ese era el Coeficiente Intelectual de sus alumnos. Todos sus niños eran niños genios, con ese CI. Eso preocupó y ocupó a la maestra, quien de inmediato se puso manos a la obra, empezó a planificar sus clases, a diseñar materiales didácticos y a proponer retos académicos a sus alumnos que les ayudara a seguir estimulando esa inteligencia superior. Los meses pasaron y la maestra veía muy poco avance en sus alumnos, pero eso no la desanimaba, al contrario se retaba a sí misma y a sus alumnos. Al finalizar el ciclo escolar, la maestra estaba llorando de tristeza detrás dle esecenario, porque su grupo solo alcanzó el tercer lugar en aprovechamamiento académico. La directora la vio y se acercó a ella… maestra ¿porque llora?.. la maestra le responde que ha fallado, que aún teniendo a niños tan inteligentes no había podido alcanzar el primer lugar… la directora extrañada por lo que la maestra le decía, le preguntó que si oporque consideraba que esos niños eran tan inteligentes… la maestra con la lista arrugada que le dio la directora el primer día de clases, llena de notas y rayada por todos lados, le enseña a la directora dicha lista… esta lista que usted me entregó directora, donde vienen los CI de los niños y yo no pude con las expectativas que usted tenía de mí.. permítame la lista, dijo la directora… eso no es el CI de los niños maestra, esos números son la talla de los niños, para sus uniformes escolares… y por cierto, usted ha tenido en su clase, a puros niños con problemas que presentaban bajo desarrollo intelectual y a logrado lo inmaginable… muchas felicidades.
Sobran las palabras, para tratar de explicar que las profesías del autocumplimiento también funcionan a la inversa, no nada más en lo negativo. Si creemos que nuestros niños pueden alcanzar el éxito, no solo debemos creerlo, debemos trabajar en consecuancia y lo lograremos.
Muchas gracias por compartir la historia de la Dra. Javiera. Por insignificante que parezca un apodo, siempre será un lastre con que lejos de ayudar, perjudica a quien lo trae, no deja de ser una carga, no deja de ser una ofenza al no reconocer que cada persona tiene su propio nombre y tiene derecho a que se le nombre por él.
Saludos Dr. Santos Guerra.
Querido Misael:
Conozco esos libros, llenos de interesantes anécdotas, como la que tú nos has recordado tú. Muy significativa, por cierto.
He vuelto a tener clase con la mamá de Javiera, pero no había podido leer el artículo todavía. Espero conocer su opinión sobre el artículo y sobre vuestros comentarios.
Muchas gracias por tus palabras, siempre iluminadoras.
Un gran abrazo.
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Querido Maestro:
Me ha llegado y traspasado el alma la historia que ha contado hoy en su artículo.
Ha habido, hay y habrá muchas profecías.
Son puñales que se emiten sin saber a que fondo llega al que lo escucha.
A veces decimos palabras hirientes que no todo el mundo sabe cómo sacar de su corazón.
No me gustan los apodos que se atribuyen , porque no me gustaba y me hacían daño cuando a mi me lo decían.
Eso marca la existencia,la confianza, la convivencia, la autoestima de toda la vida.
Cuando no tienes a alguna persona que te defienda de esos calificativos y tienes que ir por el mundo siendo tu misma una heroína, que defiende tu integridad física, ética y moral.
!Me ha pasado, y es duro de llevar!
La vida resulta difícil cuando tienes que solventar tantas cuestiones, que además te las crees.
Ayer por la tarde asistí a la presentación de un libro.» Manual para la vida».
Como su nombre indica es una herramienta para usar en la vida cotidiana, con un objetivo claro mejorar nuestra calidad de vida, nuestras relaciones con los demás y la consecución de nuestras metas.
Basado en el ensayo» El arte de la prudencia» del sabio español del siglo de oro, Baltasar Gracian.
Es un manual de bolsillo que puedes recurrir a él en cualquier momento y además escrito por un vecino del pueblo ,Crispin García Romero.
Me lo compré porque me gustó tenerlo como guía resolutiva a mis preguntas y problemas.
Aunque tarde ya ves que sigo leyendo sus artículos y me llenan de alegría para seguir andando por el mundo.
Y ya sin más me despido con un montón de abrazos para todos.
!Qué la,semana le esté yendo feliz y breve!
Muchos besos.
Hasta pronto.
Querida Loly:
Como has tardado más de lo habitual pensé que, quizás, habrías tenido alguna dificultad con la vista.Ya veo que no. Que lees artículos y libros.
Me alegraría que recuperases plenamente la vista porque ese hecho te facilitaría mucho la lectura y la vida.
Se que has pasado por situaciones difíciles. Y sé también que has sabido superarlas con tesón y fortaleza.
Ese hecho te ha hecho más fuerte y mejor persona.
Feliz semana.
Besos.
MÁS
PD: Yo también he tardado en contestar porque he estado impartiendo una conferencia en Oviedo.
No tiene porqué disculparse por tardar en contestar, seguro que su actuación en Oviedo ha sido superimpotante.
Le comento que mi ojo está todavía en proceso de recuperación. He tenido una conjuntivitis vírica y me está costando salir del bache.
Pero como bien dice la vida no me ha resultado fácil; pero soy fuerte y estoy peleando para recuperarme.
Sus palabras me alientan a seguir adelante, pese a la dureza del camino.
La operación me ha dado un incremento de la visión de lejos de un 80 por ciento, pero me ha quitado la visión de cerca, la cual tendría que mejorar con unas lentes.
Todo se andará más adelante.
Y le aseguro que nada me impedirá leer sus artículos.
Agradecida por sus amables palabras que me dan fuerzas, valentía y coraje para seguir adelante.
Buenas noches , felices sueños, que descanses.
Querida Loly:
La experiencia de Oviedo ha sido maravillosa.
La prensa local se ha hecho eco de la conferencia con una entrevista. Me parece muy bien que los medios hagan un hueco a la educación no soilo cuando hayy conflictos o problemas sino para pensar en la importancia del proceso educativo.
Me alegro de que te vayas recuperando. Estoy seguro de que eres muy estricta siguiendo las indicaciones de los médicos.
Muchas gracias y mucho ánimo.
MÁS
Estimado Maestro,
Le saludo, cordila y afectuosamente, deseando que todo esté muy bien para usted, su familia y quienes le rodean.
He leído su artículo, como le he hecho con otros, con especial interés porque escuché a Erika cuando nos relató su experiencia, la cual me parecía haber escuchado sólo unos días antes, la misma que usted refirió, me emocionó mientras la relataba, ya se imaginará lo que pasó cuando nos devela que la «Tortuguita», había sido su hija, me movió e inevitablemente se vinieron a mi mente muchas Javieras, en cada escuela los/las hay y los/las habrá mientras no hayan cambios concretos y permanentes en la cultura escolar, en las prácticas de enseñanza y se haga parte de la práctica y no sólo sea discurso el Decreto 83 de Educación en nuestro país, ese que promueve la diversificación de la enseñanza, ese que convoca a las comunidades educativas a actuar con «creatividad y autonomía en la búsqueda de respuestas educativas diversas, flexibles y enriquecedoras, que ofrezcan espacios de participación, aprendizaje y desarrollo integral a todas y todos sus estudiantes»… yo creo que las intenciones están, quiero pensar siempre que no es por falta de voluntad, eso sería muy triste reconocerlo, más bien creo que no sabemos que no sabemos o no sabemos cómo hacerlo, como no sabemos tantas cosas para estar al nivel de las demandas que nos exige el mundo de hoy. Muchos estamos trabajando para ello, pero no sabemos por dónde empezar y/o cómo empezar…seguimos aprendiendo mientras vemos la luz, mientras recibimos perlas de conocimiento y sabiduría de maestros como usted…el maestro que me deja sin palabras porque sólo quiero escucharle mientras desborda sabiduría rodeado de sus búhos quienes lo acompañan, como hace miles de años acompañaban a Atenea, la Diosa de la sabiduría…y si le hablo, me emociono, por eso mejor le escribo.
Gracias Maestro, que mi Dios le bendiga y de laaaaarga vida para seguir enseñando y aprendiendo junto a quienes queremos un mundo mejor y podemos hacerlo a través de la educación.
Un abrazo lleno de afecto para usted.
Querida Marcela:
Ya veo que estuviste en la primera sesión del Máster. Espero verte el próximo sábado en la tercera y última.
Muchas gracias por leer el artículo y por enviar este hermoso e interesante comentario.
Sí, fue emocionante descubrir la identidad de Erika como mamá de la niña protagonista del relato.
Muchas gracias también por compartir tus emociones y por recibir con tanta sensibilidad las ideas que os planteo.
Es cierto que en muchos comportamientos destructivos no hay mala voluntad. Por eso es importante que reflexionemos sobre las repercusiones de nuestras palabras y de nuestras acciones.
Muchos besos y hasta el sábado.
MÁS
Qué hermosa historia. No me extraña que Erika os sorprendiese al identificarse como madre de Javiera. No es igual contar una historia que vivirla.
Me ha maravillado la actitud de la madre, Supo cortar la profecía y, además, la transformó en un motivo de esperanza.
Saludos
Querida Raquel:
Pues sí, fue una sorpresa impactante porque nadie esperaba que ese fuera el desenlace.Cuando te cuentan una historia de ese tipo, te conmueve. Pero, claro, mucho más, cuando quien lo cuenta es la protagonista.
Por eso siempre animo a que las personas cuenten y compartan lo que han vivido personalmente en su proceso educativo.
Hay que romper esas profecías que desaniman y destruyen a través del etiquetado.
Besos y gracias por participar.
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La madre de Javiera puede estar orgullosa de su hija. Pero la hija también puede estar orgullosa de la madre. Es fácil callarse y soportar las consecuencias negativas de un apodo
con connotaciones negativas.
Gracias a MAS por compartir la historia de Javiera.
Querida Sandra:
Para destruir las profecías no basta con descubrirlas y analizarlas. Hay que enfrentarse a ellas.
Ese enfrentamiento tiene dos vertientes. La primera tiene que ver con el interesado.Eso es lo más importante. La segunda tiene que ver con el profeta. Hay que hacerle ver lo que está pasando con su forma de actuar. Eso le puede ayudar a no repetir esos vaticinios.
Besos.
MÁS
Mi apreciado Maestro:
Desde lo profundo de mi corazón ❤️ agradecer la publicación de esta sencilla pero significativa historia vivida con mi hija. He recorrido un largo camino de madre y educadora camino en el que me declaro feliz e infinitamente plena de la vida.He abrazado a mi hija y hemos sentido reflejada maravillosamente la experiencia vivida,muchísimas gracias.
En este camino la historia de La Tortuguita la he compartido y ha sido un granito de arena de esperanza para otros niños y niñas y sus familias que sufren por no saber como seguir,la clave mi querido Miguel, es el amor,y mirar las cualidades y fortalezas riqueza de cada niño y niña para que sean la mejor versión de sí mismo y sortear las dificultades con las manos del cariño y la compañía.
Dejar que los niños y niñas vuelen tan alto que no los podamos ver,pues encontraron su ruta a seguir en el camino de la vida.
Dedicar esta publicación a mis compañeros y compañeras del Máster hermosas personas que llenan de fe y energía para hacer de este mundo un espacio mas feliz para la infancia ,los docentes de FLICH, que iniciaron este desafío solo con corazón ,y a usted que me refleja y me llena de esperanza y alegría para seguir.
Soy Erika madre y educadora amante de la vida y una loca de la Educación impulsada por el amor hacia los niños y niñas.
Querida Erika:
La verdad es que esperaba este comentario.
Me ha emocionado saber que has compartido el relato con Javiera y que os habéis fundido en un emocionado abrazo.
Qué lejos ha llegado aquella Tortuguita, gracias en parte a que tu inteligente y valiente gestión acabase con aquella etiqueta amenazadora.
Fue emocionante tu relato y, sobre todo, cómo descubriste al final del mismo la identidad de la narradora.
El sábado nos volveremos a ver.
Un beso muy grande para Javiera, esa brillante hematóloga que salvó la vida a la madre de su maestra.
Muchos besos y muchas gracias.
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Apreciado profesor, ayer terminamos el cierre maravilloso de nuestro Máster, y cerrado junto a usted, gracias por tanto, y me sumo al hermoso desafío de Educar con el corazón, me quedo con sus palabras y su experiencia, las sumo a las mías y me siento feliz de realizar la más hermosa de las tareas EDUCAR.
Seguiremos sumando nuevas historias, que llenen de motivación, esperanza y amor a los futuros educadores en cada lugar del mundo.
Con una sonrisa infinita y mi corazón emocionado, le digo , nos seguiremos encontrando y ojalá algún día pueda darle un fuerte abrazo.
Con cariño, Erika
Querida Erika:
Fue una feliz consecuencia de un problema que yo os causé. Todo es para bien.
Resultó emocionante para mi cerrar vuestro Máster.
Muchas gracias por tus hermosas palabras.
Sí, ojalá nos regale la vida la posibilidad de un encuentro.
Besos.
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