Masacre en la escuela

28 May

¿Cómo se puede soportar esta nueva tragedia? ¿Cómo se puede mirar hacia otro lado cuando tenemos  delante veintiún féretros de personas inocentes? Diecinueve niños y dos maestras, asesinados en la escuela Robb Elementary School de Uvalde (Texas). ¡Una escuela! El lugar al que habían acudido los niños esa mañana para aprender a ser felices. Esos padres que dejaron a sus hijos allí con la confianza de que estaban en el lugar más seguro del mundo, tuvieron que recoger sus cadáveres con un dolor insoportable. Esas dos maestras que se levantaron con la ilusión de ayudar a sus alumnos y alumnas, nunca sospecharon que les iba a costar la vida. Indignación, tristeza, estupor. También ha muerto por un ataque al corazón el marido de una de las maestras.

El asesino, Salvador Ramos, un joven de dieciocho años, disparó primero a su abuela y se dirigió luego a la escuela en la que había  estudiado. Un  joven sin antecedentes penales y, se dice, sin ningún trastorno mental. Compró sin ninguna cortapisa dos rifles de asalto por tres mil quinientos dólares y a las cuarenta y ocho horas los utilizó para sembrar la muerte en una escuela.  Lo anunció en las redes:

– Voy  disparar en una escuela de primaria.

Pese a tener ascendencia latina, Salvador era ciudadano estadounidense. Fue abatido por la policía. Otra muerte más.

Creo que es  indiscutible que la venta indiscriminada de armas de fuego impulsa en Estados Unidos la repetición de este tipo de masacres, muchas de ellas en escuelas. Porque no es la primera vez. Ni será la última, desgraciadamente. La historia de las masacres en escuelas estadounidenses es terrible. Por frecuente y por sobrecogedora.

¿No resultan hipócritas muchas reacciones políticas y ciudadanas en un país en el que la venta de armas propicia tantos beneficios y tantos desastres? Se producirá un aluvión de testimonios de rechazo, minutos de silencio, condena del negocio armamentístico… El  hecho se irá olvidando, la repulsa irá desapareciendo, la oleada de críticas se irá desvaneciendo… hasta que otro hecho similar vuelva a producir la misma reacción.

Steve Kerr, entrenador de los Warriors, en la comparecencia posterior a un partido, dejó de lado el deporte, y con una enorme emoción y una indignación extrema pidió que los políticos hicieran algo. Dijo que estaba cansado de tantos minutos de silencio mientras  no se movía ni un ápice la legislación que pone en las manos de los ciudadanos las armas que permiten segar la vida de los niños y de las niñas en las aulas de una escuela. Su padre murió en un tiroteo cuando él era un niño. Sabe muy bien de lo que habla. Su dolor y su indignación tienen raíces muy profundas.

El oscarizado actor Matthew McConaughey, nacido en Uvalde, pide a sus compatriotas que se miren en el espejo tras el tiroteo. Les pide que ataquen las bases del statu quo que solo provoca dolor y miseria.

El presidente de los Estados Unidos ha dicho: “En el nombre de Dios, ¿cuándo le vamos a hacer frente al lobby de las armas?”.

En Estados Unidos hay más armas que habitantes. La cultura sobre las armas que existe en la mayor potencia del mundo resulta repugnante. Las pistolas ocupan el lugar de los libros. Son objetos de culto. Y el uso de las armas ha causado más muertos que todos los que ha habido en las guerras. Pero igual que se acabó con la esclavitud o con el apartheid se puede acabar con la cultura de la violencia

Hay muchos ciudadanos que al salir de casa cogen su teléfono y su pistola. Son objetos familiares que identifican con la seguridad más que con el riesgo. He visto estos días en un reportaje familias que tienen hasta doscientas armas. El cabeza de familia, a la pregunta de un periodista español sobre si todas esas armas era de guerra, contestó:

  • No son armas de guerra, son armas de diversión.

¿Diversión? ¿Se lo podría explicar a los padres de los niños muertos en la escuela de Uvalde? ¿Qué diversión es esa que causa tantas lágrimas, tanto dolor?

Los intereses económicos de la industria armamentística se sitúan por encima  de la vida de las personas. Los cuatrocientos billones de dólares que genera la industria armamentística en Estados Unidos parecen suficiente motivo para las muertes.  La Asociación Nacional del Rifle, tan poderosa, sostiene que la solución a este tipo de situaciones en las escuelas es armar a los profesores. Este mismo fin de semana, después de tres años de suspensión por la pandemia, celebra su convención en el mismo estado de Texas, a unos 400 kilómetros de Uvalde, donde todavía lloran a sus hijos muertos por esas armas que van a exaltar en la convención como objetos de culto. A la convención asistirá el expresidente Donald Trump. Mientras él hable no podrá haber armas en el recinto. ¿No son inofensivas las armas? ¿No sirven solo para defenderse? Estoy seguro de que lamentarán la muerte de los diecinueve escolares y de las dos maestras. Creo que esa conmiseración es una burla. Si Salvador Ramos no hubiera podido comprar los rifles, la masacre no se habría producido.

La argumentación que justifica  la venta es que los ciudadanos tienen el derecho de protegerse de posibles agresiones y tienen el deber de proteger a sus familias. Otra vez el estúpido lema: “si quieres la paz, prepárate para la guerra”.

La Segunda Enmienda a la Constitución e los Estados Unidos (o Enmienda II), propuesta el 25 de septiembre de 1789 y aprobada el 15 de diciembre de 1791, protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas. Estados Unidos es uno de los países con menores limitaciones para adquirir armas de fuego. La Corte Suprema de los Estados Unidos ha aclarado en numerosas ocasiones el texto constitucional: ha afirmado que el derecho a portar armas es un derecho individual que tienen todos los estadounidenses, pero también ha declarado que el derecho no es ilimitado y que no prohíbe la regulación de la producción y compra de armas de fuego o de dispositivos similares.

A pesar de los numerosos casos judiciales, el debate sociopolítico continúa. Los defensores del derecho a portar armas dicen que un pueblo armado realiza una mejor ejecución de la legítima defensa y que evita que la autoridad gubernamental se vuelva tiránica. Los defensores del control de arma afirman que las ciudades estadounidenses serían más seguras si no hubiese tantas armas de fuego, aunque los defensores del derecho a portar armas argumentan que cuando los ciudadanos respetuosos con las leyes se arman, actúan “más rápido y mejor” que la policía estadounidense y, por tanto, las armas reducen las tasas de criminalidad.

 Resulta increíble que cada una de estas matanzas provoque un aumento de la venta de armas. La reacción lógica en otra cultura sería  acabar con su venta.

He visto estos días reportajes de ferias de venta de armas en las que los niños pasean con sus padres entre todo tipo de armas. En ellas hay espacios para el entrenamiento. Una maestra enseñaba a su hija de diez años a afinar la puntería.

Pretender quitar las armas es un suicidio político. Lo cual quiere decir que la población retira el apoyo a quien prometa acabar con la venta de armas.  Y aquí está, a mi juicio, la verdadera cuestión. Es la ciudadanía la que tiene que analizar con rigor lo que sucede. En sociedades donde está prohibida la venta de armas no se producen estas matanzas. ¿Por qué será? Es preciso poner por encima la vida de las personas y no el dinero del negocio. Que hablen los padres y las madres de los niños asesinados. ¿Apoyarían la posibilidad de que Salvador hubiese comprado tan fácilmente la compra de esos dos rifles?

Santiago Abascal, Presidente de Vox, dice que  hace falta un cambio radical y urgente en la ley española para que se repartan armas.  Es la misma filosofía que está haciendo posible un rosario de atentados en las escuelas de Estados Unidos. ¿Le gusta al señor Abascal este tipo de masacres que con periodicidad insoportable tenemos que sufrir?

“Una sociedad armada es una sociedad educada”, he escuchado  en uno de los reportajes que se han emitido estos días. Es exactamente al revés: una sociedad educada, es una sociedad desarmada en la que todos y todas, sin excepción, pueden vivir libremente. En una sociedad educada el trabajo de protección lo hace la policía (sé que los padres de los niños asesinados se quejan justamente de la tardanza en actuar en la escuela de la masacre) y el castigo a los criminales lo hacen los jueces.

Una última línea para denunciar el cúmulo de bulos que han surgido sobre la masacre. Qué mundo el nuestro. Hay que luchar sin descanso para que sea mejor. Digamos al unísono: Por mí que no quede.

24 respuestas a «Masacre en la escuela»

  1. Buenas Magister!
    Necesario artículo de denuncia y homenaje a las víctimas que abre un debate doloroso.
    No hay golpe más duro en esta vida que perder a una hija o a un hijo, ni me lo llego a imaginar.
    Aunque queremos un aldea global mejor ,en este tema me pongo ” la boina’ porque cada uno decide sus luchas. La sociedad Vaquera sin armas? No lo veo a corto plazo; uno de sus más potentes elementos de identidad son las armas que exciben con orgullo patriótico como no me imagino a un facha sin bandera.. Quizás con el tiempo como nostálgico del futuro (uno siempre ha sido utópico) podría aprobarse alguna ley reguladora que dificulte un poco poder comprar armas de combate tan potentes pero creo que no mucho más. Los políticos se anuncian en los carteles electorales portando armas y les votan; van a ser ellos los que cambien las leyes ?
    Una mentalidad tan individualista neoliberal como la Estadunidense no permitirá que “Papá beneficio” deje de ganar pasta. Sólo en este inicio de 2022 llevamos más de diecisiete mil ” fallecidos” por disparos con 213 tiroteos y más de diez matanzas en masa… solución más armas. En fin, serán los vaqueros del Oeste quienes tendrán que sanar por si mismos uno de sus peores cánceres como es la mentalidad belicista identitaria y el culto a las armas. Gracias por la denuncia y el homenaje a las víctimas.
    Un abrazo de toda la Familia en especial hoy a Lourdes.

    • Querido Miguel, querida Gema:
      La convención de la NRA, tan cerca en el espacio y en el tiempo del lugar y la fecha de la matanza, es una burla que me parece obscena.
      Me parece un oprobio que el expresidente Trump insista en que el problema no es de la proliferación de las armas sino del desequilibrio de las personas.
      Los políticos tienen una importante responsabilidad. Y también la ciudadanía que podría elegir a quienes son partidarios del control de armas.
      No veo fácil el cambio y, sobre todo, no lo veo rápido, porque es una cuestión de cultura. Y la cultura no cambia de la noche a la mañana.
      Quiero ser optimista. La humanidad ha superado otras graves lacras como la esclavitud, el apartheid, el patriarcado (en eso estamos)… Se explica muy bien esa evolución positiva en el libro La lucha por la dignidad.
      Un gran abrazo.
      Gracias de parte de Lourdes. Está mejorando poco a poco.
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  2. Querido Miguel Ángel.
    Personalmente estoy totalmente de acuerdo en tu punto de vista.
    Son crímenes incomprensibles, ir a matar niños y maestros totalmente inocentes. No sé que pasa para nublarse de tal modo la mente humana.
    A través del tiempo ciertos poderes logran meterse en el mundo de la política prostituyéndola, quitándole su poder benefactor para la sociedad. Los Loobys doblegan el poder político sometiéndolo al poder económico, los grandes poderes del dinero, muchos conseguidos a través de la delincuencia: tráfico de personas, de armas, droga, prostitución…Estos poderes que sin escrúpulos han conseguido el poder, sin escrúpulos lo ejercen.
    Me resulta penoso cuando oigo a un político, jefe de estado, quejarse de situaciones indeseadas de su sociedad, pero no es él el que tiene el poder para cambiarlas? Pues parece que no. El poder ya no lo ejercen porque no lo tienen los políticos. Conclusión: como se suele decir, mal piojo nos anda por el hombro.
    Nuestra Tierra que va corriendo por el espacio, parece que a trompicones, pero siempre va hacia delante. Hemos de pensar que a la larga la sensatez triunfará, y para que eso ocurra nuestro granito de arena ayudará.
    Un abrazo, Miguel Ángel, y saludos a todos.

    • Querido Joaquín:
      Qué tremendo el hecho de que la Asociación del Rifle haya celebrado su convención tan cerca en el tiempo y en el espacio del lugar de la masacre.
      Y ahí estaba el expresidente Trump y muchos políticos manteniendo la Segunda Enmienda a pesar de que sea indiscutible que la proliferación de armas facilita estas masacres.
      ¿Cómo se puede mirar para otro lado cuando han sido asesinados esos niños y sus dos maestras? Es evidente que tiene que haber un control. Si ese joven no hubiera podido comprar los rifles, esos niños y esas maestras seguirían vivos.
      Yo creo que el modo de avanzar es que los ciudadanos y ciudadanas les nieguen el voto a los políticos que defienden la venta de armas.
      De acuerdo en la idea de que los lobbys tienen un poder inmenso. Y, en este caso, manejan una cantidad de dólares incalculable.
      Un gran abrazo.
      Gracias por estar ahí cada sábado.
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  3. La bondad, el bien, la felicidad existen porque hay maldad o infelicidad. Hay blanco porque hay negro…yo soy de media estatura porque alguien cercano a mi es alto. Es una profunda trsiteza que ocurran estas cosas. Indefendible. Nefasto. Incomprensible. Desgraciadamente ocurren estas cosas para que veamos que eso lo rechazamos. Tiene alguien que matar de esta forma para condenar los actos y decir que no se puede tolerar. Y seguir con el día a día como si nada hubiera pasado. Aún así, voy a decir una cosa. Nuestra vida está llena de objetos cotidianos que, mal utilizados, pueden causar muertes y desgracias. Tenemos acceso a cuchillos, mazas, clavos, estacas, sierras, taladros…Somos asesinos en potencia? seguramente sí porque podemos o no quitar la vida a alguien en un momento. Pero no lo hacemos porque somos Libres. Y lo pongo en mayúscula porque Libertad es la capacidad que tenemos las personas para elegir las buenas opciones, de tener discernimiento y ser inteligentes en nuestras decisiones. Soy libre porque con un taladro hago un agujero y cuelgo un cuadro. No soy libre porque cojo una maza y golpeo a una persona. No creo que el problema esté en las armas. Está en la falta de Libertad. Deberíamos cultivar campos de LIbertad, cosechar y repartir a partes iguales. Y pase lo que pase…los maestros seguiremos educando desde la paz y la Libertad..

    • Estimado Paco:
      Es cierto que una pistola o un rifle no mata a nadie si no hay un ser humano que los carga y aprieta el gatillo. Por eso es cierto lo que dices: lo importante es la libertad y su uso responsable.
      Pero creo que una cultura de la violencia en la armas son veneradas, admiradas, consideradas objetos maravillosos y en la que es facilísimo adquirirlas, vamos metiendo en la mente y en el corazón el deseo de utilizarlas para destruir al prójimo.
      ¿Por qué en Estados Unidos hay masacres de este casi de forma constante y no sucede lo mismo en España, en Francia, en Italia…? Creo que no se puede negar que el culto a las armas induce a utilizarlas cuando queremos hacer daño.
      Estoy contigo en que hay que educar para la paz y para la libertad. Pero creo que eso se consigue mejor controlando la venta de armas.
      Un cordial saludo.
      Gracias por tu aportación.
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  4. Querido Miguel Ángel:
    No has podido ser más certero en tu explicación de la cadencia que sucede siempre en Estados Unidos cada cierto tiempo en lo que a masacres de inocentes se refiere por parte de personas (si así pueden denominarse) que han perdido el juicio y la razón. Estando de acuerdo contigo en todos los argumentos de tu artículo, quiero añadir un dato que también se produce siempre; es el hecho de que siempre sean varones los individuos que masacran, y no mujeres, que son las que engendran la vida.
    No comprendo cómo alguien no darse cuenta de la barbarie que supone basar la defensa de la vida y de la paz en armas que matan la vida y destruyen la armonía que la paz significa.
    Descansen en paz esos 21 +1 inocentes que han perdido la vida por la falta de cordura de una sociedad que no es capaz de afrontar el problema de la venta indiscriminada de armas por motivos netamente económicos y….
    Muchas gracias y un abrazo
    María Ángeles Peláez

    • Querida María Ángeles:
      Qué buena observación. Es cierto. No recuerdo ni una masacre que haya sido protagonizada por una mujer. ¡Qué significativo y qué pertinente!
      Yo digo lo mismo respecto a las violaciones masivas. No hay “manadas” de mujeres.
      La industria armamentística es sostenida por políticos que también tienen intereses en el negocio.
      Tengo la esperanza de que la educación vaya superando la cultura de la violencia y generando una cultura de paz.
      Besos.
      Gracias.
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  5. Los dos hechos tan seguidos (la masacre y la convención de la RNA) resultan un bofetón a la cordura y a la ética.
    No se puede negar que el acceso tan fácil a las armas es un elemento que hace viables estos asesinatos. ¿Por qué no se producen en otros países?
    Lo que pasa es que el dinero se pone por encima de la vida de inocentes. Un escándalo.

    • Querida Raquel:
      La matanza fue un hecho de terror. Las imágenes nos han golpeado hasta hacer daño. Qué terrible.
      ¿Cómo puede ser que alguien se atribuya el derecho de segar la vida de diecinueve niños y niñas? He visto sus fotos y te rompe el alma saber que no volverán nunca a más ir a la escuela.
      Y sí, la Convención ha sido una infame burla. Ha ensalzado el instrumento con el que esos niños y esas maestras fueron asesinados.
      El negocio es más importante que la vida.
      Qué pena.
      Besos y gracias.
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  6. La muerte de los diecinueve niños y niñas (y de dos maestras) en una escuela es una tragedia tan grande que nos tiene que hacer pensar en las causas con el fin de acabar de una vez con ellas.
    Los lamentos sirven de poco si no se hace nada por evitar nuevos desastres. Y una de las formas de evitarlas es controlar la venta de armas y, desde luego, educar para la paz.

    • Estimado Javier:
      No basta con lamentar los hechos e indignarse con ellos. Hay que actuar. Con nuestro comportamiento en primer lugar, con nuestro voto para no elegir a los políticos que no estén comprometidos con los valores de la paz, con la educación en solidaridad, con la condena de la venta de armas…
      La muerte de estos niños y de estas maestras tienen que ser un aliciente para trabajar por una cultura asentada en la solidaridad.
      Gracias por escribir.
      Un abrazo.
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  7. Qué horror.
    Me hubiera gustado que en la Convención de la RNA hubieran podido hablar todos los padres, las madres, los hermanos, las hermanas de los niños y de las maestras asesinados en la escuela de Uvalde.
    ¿Qué hubieran dicho a los poderosos que fabrican armas y que se enriquecen con su venta?
    ¿Qué tiene que pasar para que esta gente se entere de que la vida humana vale más que los dólares?

    • Querida Sandra:
      El sonido de las balas y el ruido del dinero hace que no se oiga la voz de los que sufren. Todavía es más grave: no es que nose propongan controlar la venta es que proponen que la solución es armar a los profesores y a las profesoras.
      Hay que modificar los ejes éticos de la cultura. No es fácil, pero no es imposible.
      Hay que avanzar hacia una cultura de la paz y del desarme.
      Está claro que en EE.UU se producen muchos tiroteos que acaban con la vida de muchos inocentes.
      Gracias por tu aportación.
      Besos.
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  8. Hoy he visto escenas de cómo enterraban a los niños y niñas asesinados en la escuela.
    Qué triste.
    Yo pienso en qué pensarán y sentirán los que se enriquecen con la venta de armas.
    Qué terrible.

    • Querida Mariana:
      Yo he visto también esas conmovedoras imágenes.
      Cuando pienso en la vida truncada de esos niños y de esas niñas, no puedo dejar de pensar en las causas que han llevado a su injusta muerte.
      Y una de las causas es la cultura de la violencia.
      Otra es la facilidad en la compra de dos rifles.
      También es `preciso pensar en la responsabilidad del asesino.
      Creo que es inquietante la facilidad con la que el joven entra con un rifle.
      Y especialmente grave es la actuación de la policía que retrasa una hora la entrada en el centro.
      En todas las causas hay que pensar para que no se repitan los hechos.
      Besos y gracias por participar.
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  9. No puedo entender la indiferencia de los políticos ante las decisiones que tienen que tomar para legislar contra la venta de armas.
    ¿Qué argumentos pueden manejar ante los féretros de estos niños y de sus maestras?
    La vida de estas familias se ha roto para siempre.

    • Querida Mónica:
      La cuestión de la política tiene tres dimensiones importantes.
      a. Los votantes que los eligen. Porque si castigasen a quienes defienden la segunda enmienda, actuarían de otro modo.
      b. La educación recibida por los ciudadanos y ciudadanas.
      c. Las convicciones e ideas de los se dedican a la política.
      Es necesario transformar esa cultura y se hace dese la educación.
      Besos.
      Gracias.
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  10. ME HAN SOBRECOGIDO LAS IMÁGENES DE LOS PADRES DE LOS NIÑOS Y NIÑAS SUPLICANDO A LA POLICÍA QUE LES DEJASEN ENTRAR SI ELLOS NO LO HACÍAN.
    NO SE EXPLICA FÁCILMENTE LA HORA DE TARDANZA EN ENTRAR. ¿QUÉ MOTIVO HABÍA PARA ESPERAR? SOLO HABÍA UN JIVEN ARMADO.
    TENDRÍAN QUE EXIGIRSE RESPONSABILIDADES.

    • Estimado Juan:
      Los niños han muerto y el mundo sigue igual: los policías en sus puestos, los fabricantes enriqueciéndose, los políticos cobrando sus sueldos…
      Hasta que llegue otra masacre en otra escuela.
      Es desesperante que no haya exigencias de responsabilidades, que nadie cambie nada, que todo siga igual…
      No sé por qué no se va a las causas de los hechos y se ponen soluciones.
      Un abrazo.
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  11. Después del asesinato de la escuela de Uvalde, ha habido otra matanza de cuatro personas en un Hospital. Otra vez después de un tiroteo.
    ¿Qué se ha hecho entre una y otra masacre para acabar con el negocio de las armas?
    Resulta increíble la pasividad.
    ¿Qué hubiera pasado si hubieran podido decidir los padres de los niños muertos?

    • Querida Marta:
      Acabo de ver en la televisión que en un Instituto de Florida la dirección del centro ha organizado un sorteo de rifles y pistolas. He visto al director y al subdirector extraer los números y cantarlos para dar el premio a los ganadores. QUÉ HORROR. ¿ES QUE NO TIENEN NUNGÚN LIBRO?
      EL COSTO DE LAS PAPELETAS DE LA RIFA ERA DE 95 DÓLARES.
      ¿ES ESE EL CAMINO PARA ACABAR CON LAS MATANZAS EN LAS ESCUELAS?
      Besos y gracias.
      MÁS

  12. Hola Miguel Ángel.

    Te escribo en la entrada de la semana pasada para que pase desapercibido este aviso que te escribo. En las pestañas que encabezan este blog, hay varias de ellas que no te redirigen a donde se indica: presentación del autor, libros y prólogos… Te llevan de nuevo a la página principal del blog…

    No sé si lo sabías… Por si acaso, dicho queda.

    • Gracias por el aviso.
      Algo sabía porque cuando alguna vez he sugerido a presentadores que viesen la página PRESENTACIÓN DEL AUTOR me han dio que no podían conseguirlo.
      Avisaré al periódico.
      Un saludo.
      MÁS

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