La tarea de la familia

5 Sep

Cada año, por estas fechas, doy la bienvenida al nuevo curso escolar. En esta ocasión tan peculiar lo quiero hacer a través de la mirada de las familias que tienen por una parte el anhelo y por otra el miedo de llevar a sus hijos e hijas a la escuela. 

Se ha hablado mucho del arduo trabajo que han tenido que desarrollar los profesores y las profesoras durante el confinamiento. Nuevas formas de trabajo, aprendizajes apresurados, búsqueda de estrategias motivadoras, presión social… Se ha pensado menos, en el papel que han tenido que desempeñar los padres y las madres en las casas.

En tiempos de pandemia los padres y las madres han tenido que asumir el papel  de asesores pedagógicos. Esa tarea ha exigido tiempos de dedicación superiores a los habituales, conocimientos que algunas veces no poseían y destrezas didácticas con las que  probablemente no contaban.

Lo han tenido que hacer,  compartiendo esa tarea con otras muchas del hogar y, quizás, con obligaciones laborales exigidas por el teletrabajo. Una locura. Todo ello en medio de un clima social marcado por la angustia de un peligro nunca visto y, quizás, nunca imaginado. Lo cierto es que han tenido que velar para que los hijos y las hijas cumpliesen con las exigencias de la conexión y, luego, con la realización de las tareas, unas de comprensión, otras de aplicación.

Es cierto que cuando se habla de la familia de forma genérica, no caemos en la cuenta de que existen tantos tipos de familia como familias existen. No es igual una familia monoparental  con varios hijos de diferentes edades, otra con dos hijos que no dispone de cobertura, otra cuyos dos integrantes adultos tienen teletrabajo, otra integrada por progenitores sanitarios que tienen que acudir al trabajo, otra que se aloja en un cuchitril donde viven todos hacinados…

Estoy seguro de que se habrán dado miles y miles de situaciones curiosas en el desarrollo del proceso de aprendizaje realizado en el seno de la familia. Solemos tener pereza recopilatoria, pero si hiciésemos acopio de las maravillosas anécdotas que ocurren en las casas, nos encontraríamos con un  acervo extraordinario  de incidentes sobre la asimilación del conocimiento.

He recibido, de manos de María Bermúdez,  excelente maestra de infantil y amiga entrañable, un mensaje con cuatro pequeñas  anécdotas de  enseñanza doméstica.

En la primera puede verse a un padre que le dice con  tono inquisitivo  a una niñita de unos cuatro  años:

  • Yo busco, tú buscas, él busca, nosotros buscamos, vosotros buscáis  y ellos…

La niña mira fijamente a su papá, que hace un gesto demandando el tiempo verbal correspondiente a la tercera persona del plural. Y la niña, dice con tono interrogativo:

  • ¿Se esconden?

La segunda anécdota muestra a otro padre que le explica a un niña de muy pocos años el siguiente problema: Si yo tengo cinco naranjas y somos diez personas, ¿qué tengo que hacer para que alcance a todos?

La niña, sin vacilación, contesta:

  • ¡Jugo!

En la tercera  se ve a una mamá explicando  a un niño la diferencia entre sustantivo y verbo.  El sustantivo, dice, es una persona, animal o cosa. El verbo expresa lo que hace la persona, el animal o la cosa. En el enunciado “El gato come croquetas”,  añade la mamá , ¿cuál es el sustantivo?

El niño, tocándose la barbilla pensativo, responde:  el gato.

La madre, pregunta, inmediatamente: ¿cuál es el verbo?

El niño vacila. La madre, para ayudarlo, pregunta: ¿qué hace el gato?

Sin dudarlo un segundo, el niño responde:

  • ¡Miau!

La cuarta anécdota  está protagonizada por otro padre que le está diciendo a una niña, mientras escribe en una hoja:

  • La m y la a…

El niño, con mucha convicción y fuerza, dice: ma.

El padre vuelve a decir, añadiendo la nueva sílaba a la anterior: la m y la a…

El niño repite: ma.

Y el padre concluye: Si ahora le ponemos la tilde…

El niño, sin un segundo de intervalo, apostilla:

  • ¡Matilde!

Al acabar las cuatro anécdotas, aparece un recuadro en el que se puede leer: Que vuelvan las clases  pronto. Ya no puedo más. Esto de ser maestro en casa me está volviendo loco. 

Tres padres y una madre. No creo que esa sea muestra representativa. Porque suelen ser las madres las que preferentemente se ocupan de esas tareas. Como es lógico, también se habrán producido anécdotas sabrosas relacionadas con el proceso de evaluación.  Y en esta parcela, los padres y las madres tienen una tarea importante, porque si solo se preocupan por los resultados acabarán haciéndoles pensar a sus hijos e hijas que lo importante es aprobar y no aprender.

Es probable que muchos padres y muchas madres hayan descubierto en esta etapa la complejidad de la tarea docente. Ellos se han visto sobrepasados por las exigencias del aprendizaje de uno, dos o tres hijos y habrán valorado el esfuerzo que supone seguir el proceso de un grupo de 25 escolares.

Siempre he considerado fundamental la participación de las familias en la escuela.  No solo para evitar las agresiones y las descalificaciones al  profesorado (todas las piedras que los padres arrojan sobre el tejado de la escuela, caen sobre las cabezas de sus hijos) sino para colaborar de manera estrecha y entusiasta con el proyecto educativo. Participación que no solo ha de referirse al proceso de aprendizaje de su hijo sino al buen funcionamiento de la institución. El grupo de investigación que dirigí durante muchos años  realizó dos investigaciones sobre el tema de la participación que concluyeron con sendos libros: “El crisol de la participación” y “La escuela sin muros” (este sobre la participación de las familias de alumnos inmigrantes en la escuela). Los dos están publicados por la Editorial Aljibe. 

Además de todos los compromisos de participación  en la escuela, los padres y las madres se enfrentan ahora a un grave dilema: llevar a los hijos a la escuela  para que aprendan y convivan o dejarlos en casa para tenerlos protegidos del contagio.

En otros países, Estados Unidos por ejemplo, hay mucha más experiencia sobre el homeschooling (la escuela en casa).  En España esta modalidad es casi insignificante. Al parecer, las autoridades amenazan con sancionar a las familias que no lleven a sus hijos a la escuela con multas e incluso con prisión.

Nos encontramos ante una colisión de derechos: el derecho a la educación y el derecho a la salud. En tiempos normales, el absentismo escolar es un delito que puede ser sancionado. Pero nos encontramos en una situación excepcional. Imaginemos una familia en la que conviven padres, hijos y abuelos. Si el pequeño escolar se contagia en la escuela, se convierte en un grave peligro para las personas mayores de la casa. Si esto ocurre y se ha obligado a las familias a llevar a sus hijos a la escuela, ¿quién responde de esas enfermedades y, quizás, de esas muertes?

Sé que el riesgo cero no existe. Sé que los trabajadores, por ejemplo, acuden a sus puestos a pesar del riesgo que esto supone. ¿Puede un médico negarse a trabajar porque existe el riesgo de contagio?

Mi postura, en este caso, es que se deje libertad a las familias. Porque algunos tienen la imperiosa necesidad de llevar a sus hijos a la escuela no solo para que aprendan sino porque necesitan estar libres para acudir a sus puestos de trabajo o para hacer teletrabajo en la casa. Por otra parte, los padres que bajo su responsabilidad no llevan a los hijos a la escuela adquieren el compromiso de no abandonar a sus hijos en el seguimiento del curriculum escolar.

La incertidumbre que existe respecto al inicio del curso escolar mientras escribo estas líneas, no puede ser más  abrumadora.  

Me inclino por el comienzo presencial con las garantías más elevadas que se puedan establecer para evitar el contagio: disminuir la ratio,  desarrollar el blanded learning (la enseñanza híbrida), aumentar la plantilla docente, utilizar la mascarilla, garantizar la higiene, desinfectar los objetos, evitar las aglomeraciones en entradas, salidas, pasillos y recreos…

Es el momento del diálogo. Entre autoridades sanitarias y educativas, entre autoridades y comunidad educativa de los centros, entre la escuela y la familia, entre el profesorado y el alumnado…

Un comienzo de curso sin las debidas precauciones puede convertir los centros escolares en bombas biológicas que multiplicarían los rebrotes y nos llevarían a una situación límite.

Por eso hay que pensar muy bien lo que se tiene que hacer y hay que estar prevenidos para lo que pueda pasar en el caso de que se complique la situación. Porque es probable que  haya algunos contagios. Entonces, ¿qué se hará? Hay que tener reflejos para improvisar, pero sería mejor tener muy pensadas las respuestas a las diversas  situaciones posibles. Inquietante curso. Feliz curso. 

29 respuestas a «La tarea de la familia»

  1. Si en todo lo que emprendemos se necesita una planificación y valoración de las posibles vicisitudes y consecuencias del hecho, ! Cuánto más en un comienzo de curso tan atípico y de tantas consecuencias como pueden suceder!
    Hay una situación que ocurrirá en algunas partes, de gran trascendencia y que sigue en el aire: qué ocurrirá cuando algún alumno o profesor de positivo y todo un conjunto de alumnos dejen el centro por un tiempo? Quién cuidara a esos niños? Los padres sin trabajar? Quién les pagará el salario necesario? Quizás, como es costumbre, acudir a los abuelos, para acabar de rematarlos?
    Los empresarios parece que siempre están fatal, el Estado parece que debe tener dinero para todo y no tocar los impuestos, en especial a los ricos, porque, según ellos, han sido ahorradores.
    Yo no sé el como, pero si sé que la humanidad siempre sale adelante aunque a veces sea con un coste terrible. Deseo que no sea así.
    Esperemos que los políticos hagan su trabajo y se encauce todo lo más satisfactoriamente posible.
    Tema complicado, para pensar.
    Un abrazo, Miguel Ángel. Saludos a todos.
    (He observado el artículo más breve que nunca, aunque no por eso menos interesante. Es así o depende de mi móvil que me hace cosas raras)

    • Querido Joaquín:
      Pues es al contrario.
      Más lago que nunca.
      Tiene más de 8 mil caracteres.
      Voy a ver lo que pasa.
      Saludos.
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    • Querido Joaquín:
      No sé si has podido leer el artículo íntegramente.
      Verás que es más largo de lo habitual.
      La vuelta a la escuela es un asunto de enorme complejidad.
      Chocan de manera frontal el derecho a la educación y el derecho a salud.
      Defiendo la vuelta con las máximas garantías.
      Dejaría a los padres la decisión de llevar a sus hijos a la escuela. Sin sanciones para quien decida no llevarlos.
      No quieren perjudicar a sus hijos sino protegerlos y protegerse.
      Un abrazo.
      Y gracias por el comentario. Ya veo que sacas materia hasta de donde no la hay.
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    • Pero, ¿qué pasa hoy?
      Voy a revisar la edición del texto.
      Los tres comentarios que han entrado hablan de irregularidades.
      Llamaré al periódico a ver lo que está sucediendo.
      Gracias.
      Ya te cuento,
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  2. Si no he podido leerlo a la una de la mañana, habrá que esperar a las cuatro de la tarde, a ver.

    Abrazos, barrio de la educación, y que tengáis el mejor año escolar posible, a ver.

    • Querido José Antonio:
      Qué alegría verte por El Barrio, aunque solo sea para dar cuenta de una anomalía.
      Ya he incorporado el texto íntegro.
      Creo ue ahora ya se puede leer.
      No sé lo que pasó. Sólo quedó grabada la parte final del texto.
      Gajes del oficio.
      Siempre espero tus valiosas opiniones.
      MÁS

  3. Hola MÁS.

    Comentaba el otro día, en el artículo de la semana pasada, las dificultades que puede encontrarse en un centro como el mio, antiguo, con carencia de espacios para poder desdoblar, con aulas pequeñas incompatibles con el metro y media de distanciamiento entre el alumnado, con un patio de recreo que es una lata de sardinas,… En estas circunstancias tenemos que interactuar todos los miembros de la comunidad educativa e indirectamente sus familias.

    La adminsitración nos dice que trabajemos de forma presencial en estas circunstancias y los docentes lo haremos, como siempre lo hemos hecho, con nuestro mejores propósitos e intenciones, intentando dar la mejor respuesta que se nos ocurra para evitar posibles contagios. Estamos acostumbrados a contagiándonos de las enfermedades que nos trae nuestro alumnado: resfriados, gripes, varicelas, piojos,… o viceversa, porque nosotros y nosotras también hemos asistido al centro enfermos por tratar de no abandonar a nuestro alumnado.

    El jueves, cuando se inicien las clases en los colegios andaluces, los padres enviarán a sus hijos e hijas con miedo, yo también tengo una hija que va a cursar cuarto de primaria y mi mujer está aterrorizada, y ella también docente y madre. A pesar de los enormes esfuerzos que estamos realizando para tratar de dar esa respuesta higiénica y sanitaria para evitar posibles contagios, seguro que recibiremos mil y una queja… Pero hay que actuar con lo que disponemos porque algunas administraciones locales, regionales o nacionales no dan alternativas y coartan las que pueden sugir desde los centros educativos.

    La labor educativa y asisitencial de los colegios de primaria sitúa a la docencia en una profesión esencial como la de los sanitarios, la de los producen alimentos, los que trasportan los alimentos, los que los venden… y nos toca asumir estos riesgos hasta que aparezca algún contagio y se empiecen a confinar en cuarentena grupos, niveles, ciclos o colegios completos (según el número de casos).

    El Código Civil de 1889 (en vigor en algunos de sus artículos) alude a la responsabilidad con menores, que se debe actuar con toda la diligencia de un buen padre de familia para evitar un daño. Así solemos hacerlo, tratando a nuestro alumnado como a nuestros propios hijos e hijas, y así lo seguiremos haciendo… Por nosotros no quedará y sólo pedimos comprensión y colaboración de las familias.

    Buen inicio de curso para todas las comunidades educativas!!!

    Un abrazo Miguel Ángel.

    P.D. Creo que he leido el artículo en su versión completa.

    • Querido Juan Carlos:
      Estoy convencido de que por los docentes NO QUEDARÁ.
      Estoy seguro de que lo darán todo por la salud y por la educación de los niños y de las niñas.
      La verdad es que estamos viviendo un comienzo de curso excepcional, lleno de incertidumbre, de temor y tsmbién de alegría y esperanza.
      Mi hija irá al colegio con las máximas precauciones.
      Un abrazo y feliz curso,
      querido amigo.
      Y gracias por tu estupendo comentario que nos brinda una visión desde dentro.
      MÁS

  4. Buenas Miguel Ángel!
    Hoy en la nube faltaba el arcoíris de tu artículo al completo. Solo espero que no te hayas sentido mal por tenernos en ascuas. Lo bueno necesita tiempo.
    Muy divertidas las anécdotas que cuentas..los que vivimos y compartimos vida y hogar con una maestra vocacional y comprometida de educación infantil tenemos también nuestra divertida ración diaria para reflexionar y aprender. Es un Universo infinito y maravilloso.
    Desayunar sentido común se agradece , sabe a gloria, de verdad.
    Algunas familias, por motivos justificados, necesitan tener la posibilidad de la voluntariedad para llevar a sus hijas o hijos al cole. La respuesta de la Consejería ha sido amenazas…en fin.
    Tenemos una gran oportunidad de colaboración Docentes/ familias; en muchos sitios se está aprovechando y los grandes beneficiados son el alumnado. Una maravilla.
    Bueno Magister, solo recordarte que los dos libros que comentas, los tengo en mi biblioteca y están sin terminar…y no me refiero a no estar leídos..
    Mil Gracias
    Un abrazo familiar

  5. Tienes razón, Miguel Ángel, solo tengo acceso al móvil y no sé qué pasó. Me hacía cosas raras. Magnífico, como siempre.
    Un abrazo.

  6. Querido Maestro!
    Como usted tengo la esperanza puesta en que las cosas vayan buen en este curso escolar.
    Pero claro la esperanza sólo aparece cuando pensamos que podemos conseguir lo que queremos.
    ¡Y eso no lo tengo tan claro!
    La vida se nos ha parado de golpe y nos costará encontrar el camino de iniciar la andadura educativa.
    Tendemosxa creer que las aguas volverán a su cauce pero nos costará entender esta terrible realidad.
    ¿Las familias que pueden hacer?
    Unas de las claves para que todo proceso funcione es sin duda el ejercicio de las funciones de escuela -familia al mismo son y en el mismo compás.
    Compaginar lo que siente el corazón y lo que te dicta la razón nos llevará a veces a un caos existencial .
    A mi por supuesto me preocupan mis nietos porque son pequeños y no se como llevarán las normas que mi hijo le ha enseñado en la casa.
    ¡No es lo mismo la casa que la escuela!
    Confío sin embargo en que los profesionales docentes y los edificios estén preparados para proteger lo más posible a estas maravillosas criaturas.
    Pero el deber los llama y tienen que ir a las escuelas porque eso los hará crecer como seres humanos.
    Estaremos muy pendientes a como gestionan todo las autoridades académicas y sanitarias y que no lo utilicen como conejillos de India.
    Termino con una frase:
    «Si quiere ser mejor persona…….basta con que cuide a los suyos.»
    Sin más me despido esta semana con un deseo,que se pueda iniciar el curso escolar, con la normalidad que se necesita, para que los críos aprendan y se llenen de afectos.
    ¡Buena semana para todos!

    • Querida Loly:
      Sí, hay un serio problema en la relación nietos-abuelos.
      Una hermosa relación que se ve amenazada por el virus.
      Quiero pensar (y así lo deseo) que todo vaya bien.
      Defiendo la enseñanza presencial y exijo condiciones sanitarias de seguridad.
      La familia y la escuela tienen que trabajar al unísono.
      Un beso grande.
      Y gracias por estar ahí cada sábado.
      MAS

  7. Ls anécdotas son magníficas. Gracias.
    En cuanto a la vuelta al cole, yo creo que sería una injusticia multar o castigar a los padres por no llevar a sus hijos al cole. Si no lo hacen nos porque no se preocupen por sus hijos o porque sean un desastre ensueño cuidado y la búsqueda de su bien. Si no los llevan es porque se preocupan por ellos y por su salud. No se debe aplicar la ley de forma ciega. Las circunstancias son excepcionales.
    Cordiales saludos.

    • Querida Sandra:
      No puedo estar más de acuerdo.
      Amenazar a los padres/madres con penas de prisión es un atropello.
      Porque esos padres tienen que decidir entre dos exigencias: el derecho a la educación y el derecho a la salud.
      Lo que sí debemos exigir (familias y ciudadanía en general) es que se extremen las garantías de seguridad.
      No hay que escatimar esfuerzos y recursos.
      Y los alumnos y alumnas tienen que comprender su responsabilidad.
      Sería un desastre que hubiese que cerrar de nuevo.
      Besos y gracias por leer y escribir.
      MÁS

  8. Estimado Miguel Ángel interesante tema la Familia. Todos y todas tenemos una familia, que ha sido nuestro origen y que gracias a ella hemos aprendido valores y principios, en algunos casos ideologías, tradiciones, costumbres, pero en definitiva existen pocas familias que deseen el mal a sus hijos e hijas. A veces inconscientemente les pueden-podemos hacer “daño” pero quiero pensar que por no haber tenido un bagaje- equipaje de emociones, vivencias positivas y en definitiva aprendizajes repletos de moral.
    En muchas Escuelas, las familias están en un segundo plano y se le da pocas posibilidades de participación, ¡lástima! porque la mayoría tenemos hijos/as, padres-madres y sólo queremos el bien. Estoy de acuerdo como tú bien dices en “Escuela sin muros” Nunca se podrá llegar a buen fin sin una adecuada participación e implicación de la familia como un miembro más de la comunidad educativa. La familia puede y debe participar en el gobierno, en el diseño, desarrollo y evaluación del currículo, en la relación del centro con el entorno y, en definitiva, en la vida comunitaria escolar. La participación debería convertirse en el crisol de una convivencia armoniosa.
    Durante el confinamiento me he sentido más madre que nunca de mis hijas y de mi alumnado. Veía a mis hijas que le faltaban horas para realizar archivos PDF con ejercicios descontextualizados y me imaginaba esas familias sin medios, sin cultura, sin tiempo y se me rompía el alma. Escribí una carta a la viceconsejera y otra al Director General de Innovación, comunicando la necesidad de parar, reflexionar y contextualizar el currículo a la situación actual, teniendo en cuenta las emociones, posibles duelos, …Es necesario no continuar como si nada pasara, la situación es excepcional y no se puede sustituir una enseñanza presencial por virtual siguiendo el mismo currículo que estaba planificado antes de la pandemia.
    Me sorprende que se amenace a las familias con sanciones si no llevan a sus hijos e hijas. He tenido alumnado absentista desde primaria y no ha pasado nada y era necesario que se interviniera por la situación familiar que tenían, hasta al defensor del menor escribí una carta. ¿Y ahora cuando estamos hablando de Salud, de familias con riesgo le van a multar?. Tengo una madre que me llamó desconsolada, tratamiento oncológico , con un hijo autista que tiene miedo y¿ la administración sólo se preocupa de multar?. Busquemos soluciones y dejemos a un lado las prohibiciones y amenazas que no conducen a ningún lado.
    Palabras para Paula, canción de la Oreja de Van Ghot : “Si te cuentan que lloré cuando te cogí en mis brazos. No me pude contener
    porque te quiero tanto “me acompaña en mi trabajo y cuando una familia se enfada, incluso conmigo, recuerdo esta canción. Cuando estamos esperando a que nuestro bebé nazca sólo queremos lo mejor para él . Profesorado y familias queremos lo mejor y tenemos en común una VIDA. Tenemos que trabajar juntos. https://www.youtube.com/watch?v=NjLFG_JeeKo

    • Querida María José:
      Ya te echaba de menos.
      Creo que la escuela la familia se complementan y se necesitan.
      Las dos instituciones tienen que plantearse las exigencias de su colaboración.
      Las escuelas tienen que abrirse a la participación de las familias y estas tienen que colaborar en la planificación, el desarrollo y la evaluación del proyecto educativo.No solo en la preocupación por su hijo/a sino por la buena marcha de toda la institución.
      Fui durante 7 años presidente de la AMPA del colegio de mi hija Carla. (Ella decía que le gustaba mi cargo porque así ella podría ser vicepresidenta). Teníamos 9 vocalías: formación de padres/madres, curriculum, biblioteca, eventos, delegados de curso, fiestas… Mucho trabajo. Mucha ilusión.
      La solución no es castigar sino ayudar. Bastante angustia hay ya como para añadir más.
      Gracias por compartir la canción de La Oreja de Van Ghot. Hermosa canción.
      Cuánto me alegra tenerte viendo la escuela desde dentro, con esa pasión.
      Besos y gracias, María José.
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      • ¡Qué suerte el colegio de Carla!. Un AMPA contigo como presidente es conseguir que una ESCUELA sea la esencia de un país. Muy interesante las vocalías. Estoy convencida que Carla es y será mucho más que una Vicepresidenta, con un padre como tú y una madre orientadora, los valores y principios le marcarán un camino repleto de retos y satisfacciones. Gracias Miguel Ángel

        • Querida María José:
          Carla también nos está educando a nosotros. El primer libro que escribí se titula YO TE EDUCO, TÚ ME EDUCAS (libro que se tradujo al portugués). Creo que esa interacción es fundamental.
          Cada día me alegro más de haber iniciado el diario (en realidad no es un diario) el mismo día del nacimiento de Carla. Voy a empezar el tomo IX. Se titula Déjame que te cuente porque la redacción refleja una conversación con ella. Una página por hecho, frase, viaje, o actividad especial. Está escrito a pie quebrado, es decir, sin que terminen las líneas. Así está escrito Yo te educo, tu me educas. No hay lagunas, aunque no escribo todos-todos los días. Algún puedo escribir dos o tres páginas. A mano, claro. Algunas veces pego una foto o un documento de interés para su recuerdo.
          Hace unos años nos invitaron a ella y a mí a impartir una conferencia en un Congreso sobre NARRATIVAS en la ciudad de Mahón. Me preguntó si le iban a pagar. Le dije que la mitad.
          Besos y gracias por tus palabras. También para tu hija.
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          • Totalmente de acuerdo Yo te educo, tú me educas. Yo aprendo mucho de mis hijas…ellas también me marcan el camino. Un diario es un tesoro. Besos para Carla, ya una gran emprendedora.

          • ¿Qué edades y qué nombres tienen tus hijas? Carla va a cumplir 16. Plena y efervescente adolescencia. La vida.
            Besos.
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          • Gloria tiene 13 años va a cumplir 14 años en diciembre y al igual que Carla está en plena y efervescente adolescencia, ella misma es consciente . Ana tiene 9 años y ya le queda menos para entrar en esa etapa en la que los sentimientos, las emociones, las reivindicaciones y el sentido de la justicia les guía. Para mi la adolescencia es una de las etapas más apasionantes, la considero fundamental .»Si asumimos que la adolescencia no es un problema y la consideramos como una fase adaptativa (la plasticidad cerebral garantiza la evolución y continuidad del aprendizaje) podremos gestionar los conflictos en el aula como ocasiones para enseñar y aprender habilidades socioemocionales. Los docentes sabemos que el adolescente busca nuevas expectativas y su mejora en el razonamiento abstracto le permite investigar sobre su propia identidad. Como plantea Howard Gardner, al estar dispuestos a una gran variedad de temas, deberíamos animarles a adoptar formas de pensamiento abiertas. Momento crucial para la maduración de la personalidad» (Muy interesante el artículo:El cerebro adolescente. Jesús Guillen) https://escuelaconcerebro.wordpress.com/2012/04/27/el-cerebro-adolescente/
            GRACIAS MIGUEL ÁNGEL, por compartir conocimiento, reflexiones, sentimientos y emociones y especialmente por mostrarnos parte de tu vida, eso te hace aún más grande. GRACIAS

          • Querida María José:
            Hermosos nombres y hermosas personas, estoy seguro.
            Gracias por el envío del artículo. Hace unos meses escuché una conferencia sobre ese tema en un Congreso en el que yo participaba.
            Me gusta contemplar la adolescencia como etapa de crecimiento y de desarrollo integral. Para afirmar su yo los adolescentes tienen que chocar contra un tú y el más cercano que tienen son los padres. El adolescente ya no es un niño y tampoco se ha convertido en un adulto.Es una etapa cargada de tensión pero muy emocionante y decisiva para la realización personal.
            Creo que la influencia de los pares es determinante.
            Hace unos años coordiné un libro titulado ADOLESCENCIA Y EDUCACIÓN. Fueron las actas de un seminario que dirigí en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Lo publicó la editorial Wolters Kluwer.
            Besos para ti y para Gloria y Ana.
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  9. Maestro Miguel Ángel,
    Coincido con su reflexión, y muy empático con los ejemplos iniciales. Vaya a mi me tocó enseñarle a mi peque reacciones químicas. Mi aportación al diálogo, es que estoy convencido que la mayoría de los maestros están sacando adelante el sistema educativo (con sus propios recursos); pero al mismo tiempo, los docentes que poco o nada les interesa la misma docencia y menos si hay emociones de por medio, lo seguirán siendo ahora en la modalidad a distancia (aquí en México); la otra vez mi hija de 8 años sabía que iniciaba su clase a una determinada hora y era su angustia de no poder entrar porque la autoridad no nos enviaba las credenciales; y la maestra determinó que la presencia iba ser tomada en cuenta. Veía a mi hija sin decir nada sin llorar mirando por todos lados sabiendo que la clase ya había empezdo y ella sin entrar. Me la imaginé como si estuviera afuera de su salón (sola) sin saber por qué la maestra no la dejaba entrar. Sólo no podía entrar.
    Un abrazo maestro!

    • Querido Rubén:
      Gracias por tu mensaje, llegado desde tan lejos geográficamente y desde tan cerca por el compromiso y la emoción.
      Comparto tu idea de que los maestros y las maestras están sacando adelante la escuela con su trabajo esforzado, con su esfuerzo diario y con su amor a la tarea.
      Emocionante la experiencia que nos cuentas de tu hija (¡con ocho años!).
      Un gran abrazo.
      MÁS

  10. Apreciado Dr. Santos, comentaristas, lectores. Saludos
    Estupendos el artículo, los análisis que se desprenden del mismo y los comentarios del muro. Coincido plenamente. En el caso mexicano. Hoy día en México, en el ciclo escolar 2020 – 2021 se regresa a distancia, en el caso de educación básica el ciclo inició el 24 de agosto. En el caso de media superior y superior las fechas de inicio varían van del 24 de agosto hasta mediados de septiembre. Algunas de las familias se organizaron para retomar rutinas con horarios. También algunas otras familias están viviendo situaciones dolorosas, pérdidas con un fuerte sentido emocional. Por supuesto que es un reto y en las escuelas ya se considera para ofrecer el apoyo. Sabemos que tendremos estudiantes que no solo enfrentan el sufrimiento y el duelo después de una muerte, sino a sobrellevar los cambios, adaptarse a un nuevo estilo de vida porque sus condiciones cambiaron incluso de lugar de vivienda. También, sin duda, muchas horas en el ordenador o en el celular esto estamos mirando como ajustarlo. Nada como esta realidad que estamos viviendo para reinventarnos, apoyarnos los unos con los otros y fortalecer nuestras áreas emocionales. Gracias Dr.

    • QUERIDA LOURDES:
      Gracias por tu comentario y por la información que nos brindas de lo que sucede en México.
      Es muy importante que podamos compartir para aprender unos de otros.
      Nosotros ya hemos comenzado con la enseñanza presencial.
      Hay temor, pero también esperanza.
      Besos.
      MÁS

  11. Profesor Miguel Ángel, con que claridad describe lo que están padeciendo no sólo las escuelas,sino principalmente las familias con esta pandemia. En mi amado país (Chile) esto se ha patentado de norte a sur, pero lo más triste es que muchos niños y niñas no cuentan con padres o madres como las de las anécdotas. Con suerte están algunas abuelas, muchas analfabetas y pobres. Estos niños lo único que tienen es a su profesora o profesor que si es posible se conecta con él, en el caso de que exista el medio electrónico, en otras ocasiones una guía didáctica impresa que llega una vez al mes junto a una bolsa de alimentos. Las familias chilenas han privilegiado salir a buscar el sustento, que atender lo académico. Nadie puede juzgar esa priorización. Mientras tanto, esperamos que el estado de haga cargo.
    Y yo sólo se que»hace falta un pueblo entero para educar a un niño»

    • Querida Lucía:
      El problema que describes es de gran calado. Decía Bernstein: el ritmo del aprendizaje que hace falta seguir en las escuelas es tan acelerado que hace falta una segunda escuela en la casa para seguirlo. ¿Y quien no tiene esa segunda escuela?
      Acabo de ver un video de Colombia en el que unos niños pequeños están caminando durante 15 kilómetros hacia un cerro donde encuentran cobertura para conectar sus radios y poder recibir las clases. Más de dos horas de camino cada día.
      Hay familias sin cobertura, sin computadoras, sin… familia porque tiene que estar, como dices, buscándose el sustento en la calle.
      Ese pueblo que educa tiene que ser sensible ante tanta necesidad.
      Besos y gracias.
      MÁS

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